◌ ◌ ◌╰── - ̗̀ Capítulo 47 (Parte 1) ̖́- ──╯◌ ◌ ◌
Días después
Llevo muchos días muy pero muy distraída y pensativa. Hasta Edmond y Nana me han preguntado de porque estoy así, la razón es muy sencilla, no he podido dejar de pensar en la plática que tuve un día después que Ainara nos vio.
Flashback
— Ainara —golpeo la puerta de su oficina—. ¿Estás ocupada? ¿Podemos hablar?
— Tabi —levanta la mirada—. Pasa, claro que podemos hablar —me dice señalando el asiento frente a ella
— Ainara —me siento—. Quiero hablarte sobre lo de ayer, lo que ayer viste en esa cafetería
— Tabi... yo... —me dice nerviosa y cierra su laptop
— No sé que pudiste ver ayer —digo con un nudo en la garganta—. Pero no es nada de lo que crees o estás pensando —miento.
— Tabi, me sorprendí mucho al verte en ese lugar que casi nadie conoce acompañada de un hombre que claramente te conoce y es muy familiar para ti —me mira seria.
— Lo sé, lo sé... por eso estoy aquí, quiero explicarte quien es él, para que no haya ningún mal entendido y pienses mal.
— No tienes que explicarme nada
— Pero lo quiero hacer —respiro profundamente—. La persona que viste ayer, es un viejo amigo que hace mucho tiempo no lo veía —la miro—. Nos reunimos ahí para que Matteo o mi Padre no se enteraran.
— ¿Matteo? —me pregunta extrañada
— Si, Matteo y él se odian —me levanto y le doy la espalda—. Esta historia de odio entre los dos viene desde hace mucho tiempo. Hace días él me llamo y me dijo que había regresado a la ciudad y que quería verme. Por eso me reuní con él en ese lugar —miento.
— ¿Se conocen mucho? ¿Desde hace tiempo? —me pregunta
— Desde adolescentes —la miro y me siento otra vez en la silla—. Es un muy buen amigo.
— Se nota, se nota que es un muy buen amigo y muy allegado a ti.
— Solo es un amigo, en serio —digo algo asustada.
— Tabi, yo te creo, te creo que es un amigo tuyo —me toma de las manos—. Pero déjame decirte que si alguien los ve así, en un lugar alejado y secreto pensarán cosas que no son, incluso te pueden traer malos entendidos con Edmond —me dice y me asusto—. Una mentira tiene el poder para destruir el más grande amor y tú sabes que hay muchas personas malintencionadas en todos lados
— Lo sé, sé que fue un error que no volverá a pasar —miento—. Además, él ya se fue de la ciudad
— Es lo mejor
Fin del Flashback
La verdad es que no sé si Ainara me creyó del todo, porque lo que me dijo de la mentira me dejo algo pensativa e inquieta y desde ese día le he dado muchas vueltas a nuestra plática...
— Isabella, Isabella... —me habla alguien y salgo de mis pensamientos
— Si —miro a mi suegra—. Lo siento estaba...
— Distraída —me dice enojada—. Isabela puedes por favor ayudarme en esto, aún nos faltan muchas cosas
— Claro —me levanto y voy donde ella
Mi suegra está hablando con la organizadora de eventos, ambas se han encargado de organizar esta fiesta, yo solo la he acompañado a ver diferentes cosas porque mi suegra no ha tomado en cuenta ninguno de mis consejos o elecciones —ruedo los ojos.
— Al fin llegaron los adornos de mesa —miramos a la puerta—. No tarden y pónganlos ya en las mesas, Tabi —me mira—. Acompáñame —me dice y yo voy donde ella va
Nos acercamos a la parte donde estará el escenario, de hecho, hay personas de sonido colocando diferentes cables, bocinas, etc.
— Es que ese es el problema —escucho decir a mi suegra—. No contamos con eso
— Aún estamos a tiempo de cancelar al Dj —escucho decir a la organizadora
— Disculpen —llamo su atención—. Yo creo que tengo una mejor solución —dijo mirando a detalle el escenario
— ¿Cuál? —me miran atentas—. Porque seguimos sin encontrar una solución para acomodar la orquesta y el Dj, sin que les quitemos espacio a ambos.
— Que la orquesta siga en el escenario principal y el Dj en este costado —señalo—. Cuando la orquesta se vaya podemos acomodar mejor las bocinas y los demás implementos que necesite el Dj.
— Tiene razón, en ese costado estará visible y no molestará a la orquesta —dice la organizadora caminando y moviendo las manos, imaginando como estará el Dj en ese lugar.
— Me parece, muy buena idea —concuerda mi suegra aun con algo de duda.
— Si me disculpan —mira hacia un hombre con una mochila en un hombro—. Acaba de llegar el Dj —nos indica que es el chico que acabo de verlo—. Le informaré los cambios y aprovecharé para indicarle donde se acomodara.
— Está bien —decimos mi suegra y yo.
Mi suegra da unos pasos hacia adelante y muy lentamente da media vuelta en su mismo eje y mira una vez más el escenario principal
— Voy a admitir que tuviste una muy buena idea
— Gracias —finjo sonreír
— Me gusto mucho tus aportes, esta fiesta tiene que ser la mejor que se haya dado en la historia de la constructora.
— Y lo será —eso espero.
— Por cierto —me mira seria—. Espero que el vestido que escogiste para esta noche sea uno que imponga elegancia y clase. Uno que este a la altura de este evento.
— Suegra, no se preocupe. He tomado sus consejos y tengo el vestido perfecto —finjo sonreír—. De hecho, en media hora tengo que ir a recogerlo —miro la hora de mi teléfono.
En un inicio mi suegra tenía contemplado que ambas tengamos dos cambios de vestimenta para esta fiesta, un cambio de vestimenta para el recibimiento y otra para la fiesta en sí, pero mi suegra se dio cuenta de que eso iba a ser muy complicado para las dos en especial a la hora de regresar y volver a alistarnos para volver a la fiesta, así que decidió declinar esa idea, por suerte.
— Mi hijo y tú tienen que llegar puntualmente, si se retrasan solo puede ser por quince minutos, porque cuando entremos perderemos al menos una hora hablando con los demás, sacándonos fotos con los invitados, entre otras cosas.
— Está bien —sonrió sutilmente—. Le aseguro que ambos llegaremos puntuales —le aseguro—. Tengo hablado con los estilistas que vengan muy temprano y me ayuden a prepararme a tiempo.
— Me dejas más tranquila y te aconsejo que vayas a recoger ya tu vestido, de hecho, ya deberías haber tenido tu vestido listo desde ayer —me dice algo molesta
— Es verdad, pero ayer que fui a recoger mi vestido, nos dimos cuentas que tenían que hacer unos pequeños ajustes que tomarían un día
— ¿Unos pequeños ajustes? —me pregunta
— Cosas del bordado —le quito importancia y vuelvo a sacar mi teléfono—. Será mejor que ya me vaya, me confirmaron que ya tienen listo mi vestido —miento
— ¿Sí?, Entonces mejor ve ya, por si tienes alguna complicación
— Está bien, con permiso —finjo sonreír y me voy
Salgo rápidamente del salón de eventos y miro si hay algún taxi, para mi suerte aparece uno. Me subo rápidamente y le doy la dirección del centro comercial que tengo que ir. No iba a poder aguantar estar una hora más con mi suegra, yo soy muy detallista y me gustan que las cosas estén perfectamente, pero mi suegra se pasa —ruedo los ojos—. Ella ve fallos donde no hay y eso es algo molesto. No sé cómo la organizadora de eventos la puede soportar —me rio bajito.
Tiempo después
Estoy dando una vuelta en la tienda buscando algunos accesorios complementarios que vayan combinados con mi outfit, pero también viendo algunos nuevos diseños
de carteras y ropa que han llegado de una marca que me encanta —miro a detalle de un vestido morado para verano—. Siento como alguien me empuja hacia adelante, desequilibrándome, como acto instintivo me sujeto de los costados, dejando caer el vestido al suelo.
— Lo siento, lo siento —me dice alguien detrás de mi acongojada
— Tranquila —digo y me doy la vuelta
La persona que al parecer me ha empujado es una chica y por lo que veo me doy cuenta de que está asustada y preocupada, de hecho trata de ayudarme, pero no es necesario, solo fue un pequeño desequilibrio, nada más.
— Mil disculpas, en serio, mil disculpas... Señora Williams —me mira sorprendida—. Deje que le ayude...
— No, no, ya lo levanté —levanto el vestido que está en el suelo, no sé si escuche bien, pero me dijo Señora Williams.
— Si quiere puedo pedir a alguien que le cambie el vestido
— No es necesario —digo sonriendo—. En realidad solo lo estaba viendo y la verdad es que no me estaba gustando mucho.
— Yo pienso que le hubiera quedado muy bien, señora Williams
— ¿Me conoces? —pregunto
— Sí, usted y su esposo, más que nada, su esposo siempre sale en revistas de Arquitectura y en algunas de ellas les hicieron algunas entrevistas.
— Es verdad, últimamente Edmond ha dado muchas entrevistas hablando de la constructora y los nuevos proyectos, por suerte —me rio bajito
— Si y hay algunos de esos proyectos que me parecieron espectaculares, la forma en como quedaron y gestionaron —me comenta
— Es verdad, realizar y gestionar proyectos así de grandes como lo hace la constructora es muy difícil, todo proyecto tiene su grado de dificultad
— Tengo que admitir que algunas veces mi esposo, que también es arquitecto, pasa horas y horas concentradas en sus proyectos y gestionar las cosas para que salgan perfecto.
— Y después dicen que nosotras somos las detallistas —me rio y ella también
— Señora Williams —nos interrumpe nuestra amena plática, la encargada—. La modista en quince minutos terminará y estará listo su vestido junto con lo que escogió.
— Perfecto, de hecho, esta cartera más me lo llevaré —levanto una hermosa cartera de color rosa, que combinaría perfectamente con un outfit que tengo.
La encargada se lleva la cartera que he escogido, para incluir a lo que ya antes había escogido.
— Escogió una hermosa cartera —me dice
— Gracias —sonrió—. Por mí me llevaría unas dos más, pero ya tengo muchas y poco campo para ponerlos
— Las carteras, debilidad de muchas mujeres —me dice
— Es verdad, en las carteras tenemos muchas cosas que son importantes en nuestras vidas y muchas veces nos da un poder de seguridad...
— Señora Williams —se acerca la encargada interrumpiéndonos—. La modista tardará un poco más, espero no se moleste
— No, para nada... esperaré y seguiré dando unas vueltas
— Gracias por su comprensión —me dice más tranquila la encargada para luego irse
— Una vez más mil disculpas, en verdad no fue mi intensión
— Tranquila, como ves no paso nada —sonrió—. Además, a cualquiera le puede pasar
— Es verdad —se ríe bajito—. Es que estaba distraída viendo las diferentes cosas hermosas que tiene la tienda
— A mí en lo personal me encantan mucho los accesorios que manejan —digo—. Son sencillos pero a la vez muy elegantes, en especial aquellos —le indico.
— Eso estaba notando y ni bien empece a ver, me encantaron ya dos carteras —se ríe
— Las carteras, debilidad de muchas mujeres —digo
— Muy cierto, de hecho, ni bien entre ya vi dos carteras que me encantaron —me dice sonrientemente—. Y creo que terminaré comprándomelos, aunque vine a buscar un vestido o algo que pueda usar para una fiesta
— ¿Fiesta? —pregunto
— Sí, no es una fiesta en sí, más bien es una pequeña reunión con amigos, algo informal.
— Te aconsejo, claro... si me permites —digo antes de decirle algo.
— Claro que sí, es que estoy muy indecisa
— Estos vestidos tipo coctel, son muy cómodos, sencillos y ligeros —le indico unos que están expuestos—. Puedes usarlos para reuniones u otro tipo de eventos que sean informales.
— Tiene razón — me dice animada—. Esos vestidos se puede utilizar para diferentes ocasiones o diferentes eventos informales
— Son casuales y elegantes a la vez.
Un teléfono empieza a sonar y la muchacha saca rápidamente su teléfono, al ver quien le llama se emociona y sonríe mucho.
— Disculpe —me dice algo apenada y se va a contestar su teléfono.
Esta chica me ha caído muy bien y estos pequeños minutos que estamos hablando han sido muy agradables —sonrió sutilmente.
— Señora Williams —me llama la encargada y yo voy al mostrador—. Aquí tiene sus compras, en unos minutos le entregaremos el vestido —me dice y me da mis bolsas de lo que escogí
Le doy mi tarjeta de crédito a la encargada para pagar todo, como son bastantes, le mando un mensaje a Roy para que venga y me ayude, porque yo sola no podre con todas las bolsas.
En cuestión de segundos Roy aparece, al parecer no me hizo caso y no fue a tomar y comer algo como le pedí. El muy amablemente levanta casi todas las bolsas para mi suerte, la encargada me entrega mi tarjeta de crédito y me entrega al fin mi vestido en una caja muy larga.
— Aquí está su vestido Señora Williams, se le hizo los cambios que pidió —sonríe sutilmente—. Espero que sea de su agrado y no tenga ningún problema —me devuelve mi tarjeta de crédito y lo guardo en mi cartera.
— Muchas gracias, pronto nos volveremos a ver
Estoy por irme con la caja, pero siento una presencia a mi lado, me doy media vuelta y veo que es la chica que al parecer término de contestar su llamada.
— ¿Ya se va? —me pregunta
— Sí, ya me entregaron al fin mi vestido —sonrió—. Fue un placer conocerte... no me dijiste tu nombre
— Es verdad, qué maleducada soy. Soy Emma
— Fue un placer conocerte Emma
— El placer fue mío...
Escuchamos un pequeño bullicio desde la puerta, ambas miramos y vemos a una chica haciendo señales dirigidas al parecer a Emma —me rio bajito.
— Lo siento, un placer conocerla —me dice apenada y da unos pasitos hacia atrás
— Adiós —sonrió despidiéndome para luego caminar con Roy hacia el estacionamiento.
En menos de cinco minutos llegamos a la camioneta, Roy con mucho cuidado pone las bolsas en la parte de atrás y yo subo a la camioneta con la caja de mi vestido. Tengo que admitir que hablar con Emma fue muy agradable, de hecho, es una chica muy agradable, me sorprendió el conocimiento que tiene sobre la arquitectura, yo la verdad solo entendí poco y lo poco que se es cuando Edmond me cuenta sobre la Constructora mientras almorzamos o cenamos. Lo que me da pena es que no pude hablar mas con ella, su compañía fue muy amena, ojala me vuelva a topar con ella.
❀✿ ❀✿ ❀✿ ❀✿
Entro a la habitación para terminar de arreglarme, hace poco mi estilista y su equipo me terminaron de maquillar y peinar, cuando vieron el vestido me aconsejaron que mejor esta vez el peinado sea sencillo pero elegante. Saco mi vestido con mucho cuidado y lo pongo en la cama, tengo que apurarme un poco porque al parecer hay un gran congestionamiento a raíz de la ruptura del sistema de cañerías de una calle muy concurrida y por donde nosotros siempre pasamos.
— Tabi —escucho que Edmond me llama desde el baño
— Dime —contesto, pero Edmond no me contesta
Con mucho cuidado me empiezo a ponerme el vestido, teniendo mucho cuidado de no dañar las piedras de enfrente. Para esta ocasión he escogido, es un hermoso vestido de fiesta bicolor de corte de sirena, con un hermoso escote en V y mangas largas con adornos de cristal en la parte delantera de la falda que le dan un toque de elegancia.
Desde que lo vi me enamore de este modelo, justamente es lo que mi suegra quería elegante y glamuroso, perfecto para esta ocasión. Lo que si creo es que me pondré pendientes largos, creo que usaré los que me regalo hace mucho Edmond.
— Tabi, mi amor —aparece Edmond abotonándose las mangas de su traje, vino justo a tiempo.
— Antes que nada, me ayudas con el cierre de mi vestido —le pido antes que me pida algo a mí
— Claro
Edmond se para detrás de mí —sonrió y lo miro por el espejo—. Siento sutilmente las yemas de sus dedos mientras lentamente sube la cremallera de mi vestido
— Estás muy hermosa —me dice acercándose a mi cuello—Despampanante —me da un beso en el cuello que provoca que me excite.
Edmond me abraza por detrás y se apoya en mi cuello, ambos nos vemos en el reflejo del espejo sin dejar de sonreír, si tuviera a la mano mi teléfono sacaría una foto. Con cuidado me muevo y me doy la vuelta para besarlo, Edmond me atrae más hacia él y profundiza el beso hasta que dejamos de besarnos por falta de aire.
— Tú no te quedas atrás, estás muy sexy y guapo.
Y es verdad, Edmond está vestido con un hermoso traje completo de Hugo Boss de color gris con solapas negras, combinado con una camisa blanca y una pajarita de color negro que da el toque elegante al traje de Edmond —está muy guapo.
— Si no fuera por la fiesta de la constructora, te desvestiría y te hiciera mía, toda la noche —me dice y me da un sutil beso
— No lo descartes —digo, le guiño un ojo mientras doy dos pasos hacia atrás
Edmond suelta una sutil carcajada y yo me doy la vuelta, voy hacia mi joyero para sacar los aretes y collar que me pondré.
— Aún estamos en hora para llegar puntuales —me indica
— Sí, yo ya estoy casi lista —digo mientras me pongo los aretes—. Por cierto, no te olvides de ponerte la alianza —me doy media vuelta y le muestro mi anillo de matrimonio
— Uff... tengo que hacerlo —me dice
— Es un pedido de tu madre —le recuerdo—. Ayer me llamo y me dijo que si o si teníamos que usar nuestras alianzas.
— Ella sabe que no soporto utilizar cosas como anillos, relojes o manillas en las manos —me dice enojado—. Es innecesario que utilice el anillo... —se calla y me mira como asustado—. Tabi, mi amor no pienses que lo estoy diciendo por qué desprecio nuestro matrimonio...
— Edmond —lo interrumpo—. No necesitas darme explicaciones, sé que odias y no soportas utilizar manillas, anillos, incluso relojes. Lo sé —le doy un sutil beso—. Y sé que hiciste un gran esfuerzo usando el Cartier Love —le acaricio la mejilla.
Después del accidente ambos decidimos guardarlos junto con la llave y unas fotos nuestras muy hermosas y hasta cursi, además sin que lo vea puse una carta donde escribir unas cosas personales de nuestra relación.
— Eres lo mejor que me ha pasado, sigo diciendo que tuve suerte al conocerte
— Yo soy la de la suerte —sonrió
Escuchamos unos pequeños golpes en la puerta, Edmond se separa de mí y abre con cuidado la puerta
— Nana
— Mi niño, Roy ya los está esperando
— Está bien, en diez minutos bajaremos
— Está bien
Cierra la puerta de nuestra habitación, yo aprovecho y busco su alianza de matrimonio que está en mi joyero. Lo encuentro, me doy la vuelta y se lo doy —Edmond me mira y sé que no le agrada la idea, respira profundamente y con pesar me recibe el anillo
— Mi amor, póntelo cuando lleguemos a la fiesta y cuando veamos que los inversionistas más importantes se fueron, te lo sacas y me lo das —le aconsejo
— Tienes razón, haré eso —me dice guardando su alianza—. Por cierto, si queremos llegar a la hora que nos dijeron tenemos que salir ya, Roy nos está esperando afuera
— Está bien —digo y me apresuro a ponerme un poco de mi perfume—. Dame dos minutos y salgo
— Te espero —me dice y se va de la habitación
Busco mi pequeña cartera que combina con mi vestido, lo encuentro y pongo mis cosas imprescindibles. Ya lista busco y me pongo mis tacones negros Jimmy Choo Stiletto —me miro en el espejo—. Me gusta mucho como estoy, he escogido muy bien el vestido y el maquillaje que me han hecho, me va perfecto —me saco una fotografía, la típica frente al espejo.
— Tabi, mi amor —escucho que me llama Edmond
— Ya voy —respondo, saco mi abrigo blanco y salgo de la habitación.
Afuera en la sala esta Edmond revisando su teléfono muy concentradamente, puedo apostar que está leyendo algún artículo de arquitectura —sonrió.
— Nos vamos —digo y Edmond me mira y se levanta
— Le diré a Roy que ya estamos bajando —me dice mandándole un mensaje
— Que les vaya muy bien, mis niños —nos dice Nana—. Disfruten de la fiesta —le da su abrigo a Edmond.
— Lo haremos —dice Edmond sonrientemente
— Estás hermosa —me dice y me da un beso en la mejilla
— Gracias —me sonrojo
— Si sientes mucho frío no te olvides de ponerte el abrigo o mejor póntelo, ya que está haciendo un poco de brisa
— Tienes razón —digo y me lo pongo con la ayuda de Nana
— Gracias
— Que tengan una buena noche, mis niños —nos vuelve a decir muy sonrientemente
Edmond y yo salimos del flat tomados de la mano y entramos al ascensor. Me doy media vuelta y me acerco para darle un sutil beso, Edmond me atrae más a él y profundiza el beso. Dejamos de besarnos cuando el ascensor se abre, yo lo miro y antes de salir le limpio un poco de mi labial que se quedó en los hermosos labios de mi esposo.
Caminamos hacia donde están, cuando llegamos lo primero que veo es la camioneta negra y me paro en seco, sin que yo quiera empiezo a recordar el día en que tuvimos el accidente
— Tabi, ¿Mi amor? —me pregunta—. ¿Estás bien?
— Ehh... si —digo reaccionando y respirando profundamente
— Tabi, mi amor, no me mientas —hace que lo mire a los ojos—. ¿Qué está pasando?
—No pude evitar recordar lo que paso la última vez que fuimos a un evento de gala, en una camioneta negra y...
— Con Roy de conductor —termina mi frase
— Sí, pero no me hagas caso... solo dame unos minutos
— Mi amor, no tengas miedo, ni te preocupes —me sonríe sutilmente—. Mi Padre tomó medidas de seguridad, porque yo también me puse algo nervioso. Se tomó la decisión de que iríamos acompañados por dos camionetas, una por delante y otra por detrás, además Roy conducirá muy lentamente por cualquier cosa —me asegura.
Escuchar eso hace que me sienta más tranquila y más confiada. No es que desconfié de Roy, de hecho, él es nuestro conductor de confianza y no hemos tenido ningún problema, pero al ver la camioneta negra y el contexto de donde estamos yendo fue inevitable no relacionarlo.
— Me siento más tranquila escuchando eso —respiro más tranquila
— Señores Williams —nos habla Roy acercándose—. Tenemos que irnos, al parecer en quince minutos cerraran dos calles alrededor y eso nos perjudicara en tiempo
— Está bien —dice Edmond y me mira—. ¿Vamos? —me estira la mano
— Vamos —tomo su mano
Roy junto a otro de seguridad abren la puerta de la camioneta y yo subo con mucho cuidado de no ensuciar mi vestido o que se me rompa el tacón, Edmond sube después de mí y no tarda en colocarse el cinturón de seguridad.
— Espero que lleguemos puntuales —digo y le tomo la mano
— Yo igual —me mira y sonríe.
Las camionetas, incluida la nuestras, empiezan a arrancar, con mucho cuidado, sé que dije que ya está tranquila, pero aun así siento un poco de miedo e inquietud. Lo mejor será dejar de pensar en eso y calmarme —respiro profundamente.
Una hora después
Hemos llegado por suerte unos minutos antes de las ocho, como lo habían dicho hubo un gran congestionamiento vehicular, estuvimos unos quince minutos para poder avanzar una cuadra, fue desesperante.
Las camionetas se detienen, dos hombres de seguridad se acercan a la camioneta y abren la puerta. Edmond se gira y me mira con una sonrisa
— ¿Vamos?
— Vamos —digo sonrientemente
Edmond es el primero en salir, se da la vuelta y me extiende su mano, con mucho cuidado de no pisarme el vestido y con la ayuda de Edmond bajo de la camioneta. No tarda ni un minuto y los paparazzi nos empiezan a sacar fotografías, mientras que otros tratar de llamar nuestra atención para poder darles alguna entrevista.
— Señor Williams, Señora Williams —gritan
— ¿Con qué finalidad es esta fiesta?—nos pregunta uno
— Es verdad ¿Qué la fiesta es para buscar nuevos inversionistas?— nos pregunta otro y yo ruedo los ojos.
Para nuestra suerte, el equipo de seguridad no permiten que los paparazzi se acerquen a nosotros u otros invitados cuando están entrando a la entrada del salón de Evento o se cuele uno de ellos.
Tomados de la mano, caminamos hacia la entrada y notamos una pequeña fila, la encargada de revisar las invitaciones y verificar que estén en la lista, se da cuenta de nuestra presencia y nos da prioridad, cosa que a Edmond y a mí nos molesta, pero en este caso no podemos evitarlo.
— Señores Williams, pueden pasar —nos dice y nos deja pasar
— Gracias —decimos al unísono
Ni bien entramos nos empiezan a mirar personas que están cerca, incluso puedo decir que algunos al vernos se sorprenden mucho. No tarda mucho para escuchar la voz de mi suegra
— Hijo —se acerca con una sonrisa en la cara—. Llegaron puntual —le dice arreglándole innecesariamente el saco de su abrigo
— Buenas noches, mamá —le saluda Edmond muy tranquilamente
— Buenas noches, suegra —digo sonriente
— Buenas noches, Tabatha —me saluda cordialmente.
— Hijo, nuera —aparece mi suegro y se para alado de mi suegra—. ¿Ya están listos? —nos mira seriamente
— Denme sus abrigos —nos pide mi suegra
Ambos con mucha calma empezamos a sacarnos nuestros abrigos, mi suegra recibe el abrigo de Edmond y gira hacia mí, ella me mira fijamente de pies a cabeza con los ojos muy bien abiertos por la impresión —la sorprendí sonrió.
— Estás muy hermosa, me gusta mucho el vestido que llevas —me dice
— Gracias
— Veo que me hiciste caso y buscaste un vestido perfecto para la ocasión, muy bien hecho
— Por eso no le dije nada, quería sorprenderla —miento
Mi suegra desde hace días no había parado de molestarme con que le mandara una fotografía de mi vestido, además cada día me recordaba que debía escoger un modelo de vestido conservador y no provocativo —ruedo los ojos—. Estuve a punto de usar un vestido muy provocador, pero al final lo analicé bien y decidí no utilizarlo,
— Pues si me sorprendiste...
— Señora Williams —nos interrumpe una de las encargadas y le mira a mi suegra—. Ya los están esperando
— Está bien, pero antes lleva los abrigos de mi hijo y su esposa —se los da como si nada
— Gracias —le decimos a la chica
— Vamos —nos dice mi suegro y mi suegra camina a su lado sujetándole el brazo de mi suegro
— Vamos —me dice Edmond y yo hago lo mismo que mi suegra, le sujeto del brazo
Ambos caminamos hasta la puerta y nos paramos a un costado, Edmond se queda observando, el recinto al igual que yo, tengo que admitir que mi suegra esta vez se esmeró mucho y que la decoración que escogió es perfecta. Salgo de mi distracción al escuchar a una de las encargadas
— Si me siguen por aquí, por favor —nos dice
— Está bien —dice Edmond
La encargada nos lleva a un costado donde está la escenografía donde está el logotipo de la constructora Williams muchas veces y un fotógrafo sacando fotos a las parejas que quieren.
— Señores Williams, por favor párense en el centro —nos dice el fotógrafo y ambos hacemos lo que nos dice
Edmond y yo ya estamos tan acostumbrados a estas cosas que las poses que nos piden son tan repetitivas que las hacemos de memoria, pero la que más hacemos y la utilizan es la que Edmond pasa su mano por mi cintura y yo me paro sutilmente de costado, la típica pose de parejas.
— Listo señores Williams —nos dice el fotógrafo—. Ya terminamos
Edmond y yo nos miramos y en un impulso lo beso, Edmond me atrae más a él y cuando nos separamos, nos miramos sin dejar de sonreír. Ambos nos tomamos de la mano y empezamos a caminar hacia donde todos están —sonrió—. Mientras caminamos algunas personas nos saludan moviendo la cabeza y sonriendo.
— Será mejor que saludemos —me susurra
— Está bien —sonrió
Ambos caminamos hacia una de las mesas donde están algunos directivos de la empresa
— Buenas noches —saludamos ambos a todos
— Buenas noches, señores Williams —nos saludan desde sus lugares
— Buenas noches, disfruten de la fiesta —dice Edmond y yo solo sonrió
Doy una vista rápida, veo y reconozco a muchos trabajadores de la constructora, a la recepcionista que siempre que me ve me habla muy cordialmente, directores de equipos y accionistas que están en un costado hablando con mis suegros.
— Señores Williams —escuchamos que nos hablan y nos damos la vuelta—. Un placer verlo personalmente
El que nos habla es un hombre de unos cuarenta años, no tan alto, acompañado por una mujer de la misma edad, no más alta que él, ambos vestidos de una manera muy formal.
— El placer es mío Señor Hampson —dice Edmond sonriente
— Mi esposa —nos presenta
— Un placer —nos dice
— ¿Cómo estuvo el viaje? —les pregunta Edmond
— Cansador, conducir más de cuatro horas, es algo cansador, pero no podíamos no venir
— Me alegra que hayan venido
Ahora que tengo la certeza de quien es, puedo entrar a la conversación, sin equivocarme o cometer algún error.
— ¿Cómo están sus hijos? —le pregunto a la señora Hampson mientras Edmond habla con el señor Hampson
— Bien, gracias por preguntar —me dice sonriente—. Se quedaron en casa con los abuelos
— La noche de dormir tarde y comer dulces —digo riéndome sutilmente
— Lo más seguro es que ahora están comiendo helado con pastel y palomitas dulces mientras ven el Rey León —me dice riéndose
— Si es que llegaron a ponerse de acuerdo —habla el señor Hampson, al parecer dejaron de hablar y nos prestan atención
— Yo creo que si, si no ya tendría al menos cinco llamadas perdidas.
Edmond y yo nos reímos sutilmente, al igual que ellos. Desde hace una semana he ido leyendo y memorizando algunos datos importantes de muchas personas con la ayuda de Ainara y Nana. Esta idea me la recomendó mi suegra, al inicio no me parecía la idea, pero luego lo analice y vi que era una buena idea.
— Disfruten de la fiesta y él no se olvide de llamar el lunes por la mañana
— Así lo haré, señor Williams
Edmond y yo nos despedimos y seguimos saludando a algunas personas que nos interrumpen solo para saludarnos. Edmond ve a uno de los directores del área y muy cordialmente nos saluda. A él lo he visto dos o tres veces en reuniones por Zoom que ha tenido Edmond desde el flat.
— ¿Viniste solo?—le pregunta Edmond
— No, mi esposa está allá —nos indica, vemos a una mujer con dos niños en la mesa y nos sorprendemos
Edmond y yo vamos hacia ellos, la mujer se sorprende y los niños nos saludan muy tímidamente
— Hola —saludo a los niños
— Hola —me saludan
A lo mucho el niño más grande debe tener unos siete años y el más pequeño debe tener a lo mucho cinco años.
— Tuvimos que traerlos porque no pudimos conseguir otra niñera de confianza —me dice ella algo apenada
Justamente esto pensamos mi suegra y yo, sabíamos que por algún motivo algunas personas podían traer a sus hijos por diferentes motivos y como queremos que todos disfruten de la fiesta y no haya problemas con niños, decidimos contratar dos personas que les puedan cuidar, para nuestra suerte hay un lugar en este salón de eventos donde pueden estar tranquilamente con sofás que pueden ser utilizados para cuando se duerman.
— Si desean pueden llevarlos con las cuidadoras que contratamos, estarán en una sala donde podrán mirar películas y jugar —les digo—. No se aburrirán
— Son dos jóvenes profesionales y muy bien recomendadas —dice Edmond
— La sala está pasando el pasillo y si necesita verlos estará a menos de dos minutos. Comprendo si siente desconfianza porque dejar a los niños con personas que no es de confianza es peligroso.
— Mami, tengo sueño —dice el niño de cinco años bostezando
— Los llevaremos —nos dicen no tan confiados
— Si no se sienten confiados no habrá ningún problema que estén aquí —digo sonrientemente
Los dejamos a los cuatro y ambos caminamos hacia nuestra mesa, puedo asegurar que al final les dejaran ahí, ellos podrán estar más tranquilos y disfrutar de la fiesta. En pocos minutos llegamos a la mesa donde vemos de vuelta a mis suegros y algunos accionistas e inversionistas muy importantes acompañados de sus esposas.
— Buenas noches —saludamos Edmond y yo
— Buenas noches —nos saludan todos al unísono
Edmond espera a que me siente primero para luego sentarse a mi lado —sonrió y lo miro.
— ¿Tuvieron problemas para llegar? —nos pregunta una de las esposas de los socios
— Sí, el tránsito está horrible —responde Edmond como si nada—. Por suerte salimos antes que corten la avenida principal
— Nosotros, también, alcanzamos a pasar con algo de congestionamiento —nos responde uno de los socios
Un camarero se acerca a nuestra mesa a cambiar las botellas vacías que de hecho son todas, cuando lo cambian Edmond levanta una botella de champagne y sirve dos copas, una para mí y otra para él.
— Está muy fría —digo bebiendo un sorbo
— Como tiene que estar —me dice Edmond bebiendo el Champagne.
Doy una vista rápida mientras bebo mi copa de Champagne y veo que todas las mesas están llenas, han venido casi todas las personas invitadas, lo cual me alegra, ya que esa era la idea.
— Tuviste una muy buena idea hacerlo en este lugar —le dicen a mi suegra
— Lo sé, era el lugar indicado para la cantidad de personas que se ha invitado.
— Hasta el momento está siendo una hermosa fiesta
— Y espera aún la noche es joven —dice mi suegra muy sonrientemente
Por la forma en como ha hablado mi suegra, me doy cuenta de que algo tiene entre manos, algo que no me ha dicho, bueno la noche es larga así que solo es esperar mientras se disfruta la velada.
🔆🔅🔆🔅🔆🔅🔆🔅🔆🔅🔆🔅🔆🔅🔆🔅
Holis... volvi con un nuevo cap de Infieles ❤ Espero que les haya gustado
Como ven esta es la primera parte del capitulo, prometo subir la segunda parte muy pronto... 😈😈😈😈
No se olviden l@s quiero mucho a todos, no se olviden de votar 🌟 y comentar... sus comentarios alegran mi ❤ .
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top