19
He vuelto a la casa de Namjoon.
Supongo que era lo inevitable, algo que no iba a poder frenar cuando sucediera, así que, tras un día más después del accidente con Arianne, me encontraba volviendo a la casa donde me habían metido a vivir a la fuerza.
Es extraño, bastante, porque en mi cabeza todavía están muy presentes las emociones que sentí la primera vez que pisé este lugar. Todo ese miedo, terror, el pánico y la angustia se agolpan en el fondo de mi mente como si estuvieran esperando el mejor momento para salir a la superficie otra vez. Realmente esperaba sentirlas todas y cada una en el momento que emprendiera el viaje de regreso, pero, sorprendentemente, ninguna de ellas había aparecido para recibirme.
Estaban muy escondidas dentro de mí, como si algo las estuviera reteniendo.
Era contradictorio. Tenía una mezcla de emociones opuestas entre sí dentro de mí. Debería estar sintiendo todas las emociones de la primera vez, tener la necesidad de huir lejos, de desaparecer, pero nada de eso estaba ocurriendo.
La tranquilidad era abrumadora.
Ya habían pasado cinco días desde que volví a esta casa, y bueno, la rutina parecía haber vuelto a mi vida. No podía salir de aquí, estaba condenada a vivir dentro de esta casa sin salir a la calle, todo porque el líder había ordenado que no se me permitiese salir para que no escapara de nuevo. No sabía que esa norma existía, al menos no hasta ahora, pero supongo que una parte de mí había dado razones para que eso sucediese. Al menos, la enfermera venía cada día a revisar mis heridas y mi estado. A penas eran treinta minutos de todas las horas que tenía el día, pero agradecía tener algo de compañía por un pequeño rato. Ella venía por las mañanas, cerca del mediodía y siempre que Namjoon no estaba en casa, aunque, a decir verdad, él no pasaba mucho tiempo por aquí.
Así que me pasaba sola la gran parte del día, salvaguardando esos 30 minutos en los que la enfermera venía a revisarme. Me había enterado, porque me lo había dicho la enfermera, que tampoco tenía permitido visitas, ni si quiera Arianne, y no voy a mentir, saber eso me puso triste.
¿Tanto había querido escapar antes?
Puedo recordar a la perfección todos los acontecimientos que me han traído a esta casa, todos están muy frescos en mi cabeza, pero no los asocio a ningún sentimiento. Esos no los puedo recordar, es como si algo los hubiera borrado, o tal vez los estuviera conteniendo en un lugar muy profundo de mi mente.
Frunzo el ceño mientras miro el jardín desde la cristalera del salón. Me apetece mucho salir a que me de un rato el sol, pero odio sentir la mirada de los alfas que vigilan la puerta sobre mí. Sí, también me había enterado de que habían puesto vigilancia en la puerta, como si fuera una auténtica delincuente, pero no dije nada, ni si quiera me quejé cuando Namjoon me lo dijo, porque sabía que no ganaría nada con eso.
Solo empeoraría más mi situación.
No tengo ni la menor idea del por qué de todo esto. Tenía claro que al principio de todo esa vigilancia no existía y la orden de visitas restringidas tampoco, así que no sabía de donde venía poner estas contenciones.
Tampoco había hecho nada para ello, ¿no?
Niego con la cabeza tratando de desentenderse de todo. Ya es por la tarde y he terminado de comer hace un pequeño rato. Me había entretenido lavando los platos que había ensuciado y limpiando la cocina de la casa. Hoy, como el resto de los días, me había encontrado rezando porque alguien entrara por la puerta para acompañarme para comer, quien sea, me daba igual quien, pero como era costumbre ya, nadie había aparecido, por lo que traté de no desilusionarme demasiado mientras comía lo que había cocinado.
Estos días había estado preparando platos demasiado elaborados para mí sola, tan solo porque me llevaban más tiempo, lo que suponía que estaría más tiempo ocupada, fingiendo que no me molestaba estar sola.
No me gusta sentirme sola, no me gusta estar sola aquí y ese pensamiento me había sorprendido, porque eso es algo que no hubiera dicho hace unos días.
Era una constante confrontación interna. Una parte de mí lucha por encerrarme, por mantenerme segura y la otra lucha por liberarme, abrirme al mundo y vivir por fin lo que no había hecho hasta ahora. No sabía que hacer, no tenía ni la menor idea de a qué pensamiento hacer caso. ¿A qué debía aferrarme? Estoy confundida, porque ambos pensamientos me parecen atractivos a su manera, pero ninguno termina por convencerme.
Nada era seguro.
Cierro los ojos apartando la vista del ventanal del salón. Es como poner un caramelo frente a un niño y no dejar que lo coja. Bato mis pestañas y desvío mi mirada por todo el salón. La luz entra directamente por las cristaleras iluminando todo, y realmente siento que esta sala es muy acogedora a su manera. Hay pocos muebles para lo grande que es el espacio y eso me gusta. Suelo de mármol oscuro que contrasta con las paredes blancas del salón. En un principio pensé que eran grises, pero la realidad es que son de un blanco que con el reflejo del mármol parece que cambia de color. El sofá en el que estoy sentada va a juego con las baldosas del suelo, y debo decir que es muy cómodo. Está frente a una chimenea empotrada a la pared, y eso hace que esta sala sea muy acogedora, porque me es muy fácil imaginarme aquí, en invierno, con una taza de café frente a las llamas mientras fuera las temperaturas rozan el negativo.
Sacudo la cabeza y despierto de mis pensamientos. No voy a durar aquí hasta el invierno, lo tengo que recordar, porque esto en cualquier momento se termina y todo vuelve a la realidad. En cualquier momento el líder se dará cuenta de que esto es una estupidez y de que yo no debería de estar aquí.
Porque no debería, ¿cierto?
Trago saliva y me acurruco más en el sofá. No quiero mirar hacia las cristaleras más porque me muestran una libertad que no tengo y simplemente me encojo sobre mí misma en el sofá, subiendo mis rodillas hacia mi pecho y acomodando mi cabeza sobre mis manos. Debo de tener cuidado con la muñeca de mi mano derecha, porque aunque hayan pasado varios días desde que Arianne me atacó no está del todo recuperada. Suspiro y fijo mi vista en la chimenea que está completamente vacía. Hay un cristal que la cubre e intuyo que es para que el fuego no salpique sus chispas hacia fuera y haga un estropicio. La casa se siente inmensa estando sola aquí y no me gusta, pero no puedo hacer nada.
No puedo salir, solo me puedo limitar a pulular por aquí dentro con varios ojos vigilando lo que hago.
La vista me pesa cuanto más miro hacia la chimenea y no evito que mi mente vuele por unos momentos. Parece que soy demasiado creativa cuando me imagino aquí en un invierno frío, cubierta con una manta y una taza en mis manos mientras observo como las llamas revolotean tras el cristal. Es una imagen tan clara que estoy deseando transportarme a esa fantasía donde mi corazón late tranquilo, aunque solo dura unos segundos, porque mi loba decide que es buena idea completar del todo la imagen que mi cabeza proyecta. El pulso se me acelera cuando unos brazos están rodeándome mientras ambos estamos frente al fuego y es inevitable sentirme tranquila.
Y así, con una sonrisa en mis labios, cierro los ojos por completo dejándome llevar del todo.
....................................
Es difícil pensar que no me encuentro en el mismo lugar de antes, porque me siento igual de encerrada, pero esta vez el espacio es demasiado pequeño como para moverme y no hago más que darme con prendas de ropa que parecen estar en todos lados.
Frunzo mi ceño y tanteo a oscuras a mi alrededor. Todo está oscuro y no puedo ver nada. Estoy tumbada en el suelo, de la misma manera en la que me quedé dormida antes sobre el sofá, pero esto no es un sofá y no es el salón de la casa de Namjoon.
Camino a gatas unos cuantos pasos antes de detenerme. Mi cabeza ha dado con algo duro y no se que es, pero ha hecho un ruido sordo que no me ha gustado. Me aparto un poco y me sobo la frente con una mueca. Las prendas de ropa me siguen rodeando y casi me siento claustrofóbica porque el espacio parece encogerse más a cada instante que pasa.
¿Dónde estoy?
No puedo responderme a esa pregunta, pero extrañamente mi cabeza no entra en pánico y no comienza a dar órdenes que me ponga a la defensiva. Estoy tranquila y eso me extraña, porque siento que esto no es lo normal, lo típico que debería de hacer en esta situación.
Me coloco sobre mis rodillas y subo mis manos para tantear a mi alrededor. Hay paredes, de madera, y las toco muy rápido porque mis brazos no se estiran demasiado. Este sitio es muy pequeño para mí y no entiendo como he ido a parar aquí.
Tengo que cerrar los ojos de golpe cuando una luz cegadora entra. Me desoriento y cubro mis ojos con mis manos para protegerme de la luz. Suelto un quejido que se asemeja a un gruñido, pero por suerte me puedo acostumbrar rápido a la luz y puedo apartar mis manos para abrir mis ojos.
Hay una puerta frente a mis narices que se ha abierto. Una pequeña corriente de aire me da en las mejillas y no sé si es porque estoy en la calle o solo ha sido por las puertas que se han abierto permitiéndome salir de aquí.
— Ya se terminó el juego hija.
Mi corazón parece detenerse cuando oigo esa voz, pero en vez de salir corriendo de aquí para ver si lo que he escuchado es real me quedo muy quieta dentro del sitio en el que estoy, y caigo en cuenta.
Estoy en el armario.
En mi armario seguro.
Las prendas desaparecen de mi alrededor y miro hacia arriba. El pelo rubio de mi madre está suelto y noto como su mejilla tiene un círculo que comienza a tornarse púrpura. Estoy segura de que se ha cambiado la ropa y se ha maquillado, pero ni con eso ha podido cubrir el golpe que tiene en el rostro.
Al menos parece ser solo uno.
Es lo primero que pienso cuando la miro, pero no me engaño, estoy segura de que bajo su ropa está cubriendo muchos más que no me dejará ver nunca. Retengo mi respiración cuando extiende sus brazos hacia mí, y de repente me siento muy pequeña cuando sus brazos me alzan sin esfuerzo alguno, como si ningún golpe la doliera, como si sostenerme no fuera doloroso físicamente.
— Siento que hayas estado tanto tiempo jugando cariño.
Noto que hay dolor en su voz, pero ese mensaje no me llega como debería. No siento alivio, no siento alegría, no duele, simplemente me es indiferente. No entiendo, no me entiendo, y aferro mis pequeñas manos a sus hombros intentando hacer que algo dentro de mí se remueva.
Nada lo hace.
Su mano pasa por mi cabeza acariciándome con lentitud mientras camina por el pasillo de casa. Huele a alfa y es un olor muy fuerte, mucho más fuerte de lo que alguna vez he podido captar, pero creo que algo dentro de mí lo pasa por alto, lo ignora por completo.
Y eso es porque estoy con mi madre.
— Es hora de dormir cariño, debes de estar cansada— frunzo mi ceño y me aferro más fuerte.
Esto no está bien.
No se siente como debería sentirse.
— ¿Mami?— la llamo por su nombre, el nombre de mis recuerdos, y espero su reacción.
Ella me aprieta levemente, casi imperceptible, pero mi cuerpo lo nota, yo lo noto y no me gusta.
— ¿Qué pasa cariño?— su voz suena tranquila, como siempre lo hace, pero esta vez hay algo diferente.
Todo es diferente esta vez.
— ¿Cómo me llamo?
Lo digo con miedo, con mucho miedo porque estoy esperando que el nombre que me ha estado atormentando todos estos años no salga de sus labios. Puede que por eso cierre los ojos sobre su hombro mientras mi corazón se acelera esperando un nombre que no llega. En su lugar hay una corriente, otra más, que golpea mis mejillas y manda un escalofrío por todo mi pequeño cuerpo.
— Nimri...
Su voz es un susurro que no me gusta. Es más grave y no se asemeja nada a la voz de mi madre. Entonces caigo en cuenta, vuelvo a ser pequeña otra vez cuando dentro del armario me sentía gigante, sin apenas libertad de movimiento. Pestañeo y levanto mi mirada hacia mis manos. Entreabro mis labios al verlas, son las mías, las de siempre, no son pequeñas como cuando era pequeña y me empiezo a poner nerviosa.
Mi madre no sería capaz de llevarme en brazos, no después de una paliza y una violación.
Vuelvo a apoyar mis manos en los hombros de la persona que me lleva y aprieto con fuerza para separarme y mirar a mi captor a los ojos. Me congelo cuando lo veo y noto que se ha parado en mitad de un pasillo que no es el de mi casa.
Esta persona no es mi madre, esta persona me ha sacado de mi lugar seguro y no es mi madre.
— ¿Me has echado de menos?— trago saliva y comienzo a retorcerme, pero él aprieta más su agarre en mis piernas para tenerme bien sujeta— Porque yo a ti demasiado, Nimri.
— No...
Lo digo rápido mientras me retuerzo, y no lo hago contestando a lo que me pregunta sino que estoy desesperada por salir de su agarre.
Pero él es más listo que yo, siempre lo ha sido.
— Respuesta incorrecta cariño.
Jadeo cuando de un empujón mi cuerpo golpea el suelo duro. Cierro los ojos por el impacto y espero a que deje de doler, pero el dolor no cesa en ningún momento. Tiemblo y me deshago en miedo cuando vuelvo a sentir sus manos sobre mí. Esto no me gusta, se siente demasiado real y siento que algo está fallando dentro de mi sistema, porque no me siento como siempre.
Yo no soy Nimri.
Es un pensamiento que cruza rápido mi cabeza cuando otro golpe llega. Trato de cubrirme como puedo, pero es completamente inútil. Mi captor sabe donde pegarme y estoy segura de que no va a parar hasta dejarme inerte, hasta el punto en el que no me pueda mover, donde deje de sentir.
Pero yo ya he dejado de sentir hace mucho.
Me estremezco con los ojos cerrados cuando siento sus manos sobre mí otra vez. Mi cuerpo se vapulea con cada golpe que recibe, pero parece que esos golpes ya no los estoy recibiendo yo y eso me asusta. Siento que viajo muy rápido y ya estoy en segundo plano, de espaldas a todo este espectáculo, completamente ignorante de todo lo que pasa a mi alrededor.
Abro los ojos de golpe y ya no estoy entre las manos de mi captor, pero extrañamente siento como todavía sigo recibiendo los golpes que hasta hace unos segundos se estaba empeñando en darme. Mis ojos corren a observar todo lo que hay a mi alrededor, pero solo soy capaz de ver oscuro y vuelvo a sentirme encerrada en un lugar que ya no me hace sentir segura. Vuelvo a moverme dentro del espacio, a gatas, teniendo mucho cuidado de no golpearme con nada.
El armario no se ha abierto, parece que nunca lo ha hecho y yo sigo encerrada aquí. Tanteo la madera desesperadamente, intentando encontrar algo que no sean prendas a mi alrededor y casi grito cuando mis dedos tocan una muesca que parece ceder cuanta más presión hago.
Un haz de luz se cuela por el pequeño agujero que consigo hacer y me apresuro a mirar lo que hay más allá.
Siento que no puedo observar, que algo me tira para que deje de mirar, pero no puedo hacerlo. Las lágrimas se acumulan en mis ojos al ver lo que está pasando afuera y comienzo a gritar intentando que ese ser me escuche y deje a ese cuerpo en paz. Algo se está haciendo pedacitos dentro de mí cuando veo lo que sucede y grito más fuerte.
No puede hacer eso, no puede hacerme eso.
El hombre sigue pegándome fuerte mientras yo busco la forma de que los golpes duelan menos. Fuera de este armario hay una persona que es igual a mí y está recibiendo una brutal paliza que no estoy sintiendo en mis carnes. Mis mejillas están repletas de lágrimas y arden a medida que veo más de lo que ese hombre me hace. Un puño tras otro, la sangre brotando de la piel que se me resquebraja y los huesos crujiendo por el impacto. Mi garganta se rompe en un grito que me desgarra el corazón cuando veo como el hombre me despoja de toda la poca ropa que llevaba puesta y me deja completamente desnuda, a su merced, bajo su completo poder.
Llevo mis manos hacia mi boca mientras sigo llorando cuando me doy cuenta de que momento es este. Entonces me desespero y comiendo a golpear la madera del armario que me está reteniendo. Mis ojos no se despegan de mi cuerpo, el cual no está muy desarrollado por mi escasa decena de edad, y me desvivo por romper las puertas que me están manteniendo oculta del mundo.
— Vas a ser mía Nimri, solo yo voy a ser tu dueño.
Mi labio inferior tiembla y no dudo en gritar más cuando veo como el hombre me da la vuelta y me coloca sobre el colchón de tal modo que tenga libre acceso a mi vagina por detrás. Solo estoy viendo su espalda desde aquí, pero creo saber quien es muy en el fondo de mi cabeza, aunque mis recuerdos no le pongan un rostro claro.
Su rostro está difuso en cualquier recuerdo en el que aparece.
Me desespero viendo como su cuerpo obstruye mi visión del mío y golpeo más fuerte las puertas del armario. Sé lo que viene y quiero detenerlo, porque no quiero sentirlo de nuevo, no quiero pasar por esto de nuevo.
Nimri no puede sufrir esto otra vez.
Fallo en ello, estrepitosamente. Sigo golpeando la puerta con más fuerza y presiono aún más el pequeño agujero que he hecho antes, pero ahora parece ser de acero, porque no cede ni un poco. Mis ojos no dejan de llorar mientras veo como el alfa ha entrado en mí y está arremetiendo desde atrás a mi dañado cuerpo. Grito de dolor e impotencia mientras destrozo mis manos golpeando la puerta. Nadie me oye, nadie se da cuenta de que estoy ahí, y a pesar de que crea que soy a salvo en realidad no lo estoy.
Porque aunque intente ignorarlo estoy sintiendo todo. Estoy llorando porque me duele, porque siento cada embestida en mi centro de una forma que me desgarra y me rompe. Porque mientras Nimri está tendida boca abajo sobre ese colchón sacudiéndose por culpa de ese engendro, yo estoy encerrada aquí sintiendo todo el dolor de cada penetración que me da. Y grito por ella, lloro por ella y me deshago por ella.
Porque ella no lo puede hacer.
Porque yo no puedo hacer otra cosa.
Porque no puedo salir de aquí.
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Algo me zarandea con fuerza y abro los ojos de golpe, con la respiración acelerada y el corazón en mi garganta. Tengo la vista empañada y no consigo ver nada, tampoco oigo demasiado, mis oídos se niegan a filtrar ningún sonido más que el recuerdo amargo de mis gritos, y siento como la desesperación vuelve a fluir en mí como hace unos segundos.
Cuando solo era una mera espectadora de todo lo que me estaban haciendo.
Mis labios se convierten en una fina línea temblorosa que quiere desmoronarme, pero algo de mí no me deja hacerlo. Caigo en cuenta de que todo ha sido un sueño y trato de convencerme de que eso que he parecido vivir ha sido solo eso, un sueño.
Pero hay algo que me dice que no, que eso es real, que son los recuerdos de tiempos que nunca debieron suceder.
— Hey, Nimri, todo está bien, ha sido un sueño, un mal sueño.
Me dejo abrazar por unos brazos que devuelven la calma a mi acelerado corazón y me hundo en el calor que me dan. Toda yo estoy temblando y parece que nunca voy a dejar de hacerlo, por eso me aferro más a su espalda. Mis brazos se han aferrado muy rápido a su cuerpo y no quiero soltarle, porque temo que si lo hago vuelva a sentir la impotencia y dolor de antes, y no quiero eso.
Solo quiero estar bien.
Mis ojos no dejan de soltar lágrimas mientras hundo mi rostro en el hueco de su cuello. No sé cuando me he incorporado para abrazarle, porque siento que he sido yo quien se ha lanzado a sus brazos, y tampoco me importa. Solo me concentro en la sensación que me recorre cuando él me rodea, y me siento protegida así, me siento bien.
No hay dolor de esta manera.
— Ya está, tranquila— su mano está acariciando mi cabeza, justo como estaba haciendo mi madre mientras me llevaba en brazos, pero esta vez si que se siente bien.
Si se siente el alivio.
Si me siento liberada.
No me siento encerrada.
— Namjoon...— mis manos se aprietan en sus hombros y trato de que me sostenga más fuerte, porque quiero que lo haga, necesito que lo haga.
Es el único que no me va a romper.
— Ssshhhh...— siento su mejilla pegarse a la zona de mi mandíbula y no evito dejar que un pequeño suspiro escape de mis labios.
Ese contacto se ha sentido bien, demasiado bien.
— ¿Por qué no estabas aquí?— es un gimoteo lo que sale, y no termino de entender por qué le digo eso.
Aunque algo dentro de mi cabeza si que encaja las piezas, porque me veo pensando en el momento en el que estaba viendo a ese alfa penetrar a un cuerpo que era el mío, pero alguien que no era yo, y sé que lo que le estoy diciendo es por qué no estaba ahí.
Por qué no me sacó de ahí.
Por qué no fue a por mí.
— Tengo que ocuparme de los asuntos de la manada— lo dice en un tono tranquilo, como si esa fuera la respuesta que realmente buscaba, aunque no fuera así— Jungkook está con Arianne por el celo, y estoy al mando hasta que a Arianne se le pase el celo y Jungkook pueda retomar todas las funciones con normalidad.
Asiento gimoteando en un intento de dejar de llorar. Me separo de él sintiendo las punzadas de dolor en mi cuerpo, pero disimulo las muecas de mi cara llevando mis manos hacia mis mejillas para retirar todas las lágrimas.
— Vale...— eso lo susurro, en un tono muy bajo de voz.
Las manos de Namjoon descienden hasta posicionarse a cada costado de mi cuerpo. Sus ojos me están observando muy fijamente y siento que, aunque lo intentase, no podría ocultarle nada de mí.
Él sabe que algo no está bien, que algo es diferente.
— Nimri...¿qué te ocurre?— su voz suena preocupada y sé que busca una respuesta.
Pero aunque la tenga no me siento capaz de decirla en alto.
Porque algo me detiene de hacerlo y sé quien es ese alguien, por lo que me tengo que recordar que ese nombre en realidad no existe.
Yo no soy Nimri.
— Solo estoy alterada por la pesadilla— trato de cambiar la dirección de sus indagaciones.
Pero él niega, porque sabe que estoy mintiendo.
— Sabes que no me estoy refiriendo a eso Nimri— su mano se eleva, lo observo por el rabillo del ojo, y me veo rogando porque me toque de algún modo que haga que todas las malas sensaciones se alejen de mí, pero no lo hace, simplemente vuelve a descender su mano hacia el sofá y la aprieta en un puño fuertemente— Llevas rara unos cuantos días, no eres tú, no la de siempre, ¿qué te ocurre?
Trago saliva y vuelvo a apretar mis labios en una fina línea antes de contestar.
— No me está ocurriendo nada— aseguro, aunque no sea la verdad.
Todo es un caos conmigo. Los recuerdos van y vienen a su antojo, pensamientos que nunca había tenido aparecen en mi cabeza como si hubiesen sido míos toda la vida, pero la verdad es que de todo esto había algo que más me llamaba la atención.
Ya no tenía ganas de luchar constantemente, solo quería tranquilidad.
Quería dejar de estar a la defensiva todo el tiempo y disfrutar un poco más de mi libertad, porque por fin parecía tener una.
— No es verdad— Namjoon se aleja de mí cuando lo dice y no me gusta eso. Se pone de pie y camina unos pasos lejos de mí mientras me da la espalda— Hay algo que te ocurre y no me has dicho, ¿es sobre lo que pasó cuando no querías salir de la habitación? ¿Hay algo que recuerdes y no me has contado? ¿Alguien entró?
Se gira para mirarme cuando termina de hablar, pero yo niego porque no es nada de eso, y al menos puedo asegurar de que eso es verdad.
— No es nada de eso Namjoon.
Le miro fijamente mientras me remuevo en el sofá. Quiero levantarme y acercarme a él, pero hay algo que me lo impide y me encuentro luchando contra ese instinto que me está obligando a quedarme aquí quieta, separada de él, manteniendo la distancia.
No quiero mantener la distancia.
— Nimri...— su voz es una advertencia, y sé con eso que piensa que no digo la verdad— Algo te pasa y no me lo quieres decir.
Niego con la cabeza.
— Estoy bien, no me ocurre nada, simplemente acabo de tener un mal sueño, no es nada— o al menos eso quiero creer.
Eso me esfuerzo por creer.
Namjoon frunce su ceño y niega. Hay una sonrisa que sale de sus labios, pero es sarcástica y no me gusta. No quiero ver esa sonrisa en su rostro, al menos no conmigo, y parece que, con eso, mi otro yo tiene un despiste que me permite levantarme del sofá.
— Mientes— mi rostro decae cuando dice eso, pero parece que no lo nota— Sabes que algo ha cambiado, que algo pasa y no me lo estás diciendo.
Vuelvo a negar con la cabeza.
— Nada ha cambiado— doy un paso hacia él y algo dentro de mí salta encantada por esto que estoy haciendo.
Porque aunque sea un pequeño paso se siente como si hubiera corrido una maratón para llegar hasta aquí.
Namjoon no parece notarlo porque sigue con el ceño fruncido y me mira como si algo no cuadrara en todo esto.
— Lo ha hecho...desde que volví con Jungkook estás diferente— pestañeo y me quedo quieta en mi lugar, aunque esta vez es él quien da un paso al frente, dejándonos a tan solo un paso de distancia del otro— Te he llamado cariño varias veces y no me has insultado ni si quiera una sola vez.
Elevo mis cejas ante eso e inclino mi cabeza hacia un lado.
— Eso es porque me gusta que me digas así— lo digo sincera, desde mi yo menos rebelde, porque escucharlo de él se siente bien.
De él no es una amenaza.
Pero parece que mis palabras surten otro efecto en él. Sus ojos se abren sorprendidos y me miran como si no me reconociesen en absoluto. Yo busco su mirada esperando a que me conteste, pero nada llega por su parte y me desespero. Mi corazón acelera y decelera sin saber muy bien en que dirección ir, porque todo depende del camino que decida tomar el hombre que tengo enfrente. Y la distancia que nos separa comienza a molestarme. Quiero acercarme a él y tocarle, porque solo de ese modo podré tranquilizarme y calmarme como lo he hecho en cuanto he despertado del sueño.
Porque en cuanto he salido de mi infierno he sentido la calma absoluta en cuanto sus brazos me han sostenido, y quiero retener esa sensación más tiempo. Y siento que quiero ceder a él de una vez por todas, pero no puedo hacerlo como me gustaría, porque hay algo dentro de mí que no está listo para eso, aunque mi loba y yo lo queramos con fuerza.
Veo a Namjoon sacudir su cabeza saliendo del estupor momentáneo en el que se ha sumido. Le sigo mirando esperando una respuesta que sé que no me va a dar, pero aún así mantengo la esperanza. Y puede ser por eso que decida lanzarme hacia delante, dando el primer paso, intentando acortar la distancia que nos separa, rompiendo con todas las reticencias que se esfuerzan por hacerme correr lejos de él cuando lo único que quiero es acercarme, pero no obtengo la reacción que esperaba.
Él se queda muy quieto, completamente congelado mirándome como si no fuera yo, como si fuera otra persona que desconoce por completo y eso me duele. Mi pecho arde y mi loba se siente rechazada aunque él y su lobo no se hayan pronunciado.
— ¿Nam?— mi voz pronuncia su nombre, pero eso hace que él se aleje un paso volviéndonos a separar.
Y duele.
— Y...yo...yo tengo que irme ahora— pestañeo confundida y asiento sin decir absolutamente nada— Asegúrate de comer y ve a dormir, vendré luego.
— Claro...— lo digo a la nada, porque él ha huido tan pronto como ha podido.
Y me ha dejado sola otra vez, en esta soledad agónica con mi cabeza llena de recuerdos que tratan de presentarse en mi presente como para dejarme en claro de lo que nos teníamos que proteger.
"No merece la pena, los alfas no son buenos, todos son iguales. Aléjate de él mientras puedas".
Es un pensamiento que no sé de donde surge, pero que tiene mucha fuerza, porque parece que esto que acaba de suceder le ha dado todas las razones del mundo para hacerse presente en mi cabeza.
Pero yo no quería alejarme como él lo acababa de hacer, como todos los pensamientos de mi cabeza me gritaban.
Porque extrañamente solo quería acercarme a él.
Solo a él.
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Holoooooooooo,
¿Cómo estáis? Espero que muy bien y aquí (por fin) os traigo otro capitulillo🥰
Así que bueno, parece que pasan muchas cosas y que todo es un lío de narices, pero aún así parece que se van enfilando los pensamientos de Nimri, aunque bueno, no es Nimri xd. Y, por otro lado, hemos visto una sección de su pasado de un modo diferente, que aunque no haya sido tan explícito como otros capítulos está hecho aposta así, porque no es Nimri quien lo está viviendo exactamente, así que decidme, ¿qué os ha parecido eso? Y, además, ¿que parte de su pasado creéis que es?
Por otro lado, estoy curiosa por saber cual es vuestra opinión a la reacción de Namjoon, ¿qué se le estará pasando por la cabeza a ese pobre hombre? Además, también os he traído una pequeña interacción entre estos dos, porque creo que ya tocaba y se la merecían, aunque todavía no hay tanto contacto como sé que estáis deseando (si ya lo dice la frase esta que está de moda ahora; "si os gustáis, pos' liaros"😂)
Hasta aquí voy a hacer mi reporte por hoy, así que ya sabéis, dejadme vuestros comentarios y especulaciones sobre lo que se está fraguando entre estos dos, que yo os leo todo todito😋
Nos leemos chikis;)
PD: el próximo día de actualización prometo que lo hago a tiempo🙃
Pd2: ¿Qué os pareció Butter? A mí, en lo personal, me encantó😁🧈
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