◌ ◌ ◌╰── - ̗̀ Capítulo 11 ̖́- ──╯◌ ◌ ◌
Cuatro días después
Todos estos días que han pasado fueron estresantes para mí, Izan no me ha parado de llamar y mandarme mensajes de voz y de texto, yo los he ignorado todos —resoplo—. No quiero que Matteo haga algo en contra de Izan, otra vez, prefiero que las cosas se calmen un poco, muy pronto mi hermano estará ocupado en otras cosas y no tendrá tiempo de atormentarnos.
— Tabí —me llama Edmond.
— Si ¿Qué paso mi amor? —pregunto cerrando la laptop
— ¿Ya está todo listo para esta noche? —me pregunta
— Si —tomo mi laptop, la llevo a nuestra habitación y Edmond me sigue
— Tabí —se para en el marco de la puerta—. ¿Estás bien? te veo un poco decaída y preocupada.
Edmond me conoce tan bien, la verdad es que estoy algo cansada y preocupada, en mi mente solo están las amenazas de Matteo, la cena de hoy, la insistencia de Izan y para completar mis preocupaciones un cliente demasiado exigente, hasta ahora no le han gustado ninguno de nuestras ideas y la verdad es que no entiendo que es lo que quiere, lo malo de todo esto es que el señor ya nos dio un adelanto del 50% del presupuesto —suspiro cansadamente.
— Solo estoy un poco cansada —me siento en la cama—. Pero se me pasara.
— Tabí sé que estas preocupada por lo del señor ese que no le gusto ninguna de tus propuestas —me dice y se sienta a mi lado.
— Si —suspiro—. Y ya no tengo ideas y mi equipo tampoco —me echo hacia atrás.
— Mi amor, tranquila —se apoya y me mira con su sonrisa tan hermosa—. Deja de pensar en eso al menos por esta noche, disfruta la cena —sonríe—. terminando la cena tomas uno de tus baños con velas y te relajas, luego te duermes y mañana estarás más relajada y podrás pensar mejor en nuevas propuestas.
— ¿Crees que podré disfrutar de esta cena? —le pregunto irónicamente.
— Tabí haz un esfuerzo —me toma de los brazos y me obliga a sentarme—. Trata de no pelear con Matteo y….
— Ser la mejor esposa del mundo —digo—. Y causar una buena impresión.
— Tu ya eres la mejor esposa del mundo —se acerca y me besa tan tiernamente.
Mientras nos besamos yo me acomodo mejor y prolongo nuestro beso, Edmond muy sutilmente baja sus manos por mi espalda hasta el primer botón de mi blusa, lo que provoca que me separe de nuestro beso y lo mire.
— Edmond —digo sorprendida—. Nos escucharan.
Es verdad, en nuestro departamento hay muchas personas, Nana está supervisando al catering que contratamos para la cena de hoy, además de las personas que están limpiando y arreglando la mesa. Tiene que salir perfecto ya que vendrán mis suegros y no quiero sus críticas, no tengo cabeza para soportarlos.
— Tienes razón —me vuelve a besar y me ambos nos caemos hacia atrás—. Solo podré hacer esto—. Me dice Edmond y poco a poco me besa, baja muy lento provocando que mi cuerpo se encienda….
— Edmond —lo paro y hago que me mire—. Nos escucharan
Edmond me mira y se empieza a reír y yo lo miro mal, por su reacción deduzco que lo hizo a propósito. Tomo mi almohada y lo empiezo a golpear, está vez Edmond me las pagara.
— Ya, ya Tabí —se cubre—. Lo siento —me dice riéndose.
— Eres detestable —le tiro una almohada y le doy en su cabeza lo cual provoca una sonrisa.
Edmond recoge la almohada y se acerca hacia mí con la almohada como escudo, lo cual provoca que sonría.
— Logre mi cometido —me mira sonriendo.
— ¿Qué cometido? —le pregunto sin entender.
— Que rías.
Tan solo escuchar eso provoca que sonría como tonta, dejo a un lado la almohada y me abalanzo hacia Edmond besándolo por unos buenos minutos. Como no amar a un hombre así, Edmond es lo mejor que me ha pasado.
Edmond me da un beso en la frente y empieza a buscar sus cosas para bañarse, creo que se me ocurrió algo. Edmond entra al baño y en segundos escucho el sonido de la ducha, con rapidez busco mis cosas solo me….
—escucho el sonido de la puerta—. Extrañada voy abrir la puerta y me llevo la sorpresa que es Nana
— ¿Nana? —la miro sin entenderla—. ¿Sucede algo?
— Tabí perdón por molestarles, pero se presentó un problema
Cierro la puerta y voz con Nana hasta la cocina, ahí veo a los chefs pensando y hablando entre ellos.
— ¿Qué sucede? —pregunto
— Señora Williams tenemos un pequeño problema —me dice uno de ellos.
— ¿Cuál es? —pregunto algo ansiosa
— Las botellas de vino y Champagne no llegaron, y los postres que tenían que mandarnos tampoco.
Tan solo de escuchar eso me dan unas ganas de gritar —paso mi mano por mi cara—. No puede pasarme esto y justo hoy.
— ¿Nana llamaste a la Vinoteca?
— Si y me dijeron que el pedido recién llegara mañana
— Pero si yo lo pedí con días de anticipación —digo enojada.
Hace una semana Nana y yo revisamos las botellas de vinos y Champagne para hacer el pedido y no tener que pasar por esto, el vendedor nos aseguró que nuestro pedido para hoy llegarían, pero al parecer no lo hará.
— Nana será mejor que vayas al supermercado y compres el vino más caro que tengan y el Champagne más caro, te acuerdas que ambas nos sorprendimos al ver esa marca allí en su muestrario.
— Es verdad Tabí, iré corriendo.
— Toma un taxi y al llegar lo pagaremos.
— De paso pasare por la pastelería y recogeré el pedido y si no está me hare dar otros —me dice y toma su cartera.
Le doy a Nana mi tarjeta de crédito y mi clave. Se que no debería dar a nadie estas cosas, pero ella es una persona de confianza. Nana le da unas instrucciones a los demás y se va, yo regreso a la habitación y me llevo la sorpresa que Edmond ya ha salido de la ducha, solo está con la toalla envuelta en su cintura y mirando hacia afuera.
Tan solo verlo así mi cuerpo vuelve a reaccionar y como algo involuntario me muerdo mi labio, no aguanto y con mucho cuidado le saco una foto. Él se da cuenta y se da la vuelta, me sonríe y se acerca poco a poco poniendo una sonrisa sexy.
— Pensé que entrarías conmigo a la ducha….
— Era mi idea —le quito un mechón de cabello—. pero solucione un pequeño problema
— ¿Paso algo? —me pregunta algo preocupado
— Nada malo —le rodeo con mis manos su cuello y le doy un beso—. ¿Qué estabas viendo?
— Nada importante, solo vi unas cosas que me dio una idea para nuestro próximo proyecto.
— Eso espero —le doy un beso fugaz
— Me empezare a cambiar
— ¿Ya sabes que te pondrás?
—pregunto curiosa y ocultando mi risa.
— Creo que uno de mis trajes que combinen con una camisa azul, hoy quiero usar algo azul.
Tan solo escucharlo me empiezo a reír, Edmond me mira asombrado con una expresión graciosa y se ríe un poco, pero al final empieza a reírse más fuerte, le contagie mi risa.
— Te conozco tan bien —me acerco al armario y saco el traje que escogí para el—. Ya preparé tu traje para hoy —sonrió.
Para está cena he decidido que Edmond use un traje de Hugo Boss de color azul marino, la chaqueta es de corte recto y el pantalón con botones de metal y un cinturón sencillo de cuero, la camisa es de color blanco que combina con la corbata negra que es de seda, los zapatos que creo que le irán mejor al atuendo son sus Oxford liso y negro. Edmond mira lo que escogí y no deja de sonreír, al parecer le gusto y eso me deja más tranquila.
— Eres la mejor —me da un beso fugaz y toma el atuendo.
Mientras se empieza a cambiar yo tomo mis cosas personales y entro al baño, necesito darme una ducha rápido ya que Nana no está y yo tengo que supervisar las cosas que están haciendo los del catering y si la limpieza termino.
Diez minutos después
Salgo del baño y veo que Edmond ya está casi listo solo le falta ponerse los zapatos —lo miro de pies a cabeza—. Como supuse se ve muy sexy con ese traje —sonrió—. el me mira y se acerca a darme un beso algo alejado porque aún tengo restos de agua en mí.
— Gracias —me dice y me guiña un ojo provocándome una sonrisa.
— Sabía que te iba a quedar muy bien
— Es mejor que te deje sola para que te alistes, iré a revisar los papeles que tengo que entregarle al señor Down.
— Está bien.
Edmond sale de nuestra habitación y me deja sola, tengo que apurarme ya que muy pronto todos vendrán, muy rápidamente me seco mi cabello y me pongo crema en mi cuerpo. Voy al armario y busco mi vestido de color crema liso y mangas largas de encaje floral, para esta cena escogí este vestido corto y entallado a mi figura, pero a la vez conservador pero muy elegante.
Decido hacerme un moño alto, me maquillo lo más bajito y natural que puedo, no quiero estar demasiado maquillada, solo decido resaltar mis ojos, ponerme los aretes que Edmond me regalo hace un año por mis cumpleaños que son de Cartier, para finalizar mi vestimenta decido ponerme mis Jimmy Choo negros. Me miro una vez más al espejo y me gusta como quede —sonrió.
Salgo y noto que Nana ya ha llegado, me acerco a ella y la abrazo, ella se da la vuelta y me da un tierno beso en la frente.
— ¿Pudiste encontrar y comprar las cosas que faltaban?
— No hubo necesidad, me llamaron de la vinoteca y me dijeron que ya había llegado nuestro pedido y que ya lo entregaron, los de la pastelería ya están trayendo los postres al Flat.
— ¿Quién recibió las bebidas?
—pregunto sorprendida.
— Mi niño Edmond, así que solo faltan los postres.
— Más bien —digo más tranquila.
— Si —sonríe—. Por cierto, te vez muy hermosa y Edmond también —me dice muy alegre—. Escogiste muy bien el outfit de Edmond.
— Gracias Nana —doy una vuelta—. Sabes —me siento en una silla—. Preferiría usar otro tipo de modelo, pero para esta cena tenía que ser algo más “conservador” y más por los invitados.
— Por los invitados o por la invitada
—me dice graciosa al darse cuenta de quien me estaba refiriendo.
Estoy por contestarle, pero escuchamos el timbre, le hago una señal a Nana y voy abrir la puerta. Para suerte mía noto que son los de la pastelería, ellos me dan las cajas con los postres que pedimos, el chico me da el recibo y yo le termino de pagar. Con las cajas entro y voy hacia la cocina donde Nana me ve y me ayuda a poner en la mesa del comedor para acomodarlos y recién ponerlo en el refrigerador.
— Por fin llegaron —me dice mientras empieza a abrir las cajas.
— Si —abro las cajas y empiezo a sacar los postres—. Mejor nos apuramos antes que Edmond los vea y quiera comérselos —digo riendo.
Los postres que decidimos pedir para la cena de hoy son minis Cheesecakes cubiertos con Chocolate, Nana y yo al verlos en el mostrados nos gustaron, además de estos postres pedimos uno especial para nosotros que es una torta helada de oreo, uno de los favoritos de Edmond.
— Tabí puedes terminar de guardar los postres tengo que ir a cambiarme —me dice.
— Claro ve que en una hora llegaran los invitados.
Nana se va rápidamente y yo sigo sacando con mucha calma los postres, para mi suerte una de las chicas me ayuda a llevar los postres de la cena al refrigerador. Abro la caja donde está la torta helada de oreo y lo saco, detrás de mi siento la presencia de alguien y el aroma de un perfume tan varonil —sonrió—. De mi lado derecho veo como una mano empieza a asomarse hacia la torta helada.
— Edmond —digo golpeándole su mano y dándome la vuelta.
— ¡¡Auch!!
— Mejor regresa a tu despacho.
— No sin antes probar de la torta helada de oreo —trata de acercarse, pero no le dejo.
— No —finjo seriedad—. Esto es para mañana.
— Solo déjame probar un pedacito
—me suplica.
No puedo negarme así que con mi dedo saco un poco de la crema y muy rápidamente le pongo un poco de la crema en su nariz. Edmond se da cuenta y me sujeta de las caderas haciéndome dar algunas vueltas, yo solo puedo sujetarme para no caer.
— Edmond basta —digo y deja de darme vueltas—. Me hiciste marear
—cierro los ojos para que se me pase el mareo.
— Yo también estoy algo mareado —me dice riéndose—. Pero aprovechare para ir a comer un poco de esa torta helada —me dice y se da la vuelta para ir hacia la torta helada.
— No…—grito y corro a la mesa.
Levanto la torta helada y le pido a una de las del catering que se lleven la torta helada, Edmond me mira con una cara de indignación y enojo fingido.
— Eres muy mala
— No soy mala —me acerco y le rodeo el cuello con los brazos—. Solo que tengo una idea mejor para esa torta helada.
— Mmmm —me mira—. Que es lo que está hermosa cabeza está pensando.
— En la noche lo descubrirás —le susurro y Edmond me mira con una sonrisa lujuriosa.
— No creo esperar….
— Pues tendrás que —digo y me alejo de el.
— Está bien —me atrae hacia él y me da un beso apasionado—. Regresare a mi estudio solo me faltan arreglar unos documentos más.
Edmond me suelta y vuelve a su estudio, yo empiezo a caminar por la sala y el comedor revisando todo, la mesa está perfectamente arreglada
—sonrió al verlo—. Miro hacia donde están nuestras fotos y algunos adornos, todo está perfectamente en su lugar.
Tuve que cambiar algunas fotos solo por hoy, hay algunas fotos que para algunas personas no son “apropiadas” mostrarlas o enmarcarlas.
— Tabí todo está perfecto —escucho la voz Edmond y me doy la vuelta—. Se que la cena de hoy será la mejor.
— Eso espero.
— Tabí te diré algo, pero no te molestes.
— Si es porque hoy vendrá Matteo…. no estoy molesta—lo miro—. Prometo que no contestare y no reaccionare a sus provocaciones y tratare con agrado a Samantha.
— Tabi….
— Edmond por favor dejemos ese tema de lado y solo enfoquemos en la cena de hoy, en pasarlo bien —digo fingiendo alegría.
— Tabí….
Edmond trata de decirme algo, pero escuchamos el timbre, Edmond se sorprende al escuchar el timbre y yo también ¿Quién puede ser? Aún falta casi una hora para la cena. Edmond camina hacia la puerta, al abrir veo que se queda sorprendido y yo también al ver quienes acaban de llegar. No puede ser —cierro los ojos y digo muchas groserías dentro mío.
— Mamá —dice algo sorprendido Edmond.
— Edmond hijo —le dice eufóricamente mi suegra y lo abraza.
— Hijo —le saluda reacio mi suegro
Mis suegros entran al Flat y vienen hacia la sala a sentarse. Como siempre mi suegra está despampanante con el vestido rojo largo con escote semi corazón, con diseños ondulados en la parte delantera y algunos toques de lentejuelas del mismo color, si no me equivoco este es uno de los diseños exclusivos de la última colección de Versace. Mi suegra completa su vestimenta con unas perlas en el cuello y pendientes de igual, entre las manos trae una pequeña cartera color negro que hace juego a su vestido.
Por otro lado, mi suegro también está muy elegante, está vistiendo un traje color gris claro muy recatado y serio como su personalidad, combinado con una camisa blanca y una corbata color vino oscuro, si mal no recuerdo debe ser de alguna marca italiana, mi suegro usa muchas marcas italianas como Ermenegildo Zegna, Etro, entre otros.
— Buenas noches —me acerco muy educadamente.
— Buenas noches querida —me saluda mi suegro y se sienta en el sofá.
— Buenas noches Tabatha —me saluda mi suegra con tanto amor como siempre—. Vinimos una media hora antes para ver que todo este perfecto.
— Como puede ver lo está —digo y muestro la mesa ya hecha.
— Hijo puedes darme algo de tomar.
— Claro Padre, pediré que te den una copa de whisky —dice y hace una seña a uno de los meseros del catering.
El mesero le sirve una copa de whisky y a mi suegra le da una copa de champagne, a mi me ofrece una copa, pero la rechazo, aun no tomare alcohol.
— Veo que todo está perfecto, espero que la cena también salga perfectamente y el señor Down firme —dice mi suegra sentándose alado de mi suegro.
— Madre —se sienta a mi lado Edmond—. Ese trato ya está hecho, solo falta que Matteo le de el contrato y lo firme.
— ¿Estás seguro? —le pregunta algo incrédulo mi suegro y deja a un costado su vaso de whisky.
— Si Padre…. de hecho, hoy firmara el contrato antes de irse.
— ¿Matteo vendrá? —me pregunta mi suegra.
— Si —sonrió fingidamente—. Mi hermano nos acompañara en la cena.
— Perfecto —dice mi suegro.
— Hace muchas semanas que no lo veo además tenemos que felicitarlo —dice mi suegra contenta.
Por mí no quisiera verle y ni estar en la cena, pero como es algo importante tengo que estar presente, voy a hacer lo humanamente posible para aguantar y ser una gran anfitriona.
Media hora después
En esta media hora…. Por cierto, muy lento para mí, mi suegra ha revisado todo, pero todo, ha dado órdenes a Nana y al catering, ha supervisado la preparación de la comida, ha cambiado algunos adornos y guardado algunas fotos nuestras —respiro cansada—. Era ovio que iba a hacerlo así que dejo que lo haga.
— Ahora si está perfecto —me dice mi suegra mientras cambia de sitio unos adornos—. Te mandare el numero de un diseñador de interiores, es el mejor de Nueva York y te ayudara a que su flat este más armonioso, así cuando mi hijo llegue de la oficina se sienta más tranquilo.
Eso fue una indirecta a mí —respiro profundo y sigo con mi sonrisa fingida—. No sé cómo no se acuerda que ella fue la que decoro todo nuestro departamento, claro que con el tiempo yo fui cambiando algunas cosas, pero cosas pequeñas, en unas semanas más cambiare todo, ya hice una cita con un diseñador de interiores muy conocido.
— Claro deme su tarjeta y yo lo llamare —digo muy cordialmente.
El sonido del timbre nos distrae y todos miramos hacia la puerta, Nana se acerca y abre la puerta. Edmond y yo nos levantamos, con las manos entrelazadas vamos hacia la entrada y vemos que los que acaban de llegar son el señor Down y Samantha —empezó mi pesadilla.
— Buenas noches —saluda muy sonriente Samantha a Edmond y trato de que no se me note mi enojo.
— Buenas noches —saluda y entra después de Samantha el señor Down.
— Buenas noches —saludamos a los dos.
Samantha o mejor dicho sawi, está muy contenta, pero al verla me sorprendo porque se que mi suegra al verla estará disgustada y tendrá muchas cosas para criticarla. Samantha o mejor dicho Sawi está vestida con un vestido corto pero corto color vino oscuro, el escote es en forma de V mostrando sus atributos y la parte de la cintura tiene pequeñas aberturas que ayudan a mostrar sus curvas, también me doy cuenta que lleva aretes, un collar y un anillo con incrustaciones de dimanantes a juego de Cartier, que si mal no recuerdo es de la última colección que sacaron, por otro lado el señor Down está vestido con un traje de color gris, una camisa blanca y una corbata azul marino, un traje muy conservador pero elegante.
— Buenas noches —saluda el señor Down a mi suegro.
— Amigo querido —le saluda de manera muy cordial mi suegro.
— Albert querido —se acerca mi suegra y le da dos besos en la mejilla.
— Querida Margot —le responde y le mira a Sawi.
— Buenas noches —saluda Sawi con una sonrisa fingida.
Ambos se sientan y mi suegra le da una mirada muy cortante a Sawi, mi suegra está muy molesta e incómoda como lo supuse.
— ¿Cuándo llegaron de Dubái?
—pregunta el señor Down.
— Hace dos días y fue un gran viaje
—presume mi suegra—. ¿Fuiste a Dubái Sabana? —le pregunta y yo me rio bajito.
— Muy pronto iremos de viaje a Dubái Samantha y yo —dice el señor Down haciendo hincapié al nombre de Sawi.
— Oh perdón te cambie el nombre, Samantha.
— Tranquila todos se confunden —dice algo molesta sawi pero lo disimula muy bien.
— ¿Cuántos días se quedaron en Dubai?
— Una semana —responde mi suegra—. Dime querida a que lugares ya viajaron con Albert —pregunta mi suegra
— Ya viajamos a Turquía, España, Italia e Inglaterra —sonríe.
— Hoooo y ¿Que te gusto de esos lugares?
— La verdad es que conocí muy poco ya que Albert se dedicó a sus reuniones mientras que yo me fui de shopping y compré tantas cosas —se ríe—. Solo diré que el mejor maquillaje que encontré fue en una tienda en Italia
—toma la copa de champagne que le ofrecen—. Creo que volveré a viajar solo para ir a esa tienda.
Mentalmente me golpeo la frente, veo la cara de mis suegros y sé que están pensando mal de Sawi.
— Albert tienes que pasar más tiempo con tu esposa —le recomienda mi suegra y sé que ese comentario es de doble sentido.
— Lo prometo —le da un beso en la mano a sawi y ella finge una sonrisa—. En mi próximo viaje pasaremos más tiempo juntos y conoceremos mejor ese país.
— Si porque odio estar sola —sawi toma la mano del señor Down—. Por suerte cuando Edmond vino a Alemania me hizo compañía y me acompaño a comprar algunas cosas
—me mira con una sonrisa malvada—. Luego le enseñe un poco de Alemania.
— Edmond —dice mi suegra sorprendida.
— ¿Edmond? —lo miro sin entender nada.
Veo como Edmond se pone un poco incomodo y algo ¿Preocupado?.... Cierro mis ojos y me calmo, Edmond me conto estas cosas y me dijo lo que realmente paso, tal vez la muy estúpida de sawi piensa que no lo hizo y con sus palabras hará que desconfié en mi esposo, pues ella está equivocada.
— Solo la ayude porque el señor Down....
— Dime Albert, Edmond.... dime Albert —le recuerda—. Por cierto, esa vez yo le pedí a Edmond que acompañe a Samantha así conocía un poco de Alemania y no se aburria esperándome.
— Exacto, solo la acompañe —dice Edmond más calmado.
— Eres muy bueno —digo y sonrió tomándole la mano.
— Pensamos que ibas a viajar con el
—comenta Albert.
— No pude, tuve un problema con un cliente que me tomo unos días solucionarlo —miento.
— Espero que en otra oportunidad viajen a Alemania y se queden unos días con nosotros.
— En algún momento lo haremos
—dice Edmond.
— Seria genial Isa y yo pasaríamos el día entero en las tiendas de ropa.
Yo jamás pasaria el día con Sawi y más comprando ropa, yo preferiría ir a conocer los lugares más tradicionales y comer la comida típica. Para suerte mía Nana hace una señal indicándonos que la cena ya está por ser servida, mi suegra se adelanta y se para.
— La cena ya será servida, les pido que pasemos a la mesa.
— Perfecto, ya estamos con algo de hambre —dice Albert mientras ayuda a sawi a levantarse e irse a sentar a sus lugares.
— Tranquila Tabí —me dice Edmond pensando que me molesta que mi suegra se crea la anfitriona—. Ella lo hizo sin darse cuenta —me da un beso en la mejilla—. Perdónala.
— Tranquilo mi amor —lo miro—. Se que lo hizo sin darse cuenta —miento.
Volvemos a escuchar el timbre y suponemos que es Matteo, porque es el único que falta para la cena. Nana abre la puerta y en efecto es mi hermano, Edmond y yo nos acercamos a la puerta y vamos a recibirlo. Está vez llego con diez minutos de retraso, cosa muy rara en él.
— Buenas noches —nos saluda
— Buenas noches —decimos al unisonó
Me sorprendo al ver a Matteo, con un traje de dos piezas color negro, su chaqueta tiene pedrería al parecer muy sutilmente difícil de percibir, lleva una gabardina del mismo color. No espera ni un minuto y me da o mejor dicho me tira a la cara su gabardina. Entra y empieza a saludar a todos que ya están sentados.
— Buenas noches a todos —saluda cordialmente.
— Buenas noches querido Matteo —le responde mi suegra al verlo.
— Matteo, Matteo Lougthy ¿Eres tú?
—pregunta incrédula sawi y se levanta para abrazarlo.
— Samantha —le corresponde el abrazo incomodándose—. Que sorpresa —dice y me mira poniendo una cara de disgusto
— ¿Se conocen? —pregunta sorprendido Albert y algo incomodo al ver la muestra de afecto de sawi a mi hermano.
— Si — dice muy contenta Sawi
— Disculpen —nos interrumpe Nana—. ¿Podemos servir la cena? —me pregunta
— Por favor digo y todos se ponen en su lugar
Los meseros empiezan a servir la cena, para esta cena mande a que prepararan Bacalao a la gallega, un platillo ligero pero elegante.
— Matteo querido, quiero felicitarte por tu matrimonio con la hermosa Sophie —le felicita mi suegra.
— Gracias —dice contento.
— Está muy delicioso este platillo
—dice Edmond disfrutándolo.
— Sabia que te encantaría —le guiño un ojo y Edmond sonríe.
— También es uno de los platos favoritos de Edward —dice mi suegra—. Si fuera por ellos todos los días comerían esto —comenta y todos nos reímos.
— Matty en las redes sociales leí que estabas comprometido ¿Te casaras?
—le pregunta sawi y Matteo aprieta los dientes al escuchar ese apodo.
— Si —dice serio y come un poco.
— ¿Quién es la afortunada?
— Es Sophie Breckinridge la hija del senador John Breckinridge —dice orgulloso.
— Sophie es una gran mujer, tan elegante y cariñosa, por cierto ¿Cuándo regresara de Aspen? —le pregunta mi suegra.
— Regresara en dos días —sonríe de lado
— Y ¿Ya tienen fecha para la boda?
—pregunta mi suegro.
— De echo si, será en cuatro meses por fin pudieron encontrar el día perfecto para que toda la familia de Sophie esté presente en nuestra boda.
— Será un gran acontecimiento.
— Si, la más emocionada es Sophie y su madre —se ríe.
— Sophie siempre quiso casarse al estilo princesa —comento y rio bajito.
Cabe aclarar que yo conozco a Sophie y es una de mis amigas más confiables, la conocí hace dos años y medio cuando coincidimos en un evento de caridad, ambas empezamos a hablar de muchas cosas y entablamos una amistad, de echo Matteo conoció a Sophie gracias a mí, no voy a negarlo al principio pensé que él se acercó a ella por conveniencia pero no fue así, Matteo de verdad se enamoró de Sophie y no quiero admitir esto pero desde que la conoció el dejo muchos hábitos horribles que copio de mi Padre como fumar todos los días alrededor de dos cajetillas de Marlboro.
— Lo sé y eso tendrá —dice ilusionado.
— Solo te pido que la hagas feliz y no la hagas sufrir —digo y veo como todos me miran sin entender lo que acabo de decir.
Veo mi error y para disimularlo tomo un poco de vino blanco y miro a un lado esperando que olviden mis palabras. Hay veces que no puedo medir mis palabras estando alado de Matteo.
— ¿Cómo conociste a esa chica?
—pregunta Sawi con un tono de desagrado en su voz.
— Tabatha me la presento —dice y me mira.
— Felicidades por tu próximo Matrimonio y que sean felices —dice Albert, agarra la mano de Sawi y le da un beso—. Como nosotros
— Si como nosotros —repite.
— Disculpe mi intromisión, pero ¿Cómo se conocieron? —pregunta Matteo.
— Pues nos conocimos en una reunión de negocios y mientras viajábamos nos conocimos mejor —sonríe mientras vea Albert otra vez fingiendo amor—. Al conocerlo mejor me enamore.
— Y meses después nos casamos —dice Albert contento.
— Nos quedamos asombrados cuando vimos tus fotos y más Adelaida, estaba muy enojada —comenta mi suegra.
— Lo sé, me llamo y me dijo muchas cosas irreproducibles —toma un sorbo de su vino—. Ya conoces lo dramática que es…. —suspira—. Por eso me divorcie de ella.
— Yo la vi hace dos semanas en la nueva tienda de Chanel que por cierto la nueva colección que presentaron está estupenda deberías ir querida —le dice a Sawi y ella le mira sin entender el porqué de su recomendación—. Hay buenas asistentes personales que te ayudarían en escoger los mejores diseños.
Mi suegra acabada de insultar a Sawi de manera sutil —me rio yo misma—. Se veía venir porque mi suegra desde que vio a Sawi le desagrado su vestimenta.
— Si conozco esa tienda y adoro la marca tienen tan hermosas colecciones, carteras y accesorios, es una de mis marcas preferida.
— Samantha vacía toda la tienda cuando va de compras —dice entre risas Albert.
— Albert no digas eso además no es mi culpa que las marcas diseñen cosas tan lindas, carteras increíbles y accesorios fabulosos —sonríe.
— Tú puedes gastar todo el dinero que quieras —se acerca a ella y le da un beso fugaz—. Por cierto ¿Cómo conociste a mi esposa Matteo? —le pregunta y Matteo deja de comer.
— Samantha vivía en el mismo edificio que mi hermana y eran amigas.
— Oh cierto, cierto —confirma Albert.
— ¿Eran amigas? —pregunta mi suegra sorprendida mirándome.
— Vivíamos en el mismo edificio y solo chocábamos o nos veíamos de vez en cuando en el ascensor —digo casual—. Y ahí conoció a Matteo ya que el venía a visitarme una vez al mes y se quedaba unos dos días en mi Flat.
— Es verdad…. Isa y yo nos encontrábamos a menudo y conocí a Matteo cuando venia a visitar a Isa a su Flat. El siempre cuidaba de su hermana y estaba pendiente de ella —comenta—. Todas las chicas se morían de amor por el —mira a Matteo y sonríe—. No negare que yo tambien estaba algo enamorada de Matteo —dice y todos lo miramos asombrada y Matteo se pone más incómodo—. Pero él nunca me hizo caso, me trataba como a una hermana.
Matteo jamás le hizo caso porque desde un principio se dio cuenta de la mujer que era y que lo único que le importaba era el dinero y la posición social.
— ¿Como te permitían entrar al edificio? —pregunta mi suegro.
— Mi padre hablo con el rector y se arregló, yo no podía dejar a mi hermanita sola y mi Padre no estaba tranquilo de dejar a Tabatha sola en un edificio sin protección y a merced de peligros.
Matteo habla tan convincentemente que nadie pudiera dudarlo, es verdad mi padre hablo con el rector, pero para darme el mejor Flat que tenían y mi hermano venía a mi Flat para escapar de su entonces novia toxica, jamás mi padre se preocupó de mi seguridad, jamás.
Veo como Edmond se sorprenden al escuchar esas palabras, el tiempo que llevamos juntos él se ha dado cuenta que mi padre jamás se ha preocupado por mi como Matteo acaba de hacer creer a los demás, mi Padre es igual de cariñoso que una piedra.
— Matteo siempre venía a visitar a Isa —acota Sawi.
— Ya saben un hermano mayor siempre tiene que estar al pendiente de su hermanita —me mira Matteo provocándome y yo sonrió fingidamente.
— Que gran hermano eres —dice mi suegra muy contenta.
Matteo jamás dejara de actuar como un gran hermano o mejor dicho el mejor hermano del mundo ante todos. El único que sabe realmente mi relación con mi hermano es Edmond, Sophie que trata que nos llevemos bien, pero es imposible y Ainara, bueno ella solo sabe que nos llevamos mal pero no sabe realmente hasta qué punto llegamos. Pero nadie sabe realmente el trasfondo de nuestra enemistad y nuestro rencor, bueno mi rencor hacia él.
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Mientras la cena avanzaba Sawi le ha dado algunas miradas coquetas a Edmond y ha hecho algunos gestos inapropiados a Edmond y Matteo, Edmond no le prestó atención y trato de evitar esas miradas y Matteo la ignora completamente hablando sobre algunas cláusulas del contrato, de echo todos los hombres empezaron a hablar del negocio y el contrato que firmaran está noche con Albert que según ellos este proyecto será recordado por siempre.
Matteo se levanta de la mesa y va a la oficina de Edmond al parecer arreglar o traer el contrato, aprovecho este momento y me levanto para ir a la cocina por los postres. Mi suegra también se levanta y me sigue a la cocina —respiro profundo.
— Nana me pasas los platos —digo mientras saco los postres del refrigerador.
— Aquí están —me pasa los platos.
— Tabatha querida —se para a un lado mío—. ¿Qué postre escogiste para hoy?
— Una de las favoritas de Edmond —le muestro uno—. Son minis Cheesecakes cubiertos con chocolate —empiezo a poner los postres en los platos.
— Escogiste muy bien —me dice mientras pone dos platos en una bandeja.
— Gracias.
— Por cierto, estas muy hermosa —me sonríe—. Te sientan mejor esa clase de diseños, son perfectos para una mujer casada.
— Suegra —digo algo ofendida por sus palabras.
— La esposa de Albert realmente necesita una buena asesora de modas —me interrumpe—. No puedo creer que venga vestida así…. —dice horrorizada—. Ten mucho cuidado con esa chica porque no es una persona que brinde confianza.
Como si no supiera, Samantha al ver a mi hermano le empezó a coquetear como también a Edmond, yo no soy ciega, pero como soy educada no le digo nada, si no fuera una cena importante, Sawi ya estaría sin sus extensiones
—rio bajito para mi misma al pensarlo—. No quiero que Edmond pierda este proyecto que por sus palabras y la inversión que están manejando es millonaria.
— Gracias por su concejo, pero Edmond y mi hermano no caerán en su trampa. Matteo la conoce y sabe que tipo de mujer es.
— Mi hijo es inteligente y no caerá otra vez —susurra.
— Disculpe —digo mirándole feo.
— Nada querida —me sonríe falsamente—. Mejor apúrate con los postres —me dice y sale de la cocina como si nada.
No pude escuchar lo que al final dijo…. Pero ella no espera ni un segundo para criticarme o decirme alguna cosa que me deja enojada, la verdad es que no se porque ella es así pero bueno ya me acostumbré a su carácter que es igual al de mi madre.
— Tranquila Tabí solo lo dice por molestarte —se acerca Nana y me abraza.
— Lo sé —suspiro—. Gracias Nana —le digo.
Tomo la bandeja y llevo los postres a la mesa de noche, todos se han levantado de la mesa y se han ido a la sala. Edmond me mira y se levanta para ayudarme a repartir los postres, detrás de mi sale nana con tazas y café en una tetera.
— ¿Y Albert? —pregunto
— Con tu hermano, fueron a firmar el contrato regresaran en unos según….
— Aquí estamos, ya regresamos —dice mi hermano con una sonrisa.
Al parecer firmaron el contrato y si es así me pone contenta ya que Edmond se esforzó mucho para lograr que Albert confié en la constructora y decida hacer nuevos proyectos.
— Espero que todo haya salido como querían —dice mi suegra mientras toma un poco de su café.
— Si —dice Albert sentándose alado de sawi—. Este proyecto será uno de los mejores que se verá en Ney York y todo en regla gracias al mejor abogado de New York.
— Solo hice lo que me pediste —dice mi hermano—. Así nadie querrá bajarte el proyecto.
— De eso no tengo duda.
— ¿Vivirás aquí en New York ahora qué estas emprendiendo en este nuevo proyecto? —pregunta mi suegra y toma un poco de café.
— Edmond —dice sawi dejando a un lado su postre—. No me mandaste el número del agente de bienes raíces.
— Te debió mandar mi secretaria el teléfono del agente de bienes raíces.
— No, no lo hizo —dice molesta
— ¿Dónde quieren vivir? —pregunta mi suegro.
— Cerca de este lugar —dice Sawi—. Tal vez podemos encontrar un Flat en este mismo piso y volver a vivir en el mismo edificio como en la universidad.
La escucho y me quedo sorprendida, volver a vivir en el mismo edificio con sawi no, no, no, no…. Sería lo peor que me puede pasar, ella estaría pendiente de mis movimientos y los movimientos de Edmond, además de molestarnos a la hora que le dé la gana.
— Si conseguimos un Flat aquí me gustaría que lo transformaran —dice Albert—. Como su Flat, moderno y elegante.
— Isa…. si logramos conseguir un Flat aquí tal vez nos encontremos en el ascensor y recordamos viejos tiempos cuando íbamos a las fiestas de las fraternidades.
— ¿Fiestas de fraternidades?
—pregunta mi suegra sin entender nada.
— Ya saben —se hace a un lado su cabello presumiendo sus atributos—. Esas fiestas donde hay alcohol, música a todo volumen y los jóvenes a reventar…. Como se ve en las películas solo que muchas fueron peores que Proyecto X —dice riéndose.
— Tabatha —me mira mal mi suegra—. ¿Tu participaste en esa clase de fiestas? —me mira con cara seria—. Que desagradable —dice y mueve su cabeza en forma de desagrado para luego tomar un poco de su café.
— Heeee…. Si…. —digo nerviosa y con unas ganas de matar a sawi
Esas cosas no se dicen y más frente a tus suegros, todos fuimos alguna vez esa clase de fiestas cuando estas en la universidad, además nunca fui sola siempre fui acompañada de Izan.
— Todos algún momento fuimos a esta clase de fiestas —dice Matteo tratando de ayudarme.
— Es verdad —dice riéndose sawi—. Tu fuiste a alguna fiesta así supongo Edmond.
— No —dice y yo le miro sorprendida.
— ¿Es verdad mi amor? —pregunto.
— Si —se encoge de hombros.
— Mi hijo jamás fue a esa clase de fiestas mal vistas donde le podía pasar muchas cosas malas y conocer gente que no está a su altura.
— No fue por ese motivo Madre —le interrumpe Edmond y le mira cortantemente—. No faltaron invitaciones lo admitiré, pero nunca podía ir porque esos años estábamos atravesando una complicación financiera en la empresa y después de mis clases iba a la oficina y regresaba a mi Flat cansado directo a dormir.
— ¿Qué pena? —dice triste sawi—. Tal vez si hubieras ido a alguna fiesta nos hubiéramos encontrado y conocido
—dice sawi y le guiña un ojo a Edmond muy sutilmente.
— Pero como te hubieras acordado si en muchas de esas fiestas terminabas borracha y durmiéndote en la barra
—digo y sawi me mira con odio.
— Las veces que Tabatha fue a esas fiestas yo la acompañe —miente Matteo—. Y solo estábamos por una o dos horas —me mira para que le siga la corriente.
— Una hora, máximo —respondo.
— Por lo menos ibas a acompañada
—dice mi suegra—. Yo escuche que en esas fiestas hacen cada tontería hasta llegan a estar presos.
— Jamás permitiría que mi hermanita hiciera esas tonterías —dice Matteo riéndose—. Ella siempre fue consciente de sus actos y una buena estudiante.
— Matteo ¿Tu fuiste a esas fiestas?
— Si a muchas —dice y veo como se sorprende mi suegra—. En muchas de esas fiestas conocí a algunos hijos de políticos y entable amistad que hasta ahora perduran.
— Hooooo ya veo —dice mi suegra sorprendida al darse cuenta de lo que Matteo dijo.
— Sacaste provecho en esas fiestas, muy bien pensado —comenta mi suegro
Samantha toma un gran sorbo de su café, como si fuera en cámara lenta todos vemos como la taza de café se cae de las manos de Sawi, manchándole toda su falda del vestido de café. Sawi se levanta abruptamente y empieza a gritar mientras se limpia o trata de quitarse el café de su falda. Todos nos sorprendemos y nos levantamos instintivamente para ayudarla.
— Corazón tranquila —dice Albert tomando unas servilletas y limpiándola o bueno tratando.
— Albert mi vestido se manchó y se arruino —dice mientras mueve sus manos y hace un pequeño berrinche.
— Tranquila corazón mañana iras a comprar todos los vestidos que quieras —dice mientras le sigue ayudando a limpiarse la mancha.
— Seria mucha molestia que me dejaran ir a su habitación a limpiarme mejor —me mira.
— Claro que no habrá problemas —se adelanta mi suegra en responder—. Tabatha puede incluso prestarte algún vestido
—Si —digo entre dientes—. Ven conmigo —le pido y ella me sigue
Sawi me sigue, abro la puerta y dejo que ella entre primero, al entrar Sawi empieza a ver todo —suspiro cansadamente—. Yo voy a mi armario y busco algún vestido que pueda dárselo. Busco y busco hasta que encuentro uno, está nuevo de echo nunca lo use.
— Creo que este te quedara —saco el vestido.
Bueno este vestido lo compré cuando fui con Ainara al centro comercial, cometí el error de no probarme en la tienda. Al llegar al Flat me probé y no me gusto, el modelo y el color no me daba, tenía que devolverlo, pero paso el tiempo y lo olvide.
— Veo que tú y Edmond son felices
—me dice Sawi mientras mira una foto de los dos
— Si —le quito la foto y le doy el vestido
— Hay que agresiva
— Samantha cámbiate rápido por favor
— Que mal gusto tienes —me dice al mirar el vestido—. No me pondré eso, prefiero solo limpiarlo además mañana iré y comprare un vestido mejor o igual que este.
— Entonces para que pediste venir
— Para conocer más tu vida con Edmond.
— ¿Qué es lo que quieres? —pregunto ya enfadada.
— Yo nada —camina y va al armario de Edmond.
— Samantha te conozco y se lo que estas pretendiendo.
— Si lo descubriste entonces para que me preguntas —me dice algo enojada.
— No creo que puedas librarte de Albert tan fácil.
— Será muy fácil —se empieza a reír—. Albert es un estúpido y ya estoy harta de él, ya no puedo seguir a su lado y perder mi juventud. No sé cómo tuviste tanta suerte y conseguiste a un hombre como Edmond, tonto y rico.
— Edmond no es tonto —digo enojándome más.
— Si lo es —me mira seria—. Todo el mundo sabe que tú te casaste por su dinero además de beneficiar a la empresa de tu Padre.
— Estas muy equivocada —sonrió—. Yo no soy como tú que solo le gusta el dinero y ya.
— Tienes razón, no eres como yo —me mira fríamente—. Yo no tengo un amor tan intenso como tuviste con Izan —se mira las uñas—. Edmond sabe las cosas estúpidas que cometiste por Izan.
— Edmond sabe todo de mi vida, jamás le he mentido —miento.
— Entonces porque parece que no sabe de Izan.
— Porque Izan ya no forma parte de mi vida —miento otra vez—. El hizo su vida y yo la mía.
— No mientas Isa —se acerca más a mi—. Izan es tu único amor y estoy segura que si Izan aparece en cualquier momento tu caerías y dejarías a Edmond.
— Estas muy equivocada yo amo a Edmond e Izan es mi pasado —digo—. El destrozo mi corazón y eso no se cura
— Miéntete cuanto quieras —se ríe—. Pero desde ya te aviso que hare lo posible por tener a Edmond —se hace el cabello hacia atrás—. Sobre Advertencia no hay engaño, querida
—sonríe hipócritamente.
Escucho esas palabras y trato de controlar mis ganas de lanzarme hacia ella y darle su merecido, pero eso se vería muy mal y todo por lo que trabajo Edmond se arruinaría. Samantha cree que con sus amenazas o mejor dicho con sus estúpidas palabras hará que me preocupe pues está equivocada.
Samantha se arregla su vestido y sale de mi habitación, yo la sigo y todos nos miran, mi suegra me mira mal, de seguro está pensando que no quise prestarle algo.
— Pude limpiarlo un poco, mi amor —se acerca sawi a Albert—. Mejor vayamos al hotel.
— Tienes razón —toma la mano de Sawi.
— Creo que nosotros también nos iremos —dice mi suegra.
— Muchas gracias por venir —dice Edmond.
— Gracias por todo y por hacer realidad mis sueños.
Edmond acompaña a mis suegros y se despiden, Albert me da dos besos en la mejilla y sale del Flat. Sawi se despide de mi hermano, pero noto algo extraño, Matteo la está sujetando del brazo y Sawi lo está mirando con una cara asustada. Trato de acercarme, pero mi suegra se acerca a despedirse.
— Bueno Edmond espero que no te olvides de mandarme el número del agente de bienes raíces.
— Tranquila yo te mandare el numero —se entromete Matteo.
— Gracias Matteo
— Adiós Isa.
— Adiós Edmond —trata de acercarse, pero Edmond se acerca a mi.
— Adiós —dice secamente.
Samantha sonríe, pero le lanza una mirada de odio a Matteo, cosa muy rara, Albert le hace una señal desde el ascensor y ella corre hacia él. Al ver cerrar el ascensor respiro más calmadamente
— Bueno me voy —se despide Matteo
— Adiós hermanita —me dice y me abraza—. No te preocupes por Samantha —me susurra y yo le miro sin entender sus palabras.
Trato de decirle algo, pero él se apresura para entrar en el otro ascensor. Edmond toma mi mano y ambos caminamos a la sala para sentarnos en los sofás.
— Al fin termino —dice Edmond quitándose la corbata.
— Si —digo y me tapo los ojos con el brazo.
— ¿Estas bien? —me pregunta Edmond.
— Si, solo un poco cansada —bostezo—. Es mejor que nos vayamos a dormir
— Si tienes razón —se levanta—. Vienes
— Adelántate
Edmond se va a nuestra habitación y yo me quedo mirando una foto nuestra, tendré que tener cuidado con Sawi, por suerte Samantha dejo de ser mi amiga disfrazada para ser mi enemiga declarada.
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Muchas gracias a todos..... llegamos a 100 🌟 🎶💃🏻 no saben como estoy de contenta y feliz. L@s Quiero ❤❤❤❤
Que teorias tienen, cuentenmelas....
¿Que personajes son sus favoritos?
¿Que personaje quieren que muera?
Naaaa mentira pero tal vez me anime a matar a alguno.. quien sabe
L@s quiero 😘😘😘😘 no se olviden de dejar su voto y si quieren pueden compartir la historia para poder crecer mas.
J💜
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