◌ ◌ ◌╰── - ̗̀ Capítulo 20 ̖́- ──╯◌ ◌ ◌
Hoy es el cumpleaños de Tabí —sonrió—. Ella está a mi lado aun dormida —la acaricio muy suavemente—. Ella es mi ángel, la luz de mi vida…. Tengo mucha suerte estar casado con ella —le doy un beso en la mejilla muy delicadamente y ella se mueve un poco arrugando la nariz de manera muy graciosa.
Con mucho cuidado salgo de la cama y me pongo el pijama que esta desparramada en el suelo, la razón —sonrió—. Pasamos la noche juntos entre gemidos y orgasmos, espero que los gritos de Tabí no hayan despertado a Nana o a los vecinos.
Ya vestido voy hacia la cocina y me encuentro con Nana preparando lo que parece ser nuestro desayuno. Desde ya puedo sentir el delicioso aroma a waffles y café recién hecho.
— Buenos días, Nana —me siento en una silla de la isla de la cocina
— Buenos días mi niño, el desayuno ya estará listo
— ¿Estás haciendo waffles?
— Si —me mira con una sonrisa— Los favoritos de Tabí, por cierto ¿Dónde está ella?, ¿Ya despertó?.
— Aun no —bostezo—. Sigue dormida
Una idea se me cruza por la cabeza, hace tiempo que no hago lo que estoy pensando y creo que hoy es una buena ocasión. Me acerco a Nana, ella me mira extrañada y le cuento mi idea, después de unos minutos me mira con una sonrisa y empieza a acomodar lo que le pedí, será un lindo detalle además sé que esta clase de cosas le encanta a Tabí.
Veinte minutos después
Nana me entrega la bandeja y con mucho cuidado voy hacia nuestra habitación, Nana me ayuda a abrirme la puerta y la cierra cuando entro, Tabí sigue dómida —sonrió—. Dejo la bandeja a un lado y me siento a un lado de Tabí, con mucha delicadeza empiezo a despertarla
— Tabí, mi amor…. Despierta
— Mmmmm
— Mi vida despierta —susurro y le doy un tierno beso en la mejilla.
Tabí se mueve un poco y muy lentamente empieza a despertar, yo me paro y vuelvo a tomar la bandeja esperando a que Tabí despierte bien. En segundos Tabí despierta y lo primero que hace es verme sorprendida, en su hermosa cara puedo ver sorpresa y mucha felicidad, le encanto mucho mi sorpresa.
— Edmond
— Feliz cumpleaños mi amor —digo y pongo la bandeja en su regazo.
Veo como Tabí se empieza a emocionar, vuelvo a tomar la bandeja y le paso una camisa mía ya que Tabí aun esta desnuda, cuando ya se lo pone vuelvo a darle la bandeja solo que esta vez ella lo pone en medio de la cama.
— Mi amor gracias por esta linda sorpresa —m dice mientras mira todo con atención.
En la bandeja hay dos vasos de jugo de naranja recién echa, café con leche para Tabi y café negro para mí, también están los waffles decorados con fruta picada y un poco de avena por si Tabí quiere, yo no soy de comer eso, pero por hoy puedo hacer una excepción.
— Están deliciosos —dice Tabí mientras toma su café con leche y un pedazo de wafles
— Nana lo preparo especialmente para ti
— Tenemos que pedirle que los haga más seguido, están deliciosos
— Tienes razón
Escuchamos como el teléfono de Tabí empieza a sonar, supongo que deben ser sus padres o Matteo que llaman para felicitarla, Tabí lo toma, mira su teléfono y lo apaga —me extraño al ver que lo ha apagado.
— ¿Tabi?
— No es nadie importante —le quita importancia—. Si es urgente me volverán a llamar además quiero disfrutar de este delicioso desayuno junto a mi lindo y adorado esposo
—sonríe.
Tomo una frutilla picada y le acerco a la boca de Tabí, con mucha delicadeza lo come para después mirarme con una sonrisa en su cara.
— Te amo —me acerco a besarla
Tabí entrelaza sus manos a mi cuello y empezamos a besarnos, empiezo a besarle el cuello y con mucho cuidado hago que se eche en la cama
— Edmond espera, la bandeja se….
—me dice, pero no termina la frase ya que suelta un gemido al sentir mis dedos traviesos en su centro.
Bueno Tabí tiene razón, nuestro desayuno se puede caer y haremos un desastre en la cama. Saco mis dedos de su centro y me levanto de la cama, tomo la bandeja donde están nuestro desayuno a medio comer y trato de levantarlo, pero Tabí me lo prohíbe
— Edmond quiero terminar de desayunar —me suplica con su mirada—. Sabes que desperdiciar unos buenos waffles es imperdonable —me dice mientras come un trozo de ellos.
— Tienes razón —vuelvo a dejar la bandeja en el centro de la cama
Tabí y yo seguimos desayunando claro jugando un poco —sonrió pícaramente—. Cuando regresemos al flat volveré hacerla mía y pasaremos una noche magnifica.
Terminamos de desayunar y ambos empezamos a alistanos, Matteo ayer me mandó un mensaje pidiéndome que lleve a Tabí a la casa de sus padres tipo 4 o 5 de la tarde, cosa que es perfecto así podré ir a la constructora unas horas y firmado algunos documentos retrasados.
Minutos después
Tabí y yo estamos listos, nos despedimos de Nana y nos vamos hacia el parqueo. Hoy he decidido llevarle a su oficina además la recogeré, antes de ir a la casa de mis suegros le daré su primer regalo.
En menos de media hora llegamos a su oficina, Tabí se acerca a mí y me da un beso muy apasionado provocando que me empiece a excitar, Tabí corta nuestro beso y me mira mientras se muerde su labio, sé que esto es como un castigo por lo que hice en medio de nuestro desayuno
— Te recogeré a las tres ¿Esta bien?
—pregunto mientras Tabi se ve
— A las tres —me dice y me guiña un ojo.
Veo como Tabí se va hacia su oficina, mientras veníamos hacia aquí le pedí que por hoy salga más temprano ya que quería llevarle a un lugar que cerraba temprano, por suerte Tabí me creyó y accedió, espero de verdad que Tabí no se enoje cuando se dé cuenta que iremos a la casa de mis suegros.
Llego a la oficina y todos empiezan a felicitarme por mi cumpleaños, además de que han preparado un pequeño pastel, la verdad es que no esperaba este hermoso gesto. Después de unos diez minutos entro a mi oficina y me sorprendo al ver un hermoso ramo de rosas blancas. ¿Quién me pudo mandar esto?
Me acerco muy lentamente al arreglo floral, no lo voy a negar son muy hermosas. Busco una tarjeta o algo que me diga quien lo ha mandado, rápidamente lo encuentro entre medio de las rosas, saco la pequeña nota y me sorprendo al leerlo.
“Feliz Cumpleaños Tabí, sé que no puedo estar a tu lado, ni tampoco darte los besos que quisiera darte, pero eso cambiara. Te prometo que los próximos cumpleaños tuyo la pasaremos juntos, como siempre tuvieron ser…. Te amo, Izan”
Termino de leer la nota y no sé cómo interpretarlo —guardo la nota—. Creo que Izan está pensando en cosas que no…. escucho como Ainara entra a mi oficina.
— Feliz Cumpleaños Tabí —corre y me abraza muy fuertemente
— Muchas gracias Ainara —no dejo de sonreír
Ainara mira el ramo de rosas que está en mi escritorio y empieza a sonreír más, se acerca y se agacha para sentir el rio aroma de las rosas, de seguro está pensando que Edmond me lo mando.
— ¿Quién te regalo estas hermosas rosas?
— He….
Para suerte mía o no sé qué uno de los empleados toca la puerta y entra a mi oficina con un ramo de rosas rosadas, un globo y un hermoso oso de peluche —me sorprendo—. Es aún más grande que el anterior. Lo deja en mi escritorio y yo rápidamente me acerco a ver quién es l persona que me ha mandado este hermoso ramo de rosas rosadas. Abro muy despacio la pequeña tarjeta y empiezo a leer:
Mi amor, mi hermosa esposa…. Hoy más que nunca, te deseo un día lleno de energía positiva, alegría sin fin y mucho amor a mi lado ¡¡Feliz Cumpleaños!!
Atte.: Tu amado esposo, Edmond
Esas hermosas palabras hacen que me emocione hasta las lágrimas y sin poder resistirlo dejo caer un par. Ainara está a mi lado suspirando de amor, no me esperaba un hermoso detalle de parte de el —suspiro—. Lo amo tanto
— Que hermoso
— Lo sé —guardo la tarjeta
— ¿De quién es el otro ramo?
— De Matteo —miento
Decido poner el ramo de Izan en la entrada de la recepción ya que ambos arreglos no quedan bien en mi oficina, además el arreglo de rosas de Izan han hecho que la recepción este más hermoso y con una buena vibra.
Horas después
Son las tres y he podido terminar con mis cosas pendientes, he dado el visto bueno a muchas campañas publicitarias además de hablar con dos posibles clientes. Escucho mi teléfono sonar una sola vez y sé que Edmond ya me está esperando en la puerta. Apago mi computadora, tomo al oso de peluche y mis cosas para luego salir a la puerta, como lo supuse Edmond me está esperando. Me acerco a él y lo empiezo a besar muy apasionadamente, Edmond me atrae más hacia el con una mano y nos seguimos besando hasta que nos quedamos sin aire.
— Nos vamos
— Vámonos —me subo a su auto y Edmond emprende camino hacia nuestro flat.
— Muchas gracias por ese hermoso ramo de flores y por este hermoso oso —digo y le acerco el oso a su mejilla haciendo un sonido de beso.
— Sabes —me mira—. Cuando vi ese oso de peluche me dijo que su deseo más profundo era conocer a la mujer más hermosa del mundo y pues cumplí con su deseo —me dice mientras sonríe.
— Pues creo que este oso se ganó un beso por decir esas hermosas palabras —digo y le doy un beso al oso.
— Y para el traductor no hay ningún beso
— Para el traductor tengo pensando algo mejor —digo y me muerdo sutilmente mi labio.
Edmond sigue conduciendo mientras yo le cuento un poco de las cosas que he hecho hoy, él también me ha contado algunas cosas que ha hecho. En casi diez minutos llegamos al flat, al abrir me sorprendo al ver otros dos arreglos florales y algunos otros regalos. Nana se acerca a mí y me explica que muchos de esos regalos son presentes de diferentes marcas y tiendas que mayormente yo compro o algunos clientes con quienes estoy trabajando.
— Tienes media hora para arreglarte
—me dice Edmond mientras me sostiene de las caderas y me da muchos besos
— ¿Dónde iremos?
— Es una sorpresa
— Solo dime como tengo que ir vestida —quiero saber si iremos a un restaurante o a otro lado.
— Ponte algo formal mi amor, regresaremos tarde al flat
— ¿Dónde me quieres llevar?
—pregunto más curiosa
— Ya lo sabrás
Conociendo a Edmond iremos primero a un lugar tranquilo donde podamos estar los dos, luego talvez a caminar por ahí y para terminar iremos a un lugar exclusivo para cenar y tal vez luego iremos a algún lado a bailar y tomar unas copas.
Edmond entra primero a la ducha mientras yo como algo, nuestro plan era al orzar juntos, pero Edmond no puo salir de su oficina y almorzó con dos clientes. Nana me ha preparado un sándwich de pollo a la plancha, pero no me lo termino ya que por alguna razón al ver la comida ya no se me apeteció.
Entro a nuestra habitación y veo a Edmond ya casi listo, Edmond este vestido con una chaqueta negra, camisa blanca, unos jeans azules y unos zapatos cafés oscuros, está muy guapo y sexy.
— Esta muy sexy —le digo mientras entro al baño
— Gracias…. Por cierto, tienes media hora para alistarte
— Esta bien —grito desde la ducha
Al ver como este vestido Edmond me da una pista de cómo ir vestida, tiene que ser algo casual, pero a la vez elegante y ya sé que vestido puedo utilizar.
Media horas después
Ya estoy casi lista, solo me falta terminar de maquillarme, me miro en el espejo y me gusta mucho lo que he escogido —sonrió—. Para esta ocasión he decido ponerme un vestido con estampado floral de color rojo y blanco, tacones altos de color beige y mi peinado he decidido plancharlo, quiero cambiar un poco mi look.
Antes de irme decido sacarme el regalo que me hizo Izan hace dos días —lo miro y lo toco con la punta de los dedos—. Izan no debería haberme regalo esto, este regalo solo me trae un poco de nostalgia —lo guardo—. Pero no negare que también me trae algunos recuerdos muy bonitos.
— Tabí, mi amor —entra Edmond a la habitación—. ¿Ya estas listas?
— Si, mi amor —me paro
— Espera, te falta algo —sonríe
Edmond saca de su chaqueta una hermosa caja de terciopelo rojo con letras doradas que dice CARTIER —me sorprendo—. Lo abre y me muestra un hermoso brazalete de oro rosado con dos corazones. Edmond toma mi mano derecha, me da un beso en la mano y muy delicadamente me pone el brazalete.
— Edmond, esto es…
— ¡¡Feliz Cumpleaños!!
Me acerco y le doy un beso muy apasionado, tan solo con tenerlo a mi lado estoy más que feliz, prefiero pasar esta fecha con las personas que me quieren.
— Muchas gracias —lo miro y lo toco—. Es precioso.
— Lo mejor para mi esposa —sonrió.
— Sabes que con las rosas y el peluche ya era más que suficiente….
Edmond no dice nada y me vuelve a besar muy apasionadamente, yo entrelazo mis brazos detrás de su cuello. Creo que seguimos así no saldremos de esta habitación y todo lo que planeo Edmond no lo cumpliremos, la verdad es que prefiero pasar toda la noche en los brazos de él.
— Tenemos que irnos —me dice mientras se limpia un poco mi labial que se le quedo cuando le di el beso.
— Y si nos quedamos —le miro con suplica.
— No, Tabi… —me hace caminar hacia el pasillo
— Nana, nos vamos…. Te veo allá
—grita Edmond
¿Vernos allá? ¿Por qué nos tendríamos que ver con Nana? Algo está pasando y no puedo descifrarlo, ¿Que está planeando Edmond? Tal vez cenemos los tres en un lindo lugar, si creo que eso pasara, mejor no pensar en cosas negativas y mejor disfrutar de este día junto a mi hermoso y sexy esposo.
❀~✿ ❀~✿ ❀~✿ ❀~✿
Jamás me lo hubiera esperado —trato de respirar profundamente—. La sorpresa de Edmond por así decirlo es pasar lo que resta de la tarde y la noche en la casa de mis padres y festejar mi cumpleaños en compañía de ellos. Pensé que este año no lo iban a recordad y hacer algo ya que el otro año le dejé muy en claro a mi madre que no quería más fiestas. Al parecer quieren seguir con el jueguito de “nos importa nuestra hija”, mi día perfecto acaba de ser arruinado.
— Tabí cambia esa expresión, por favor —me acaricia mi mejilla
— Edmond no me pidas imposible, sabes que quería pasar de está clase de cosas
— Tabí —me mira—. Tus padres insistieron en hacer una pequeña recepción, ya que ellos siempre lo hacen y no podían romper la tradición.
¿Tradición? No hay tradición, lo único que han hecho en mis cumpleaños ha sido una reunión aburrida, con socios de ellos y hablar de negocios, solo me dejaban invitar a dos o cuatro amigos. La puerta de la entrada es abierta y una chica que no conozco nos pide nuestros abrigos, ambos le entregamos y empezamos a caminar, mientras entramos más nos indican que todos están en el jardín.
Antes de entrar al jardín, tomo la mano de Edmond y lo detengo, la verdad es que no quiero estar aquí, prefiero irme.
— Edmond…. —le suplico una vez con la mirada—. Vámonos, no me apetece estar con mi familia
— Tabí, mi amor, sé que estás cómoda después de ese mal entendido, pero no crees que es una buena oportunidad para hacer las paces y olvidar esos malos entendidos.
¿Malos entendidos?, si tan solo Edmond supiera las verdaderas cosas no me diría esas palabras. Veo a Edmond con una cara de esperanza y mis ganas de irme desaparecen, sé que Edmond no lo hizo de mala intención al traerme aquí —respiro profundamente—. Solo necesito aguantar unas horas y cuando ya este harta inventare lo que sea para que nos vayamos.
Edmond y yo caminamos hasta donde hay una carpa muy grande, rodeado de mesas y sillas además de muchas personas al menos unas cincuenta o sesenta. Al entrar veo como todos se levantan de sus lugares y empiezan a aplaudir y gritar “Felicidades”, muchas de esas personas son socios y sus esposas, pero también están mis amigos de la oficina —sonrió al ver que al menos conozco a algunos. Caminamos y veo delante a mi a Sophie con sus padres, Matteo, mi Padre y mi madre que viene ¿Hacia mí?
— Feliz Cumpleaños querida hija —me abraza y yo siento muy incomoda
— Feliz Cumpleaños Hija —me abraza también mi padre y me da un beso en la frente.
— Felicidades, hermanita —sigue Matteo y me abraza
— Muchas gracias —finjo una sonrisa—. Gracias por sus lindos deseos.
Sophie se acerca aún más feliz y me da un fuerte abrazo hasta casi asfixiarme, Sophie es muy emotiva y linda, sé que lo hace porque su personalidad es así. Seguido de Sophie me felicitan sus padres.
— Muchas gracias —sonrió.
Me alejo de mis Padres con Edmond y empiezo a hablar con mis amigos, prefiero estar con ellos que con personas que no conozco. Pero mi momento es interrumpido por una voz conocida o mejor dicho por dos voces conocidas. Me doy la vuelta y veo al señor Albert del brazo con Samantha
—sonrió falsamente—. Esto debe ser una mala broma
— Feliz Cumpleaños querida Tabatha —me abraza Samantha
— Feliz Cumpleaños —me da la mano el señor Albert—. Y muchas gracias por invitarnos —le mira a Edmond.
— Muchas gracias
— Albert amigo —se acerca mi suegro—. Ven que tengo que presentarte a unos amigos míos
Mi suegro se lleva al señor Albert y Samantha lo sigue para mi suerte, no puedo creer que los hayan invitado, sé que el señor Albert es muy importante para la constructora, pero no tanto como para invitarle a eventos como un cumpleaños.
— Edmond, ¿Tu invitaste al señor Albert? —lo miro muy seria
— Yo….
— ¿Ella es la esposa de ese señor? —me pregunta Ainara interrumpiéndonos
— Si, ella es —me doy la vuelta y veo que Edmond se está alejando con el teléfono en la mano
— Es su esposa o su amante de turno
—me dice mientras toma un poco de su bebida casualmente
— Él es divorciado y antes era su jefe
— Oh…. Ya entendí —me dice sorprendida
Una hora después
No puedo para de reír con las ocurrencias del novio de Ainara, el es muy gracioso además muchos de mis amigos que han venido me han contado alguno que otro chisme en especial los rumores que han corrido a raíz de la entrevista que dimos a Vanity – Fair
—ruedo los ojos—. Veo algo extrañada a Matteo tomar el micrófono ¿Por qué está en el escenario y con un micrófono en la mano?, hace dos toques al micrófono para que todos le prestemos atención —esto es muy raro.
— Disculpen la intromisión, pero quiero pedirle a mi querida hermanita —me dice sonriendo—. Que por favor salgas a fuera a la puerta principal, claro los demás también pueden hacerlo
Yo lo miro muy desconfiada a Matteo, Sophie aparece de no sé dónde y me toma del brazo y me empieza a llevar muy rápidamente a la puerta principal. Edmond está parado en la puerta, pero la puerta está cerrada ¿Por qué?
— Necesito que cierres los ojos, por favor —me pide
— Edmond…
— Hazlo —me da un beso tierno en los labios—. Por favor
Algo desconfiada cierro los ojos y ciento como Edmond me los cubre, con mucho miedo, pero con confianza en no caerme porque Edmond me indica caminamos unos cuantos pasos. Detrás de mi escucho como muchos de los invitados ahogan gritos ¿Pero gritos de qué? Edmond deja de taparme los ojos y siento como camina hacia adelante….
— Mi amor, por favor abre tus ojos a la cuenta de tres, dos, uno
— Tres, dos, uno —repiten los demás
Al escuchar uno muy lentamente y con algo de miedo empiezo a abrir los ojos —no puede ser—. lo primero que veo es algo que me deja completamente sorprendida —estoy impresionada—. Frente, frente a mi está Edmond con una sonrisa apoyado en un hermoso automóvil blanco.
— Es, es…. —estoy muy emocionada
— Es el Tesla que tanto querías
No pronuncio ninguna otra palabra y corro a los brazos de Edmond, lo abrazo muy fuerte y el aprovecha eso para levantarme un poco y hacerme dar unas vueltas, por suerte mi vestido es largo además Edmond no me hace dar vueltas muy rápidas. Después de unas cuatro vueltas me deja en el piso y le doy un beso muy apasionado y lo abrazo.
— Te gusto
— Me encanta —sigo emocionada y miro el automóvil—. Es precioso, pero….
— Mi amor, no hay peros además se que ya era hora de cambiar tu automóvil por uno más moderno, pero tranquila tu anterior automóvil estará en el taller hasta que soluciones los problemas —me da las llaves del automóvil, mi automóvil
— Te amo —lo miro—. Pero sabes que para mi el regalo perfecto es que siempre estés a mi lado —entrelazo mis brazos en su cuello y le doy un sutil beso
— Yo te amo más
Nuestro momento intimo es arruinado por la hermosa y tierna voz de mi hermano —nótese mi sarcasmo—. El se acerca y le da unos tres palmaditas en el hombro a Edmond
— ¿Qué escondido lo tenías cuñadito? Pero dime ¿Qué modelo es?
— Es el Tesla Model S
— Ho… —se sorprende mucho mi hermano
— ¿Damos una vuelta? —le digo mostrándole las llaves
— Nada de eso —aparece mi madre—. Como la cumpleañera y anfitriona tienes que estar con tus invitados además hija tengo una sorpresa
— ¿Sorpresa? —pregunto extrañada
— Si, pero para eso tienes que acompañarme
Mi madre me toma del brazo algo fuerte y empieza a caminar conmigo hacia donde era mi habitación, muchos de los chicos se acercan a Edmond de seguro le están preguntando sobre el modelo, la capacidad y esas cosas de mi automóvil….
— Hombres, ven un automóvil y empiezan a hablar de esas cosas —me dice algo enfadada mi Madre
— Es que es un modelo….
— No me interesa —me corta y subimos al segundo piso
Veo su expresión y puedo ver que está molesta, bueno la verdad es que ¿Cuándo no lo está? De hecho, está tardando en decirme algo malo o insinuarme algo
— Tabatha —me detiene—. No voy a negarlo que tu vestimenta es aceptable, pero para un almuerzo o una invitación al te, pero para una cena está muy mal, no combina
— Madre yo no sabía que veníamos aquí
— Pero, aun así, tu deberías saber que existen vestidos y colores que funcionan para ambos eventos —respira profundamente—. Como sabia que ibas a vestirte mal te deje un pequeño regalo en tu habitación, toma un baño, péinate y maquíllate no tan provocativamente ya que eres una mujer casada
— Madre —digo entre dientes.
— Solo haz lo que te ordenó, estas en mi casa y yo estoy brindando la cena y no quiero que nada salga malo —me dice muy seria—. No lo arruines
— Madre al menos por hoy….
— ¿Qué? No decirte tus errores cuanto sea necesario porque tu siempre comentes muchos errores en especial en la vestimenta —me mira de pies a cabeza—. Además, para mi hoy no es un día especial
Escucho esas palabras y una vez más siento el frio amor de mi madre, por estas cosas prefiero alejarme de mi familia y pasar un día inolvidable con las personas que me quieren. Debería decir que ya estoy acostumbrada a sus palabras, pero aun así me duele sus comentarios.
Mi madre me mira una vez más y se da la vuelta para irse de vuelta a los jardines donde todos están, respiro profundamente y camino hacia la que es mi habitación. Cuando llego a la que es mi habitación, con mucha lentitud abro la puerta y la veo, todo está tal cual la deje la ultima vez que estuve aquí.
Entro muy despacio, no puedo creer que hasta ahora mi habitación no haya sido modificada —miro todo—. Empiezo a buscar el regalo que mi madre dejo en mi habitación, lo más seguro es que este en el armario —lo abro y me sorprendo—. Está mi ropa que deje hace mucho tiempo, pero también está diferentes modelos de vestidos, ahora entiendo las indirectas de mi madre. Miro cada uno y solo me gusta uno, ya que los demás son demasiado elegantes para una cena como está.
— ¿Tabí?, hermana ¿Estás aquí?
—entra sin más Matteo y cierro el armario sin sacar nada
— ¿Qué quieres?
— Tabí, quiero hablar contigo
— Dime Tabatha —le miro seria
— Da igual, quiero hablar contigo de algo importante —se sienta en una de las sillas
— ¿No puedes esperar para otro día?
—pregunto
— Jamás contestas mis llamadas así que si, será ahora
— Te escucho —me siento en la otra silla
— Tabí —me mira—. Hable con nuestros padres sobre su decisión de dejarme la casa….
— No quiero saber de eso —le interrumpo—. Matteo si ellos decidieron darte está casa —me paro—. Está bien
— No, no está bien —me dice muy serio—. Está casa es nuestro hogar y nosotros debemos tomar….
— No, —le interrumpo—. Este lugar jamás fue mi hogar y lo sabes muy bien
— Tabí, no digas esas cosas
— Matteo por favor no te hagas a los tontos y vengas con esas cosas cursis del hogar —camino por mi aun habitación—. Sabes muy bien que los últimos años de colegio yo no ocupe está habitación, ni está casa
— Si no viviste aquí fue por tu capricho —me dice algo molesto
— Si quieres verlo así está bien, me da igual
— Tabí —se para—. Si nuestros padres insisten en darme está casa quiero que sepas que está siempre será tu habitación
— Matteo deja ese discurso barato —lo miro—. Si quieres vende todas estas cosas o regálalas me da igual —sonrió—. Yo no quiero nada de lo que hay porque está habitación me trae tan malos recuerdos, así como muchos de los objetos.
Escuchamos como la puerta se abre y me sorprende ver a Sophie muy emocionada, se acerca a mi y mira toda mi habitación
— Matteo te estaba buscando
— Solo estaba hablando con Tabi sobre la casa
— Si —sonrió—. le estaba diciendo a Matteo que ustedes dos serán muy felices en esta casa
— Gracias por tus deseos Tabí —me abraza—. Sabes me encanta tu habitación y quiero que me digas donde compraste los muebles, si tenemos una hija quiero una habitación igual a la tuya
— Si quieres te dejo tal cual la habitación —digo y veo como Matteo se sorprende—. Los muebles son nuevos aun así que pueden utilizarlo
— Tabí —me gruñe Matteo
El teléfono de Sophie empieza a sonar, ella nos pide un segundo y sale a contestar su teléfono fuera de mi habitación, Matteo cierra la puerta y me mira muy enojado
— Tabí que te pasa, aun no hemos decidido nada
—Yo ya te dije que no quiero está casa y mucho menos las cosas, ustedes pueden construir recuerdos aún más lindos y tener el hogar soñado de Sophie
— ¿Por qué mientes?
— Yo no miento
— Si, lo hiciste al decir que te trae malos recuerdos
— Matteo no te hagas a los tontos, este mueble que vez aquí —señalo el banco pequeño que está en el pie de la cama—. Me lo regalaron cuando todos ustedes se fueron de vacaciones a Italia mientras que yo me quede en está casa para pasar mis clases extracurriculares.
— Eso es mentira, tu viajaste a Italia con nosotros
— Si no me crees revisa las fotos que tienen de ese viaje y te darás cuenta que yo no viaje
— Sabes ahora mismo revisare esas fotografías —me dice muy enojado—. Pero aún no está decidido sobre está casa —me dice y azota la puerta al salir de mi habitación
Cuando vea las fotografías se llevará una gran sorpresa, a ya el —ruedo los ojos—. Dejo de lado las palabras de Matteo y vuelvo a lo que estaba haciendo, voy al armario y saco el vestido que he escogido, sé que mi madre al verme no le gustara mucho
—sonrió—. Lo dejo en la cama y voy a mi tocador, veo que sigue mi caja de maquillajes que me regalo un amigo hace mucho tiempo, además aún hay algunas cosas mías que después me las llevare, bueno la verdad no se si llevármelas porque yo compre otras para remplazarlas.
Media hora después
Ya estoy lista —me miro en el espejo—. Me gusta mucho este vestido, el que escogí es un vestido corto color negro con mangas transparentes floreadas en los hombros, me gusta mucho este diseño, es sencillo pero elegante.
Escucho dos pequeños golpes en mi puerta, voy abrirlo y me llevo una sorpresa, Edmond está parada frente a mi con una sonrisa muy sexy.
— Mi amor —sonrió
— Tu madre me mando a buscarte
— Entra, solo deja que me arregle un poco mi maquillaje —digo mientras doy los últimos retoques a mi maquillaje que se corrió un poco
Edmond entra a mi habitación y mira todo sorprendida —lo miro raro—. ¿Creo que Edmond jamás vio mi habitación?, me doy la vuelta y lo miro
— ¿Pasa algo?
— Sabes nunca vi detalladamente tu habitación —sonríe y se sienta en la cama
— Si ¿verdad?
Y tiene razón la única vez que Edmond subió a mi habitación fue para acompañarme a recoger algunas cosas cuando nos casamos y nos mudamos al flat, desde hace muchos años no he estado en está habitación a no ser por unos pequeños minutos.
— Me gusta —mira todo y se para—. ¿Romeo y julieta? —levanta un libro y me mira con una sonrisa
— Si, ya sabes que a veces me gusta leer cosas cursis
— Si sigo buscando ¿Encontrare tal vez algún diario? —me dice mientras busca
— Tal vez, pero no podrás abrirlo ya que tiene candado —le digo y me acerco a darle un beso en la comisura de sus labios
— Estas hermosa —me dice y me sujeta de las caderas
— Y tú eres perfecto —entrelazo mis manos en su cuello
— Te amo —me besa muy apasionadamente
Miro a Edmond y no paro de sonreír, creo que ambos hemos tenido la misma idea…, Edmond me suelta y va hacia la puerta para cerrarla, pero no lo hace ya que frente a nosotros acaba de aparecer uno de mis amigos, ella se sonroja y muy avergonzada se da media vuelta para irse.
— Creo que esa idea tendremos que seguir aplazándola hasta más tarde
— Al parecer —digo aguantándome las ganas de reírme.
— Te espero en el jardín, no tardes
—me dice cerrando la puerta
— Está bien
No puedo creer lo que nos acaba de pasar —me rio—. Doy unos pequeños retoques a mi peinado y bajo al jardín donde todos ya están sentados. Mi madre me ve y se sorprende al verme, como lo supuse no le gusto lo que escogí. Ella se acerca y muy sutilmente me toma del brazo
— No podías escoger otro modelo —me dice entre dientes
— Solo encontré este vestido
— No me mientas, lo hiciste a propósito
— Si ya sabes la respuesta para que me preguntas
— Eres igual a ella, de maleducada
— Es mejor que busque a Edmond
—me suelto de su agarre
Empiezo a buscar a Edmond con la mirada, algunas personas que recién han llegado me felicitan y me detienen por unos segundos, yo solo sonrió y les digo “gracias”. Algunos minutos después veo a Edmond a lo lejos, me acerco y me llevo una muy mala sorpresa…. Esto debe de ser una broma de mal gusto.
🔅🔆🔅🔆🔅🔆🔅🔆🔅🔆🔅🔆🔅🔆🔅🔆
Holis, Holis..... 💜💜💜💜 volvi con un nuevo cap de Infieles
Espero les este gustando, no se olviden de votar y comentar.
Los quiero mucho..... 💜💜💜💜💜
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top