Capítulo 66
No estaba siendo un buen hermano, Jungkook se encontraba mal y no sabía cómo eliminar todo ese dolor que veía en sus ojos. La molestia lo consumía por sentirse de cierta forma impotente, no le importaba que las personas no pudiesen vivir continuamente en felicidad, pero su mayor debilidad y dolor florecía cuando no podía ver bien a aquellos que amaba.
Un helado, una caminata por algún parque, videojuegos o simplemente algunas cosquillas no sacarían una sonrisa de los labios de Jungkook. Tenían demasiadas responsabilidades como para poder viajar sin más y olvidarse del mundo. Ellos ahora eran hombres adultos; Seokjin nunca tuvo muchas ilusiones, así que poco vivió de la infancia o adolescencia realmente. Jungkook, por otro lado, pudo experimentar una vida más tranquila y odiaba saber que en esos momentos tranquilidad y alegría era lo que menos tenía.
— Ahora mismo tengo tantas inquietudes y pensamientos en mi cabeza, hyung... — Musitaba Jungkook observando el paisaje urbano que veía desde la ventana de su auto.
Después de haberse encontrado, decidieron que lo mejor era conversar, beber o simplemente estar juntos en un lugar más cómodo. Seokjin ofreció su apartamento de soltero, pero lo menos que deseaba Jungkook era pisar ese lugar que tantos recuerdos le traía. Sopesó por un momento la idea de llevar a su hermano a su casa, pero sería mucho peor con todas las cosas de Taehyung y él allí, así que al final, optó por el sitio que menos recuerdos tenía, aunque ni siquiera ese se salvaba del todo.
Llamaron a uno de los choferes para que pudiera conducir y fueron llevados hacia el penthouse de Jungkook.
— Es normal que estés así, después de todo, mezclaste sentimientos con él. — Respondió Seokjin apoyando su cabeza al respaldo del asiento trasero. — Si bien sé que te sientes mal en estos momentos, me alegra que al menos no hayas sacado esa fea faceta tuya de querer venganza. — Se rio haciendo que el pelinegro negara.
— ¿Quieres decir la misma faceta heredada de nuestro padre y que tú también compartes? Yo soy el mejor de los Jeon. — Jin negó observando ahora su teléfono notando el mensaje de Yoongi en donde decía que se había encargado de tranquilizar a su esposa. — No hay nada por lo que vengarme, no puedo decir que Taehyung me haya hecho daño conscientemente con alguna infidelidad o algo parecido, no jugó conmigo, no me engañó o utilizó. Fue mi culpa, pienso. Dijimos que nada de amor y yo rompí ese acuerdo. Acordamos exclusividad, diversión, encuentros con buena responsabilidad afectiva que fuese mutua, pero él no me pidió que me enamorara. Lo hice solo sin darme cuenta.
— ¿Realmente tuvieron un acuerdo de exclusividad? ¿Le pediste fidelidad a un tipo que le es infiel a nuestro padre contigo? — Jin suspiró molesto mientras abría dos de los botones superiores de su camisa. — El sexo te fundió el cerebro, idiota.
— No comiences a regañarme por eso, ya pasó y se acabó, además cumplimos el acuerdo hasta que yo lo jodí.
— Deja de martirizarte, no jodiste nada, así que no permitas que te haga sentir culpable. Él es quien no ha jugado limpio y no merece los sentimientos de mi padre y mucho menos los tuyos.
— Él no me está haciendo sentir culpable. Yo tampoco he jugado limpio, los dos hemos estado juntos a espaldas de papá.
— ¿En serio eres mi hermano? — Indagó Seokjin incrédulo por el lavado de cerebro que el menor parecía tener.
Conociendo quién y de que era capaz Taehyung, ¿cómo pudo su hermano llegar a confiar en él tan ciegamente? Bueno, él no era la mejor persona para hablar y lo sabía, él era una mala persona, pero al menos respetaba los acuerdos y no le mentía a otras personas a la cara cuando esperaban algo de él. Eso claro, si excluía a su hermano, porque él también rompió el acuerdo implícito que ambos firmaron al nacer como hermanos.
Una vez en el estacionamiento del edificio, ambos descendieron del vehículo sin decir nada más. Seokjin se preguntaba en todo el trayecto hasta el apartamento si debía revelarle a su hermano las falsas palabras de Taehyung para que le fuera más fácil cerrar ese capítulo de su vida.
— Ponte cómodo. — Habló Jungkook una vez dentro del lugar, caminó hasta la cocina para obtener una botella de whisky y regresó al salón. — Hace tiempo no venías. — Mencionó ganándose la atención del mayor de los hermanos. — Sabes, yo también puedo escuchar lo que sea que te tenga en ese estado. He estado hablando de mis problemas, dándote tiempo para que me comentes los tuyos.
— No son tan importantes, en realidad prefiero escucharte a ti. — No había nada que pudiera decirle realmente, así que lo mejor era desviar por completo el tema. — ¿Qué tienes pensado hacer ahora?
— ¿Seguir con mi vida? — Contestó un tanto inseguro y neutral mientras se sentaba en el sofá con el vaso en una mano y la otra acomodando sus revueltos cabellos. — Necesito concentrarme en la empresa y tener algo de tiempo a solas. — Mencionó secándose unas lágrimas que rebeldemente comenzaron a caer. — Mierda...
— Estás actuando fuerte e indiferente porque yo estoy cerca de ti. No te diré te lo dije, sabías en lo que te estabas metiendo y decidiste ignorar todas las advertencias porque deseaste. Sigo creyendo que fue estúpido que dejases a Jaehyun por algo tan... No sé qué calificativo ponerlo.
— No lo dejé, él me dejó a mí, aunque con su justa razón. Si él no se hubiese hecho a un lado yo jamás lo hubiera traicionado, pero cuando me dio la oportunidad para estar con Taehyung no la dejé pasar y nuestros encuentros fueron aumentando, cambiando porque era una llama a la que continuamente rociábamos con gasolina.
— ¿Te arrepientes?
— De algunas cosas, pero sería un hipócrita si dijera que no disfruté mi tiempo con Tae. Es tan perverso y exasperante en ocasiones que logra sacar lo peor y mejor de mí. Otras veces es tan lindo y tierno que ni él mismo se da cuenta. — Sonrió recordando al peligris debajo de él, jugando, apretándolo con sus piernas y besándolo. — Maldición, lo extraño. Ni siquiera sé por qué le confesé mis sentimientos cuando lo nuestro es tan volátil. Él no me ofrece nada de lo que quiero o necesito más allá del sexo, pero cuando estamos juntos realmente me siento bien a su lado.
— Deben tener una muy buena química.
— Es más que eso, hyung. Sabes, él es muy inteligente, te sorprendería de las conversaciones que hemos tenido. Parece siempre despreocupado, pero tiene una luz intensa que sale a relucir cuando menos lo esperas. Tiene muchas cicatrices de su pasado y aun así se mantiene tan fuerte siempre que cuando lo veo vulnerable quiero entregarle el mundo para verlo sonreír nuevamente.
Negando con la cabeza, Seokjin observó a su hermano mientras estuvo durante un buen rato bebiendo y hablando sobre su padrastro. Necesitaba alcohol para soportar aquello, así que continuó sirviéndose varios tragos.
La noche avanzaba, el alcohol subía, los hermanos se relajaban dejando de pensar en todo. Tal vez por eso ninguno vio venir el momento en el cual las caricias que Seokjin le propiciaba en la cabeza a su hermano menor se convirtieron en toques sutiles en sus mejillas. Las palabras dejaron de fluir mientras todo lo que ambos hacían era observarse y acurrucarse contra el otro, envuelto en el sentimiento reconfortante que les daba su cercanía, la seguridad de que sin importar lo que pasara con el mundo se tendrían mutuamente.
Con un suspiro y ojos cristalizados, Jungkook unió sus frentes enredando sus dedos en el cabello castaño del mayor, un movimiento inocente de su parte, al igual que el pico que le continuó, ese que Seokjin le había pedido que no continuara dando. Esa noche, Jin no le recriminó lo sucedido, pero tampoco lo alejó u olvidó como siempre hacía. Por alguna razón, fue él quien agarró la cabeza de su hermano y disminuyó toda la distancia hasta unir sus labios.
Fue apenas una presión, Jungkook por un instante rio, pero luego su sonrisa se perdió, puesto que la apertura de su boca sirvió como una invitación para el mayor. Su frente se frunció, mas en los primeros segundos no lo alejó, permitió aquel beso que escaló un poco más cuando su boca se cerró atrapando el labio inferior de Seokjin. Continuaron, los dos se besaron hasta que algo atrajo a Jungkook de regreso a la realidad, se separó con prontitud de su hermano y este, todavía embaucado por el alcohol no se daba cuenta de lo que ocurría.
— Lamento que Chungha se haya dado cuenta de lo que hacemos. — Susurró Seokjin estirando sus manos para acercar a su hermano. — Lo habíamos dejado, pero no esperé que al cambiar los roles esta noche ella se enterara de mis verdaderos sentimientos por Jungkookie. Yoon, yo quería que mi secreto muriera con nosotros, mis pecados deberían quedarse encerrados en nuestra recámara cuando nos hacemos el amor mientras interpretas a Jungkook. — Hipó secando sus lágrimas, volviendo a unir su cabeza con la de Jungkook. Son tan diferentes y a la vez tan parecidos tú y él. A los dos los amo tanto como hombres que me aterra haber aniquilado nuestro amor de hermanos.
Seokjin tenía un defecto, — varios, en realidad — tenía un buen manejo del alcohol y procuraba beber con moderación porque cada vez que perdía el control con la bebida también perdía el rígido control que tenía sobre su persona. Jungkook, por el contrario, manejaba bastante bien el alcohol y si bien esa noche estaba mucha más que sólo achispado, estaba lentamente tomando el control sobre sí mismo.
Las palabras que escuchaba de su hermano lo estaban espabilando demasiado rápido y no sabía bien cómo reaccionar a eso. Tenía una idea, tal vez debía recriminarlo, odiarlo, alejarlo, sentir asco, pero todo lo que pudo hacer al entender finalmente aquello que atormentaba a su hermano fue llorar. Algo torpe se volvió a hacer lugar en el sofá y lo abrazó con fuerza. ¿Esa era la razón por la cual las cosas con su padre siempre fueron tan tensas? ¿Por eso los episodios que tanto se empeñaron en ocultarle y que hacía varias semanas había descubierto? La lejanía, el odio, el reproche, Yoongi, Chungha, la vida de Jin, todo ahora tenía tanto sentido para él que le dolía estar al tanto del dolor y secretos que su hermano acarreaba.
— Hyung... — Musitó sosteniendo su cabeza, notando que los ojos de Seokjin se cerraban, quedando vencido ante el sueño. — Hyung.
— Mmm.... — Fue toda la respuesta que dio y la imagen de su persona se veía tan deplorable para Jungkook. Ver sus labios, los restos de un llanto contenido que no dejaba salir por completo, el sonrojo de su piel, la tristeza que tan bien ocultaba.
— ¿Estás enamorado de Jungkook? — Indagó apoyándose en el hecho de que Jin parecía estarlo confundiendo con Yoongi en esos momentos. — ¿Lo amas?
— Sí. — Hipó levemente volviendo a llorar. — Lo siento por amarlo a él y amarte a ti, pero todavía ser incapaz de dejar de lado mis sentimientos por él. Lamento hacerte pasar por tantas mierdas continuamente. Te amo, Yoonie. — Finalizó estirando sus manos para abrazarlo, sonrió cuando unas manos firmes le devolvieron el abrazo, agradeciendo la caricia en su cabello.
No pasó mucho tiempo antes de que se durmiera sobre el cuerpo de un Jungkook que si bien ya sabía gran parte de lo que ocultaba Seokjin, no terminaba de procesarlo todo. Las palabras pronunciadas por un Jeon Seokjin ebrio continuaban pareciendo algo imposible, mas era real. Girando su cabeza pudo observar a su hermano como pocas veces lograba hacerlo, se levantó apretando por un momento su propia cabeza debido a que continuaba algo mareado y, una vez estabilizado, cargó al contrario para llevarlo hacia la cama. Cambió su ropa por un par de pijamas y tras él hacer lo mismo, se acostó y lo abrazó.
¿Cómo podía él ayudar a su hermano?
¿Cómo continuaría tratando con él sin hacer las cosas incómodas y tampoco hacerlo sentir mal?
Quizás la mejor forma sería si él mismo buscara un psicólogo que lo ayudase a tratar todo desde una perspectiva diferente y adecuada. Lo único claro en su mente era que, a pesar de lo imposible de esa situación, no repudiaría a su hermano. Conocía al hombre que dormía junto a él, aunque este por obvias razones le hubiese escondido algo tan delicado. Estaba seguro de que Jin ya se había recriminado y odiado a sí mismo durante demasiado tiempo, necesitaba ayuda, comprensión, no un señalamiento de su parte.
Tendría que buscar el momento adecuado para conversar personalmente con él sin que el alcohol estuviese interviniendo en su sobriedad.
Los recuerdos que desde la niñez traía almacenados en su cabeza, el cuidado, soporte y apoyo que Jin siempre le había brindado, llegando a olvidarse de sí mismo para velar por Jungkook, todo eso comenzó a sacar lágrimas de sus propios ojos sin saber por dónde comenzar a resolver eso.
A la mañana siguiente, cuando él despertó, Seokjin ya se había marchado, pero no sin antes recoger todo el desorden del apartamento y cocinarle algo para la resaca. Seokjin no recordaba con claridad lo sucedido la noche anterior, pero Jungkook apenas había podido dormir pensando en lo ocurrido. Por un lado, tenía a Taehyung, todo lo que ese hombre despertaba en él y la situación a la que habían llegado, por otro estaba Jeon Dongun invitándolo a un viaje para tres, hijos y padre. Esto lo llevaba al problema más reciente que guardaba en su cabeza, su hermano.
Con una llamada le pidió a Somi que pospusiera todo lo que tenía programado en su agenda para ese día, después, en silencio, él se encargó por su propia cuenta de organizar el resto. Comió, tomó un baño y condujo hacia la dirección que marcaba el navegador, iría a conocer a su nuevo psicólogo.
+++
— Mi amor, ¿qué deseas que haga? — Preguntaba Dongun sintiendo su corazón pesar en su pecho ante la imagen de un Taehyung desanimado que no acostumbraba a ver. — Pídeme lo que sea.
— Quédate conmigo en casa, te necesito. — Necesitaba a su esposo, quería estar con él, sentir su cariño, su presencia, sus mimos. — Siempre estás trabajando y a veces necesito que estés más presente en mi vida. Detesto tener que siempre salir a buscar desconectar mi mente y un poco de diversión con Hoseok u otros conocidos cuando podría estarte dedicando tiempo. Pensé que estaríamos una semana juntos, pero resulta que viajarás con tus hijos y me dejarás aquí.
— No te dejaré, cariño. — Negó acercándose para abrazarlo y besar su cabeza. — Siento que mis hijos y yo necesitamos un poco de tiempo a solas, como familia.
— ¿Eso significa que a pesar de ser tu esposo yo no soy parte de esta familia? — La molestia del peligris fue evidente, quería estar con su esposo, en verdad necesitaba al Dongun que lo colmaba de atenciones. Además, podría ser que una parte de él también buscase ver al pelinegro, aunque fuese de lejos.
¿Por qué Jungkook tenía que estropearlo todo mezclando los sentimientos?
— Cariño, no digas eso, sabes que no es así. Eres parte primordial de esta familia, puedes unirte a nosotros el fin de semana, pero necesito un poco de tiempo con mis hijos. Por favor, prometo que te compensaré más adelante. — Comentó acariciándolo, sonriendo al ver el puchero del menor. — Tan encantador y malcriado a la misma vez.
— ¿No me quieres así?
— Te amo así. — Sonrió acercándose para besarlo, riendo más ampliamente cuando el contrario incrementó el nivel de sus besos y caricias, hasta convertir aquella interacción inocente en gemidos y orgasmos bastante satisfactorios para ambos. — Me vas a matar.
— Jamás, te necesito a mi lado por mucho tiempo más. — Contestó Taehyung besando su frente y dejándose caer a su lado, desnudo, un poco más tranquilo. — Ve con tus hijos toda la semana, yo me quedaré aquí, después de todo también tengo cosas que hacer. Espero que me compenses más adelante, un viaje solo para nosotros dos.
— Lo que desees. — Afirmó inclinándose para un último beso. — Vas a acabar conmigo. — Se quejó entre risas cuando se levantaba de la cama, quejándose cuando el menor para molestarlo lo nalgueó con fuerza. — ¿Qué hace contigo? — Negó caminando con cierta dificultad hacia el baño. — ¿Te quedarás en casa o irás con Hobi?
—Todavía no lo sé, según me lo permita el tiempo y nuestros horarios. — Contestó hablando con un volumen más alto para que su esposo pudiera escucharlo. — Por cierto, Dongun, ¿qué era eso que dijiste que debías mostrarme?
Saliendo un poco del baño para pararse en el umbral que dividía el vestidor del dormitorio, Dongun sopesó la idea de compartir esa información con su esposo justo ahora que se iría de viaje con sus hijos y no estaría para él.
— Ah, eso... — Habló tan bajo que Taehyung casi no lo escuchó. — Busca en mi portafolio una carpeta negra con el nombre de tu mamá en el interior.
La sonrisa que había estado adornando el rostro de Taehyung fue desapareciendo lentamente, levantándose con calma mientras iba en busca del portafolio. Sacó la carpeta y comenzó a observarla en silencio.
— Kookjin y mi madre... — Dongun asintió, observando a su esposo admirar algunas fotografías de las dos mujeres cuando ellas tuvieron una relación.
— Menos mal que las dos no se follaron y embarazaron del mismo hombre, si no yo podría haber sido hermano de Jungkook... — La idea formándose en su cabeza era desagradable, una vez más recordó a Seokjin y luego observó a su esposo. — Podría haber sido tu hijo.
— Pero no lo eres. — Se acercó rápidamente al menor para abrazarlo, mas este sonrió.
— Estoy bien, me quedaré estudiando este expediente, tú debes apresurarte porque tus hijos pronto estarán aquí. — Como si lo hubiese visto venir, no pasaron ni cinco minutos cuando el teléfono de la habitación sonó y la señora Hwa le informaba de la llegada de sus hijos.
Se despidieron con besos tranquilos y un abrazo que Taehyung agradeció. Por un momento dejó de lado la carpeta con toda la información para pararse cerca de la ventana y ver como todos los Jeon se subían al mismo automóvil. El menor de los tres fue quien colocó correctamente las maletas y, tras cerrar el maletero, dejó que su mirara vagara hasta encontrarse con la silueta de Taehyung. Se vieron, ambos estaban conscientes de eso, pero Jungkook rompió rápidamente con ese contacto visual y se sentó en el vehículo.
Kim los vio marchar en silencio, contempló la cama con todas las fotografías y papeles esparcidas sin un orden específico, fue ahí cuando supo que para hacerle frente a lo que restaba del día necesitaba una botella y una copa.
+++
Hoseok descendió del auto de Taehyung sintiendo que necesitaba un descanso urgente. Pocas veces llegaba al final del día tan extenuado y sin querer bailar por al menos veinticuatro horas. Su mejor amigo llevaba dos días en su apartamento, tres desde que los Jeon se fueron de vacaciones y por eso ese día pudo utilizar su auto. En algún momento él también tendría que comprarse uno, pero ahorraría un poco más.
Mientras subía por el elevador sonreía viendo las últimas publicaciones de Jimin y Namjoon, también las de Jungkook que parecían ser solamente paisajes de un lugar bastante hermoso. Por costumbre, dado que Taehyung siempre solía pedírselo, también visitó la red social de Dongun y, aunque rara vez publicaba fotos personales, había una en donde se le veía bien alegre junto a sus dos hijos mientras pescaban.
Las puertas del ascensor se abrieron y caminó hacia su puerta mientras estiraba su cuello de un lado hacia el otro. Introdujo la clave de su apartamento y entró sonriendo al ver a Taehyung en el sofá, el olor a comida recién cocinada invadiendo el ambiente.
— No puede creer que te hayas dignado a cocinar. — Se burló mientras se quitaba sus zapatos en la entrada y avanzaba hasta el sofá, sin embargo, quedó confundido, sorprendido y prácticamente paralizado cuando vio la figura de alguien más saliendo de la cocina.
Vestido de manera deportiva con un par de guantes en las manos y unas pantuflas, Park Seojoon salía de su cocina sosteniendo una bandeja caliente que acomodó en la mesa.
— Ah, Hoseok, llegaste. — Saludó con una sonrisa notando como el pelirrojo observaba a Taehyung frunciendo el ceño y luego finalmente lo miró con una sonrisa. — La cena está lista.
— Gracias, Seojoon hyung. — Agradeció viendo al mayor sonreír y alejarse entusiasmado. — ¿Es en serio?
Dejando caer el bolso que llevaba de su hombro, Jung Hoseok avanzó por el estrecho y pequeño pasillo hasta llegar a su habitación sin poder esconder su incomodidad. Taehyung entró un poco después, cerrando la puerta tras de sí.
— Hyung...
— ¿Qué quieres? — Preguntó serio como pocas veces Taehyung lo veía.
— ¿Estás molesto porque invité a Seojoonie a tu casa?
— No hagas preguntas estúpidas en estos momentos, Taehyung. No me importa que invites a alguien a mi casa, sigue siendo nuestro apartamento aunque ya no vivas aquí oficialmente, eso no es lo que me molesta. — Notando por dónde iría la conversación, Taehyung rodó los ojos disponiéndose a marchar, mas el contrario lo detuvo. — Es gracioso lo mucho que te contradices.
— ¿En qué me contradigo?
— Me confiesas que amas a tu marido, que te has enamorado de Jungkook, pero a su vez continúas engañándolos a los dos.
— No estoy engañando a Jungkook ahora mismo, terminé con él. Una cosa es que me guste, que tenga este enamoramiento idílico por él debido a lo mucho que nos divertimos, pero se excedió de sus límites. Fue divertido esa tensión que manteníamos, ese tira y afloja que ambos jugábamos. No puedo negar que de todas las personas que he estado, ha sido mi mayor reto y por eso lo disfruté mucho cuando por fin lo obtuve. Es muy linda persona, no es secreto que el sexo es increíble, pero lo jodió al enamorarse. Ya no es divertido, estaba llegando la monotonía y se estaba volviendo exigente, eso ponía todo en peligro. Lo estoy cuidando de sí mismo para que no tenga problemas con su padre.
— Ay, miren que filántropo me salió. — Ironizó Hoseok observándolo. — Si no querías que tuviese problemas con su padre, lo hubieses dejado en paz. Ayer mismo mirabas sus fotos, le escribiste, te incomodas si hablo con Jaehyun, si Jungkook habla con Jaehyun.
— Simplemente lo saludé.
— ¿Simplemente lo saludaste? "He estado pensando mucho en lo que me dijiste, todo me tomó por sorpresa, así que lamento si reaccioné mal. No me gustaría terminar lo nuestro así, me gustaría hablar contigo, te extraño." ¿Eso es saludar?
— Vaya, que buena memoria para acordarte de todo lo que le escribí.
— Me parece bajo y egoísta lo que estás haciendo Taehyung. Porque piensas solamente en ti, no piensas en tu esposo, en Jungkook, en el pobre de Seojoon que está ahí afuera, ni siquiera piensas en mí. ¿Te has puesto a reflexionar en la posición que quedaré yo si por casualidad tu esposo viniera y se diera cuenta de que no solo dijiste que estás aquí, sino que traes a tus amantes a mi casa? Ni siquiera me avisaste para prepararme. Te importa una mierda si un hombre como Dongun que te lo da todo sufre. Joder, que te comprendí y apoyé con Jungkook, pero luego lo engañas a él también, lo alejas, lo acercas, lo vuelves a alejar, ves que habla con Jaehyun o cualquier otra persona y ahí vas y vuelves a buscarlo por el egoísta placer de saberlo en la palma de tu mano.
— Por si lo has olvidado, tu amigo, soy yo, no es Jungkook y tampoco Dongun, soy yo. Quien ha estado contigo en las buenas y en las malas, quien nunca te cuestiona nada, quien te adora a pesar de que el asesino de tu padre mató a mi madre, soy yo, no ellos. — La cabeza de Hoseok se echó hacia atrás por el shock de esas palabras. — Defiendes a dos que llegaron a tu vida ayer y se te olvida ponerte en mi lugar.
— ¿Qué tiene tu lugar para yo ponerme en él ahora mismo? Porque te recuerdo yo a ti, Taehyung que si alguien siempre ha tomado partido por ti y se ha puesto en tu lugar, soy yo. Tú y yo hemos vivido muchas cosas similares, sin padres, en orfanatos y siendo hijos del sistema, el hambre, la miseria, la soledad y necesidad. Los dos pasamos por todo eso y más juntos. Hay cosas por las que has pasado que yo no he visto, tienes razón, otras simplemente las he presenciado. Sin embargo, ya no te entiendo, no te comprendo, Tae.
— ¿Qué no entiendes?
— Deseabas poder, dinero, no volver a vivir jamás o pasar por todo lo que pasaste y joder, lo has conseguido con creces. Querías amor, tienes amor de sobra acompañado de dinero incluso. Tienes hasta la suerte de que esas dos personas te atraigan, que sean bien parecidas y amorosas contigo, te están ofreciendo todo, pero para ti ya nada es suficiente. No sabes qué putas quieres de tu vida. Si Seojoon económica y socialmente no cumple tus estándares, si no lo amas, déjalo libre, Tae. Si tienes miedo o no quieres estar con Jungkook por las razones que sean, entonces permítele ser feliz en otro lado, Taehyung. Si tu esposo no te da todo lo que quieres, si parcialmente algo le falta, encuentra alguien que complemente esa parte o te lo dé todo, pero deja de jugar con él. No son personas cualquiera, podrías perderlo todo y jamás volver a levantar cabeza, por Dios, piensa.
— Hobi...
— Querías a un hombre multimillonario, capturaste a uno los hombres más ricos y poderosos del país, con tanta suerte que ese señor solamente ve con tus ojos y jamás te ha denigrado o hecho sentir miserable. Deseabas que Jungkook te hiciera caso, que estuviese soltero, has logrado todo eso y ahora que él te confiesa su amor, lo alejas, pero tampoco quieres que esté con nadie más. Esa actitud es más que egoísta y ruin.
— No soy responsable por los sentimientos de otras personas, la única responsabilidad afectiva que debo tener es conmigo mismo. La única persona que estará conmigo hasta el día de mi muerte sin importar qué, soy yo, Hoseok. Tarde o temprano, todos se van, te engañan, te traicionan.
— No todos son Kim Taehyung, por si no lo has notado. — El peligris ensanchó sus ojos y Hoseok casi se disculpó, pero no lo hizo. — Ellos no son Johnny.
— Siguen siendo personas, hombres y la gran mayoría de nosotros en algún punto terminamos dañando a alguien más. Puede que sin querer, tal vez con intención, puede que quien sufra las consecuencias sea alguien inocente que luego se vuelva hija de puta, no lo sé Hobi y no me interesa. — Suspiró peinando su cabello mientras se dirigía a la puerta de la habitación. — Tengo hambre.
Taehyung salió encontrándose en el comedor con un Seojoon que terminaba de recoger parte de la cocina. Se acercó a él y lo abrazó antes de darle un beso y dirigirse hacia la mesa. Junto a un pelirrojo que pronto se les unió, por fin tomó asiento, en el mismo momento que el timbre de la puerta sonaba. Los tres se miraron, pero debido a que era Seojoon el único que no se había sentado, se acercó confiado a abrir la puerta luego de decir que, después de todo, era un invitado de Hobi.
El pelirrojo negó con cierta molestia todavía burbujeante, Taehyung rodó los ojos, pero los dos se quedaron completamente confundidos cuando frente a ellos vieron a Jungkook. Después de recibir el mensaje del peligris, el menor de los Jeon había decidido que ambos se debían al menos una última plática. Por eso aprovechó esa tarde en donde Seokjin y su padre decidieron conversar y pasar el tiempo juntos. Tres horas de viaje más tarde, ahí estaba. Sabía que Taehyung se estaría quedando en casa de Hoseok, no era un secreto, mas no podía negar que se sorprendió un poco al ver al hermano mayor de uno de sus mejores amigos.
— Justamente ahora íbamos a comer, así que toma asiento, ya te sirvo. — Le invitó Seojoon con naturalidad, ignorando la tensión de los otros dos presentes.
Hoseok se limitó a mirar a Taehyung con un claro "te lo advertí" reflejado en sus pupilas, el peligris, en cambio, se limitó solamente a maldecir por lo bajo antes de levantar la mirada y sonreír. Sería demasiado raro si después del mensaje comenzaba a actuar como si no quisiera verlo frente a él, no podía correrlo sin más, así que con la mayor naturalidad posible se levantó de su asiento y se acercó para saludarlo.
— Seojoon tiene razón, llegaste a muy buena hora, Kook, siéntate a comer con nosotros, debes estar hambriento.
¡Hola hola! ¿Cómo han estado? Comenzamos a acercanos al final. No sé el número exacto de capítulo, ya que con el desarrollo puede variar, pero calculo que serán alrededor de 10. No confién en mis cálculos, casi nunca acierto jejeje.
Espero que les haya gustado el capítulo.
¿Preparadxs para lo que viene? ¿Se imagina lo que viene?
Nos vemos en los próximos capítulos.
LORED
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top