Capítulo 4
A la mañana siguiente el pequeño despertó bastante norteado, observaba con atención la habitación, volteó sus ojos al recordar, los talló con sus manos tratando de ajustar la luz a sus retinas, muchas veces había estado en ese lugar, así que se sentía rutinario estar en el lugar, se levantó bastante mareado caminado hacia los lados, mientras lo hacía se desnudaba para entrar al baño, abrió la ducha y se metió al agua aún medio dormido. Itachi sonrió ligero con diversión, a pesar de ser demasiado delgado, su cuerpo le mostraba una pequeña cintura, una figura delicada, giró su rostro al verlo desde atrás, su forma era similar a una chica, sacudió su mente por pensar tonterías.
Naruto ni siquiera cerró la puerta para bañarse, cuando reaccionó bajo el agua despertando, comenzó a bañarse tranquilamente. Al salir tomó una toalla, se secó adecuadamente aún bostezando, abrió uno de los cajones sacando un cambio de ropa que siempre dejaba en el lugar -Itachi levantó una ceja con sorpresa, definitivamente esta era su habitación, ¿pasaría muchas veces en este lugar la noche? se preguntaba el azabache, a menos que continuamente acabara en el lugar, tal vez tenía una enfermedad cardíaca, relacionando todo a su infarto.
El pequeño metió su ropa sucia a una bolsa, se acostó nuevamente en su cama, sacó una manzana de su estuchera, comenzó a comerla tranquilamente esperando a su abuela. Nuevamente comadreja observó el espectáculo, el rubio se había cambiado sin pudor alguno en la habitación desnudándose por completo, el mayor lo observaba con cuidado un poco perdido en su figura, cuando reaccionó se sonrojó bastante girando su rostro al darse cuenta que era un pervertido.
La Hokage entró a la habitación -¿cómo te encuentras Naruto? -el rubio la vio, sonrió levemente, levantó sus hombros restándole importancia -me han dado golpizas peores abuela, esta vez sólo fue un infarto -la rubia le dio un sape. Itachi abrió sus ojos entendiendo el porqué de sus visitas al hospital, lo vio con lástima -no digas idioteces, me preocupas carajo -la rubia lo acostó viendo el puchero en el pequeño que sobaba su sape, revisaba sus signos vitales pasando su ninjutsu médico por su cuerpo -siempre me sorprende lo rápido que sanas, ya puedes salir, necesito que te tomes este mes y te tranquilices, ¿entiendes? -Naruto negó -no puedo abuela, sabes que ocupo el dinero, apenas me alcanza para vivir, esos bastardos siguen explotándome, me venden todo muy caro -la rubia lo vio mal -bastardos desgraciados, usa un maldito henge para hacer el súper -el pequeño levantó un puchero, asintió -me largo abuela, iré a descansar, el hospital me marea -la rubia sobó sus cabellos con cariño -ve y descansa, le diré a tu equipo que te mandé a otra misión -el rubio asintió lentamente, vio de lado a Itachi, respiró hondo, salió del lugar por la ventana.
-Itachi ni una palabra de esto -el azabache bajó, asintió -Tsunade-sama, el día de ayer un espía entró a la habitación, era un anbu del consejo, Naruto lo derrumbó con un kunai -la rubia levantó una ceja para continuar marcando el ceño -bastardos, ¿por qué demonios no lo dejan en paz?, encárgate de sacarle los trapos sucios de los ancianos y deshazte de él, no quiero traidores en mi gobierno-
…..
Naruto regresó a la biblioteca del mismo modo que lo había hecho hace un día, comenzó a crear clones mientras él leía la información de su padre en los archivos, levantó un puchero al ver el gran parecido entre ambos, con sus dedos delineó el rostro de su padre, sonrió de lado, arrancó también esa hoja, la guardó entre sus cosas, regresó el libro, continuó estudiando y practicando por casi todo el mes. Mientras sus clones estudiaban él salió con un henge a hacer las compras para poder comer, ya no le quedaba mucho, así que haría una sopa con vegetales.
Mientras caminaba por la aldea pudo sentir el chakra del anbu de aquel día, ahora recordaba, su abuela dijo que ese sujeto se había quedado con la ficha de su madre, caminó hacia donde sentía el chakra, paró en seco al ver a una chica pegada en su brazo con una gran sonrisa, levantó el rostro, se sonrojó bastante al ver el rostro del chico perdiéndose un poco en la vista, se quedó un momento observando la escena hasta que sintió la mirada del hombre sobre él, rascó su nuca con pena, se acercó a él -disculpe -el Uchiha vio con duda al rubio.
Izumi fue la que habló -¿lo conoces cariño? -el mayor vio al pequeño con duda, su chakra era el del rubio -sí, ¿qué es lo que se te ofrece? -el rostro estoico del mayor lo ponía bastante nervioso -hace unas semanas, la Hokage te dio a guardar algo mío, me preguntaba si mmmmm ¿me lo puedes regresar? -el azabache asintió levemente, sacó de su bolsa de herramientas un pergamino, se lo entregó -es tuyo -Naruto abrió sus ojos con emoción, sonrió con sinceridad -te lo agradezco -el pequeño se dio la vuelta, corrió con velocidad saliendo de la avenida principal. Itachi observaba al pequeño huir del lugar, sonrió de lado casi impecable, se le había hecho tierno. Izumi marcó su ceño con duda, su pareja nunca sonreía tan fácil -¿qué es lo que le diste? -el azabache la vio con seriedad -nada, sigamos con las compras, tengo muchos pendientes -la chica asintió sin entender, algo de esa interacción no le había agradado.
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