13

Tragué saliva de forma dolorosa. No sabía que era lo que había hecho para que la realidad me jugara tan sucio como lo estaba haciendo ahora. ¿Mi bien? ¿Lo hacían por mi bien? La sensación era horrorosa, muy parecida al mismo momento en el que mis pies se adentraron en la habitación con dos camas. El principio del fin para mí, el principio de todo el infierno que se había desencadenado con el primer latigazo en mi espalda.

Era lo mismo, la sensación era la misma.

Y se sentía mal, terriblemente mal.

— ¿Por qué debo hacerlo?— era un error cuestionar al líder, pero lo estaba haciendo— No tiene ni pies ni cabeza.

Jungkook cerró los ojos tratando de calmarse. Le estaba tomando más tiempo del que seguramente pensaba hacerme entender su decisión, la que él consideraba correcta.

Bien, yo no opinaba lo mismo.

Su mirada se desvió hacia Arianne cuando abrió sus ojos de nuevo. Su pecho se infló para perder todo su fuelle en menos de un segundo, y supe que había hecho eso para controlarse en cierta medida.

Supongo que veía más de mí de lo que yo pensaba.

Porque veía reflejada a Arianne.

Y mentiría si dijera que no me aprovechaba de eso.

— Irás, y no hay más que hablar— retiré mi mirada del alfa que estaba enfrente de mí. Arianne había hablado tras mi espalda, muy autoritaria, tal y como su marido solía hacer con todos los lobos de la manada— Es por tu bien, tú seguridad, además de que se tienen que calmar las aguas entre los lobos de la manada, y esta es la mejor manera.

Arianne caminó en dirección a su marido. Jungkook la observó muy atento, dejando hacer a su esposa lo que tuviera que hacer, porque sabía muy bien que él era muy consciente de que le haría más caso a ella que a él mismo.

— No quiero invadir la casa de Namjoon solo porque consideres que es lo correcto, o lo mejor para acallar los rumores— en concreto, ni si quiera contemplaba la pequeña posibilidad de vivir con Namjoon.

No podía.

Ni de coña.

— Nimri, se acabó, ya está decidido, nadie te está preguntando lo que te parece— mis cejas se elevaron escépticas.

— ¿Desde cuando esto es una dictadura?— mis dedos se enroscaron en los reposabrazos de la silla.

Me estaba pasando, era algo que sabía, pero tampoco entendía esta decisión que no tenía ni pies ni cabeza.  Habían pasado un par de días desde mi "pequeño desliz", llamémoslo así, y todo iba lo que se podía denominar como bien. No había salido de casa, me había mantenido oculta por mí propio bien y me había dedicado algo de tiempo a mí misma, algo que no había hecho nunca, y ahora estaba mejor.

Volviendo a ser la Nimri que debía ser siempre.

Las ideas estúpidas se me habían ido de la cabeza tan pronto como la desesperación amenazó con consumirme, si es que ya no lo había hecho para ese momento, y de la nada, de algún sitio de mí que no sabía que estaba ahí, volví en mí.

Como si me hubieran reanimado.

Volvía a ser la Nimri que comenzó el juego.

Hace 15 años.

— No es una dictadura, eso lo sabes— Arianne se estaba comenzando a cabrear.

Bueno, yo también estaba empezando a enfadarme.

— Entonces esto es una tontería— mis palmas apuntaron al techo, como si me diera a mí misma la razón— Es una estupidez, no iré y no puedes obligarme.

Arianne frunció sus labios. Reconocí ese gesto, siempre lo hacía cuando no estaba de acuerdo con algo.

— Tómatelo como quieras, pero cuando salgas de aquí irás directamente a casa de Namjoon, sin protestas ni alboroto, vives allí a partir de ahora— bufé poniendo mis ojos en blanco.

Nunca me metería allí.

Nunca.

— No— iba a mantener mi postura y no iba a ceder.

— Nimri, como te he dicho, esto no es una proposición— Jungkook intervino entre nosotras— Ya he hablado con Namjoon y esta de acuerdo con esto, irás a vivir con él el tiempo que sea necesario para volver a la calma— mi boca se abrió estupefacta.

Que Namjoon...¿qué?

No lo podía creer. Habían hecho todo esto a mis espaldas, creyendo que es lo mejor para mí.

Bien, no lo era.

Y no lo sería en un futuro cercano.

— No me podéis meter en casa con un alfa que no es mi...— Arianne me cortó antes de que ni siquiera pudiera completar mi frase.

— A efectos prácticos sois pareja...los últimos acontecimientos así lo prueban— mis cejas se elevaron completamente incrédulas.

Es imposible.

— ¿Qué?— no creía nada de lo que estaba diciendo.

Mis ojos descendieron hacia Jungkook. Su mirada había recaído en Arianne de forma rápida, y pude ver como él pasaba su mano por su cintura para sentarla sobre su regazo. No entendí muy bien por qué estaba haciendo eso, pero me estaba oliendo que lo hacía por si tenía que actuar como cortafuegos.

Puede que por eso decidiera hablar él.

— Pasó tu celo contigo y no mostraste signos de rechazo, después paralizaste su castigo poniéndote en su lugar y luego salió de los límites de la manada para salir a buscarte...— el azabache hizo una breve pausa, como si estuviera valorando que palabras soltarme ahora— Nimri, el castigo por salir de los límites de la manada sin autorización es bastante alto y Namjoon decidió tomar la responsabilidad de eso por ti... eso sumado a todo lo anterior os hace pareja de hecho según las leyes de la manada.

Mis dedos se apretaron en torno a los reposabrazos de la silla. Mi mente se había quedado completamente en blanco y sentí como si un balde de agua helada cayera sobre mí.

No.

No podía.

Convivir con un alfa otra vez no.

— Me niego, prefiero que me mates— creo que nunca en la vida había hablado tan enserio.

Los ojos de Arianne se agrandaron incrédulos, como si no creyese que eso había salido de mi boca, pero sí, así era.

Prefería la muerte antes que verme obligada a convivir con otro alfa.

Porque tarde o temprano me buscaría de esa manera.

Y no estaba dispuesta...no quería estar dispuesta a eso.

— Nimri...— el tono con el que pronunció mi nombre no me gustó— No sabes lo que estás pidiendo.

Sonreí sarcásticamente. Era increíble la manera en la que él pensaba que no era consciente del peso que suponían mis palabras en este momento.

Para mí era como si me quitara un peso de encima.

Prácticamente es lo que estado deseando por muchos años.

— Sí, si que lo sé— noté como Arianne me estaba estudiando muy profundamente, casi como su quisiera ver tras de mí.

Porque ella pensaba que éramos parecidas, pero no, yo me alejaba mucho más allá de lo que se supone que ella creía.

— No Nimri, no lo sabes— esta vez fue Arianne quien habló, con voz mucho más calmada— No tienes ni idea de lo que la muerte supondría.

Me aguanté la risa. ¿Qué no tenía ni idea?

La muerte significaría mi liberación.

Cerré los ojos unos segundos antes de pensar que contestar. Había descartado de entrada la idea de ir a vivir con Namjoon, no lo iba a hacer.

Sobre mi cadáver.

Y aunque esas eran mis plegarias más fuertes, sabía de sobra que no se cumplirían. Verdaderamente tendría que invocar a la muerte para poder evitar entrar en ese bucle de nuevo. Sobre todo lo tuve claro cuando la puerta a mi espalda sonó con dos toques decididos y sordos, tanto, que me causaron un escalofrío, tal vez porque sabía lo que esos toques suponían para mí.

La vuelta al bucle.

Un bucle del que había querido escapar, pero que siempre terminaba arrastrándome de nuevo.

Namjoon entró al despacho cuando Jungkook dio la voz de entrada. Su vista se había clavado en mí nada más abrió la puerta, y aunque había dedicado un par de palabras hacia el líder no había despegado sus ojos de mi nuca.

Solo apreté más mis dedos en los reposabrazos.

— Siéntate Namjoon— Jungkook señaló la silla vacía a mi lado— Le estaba diciendo a Nimri lo que hablamos el otro día.

El otro día.

¿Hace cuanto era el otro día?

— Bien— fue lo único que dijo.

¿Bien?

Esto estaba muy lejos de estar bien.

— ¿Tú tienes alguna objeción?— noté como el líder apretaba su agarre en la cintura de Arianne.

Esperé una respuesta.

— No, me parece bien— mis labios se tensaron.

— ¿No la tienes?— puede que mi voz se hubiera precipitado un poco.

No podía detenerlo aunque quisiera.

— No lo hago— solté otro bufido.

Me levanté de la silla para encararme a Namjoon. Él se había mantenido de pie detrás de mi silla, muy quieto y recto, casi como si se hubiera preparado de antemano a cualquier arremetida que pudiera dar.

Porque él sabía que las iba a dar.

— ¿Esto es lo que querías? ¿Por eso hiciste todo esto?— mis cejas se habían elevado.

Es un alfa, siempre lo ha sido.

Al final todos son iguales.

— ¿Hacer qué?— parecía muy incrédulo con lo que decía— No había planeado nada de esto, si es lo que estás pensando, solo se dieron así las cosas— estaba hablando muy tranquilo, demasiado para mi gusto.

Pero yo no podía creerlo.

— Así que, ¿se dieron así?— estaba siendo sarcástica, mucho, y eso Namjoon lo estaba notando— Bendita coincidencia.

Asco.

Mucho.

Ninguno es de fiar.

— Para mí tampoco es cómodo— su gesto se había endurecido, pero eso a mí no me amedrentó, estaba muy acostumbrada a esto— No quería esto tampoco, pero no hay de otra.

Mi mandíbula se endureció. ¿No hay de otra? Eso era una completa mentira. Opciones había muchas, demasiadas, pero nadie estaba dispuesto a plantearlas.

— Prefiero tomar el castigo, mátame si quieres, pero no pienso meterme en casa de ningún alfa— me giré hacia Jungkook con todo el temple que pude.

Estaba a punto de perder los nervios. No quería de ninguna de las maneras meterme en casa de ningún alfa, nunca más.

— No— apreté mis puños a mis costados. Namjoon se había adelantado a mi espalda, posicionándose a un lado mío— Afrontarás las consecuencias de nuestros actos así como yo, deja de poner quejas.

Abrí mi boca ofendida, y sin resistirme más me giré para mirarlo. Sus ojos estaban muy fijos en mi rostro y su expresión estaba muy seria. Su mandíbula tensa y los músculos de sus brazos marcados. Estaba apretando sus puños al igual que yo, se estaba enfadando al igual que yo.

Me estaba haciendo frente.

— ¿Quejas? Eres un imbécil— vi como su mandíbula se tensaba más.

— ¿Por qué? Por dejar de actuar como un crío y asumir mi responsabilidad— Namjoon dio un paso hacia mí— Dime, ¿por eso soy un imbécil?

Bufé otra vez. Junté mis labios en una fina línea y retiré mi mirada de él. No podía, simplemente no podía convivir con un alfa más, no quería otra vez.

— Bien, creo que ya está decidido— Jungkook miró hacia Arianne, quien asintió concorde con él— Podéis iros ya.

Volví a bufar de nuevo y me giré bruscamente para ir hacia la puerta.

Ni loca iría a casa con Namjoon.

No viviría con él.

Avancé por el pasillo a pasos rápidos. Cuanto más me alejara mejor sería para mí. Volvería a mi casa y seguiría encerrada como había estado estos últimos días.

— Nimri para— bajaba por las escaleras muy rápido.

Namjoon había salido un minuto más tarde que yo del despacho del líder. Tampoco me quedé a preguntarle por qué estaba tardando tanto, solo me precipité por el pasillo para alejarme lo más que podía de él.

Me iba a encargar de erradicar todas las emociones que me había hecho sentir estos últimos días. Solo era un alfa más, uno al igual que el resto, y al final querría lo mismo que todos.

Y no estaba dispuesta, no otra vez.

Pero mi mente siempre era una perra conmigo y parecía querer hacerme recular a cada paso que estaba dando. Los recuerdos de los últimos días me asediaron fuerte, muy fuerte, y casi quise parar en seco. Aún así, seguí andando, lo más rápido que podía, alejándome más.

Sola estaba bien, no había dolores de cabeza.

No había miedo.

— Nimri, para de una vez— su agarre en mi muñeca frenó todo mi avance— No vas a ir a casa de Maggie, no vas a volver allí.

Me giré hacia él, con mi mirada afilada y decidida.

— Obsérvame hacerlo— me removí de su agarre, intentando soltarme, pero fue imposible— Suéltame.

Suyos fosas nasales se agrandaron amenazadoramente.

— No lo voy a hacer, vienes conmigo— mi ceño se frunció— Maggie ya ha llevado tus cosas a mi casa.

¿Qué?

Traición, eso fue lo que pasó por mi mente.

— No voy a ir contigo, no quiero— me removí otra vez.

Él solo sonrió con sus labios juntos.

— Una pena, porque es lo que vas a hacer— comenzó a andar hacia la puerta, retomando el camino que había tomado yo en un principio. Me resistí todo lo que pude, tirando de mi muñeca para soltarme— Nimri, estate quieta.

No quería ir con él.

— Déjame, no iré contigo a ningún lado— un gruñido salió de sus labios, un gruñido que me paralizó entera, y antes de que me diera cuenta estaba sobre su hombro, viendo como el suelo se movía rápido debajo de mí— ¿Qué estás haciendo? Bájame.

Quería desesperadamente bajar, no me gustaba nada esta posición.

No me gustaba nada sentirme indefensa.

— Te llevo a casa— reboté sobre su hombro cuando él hizo un gesto para sujetarme mejor. Gruñí al sentir como el calor de sus brazos abrazaba mis piernas, y casi blasfemé al ver como mi loba se sentía a gusto cerca de él.

Ella siempre se sentía de esa manera cuando él estaba cerca.

Y eso a mí me hacía débil.

No quería ser débil.

— No quiero, déjame— me estaba removiendo todo lo que podía sobre su hombro.

El agarre en mis piernas se endureció, y supe que lo había hecho para evitar que me cayera de su hombro, pero a mí me dio igual.

Quería soltarme a como diera lugar.

— Estate quieta— no me hacia falta verle para saber que su mandíbula estaba tensa.

— No, suéltame— me seguí removiendo, brazos y piernas, todo lo duro que podía.

Mi pecho se infló cuando mis pies dieron bruscamente en el suelo. Casi pude sonreír cuando por fin me vi liberada, pero creo que ese fue más mi deseo que la realidad. Sus brazos me atraparon rápidos, antes de que ni si quiera pudiera dar un paso más allá de él. Mi rostro dio con el suyo. Sus ojos fieros mirándome, casi intentando llegar hacia mí, muy dentro de mí.

Ya no más, no quería volver a dejarle entrar.

Él no debería haber entrado nunca en primer lugar.

— ¿Qué es lo que te ocurre?— su tono era duro, casi de reproche— Te podías haber hecho daño, podías haberte herido maldita sea.

Sus manos estaban fijas en mis brazos, reteniéndome, no dejándome marchar.

Solo quería huir, aunque mi mente estuviera en paz, solo quería huir.

— Me da igual— volví a removerme otra vez— No quiero irme contigo, no voy a irme contigo.

— ¿Por qué?— su ceño se frunció profundamente— ¿Por qué Nimri? ¿Tan malo soy? ¿Te he demostrado eso?

Mis labios se convirtieron en una fina línea de nuevo. Mi corazón martilleó en mi pecho muy duramente, casi pude notar su pálpito en mis oídos. Él no era malo, me lo había demostrado, muchas veces, más de las que tal si quiera pudiera contar.

Pero aún así no estaba segura.

No me sentía segura.

Y recordé otra vez. Eso se me daba bien, recordar. Era el mismo dolor de siempre, el mismo miedo que me invadía siempre cuando mi mente decidía traer imágenes pasadas al presente. Y las emociones afluyeron otra vez, dejando que el calor de sus palmas me penetrara la piel, haciéndome soltar un suspiro.

— No puedo, solo...no puedo— me deshice de su agarre como si quemara, aunque en realidad si que me estaba quemando— No quiero, no puedo.

— Debes, ambos debemos, ambos nos metimos en esto— negué con la cabeza con mis labios juntos.

— No, no lo hicimos— estaba en plena negación.

No me podían estar haciendo esto.

— Es lo mejor Nimri, conmigo estarás segura— me alejé un paso atrás, necesitaba distancia.

La distancia si que daba seguridad.

— No es verdad— vi como Namjoon negaba con la cabeza— Al final del día eres igual que el resto, no eres diferente.

Sigue siendo un alfa.

— Lo soy para ti de todos modos— dio un paso al frente, eliminando la distancia que había interpuesto entre nosotros— No soy como él Nimri, sabes de sobra que yo no soy él.

Mis ojos se abrieron de golpe, casi como si esas palabras me hubieran propinado una bofetada. Tuve que dar otro paso atrás, me vi obligada a hacerlo. Algo extraño me recorrió por dentro, y las ganas de correr aparecieron de nuevo. Me quería alejar, muy lejos de él, lejos de todo, un lugar donde nadie me conociera, donde si pudiese estar segura.

— No sé de que estás hablando— mis ojos escanearon el lugar en el que estábamos. Los árboles se cernían sobre nosotros, y reconocí el camino de inmediato. Estábamos yendo hacia la zona mixta, donde las parejas vivían.

— Sí que lo sabes— Namjoon se cernió sobre mí, obstaculizándome toda la visión de mi alrededor— El lobo que estaba contigo, le tenías miedo, lo vi, tú misma me lo dijiste después.

Mi mirada quedó estática en su pecho. Me había quedado muda, incapaz de hablar una sola palabra.

Sabía de él.

— N..no...tú no— intenté dar otro paso hacia atrás, él no me dejó.

Sus manos atraparon mis brazos de nuevo. Ahogué un grito cuando hizo eso. No quería que me tocara, no quería que lo hiciera después de saber de la existencia él.

No podía tocarme.

— Nimri, mírame— su mano se posó suavemente en mi mejilla, haciendo que mi mirada estupefacta se encontrara con sus ojos. Su expresión se había suavizado, mucho, y su ojos me miraban ahora de una manera diferente— Tienes que confiar en mí, nunca haré nada que tú no quieras, lo sabes. No soy él, no lo voy a ser nunca. Yo soy Namjoon, reconóceme bien, porque nunca te tocaré de una forma que tu no quieras— me obligué a tragar hondo— Yo tampoco quería esto, no lo quería así, pero no hay de otra. Tendremos que vivir un tiempo juntos nos guste o no, pero es lo que tenemos que hacer.

Me quedé en silencio. Seguía estupefacta, sin saber muy bien que hacer o como sentirme.

Desolación, terror, pánico...todo me asedió a la vez.

Nos guste o no.

A mí nunca me gustó nada, nunca me preguntaron si algo me gustaba o no. Y otra vez, aunque temblara de miedo, me vi caminando con él hacia la zona mixta. La zona era muy parecida a la de los omegas, solo que las casas eran puramente individuales, ninguna estaba pegada a la otra, había cercas separándolas, dejando un pequeño jardín en cada casa.

Genial, aparentar jugar a las casitas, lo que me faltaba.

No sé por cuanto caminamos, pero antes de que me diera cuenta frenamos frente a una cerca de color marrón unida por varios pilares de hormigón. No se podía ver nada tras las rejas, y no sabía como sentirme ante eso.

Namjoon abrió una puerta de metal. Parecía bastante pesada, pero él la abrió con mucha facilidad. Me dejó entrar primero, y con más miedo que otra cosa miré a mi alrededor.

Esta casa era muy grande, demasiado.

El ladrillo rojizo fue lo primero que me llamó la atención. Cada ladrillo estaba colocado de forma que de lejos pareciera una gran "V" invertida, llegando hasta la esquina, donde un remate de piedra la unía con la siguiente pared. Parecía muy moderna, mucho más de todas las casas que había visto hasta el momento mientras llegábamos aquí. Desde el camino de entrada podía ver el salón. La gran cristalera que daba al jardín dejaba ver todo el interior. Un sofá grande de cuero negro que hacia juego con las paredes grises del interior. Parecía que todo estaba minuciosamente colocado, siguiendo un orden inalterable.

— Vamos dentro— Namjoon colocó su mano en la parte baja de mi espalda instándome a avanzar hacia delante.

No me había dado cuenta del momento en el que había cerrado la puerta de entrada.

Caminamos por el camino de piedras hacia la puerta de entrada. La madera oscura parecía ser maciza, y estaba decorada con varios detalles en dorado.

Namjoon buscó otra llave de su llavero, y el sonido de la cerradura me indicó que ya había abierto la puerta desvelando el interior.

Mis ojos bailaron por toda la entrada. Era amplia, con varios armarios a los lados. Había un pequeño escalón que daba paso a un suelo de baldosas de color mate claro. Tomé una bocanada de aire, intentando tranquilizarme, deshacerme de esa sensación horrible que estaba sintiendo.

No lo conseguí.

— Bienvenida— Namjoon había clavado su mirada en mí— Ven ponte esto— dejó unas zapatillas de casa encima del pequeño escalón que había en la entrada.

Me quité mis botas demasiado despacio para colocarlas justo debajo de las zapatillas. No me di cuenta, pero las había colocado de tal manera que fuera fácil meterlas en mis pies de nuevo. Por si tenía que escapar después.

Me coloqué las zapatillas bajo su atenta mirada, y cuando ya estuve lista fue él quien procedió a descalzarse para colocarse otras zapatillas más grandes a las mías. Creo que él se había quedado esperándome por si decidía dar media vuelta y salir corriendo de ahí.

Realmente quería hacer eso.

— Te enseñaré tu habitación— me llevó hacia las escaleras que se veían al frente de la entrada.

Los escalones hacían juego con las baldosas del suelo, y hacían una espiral muy pronunciada hacia el piso de arriba. Esta casa tenía dos pisos por lo que parecía, pero ambos parecían ser muy amplios y grandes. Mis ojos iban pegados a la pared de tono claro, y mentalmente iba contando las escaleras a medida que subíamos más.

Veinte escalones, había veinte escalones.

Una mesita de mármol fue lo primero que vi nada más llegué arriba. Un jarrón de porcelana decoraba la mesa que estaba solitaria en la pequeña entrada. Detrás de la mesa había una cristalera en la que se veían las demás casas, y a cada costado había dos grandes puertas que precedían a dos pasillos bastante largos. En cada pasillo había un total de tres puertas, una al fondo y dos a cada costado.

Namjoon me guió hacia la izquierda.

— La puerta del fondo es tu habitación— llegamos al fondo, donde una puerta doble de color blanco obstaculizaba el paso— Aquí es donde te quedarás, yo estaré del otro lado— giré mi cabeza hacia la otra parte.

Se veía lo suficientemente alejada.

Volví a girar la cabeza cuando escuché como Namjoon abría las puertas de lo que sería mi habitación. La luz entraba por el ventanal que estaba al fondo, a un costado de la cama. La habitación era muy grande, más de lo que me hubiese imaginado. A la parte izquierda, pegada a la pared, estaba la cama, justo en el centro, teniendo a cada costado un par de alfombras que tenían pinta de ser muy mullidas. Las paredes estaban pintadas de un color gris claro, el cual hacia juego con el cobertor de un tono, casi, blanco de la cama. Hacia el otro lado de la habitación había una mesita de madera clara sobre una alfombra del mismo tono que el cobertor que cubría la cama. A cada lado de la mesita había un par de puffs, uno negro y otro blanco.

Tan diferente pero a la vez tan parecido.

Mis ojos se centraron en las bolsas y las maletas que había a un costado de la cama.

Mis cosas.

— Te dejo para que te instales, prepararé algo de comer— mis ojos se cerraron y contuve mi respiración.

— No tengo hambre— mi tono había sonado más duro de lo que había querido pretender.

Pero yo no me sentía bien.

No estaba bien aquí.

Se parecía tanto...

— Está bien...— Namjoon sonaba resignado, un sonido nada alentador— Te dejaré sola, cuando estés lista baja a comer algo.

Asentí hacia la nada.

Las puertas ya se habían cerrado a mis espaldas.

Justo como aquella vez.

Y me quedé estática, muy estática. Mi corazón apretándose en mi pecho y mis pulmones frenando su actividad. Llevé una de mis manos hacia mi cuello, como si lo protegiera de algo, de él.

Esto no distaba mucho de aquel recuerdo. Parecía que el presente estaba empeñado en recordarme todo otra vez, en revivirlo todo de una manera que consideraba necesaria.

No lo era, en absoluto era necesario.

Di un paso atrás, como si hacerlo pudiera alejarme de esto, de todo lo que me rodeaba.

Solo me di con la puerta.

Y no había vuelta atrás.

Me deslicé por la madera blanca hasta el suelo. Mi culo percibió el frío del mármol, y casi recordándome a mi yo de 7 años me llevé mis piernas hacia mi pecho. Había comenzado a temblar como ese día cuando vi la marca de Alyssa. La misma sensación me estaba dominando, la impotencia mezclada con el pánico.

No puedo hacer nada, no puedo.

Me veía atrapada de nuevo, obligada a estar entre cuatro paredes casi majestuosas solo para ser testigos de mi desdicha. Hundí mi cabeza entre mis piernas. Las lágrimas habían comenzado a caer. Silenciosas y dolorosas.

Casi mortificantes.

Otra vez.
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Holoooooooo,

¿Cómo estáis? Espero que muy bien😊

Aquí os traigo un nuevo capítulo que espero que os guste mucho, además de que sí, oficialmente comienza el maratón que durará hasta el domingo. Sí, lo he reducido un capítulo, pero más que nada porque me parecía raro subir un lunes, era como que me cortaba toda la armonía, pero no os preocupéis porque en cuanto pueda planeo hacer otro maratón (porque lo que os he hecho esperar con esta historia no es normal😅)

Bueno, no me enrollo mucho más y os dejo el primer capítulo ya publicado. Os leo en los comentarios!!! (PD: en el siguiente capítulo se viene más pasado de Nimri)

Nos vemos mañana chikis;)

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