Siete


Kelin

Estaba tan ansiosa de entrar a la universidad y ahora se me hace que el tiempo pasa demasiado rápido, quedan un par de semanas para irme al campus, me la había pasado prácticamente metida en la cama con Hoseok, no podíamos hacer mucho más, pues como es la pareja de mi madre, yo trato de guardar apariencias, aunque sé que ella se sigue viendo con su instructor de gimnasio.

—¿Sucede algo?

Hoseok salió de mi baño completamente desnudo se estaba secándose el cabello mientras su piel aun brillaba por el agua que seguía en su musculoso cuerpo, su miembro descansaba tranquilo entre sus piernas, aun así el tamaño era de admirarse, tuve que concentrarme un poco, pues no creo que pueda con otra ronda aunque lo desee, ya ando irritada de la entrepierna y me cuesta sentarme.

—Busque un apartamento en Londres y apenas lo había tenido en la bolsa, me quieren subir la renta por la alta demanda, tendré que buscar algo más económico.

—¿Tu madre no te da lo suficiente?

—Nunca pido mucho, son cosas básicas, pero quiero independizarme, así que entre con beca a la universidad, también busque un trabajo de medio tiempo para poder estar al día con lo que necesite y lo poco que ahorre con lo que mi madre me depositaba por necia, lo deje para el alquiler del departamento, pero si pago lo que me piden deberé buscar un ingreso extra.

—Ya veo.

Se sentó a mi lado y tomo su teléfono, marco algo rápido y escuche como cambio su acento a uno mas británico, escuche que menciono la dirección del departamento que estaba en la pantalla y después escuche una pausa para que dijera mi nombre a continuación.

—Oye no —intente quitarle el teléfono, pero es mas fuerte y grande así que solo basta con que pusiera su mano en mi rostro para apartarme —Hoseok, debes detenerte.

—Muy tarde, ese departamento será tuyo en menos de dos horas.

—Yo no te pedí que hicieras esto.

Me sentía molesta, no quiero recibir nada de Hoseok, no quiero que piense que soy como mi madre, me sujeto de las muñecas haciendo la laptop aun lado, un par de gotas cayeron de su cabello quedando en mi rostro, su mirada seria me provocaba demasiado.

—No solo tu puedes hacer lo que se te pega la gana, es tu decisión si quieres o no vivir ahí, pero es mejor que lo hagas, también puedo comprarte una casa y solventar todo lo que necesites hasta que te gradúes.

—No soy ese tipo de mujer —intente forcejear —si estoy contigo es porque quiero.

—Lo tengo en cuenta —separo mis piernas con su rodilla — por eso mismo lo hago, porque para lo que otras serian un regalo, incluso un detalle romántico, para ti es como un tipo de ofensa y verte molesta me excita tanto.

Se deslizo tan rápido entre mis piernas que el ardor que sentía desapareció, solo estaba ahora la sensación de su grueso miembro estirando mi piel, recordándome cada vena que se marcaba en todo el tronco duro.

—Hoseok, mi madre —no pude decir otra palabra porque sus movimientos convirtieron mis palabras en gemidos.

—Deja que yo me ocupe de tu madre.

Mis uñas se fueron a su espalda y me aferre a su cuerpo un poco helado, estoy pensado en llevar hombres a ese departamento, solo para que me venga a follar de la manera salvaje que hace cuando esta celoso.

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