Cinco


Hoseok

Ser un hombre que sabe reconocer sus errores es una característica importante para mí. Pensé que Kelin era un poco más tímida, inexperta, más inocente.

Pero diablos que me equivoque.

Me jalo de la camisa hacia ella y sus labios estaban muy cerca de los míos, su pequeño cuerpo estaba debajo de mí, no nos habíamos movido de la puerta, estábamos en un silencio que me tenia la polla hinchada y queriendo salir de entre mis pantalones.

—Solo quiero dejar en claro algo —sus ojos me miraron y después se fueron a mis labios —yo no quiero su dinero, yo hago esto porque lo deseo, no quiero que sea amigable conmigo frente a mi madre, lo que suceda en su habitación —fue bajando sus manos hasta tocar el bulto que se había hecho en mi entrepierna —o en la mía, se quedara en ellas, no soy su amante prohibida, usted es mi antojo y eso no se va a discutir —apretó mi miembro sobre el pantalón, causándome un pequeño jadeo —¿Entendido?

—Fuerte y claro.

—Bien.

La bese, no podía soportarlo más, su actitud tan dominante con esa cara de niña inocente, me tenían a punto de correrme, yo tenia el control del beso, hasta que se separo para deslizarse por mi cuello, y seguir sobre mi camisa, sus labios bajaban mientras sus ojos me miraban llenos de deseo.

—¿Estas estableciendo el dominio? —sonreí acariciando su cabello.

—Digamos que —bajo mis pantalones y bóxer sacando mi miembro para darle una lamida —tendrás una chica obediente, siempre y cuando me guste lo que me das.

Un gruñido se escapó de mi garganta, sujeté su cabello en un puño y metí mi miembro a su boca con salvajismo, sus dientes rozaron solo una vez, después solo sentí sus labios y la lengua, el como ahuecaba las mejillas mientras respiraba por la nariz, ahogándose un poco con el tamaño de mi erección y el grosor de mi polla, la saliva corría por la comisura de sus labios, no dejaba de verme mientras seguía hundiéndome en su garganta.

—Sabes perfectamente como usar esa boca tuya —jale su cabello para separarla de mi miembro haciendo que un sonido de Plop se escuchara y un hilo de saliva se uniera desde su lengua hasta la punta de mi polla — móntame y déjame ver que otras habilidades tienes.

Sonrió y se levantó, empujándome a la cama, yo me arrastre hacia arriba para quitarme la ropa rápidamente, ella se tomo el tiempo para subir su lindo vestido dejándome ver, el cuerpo perfecto que poseía, sus curvas se alineaban a toda su figura como un poema, no llevaba sostén, sus pezones pequeños y duros me aguaron la boca, así como al descubrir su sexo, el cual estaba depilado con solo un pequeño cuadro de vello denotando la línea entre la inocencia y la madurez.

Gateo al subirse a la cama, me dio la espalda para acomodarse sobre mi erección, se deslizo con lentitud arqueando su espalda, su piel tan suave se erizo en cámara lenta, un gemido ahogado se le escapo de pronto al moverse en círculos.

—Tenia tanto sin sentirme así de llena —empezó a rebotar con gracias sobre mi miembro haciendo que mis testículos se tensaran con cada movimiento —dios Hoseok.

Al decir mi nombre me incline un poco para sujetar sus pechos, atrape sus pezones entre mis dedos y mordí su hombro, me apretaba cada vez que bajaba, y podía notar como su coño se estiraba mientras me hundía en ella, no soporte mas así que la tumbe contra el colchón para poner mi mano en su espalda y follarla mas duro todavía, nos habíamos olvidado de los preservativos.

Pero, aunque tenia todas las ganas de correrme dentro de ella cuando su orgasmo la golpeo y apretó mi polla para exprimirla, logre salirme, los chorros de mi semen llenaron su espalda, me apoye en mis codos para recobrar un poco el aliento, ella se sentó y giro hacia mi con una sonrisa amplia.

—¿Hasta que hora tenemos? —dijo acercándose a mí.

—Dijo que no la esperáramos despiertos y apenas es media tarde.

—Bien —mordió su labio inferior —y señor Jung, no tema correrse dentro, soy joven, no estúpida, estoy tomando anticonceptivos.

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