Capítulo 33
Al día siguiente toda la infantería despierta gracias a los gritos de Torres y Rey, ambos se encargan de levantar a los jóvenes soldados ya que tienen una actividad muy importante que hacer el día de hoy. Debido a esos gritos, Ángelo pega un salto de la cama porque la voz de Torres sin duda le dio terror.
—Me cago en todo ―susurra mientras frotar su rostro para quitarse la baba seca de su rostro, también se maldice por haber caído al suelo.
―No entres en pánico ―le dice el mayor, por lo que Ángelo frunce el ceño y lo busca con la vista, notando rápidamente que se encuentra en el techo.
―¿Ahora tiene gen de lagartija? ―comenta Simón al estirarse.
―¡Un nuevo poder! ―exclama Julián.
―No es cierto ―contesta el morocho mientras los objetos de metal pequeños y sueltos vuelan hacia él para pegarse a su cuerpo, incluso se hace con los celulares de sus compañeros―. Pero mis manos cosquillean ―susurra para sí mismo, por lo que comienza a rascar sus palmas para aliviar la comezón.
―¿Cómo lo bajamos? Llegaremos tarde ―se pregunta Torres al mirar a los muchachos. Sin embargo un segundo después escucha el grito ahogado de Vega al terminar cayendo sobre su cama junto a todos los objetos.
—¡Mi celular!
―Alístense, los veo afuera en cinco minutos. —Luego de dar esa orden, Torres abandona el lugar, encontrando a Rey junto al transporte. Ella se queja con el conductor de lo difícil que fue despertar a las chicas, pero está muy emocionada por el recorrido que harán.
―Excursión a una cárcel... ¿qué podría salir mal? —comenta Mauricio al llegar y mientras se cruza de brazos.
—Necesitan ver la realidad y lo sabes.
—Si, si. ¿Sabes algo de Romeo? Lo llamé, pero no contesta. —Él revisa nuevamente su celular, por si tiene algún mensaje del castaño. Aunque no hay nada, como hace quince minutos—. Ya casi debo cuidarlo como a mis hijos.
—Debe ser estresante para él —bromea Rey y suelta una risa, misma que debe controlar cuando ve a dicho castaño acercarse. Antes que este pueda saludar, Torres le grita diciéndole que responda sus llamadas la próxima vez.
—Si, me disculpo —responde dándole una sonrisa. En eso los jóvenes soldados se acercan formados hacia ellos.
—Buenos días a todos, hoy vamos de excursión a la prisión de máxima seguridad de Olivarría, es un lugar muy importante en nuestra historia y contiene a los criminales más peligrosos de los últimos años —explica Rey mientras es el centro de atención.
—Es joda, ¿verdad? —dice Brayan al levantar la mano para hablar—. ¿Por qué iríamos allá?
—¡Suban ya, es una orden! —Torres alza la voz y todos rápidamente entran al vehículo, incluso Rey y Romeo se apresura a tomar sus lugares. Además ella durante el camino debió contenerse en hablar demás sobre la excursión, dando respuestas cortas a las cientos de preguntas que hace la infantería y el joven instructor.
—¿No deberían enviar una nota a nuestros padres para que autoricen estas actividades peligrosas? —comenta Mía mientras mira por la ventana para distraerse.
—Para aligerar los trámites, todas las actividades se autorizan de una vez cuando te inscriben al ejército. Son parte obligatorias del programa de entrenamiento —le explica Valentina, ya que está bastante familiarizada con eso.
—¿Y si pasa algo malo? —habla Ángelo, tiene sus razones para temer porque su padre ha encerrado a muchos y es probable que más de uno esté en esa prisión.
—Que mala onda —comenta Romeo desde su lugar.
—En las prisiones no sólo hay criminales, también hay personas que se encargan de ellos, son profesionales en su trabajo —interrumpe Rey, por lo que debe apretar sus labios para no decir más.
—¿Profesionales? Quiero ver cómo mantienen a cientos de homicidas y psicópatas bajo control —dice Simón. Quien por primera vez se ve emocionado en una actividad.
—¡No digas eso! —exclama Mía, horrorizada al pensar que dentro de poco estarán rodeados de asesinos.
—Eso es lo que son, sólo digo la verdad.
Entre charla y charla, el micro se detiene ante las primeras puertas de la institución por el primer control de seguridad, allí deben darle todas sus identificaciones a los oficiales penitenciarios, quienes investigan si son realmente genuinas, además estos revisan las pertenencias de cada uno. Por lo que el equipo de mate que Brayan preparó queda completamente desarmado, arrojan al agua caliente y separan las partes del termo así como las del matero para ver si oculta algo dentro.
—¿No tienen a alguien que vea a través de los objetos para evitar eso? —pregunta Torres al ver el sufrimiento del joven.
—Si, pero es su día libre y la máquina está en mantenimiento, por eso debemos hacerlo a la antigua —responde una oficial—. Gracias por su cooperación.
—De... nada... —responde Brayan mientras recoge y guardar su equipo, luego se forma junto a sus compañeros, siendo consolado por Francisco.
—Adelante —el mayor les ordena subir nuevamente al micro cuando la revisión completa del vehículo y conductor acaba, sólo así tienen el permiso de continuar hasta las grandes puertas de la prisión, la cual parece la entrada a un lujoso edificio de varios pisos de alto. Al bajar nuevamente, son recibidos por una mujer vestida muy formal, la cual sonríe al ver a Rey.
—Bienvenidos.
—Infantería 1-C, les presento a mi hermana Celestina Rey. Trabaja aquí y nos dará el recorrido —dice la mujer, presumiendo un poco ante los jóvenes soldados, así como también frente a su hermana—. Celestina, ellos forman la infantería 1-C y me encargo de entrenarlos junto con Mauricio Torres y Ruidíaz Romeo.
—Es un placer conocerlos y reconozco a Romeo, ha crecido demasiado —comenta Celestina, dedicándole una sonrisa al susodicho, por lo que Julián codea al mayor entre risas disimuladas.
—Comportamiento —responde Romeo, manteniendo una actitud seria.
—Yo les daré el recorrido, formen dos filas por favor —pide la mujer, entonces la infantería se separa formando una fila de varones y otra de mujeres por estatura—. Bien, comencemos. ¿Tienen alguna idea de cuáles son los objetivos de una prisión? —pregunta mientras abre las puertas, en el interior del complejo hay una recepción donde le entregan unas tarjetas a los visitantes, mismas que deben llevar en sus cuellos en todo momento mientras estén allí.
—Depende de la época y de la sociedad —responde Romeo.
—Muy buena respuesta —lo felicita Rey—. Les pido otro favor, como estos ascensores son pequeños y sólo hay espacio para tres o cuatro personas, irán en parejas conmigo.
—¿Parejas? Pero-
Celestina camina hacia el primer ascensor ante la mirada de los presentes, entonces utiliza su poder para dividirse, creando copias exactas de ella misma. Ella y las otras cuatro esperan a que los jóvenes soldados se acerquen.
—La prisión es tan grande que es imposible verla en un día, por eso a cada uno les mostraré una parte —les explica mientras entran a los ascensores. Ángelo tiene por pareja a Catalina y se encuentran junto a Romeo y la copia 5 de Celestina Rey.
Ella presiona unos botones luminosos de la pared y el ascensor comienza a moverse, pero de lado.
—Como ya saben nuestra sociedad actualmente está construida gracias a personas con diferentes poderes. Pero también existen algunos que usarían ese regalo para hacer daño —comienza Rey con su discurso, mismo que le repiten sus copias al mismo tiempo—. El objetivo de las prisiones ahora son: separar al convicto de la criminalidad. Proteger a la sociedad de los elementos peligrosos. Disuadir a quienes pretenden cometer actos contrarios a la ley y, sobre todo, reeducar al detenido para su reinserción en la sociedad.
—Pero no pueden liberar a una persona que ya mató —cuestiona Ángelo, para él eso sería irresponsable.
—Todo depende del caso —contesta la mujer. En ese momento las puertas del ascensor se vuelven transparentes y unos ventanales les muestran una especie de parque. Rodeado por grandes muros, dentro del espacio verde ellos ven a unos reos pasear, comer y jugar tranquilamente.
—¿Qué lugar es este? —pregunta Catalina al ver las pequeñas casas en donde supone que viven esos reos.
—Cada sección está especialmente construida para anular los poderes de los convictos, en este caso son personas que pueden controlar los objetos electrónicos o tiene una habilidad similar. Por eso le damos una vida natural sin tecnología, ni electricidad.
—Increíble —dice Ángelo. Los ventanales se acaban cuando salen de esa sección. Unos minutos después llegan a otra, un lugar muy blanco y frío al encontrarse cubierto de nieve.
—Este lugar es especial para anular los poderes piroquinéticos, el frío hace casi todo el trabajo. También hacemos algo parecido con los reos con habilidad de crear hielo o agua, utilizando climas calurosos. Pero no sólo el ambiente ayuda a su recuperación —dice al alejarse de las secciones—. Generalmente las personas que acaban en prisión es por no saber controlar sus habilidades, mi primer caso fue el de un muchacho que mató a su novia. Su habilidad lo hizo nacer con espinas que cubrían todo su cuerpo. Lo condenaron y me encargué de tratarlo porque soy psiquiatra. Él me dijo que suprimió su poder por mucho tiempo hasta el punto de hacer que las espinas de su cuerpo desaparecieran, finalmente pudo abrazar a su amada y lo hizo, pero las espinas reaparecieron y mataron a la chica. Con las historias que he escuchado, siempre pienso que la vida sería más sencilla si todo fuera blanco o negro.
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