Capítulo 57
He hecho doble actualización continua, les aviso por si entraron directamente a este capítulo sin leer el anterior para que no se me pierda.
— Hazme el amor, Kook. — Quizás era su resfriado que había bajado sus defensas y le impedía pensar con claridad, tal vez solo se estaba dejando llevar mentalmente por algo más pequeño de lo mencionado. Jungkook le gustaba, le atraía, sexualmente hablando le fascinaba, el morbo que siempre despertaba en él lo enloquecía, mas no estaba enamorado. Esa realización que tuvo momentos atrás podían no ser tan certeras. — Me gustaría que nos hiciéramos el amor mutuamente hoy.
Llevó sus manos a los botones de su camisa para comenzar a desabotonarlos, pero otras se posaron sobre ellas, deteniéndoles el avance. Jungkook se había parado de su asiento para caminar hasta él. La sutileza con la cual se deshizo de las manos del peligris para él hacerse cargo de su camisa fue acogedora. Llegar a ese último botón superviviente que luchaba por mantener la tela unida, obligarlo a zafarlo para dejar el abdomen, pecho y esas majestuosas clavículas al descubierto.
El tiempo pareció detenerse en ese instante, Jungkook concentrado en la tersa piel frente a él, Taehyung sintiendo su respiración descontrolándose mientras se sentía absurdamente expuesto frente a un hombre que lo había contemplado desnudo en más de una ocasión a través de los años. La mirada que le daba en ese momento era el problema, tan intensa e íntima como inocente y pura.
Sentir la yema de los dedos ajenos aterrizar lentamente en su piel, recorriéndola, sintiéndola más allá del tacto físico. Se trataba del calor que emanaba y las sensaciones que generaban. Esa tenue envidia que Jungkook sentía de la luz que cada día tocaba ese cuerpo mientras sus dedos permanecían hambrientos y muchas veces distantes de él.
Parados junto a la puerta de la terraza y bañados por la luz de la luna acompañada de la tenue que alumbraba su habitación, Jungkook desvistió con parsimonia al mayor, rompiendo el contacto visual exclusivamente cuando sus pupilas se detenían a venerar alguna parte de su cuerpo. Cuando ya a Taehyung no le quedaba el menor rastro de tela empañando su dermis, Jungkook procedió a desvestirse él mismo, siendo detenido por su padrastro. Tal cual el pelinegro había hecho, Kim procedió a desvestirlo, solo un poco más rápido de lo que el contrario lo hizo.
Sus bocas volvieron a encontrarse desesperadas y un poco ambiciosas, pero el beso no era anda superficial. No era tan travieso u obsceno como ellos solían compartir en sus noches de pasión. De igual forma despertaban el deseo, esa excitación sexual que nunca les faltaba. Es que un beso de ellos, se daba siempre tan correctamente que podía ser tan erótico como los más grandes movimientos que hacían en la oscuridad.
— Muérdeme... — Susurró Taehyung extendiendo su cuello sintiendo los dientes ajenos rozar su piel, ambos peinando con sus dedos los cabellos contrarios.
Cerrar sus ojos y sentir la humedad de esa lengua lo relajaba tanto como lo excitaba y los vellos erizados de su piel podían corroborar este pensamiento. Una sonrisa temblorosa curvó sus comisuras bajo el mordisqueo en sus clavículas. Nunca antes estas fueron una zona erógena hasta que Jungkook las notó. Suaves mordidas continuaron descendiendo por todo su pecho y torso acompañado de besos y toques lentos, de una capa de saliva que pronto se secaba con la respiración del menor.
Al llegar a sus ingles, Jungkook vislumbró como el pene que comenzaba a endurecerse humedecía el muslo derecho de Taehyung de tanto en tanto cuando se movía. Elevando su mirada observó como el hombre de grises cabellos se apoyó a la pared junto a la puerta de cristal para apoyarse, sus dedos acariciando suavemente la cabeza de Jungkook sin abrir los ojos.
Mojado... Al menor le gustaba ver su miembro así, goteando placer y deseo. El líquido preseminal hacía brillar más ese lunar marrón que adornaba la piel interna del muslo de Taehyung. Lo vio, se obligó a verlo de nuevo. La forma en que sus huesos pélvicos estiraban la piel, la curva profunda de su cintura, su sorprendente textura y tono acanalado que palidecía en el invierno y oscurecía en el verano.
Lo miraba y su cuerpo reaccionaba como pocas veces, incluso en medio de la pasión contenida. No podía dejar de hacerlo, Jungkook continuaba admirándolo, sintiendo esta cosa rara que le obligó a respirar con su boca abierta porque sintió ahogarse. Se necesitaba todo de él para saber lo que era control junto a Taehyung. Sin embargo, los dedos de Taehyung le hicieron regresar a la realidad, arrodillándose por completo en el suelo, sobre las ropas que dejaron caer. Su mano izquierda rodeaba el miembro que llevó hasta su boca.
Solo besos, un breve juego de lamidas coordinadas y movimientos de su muñeca que atrajeron el mirar de Taehyung por varios segundos. Sentir la humedad de la boca de Jungkook comenzar a recibirlo, la idea de él de rodillas tomándolo por completo le hizo gemir bajo. Se sentía reclamado y unido en momentos como ese a Jungkook como lo hacían los animales.
A veces se sentía atrapado, como si fuera una presa a la que preparaban, dejándolo hervir a fuego lento, esperando ansiosamente el momento en que fuese devorado por completo. Esa era una de las sensaciones que siempre quería volver a sentir y que le hizo ir en busca de Jungkook cuando lo volvió a ver y recordó. Ese era el pensamiento que le molestaba tener al imaginar a Jaehyun disfrutando de eso a un nivel más profundo al compartir un vínculo llamado amor con Jungkook.
Sus manos se separaron, una permaneció enredada en los cabellos color azabache y la otra descendió hasta el cuello de Jungkook, apretándolo al mismo tiempo en que sus caderas se agitaban al encuentro de su boca, su pena pasando por la garganta del menor.
— Oh... — Gimió al sentir como el pelinegro estiraba sus testículos con fuerza comedida sin dejar de chuparle la vida. Sus manos sabían cómo juguetear con ellos placenteramente, ahuecándolos, dejando que dos dedos presionaran su perineo. — Así, Kookie...
El ritmo fue constante, construyendo con parsimonia la excitación y un clímax que Jungkook no le permitió alcanzar dado que se separó en cuando las oscilaciones de las caderas del contrario comenzaron a descontrolarse, embistiendo su boca con desespero.
— Ahora... — Murmuró Jungkook con voz ronca ascendiendo hasta llegar a su oído, lamiendo la piel debajo de su lóbulo, estremeciéndolo. — Es tu turno, déjame sentir tu boca, Tae.
Tal cual lo hizo Jungkook, el mayor se arrodilló frente a él admirando como resaltaba cada poro de su cuerpo bajo la pálida luz que atravesaba los cristales en contraste con la cálida que tenían en la habitación. Su cuerpo siempre le pareció tan caliente, sus tatuajes, la perforación en su miembro adornado por el piercing que él le había regalado.
Podía sentir el frío del metal desplazarse por su lengua, jugó con este viendo la sonrisa de Jungkook aflorar. Las manos del menos descansaban a ambos lados de su cuerpo, mas Taehyung deseaba algo diferente, así que tomó una de ellas para publicarla en su cabeza. Le gustaba sentir sus dedos ceñidos a sus hebras grises o que simplemente descansaran ahí. Lo llevó profunda, le permitió adueñarse de su garganta para hacerle el amor con la boca hasta que sintió como su pelo fue tirado con comedida fuerza para separarlo y elevarlo hasta volver a quedar a su altura.
Jungkook unió sus bocas, entrelazando su mano libre con una de Taehyung dado que la otra ya acariciaba su cintura. Entre besos avanzaron hasta la cama, guiados por el menor. Ese era su destino en ese momento, una cama que les pertenecía y los recibía siempre feliz.
Las puntas de los dedos de Jeon rozaron su costado mientras le indicaba que se acostara, moviéndose entre sus piernas. Se inclinó y separó los labios mientras su boca encerraba sus abdominales superiores no tan marcados como los suyos. Taehyung gimió, incapaz de ver como el calor de su lengua lamía su piel. Sus entrañas se tensaron y sacudieron con un estallido de sensaciones que no tuvo tiempo de descifrar.
Se tomó el tiempo para prepararlo adecuadamente, sus dedos embarrados de lubricante lo estiraban para relajar sus músculos. A diferencia de otras veces, el interior de Taehyung se sentía demasiado caliente, como si estuviera en estado febril. Solo cuando constató que era suficiente, retiró sus dígitos para volver a acomodarse entre sus piernas. Entonces, las caderas de Jungkook se mecieron contra el peligris haciendo que el calor se apoderó de él.
— ¡Mierda! — Jadeó el mayor.
— ¿Así, Tae? — Musitó, deslizándose por su cuerpo para presionar tiernos besos a lo largo de su garganta, provocando que pequeños estallidos de placer lo recorrieran. Sus caderas se echaron hacia atrás y de repente las empujó hacia adelante. El calor se disparó a través de las entrañas de su padrastro.
— Mierda, Kook... ¡No pares! — Ni siquiera lo había penetrado, pero todo su cuerpo reverberaba de placer.
Miró hacia abajo y, entre sus cuerpos, la erección de Jungkook se mantenía erguida y gruesa, delineada por las sombras que la iluminación provocaba. Gemía, viendo una mancha teñir su piel, sabiendo que él lo había causado. Era el causante de esas reacciones tan exquisitas en Jungkook, sabiendo que él provocaba todo eso. Echó su cabeza hacia atrás; su cuerpo anhelaba sentirlo profundamente dentro de él, después de haber dejado sus ropas tirada en el piso rato atrás, sin bloquearlos. Envolviendo sus brazos alrededor de sus hombros, hundió sus largos dedos en sus omóplatos. El peligris se arqueó contra el menor, buscando fricción. Jungkook gimió en su boca, balanceando sus caderas.
— Hazme el amor, Kook... — Repitió aquella frase antes dicha.
Sus labios se conectaron en rápidos y enérgicos movimientos, antes de que Taehyung capturara el labio inferior del contrario entre los suyos para tirar suavemente de la tierna carne. Tomó un lado de su cara para mirarlo, confirmando una vez más que eran ellos dos quienes en ese momento estaban haciendo el amor. No era Dongun, Seojoon, Johnny o cualquier otra persona, solamente Jungkook y él.
Jungkook jadeó cuando fue empujado hacia atrás para que se tumbara en la cama. Lo miró con una sonrisa en la boca, los ojos brillando oscuramente por la emoción y la lujuria mientras el mayor gateaba para sentarse a horcajadas en su regazo. Entre sus palmas, ahuecó su cintura mientras balanceaba sus caderas, frotando sus pollas libres y húmedas.
El aliento del menor salió irregular, atascándose en su garganta. Tenía los ojos cerrados y de vez en cuando su mandíbula definida y en ángulo se tensaba más. Taehyung sabía que se estaba conteniendo, esperando la fusión de sus zonas íntimas para venirse junto a él y ese solo pensamiento hizo que las entrañas del peligris se arremolinaran con calor.
Taehyung pasaba la punta de sus dedos desde su sien hasta su barbilla. Estaba tan jodidamente caliente, no sabía cómo había tenido tanta suerte de encontrarlo, de tenerlo para él y bajo todas esas condiciones. Como si sintiera la mirada sobre él, Jungkook parpadeó y abrió los ojos. Brillaban salvajes, con entusiasmo y anticipación. Sus brazos atrajeron al mayor para abrazarlo y besarlo sin dejar de friccionarse mutuamente.
— ¿Qué mirabas?
—Lo jodidamente caliente y hermoso que luces debajo de mí, en nuestra cama y casa. — Respondió Taehyung lamiendo y besando su garganta, su pecho. — No te quiero cerca de nadie más.
— Creo que no puedes pedirme eso, Tae. Si bien estoy únicamente contigo, si soy tuyo mientras que esto que tenemos dure, no puedes prohibirme estar o acercarme a otras personas. Ni siquiera si tú y yo fuésemos esposos, somos personas adultas y con libre albedrío, no puedes monopolizar mi vida de esa manera por mucho que me gustes. — El peligris rodó sus ojos, pero con una sonrisa Jungkook volvió a unir sus labios, retomando la posición anterior, quedando ahora sobre el mayor. — No tienes que preocuparte por Jaehyun o alguien más Taehyung, me estoy entregando a ti completa y exclusivamente. Lo acordamos.
— ¿Es solo porque lo acordamos o porque lo deseas?
— Si no lo deseara no lo hubiese siquiera planteado en primer lugar. — Agregó besando su mandíbula para relajarla. — No necesitas estar celoso.
— No son celos, Kook, solamente quiero estar seguro de ti.
— Yo puedo decirte mil palabras que no tienes un por qué creer, pero mis acciones creo que te las confirman continuamente. — Detuvo sus movimientos al ver como el mayor desvió su mirada para no hacer contacto visual. — Puedo serte fiel, somos unos infames con una moral que pone en entre dicho estas palabras, pero créeme, por ahora, soy únicamente tuyo.
— Entra en mí. — Fue todo lo que dijo Taehyung cuando vio que el menor esperaba que dijese palabras parecidas, al menos eso fue lo que le pareció. Lo abrazó con fuerza solamente con una mano, utilizando la otra para masturbar sus penes juntos. — Quiero sentirte, hazme el amor.
Jungkook abrió sus piernas luego de romper su beso, viendo como ese fruncido anillo de músculos brillaba gracias al lubricante. Junto al lubricante había dos envolturas y tomó una de ellas para abrirla cuidadosamente con sus dedos.
— ¿Debemos usarlos? Los dos nos hicimos exámenes, estamos limpios.
— Taehyung, también te acuestas con mi papá... — Iba a extender esa oración, mas ver la resignación en el rostro contrario lo hizo suspirar. Lo sentía, pero todavía no se sentía completamente cómodo o seguro para tener relaciones sexuales sin protección con el mayor.
Nuevos besos disiparon la tenue tensión, así que Jungkook pudo masturbarse con la perfecta imagen de Taehyung. Desenvolvió el condón alrededor de su pene, pero cuando este tocó la base, se detuvo por varios segundos. ¿Tenía eso algún sentido cuando ya incluso habían tenido sexo oral? Se debatió por varios segundos, Tae solo estaba con él y bueno, su papá también. Pensó en quitárselo, pero simplemente no pudo. En cambio, besó a Taehyung, frotándose contra él hasta que lo escuchó gemir nuevamente. Ahí abrió sus piernas y se acercó, solo bromeando con el borde, introdujo solo la parte superior de su glande y se retiró nuevamente.
Metía sus dedos en las profundidades y se alejaba, intercalando entre uno y otro hasta que finalmente se perdió por completo en su interior. Ahí, se detuvo una vez más, la calidez que había sentido ratos antes había incrementado en demasía.
— Estás demasiado caliente, Tae... ¿Estás bien? — Indagó recordando sus estornudos y sintiendo la alta temperatura de su piel. — Creo que estás resfriado y tienes fiebre, deberíamos dejar esto para otro momento.
— ¿Es tu pene un termómetro ahora? Simplemente continúa, me siento bien y realmente quiero sentirte. Estoy cansado de pedirte que me hagas el amor. ¿Vas a dejarme nuevamente caliente? — Enarcó una ceja viendo la sonrisa de Jungkook. — Por favor...
— Está bien, pero si te sientes mal dímelo.
— Lo haré. — Le aseguró acariciando su rostro con una sonrisa más relajada ahora.
Jungkook parsimoniosamente comenzó a mover sus caderas, yendo a su encuentro y fundiéndose en besos tranquilos, haciéndole el amor a Kim Taehyung, no a su padrastro, solo eran ellos dos sin los nexos que tenían fuera de las paredes de esa casa. Eran como bomberos peleando, luchando entre las brazas del fuego que el sexo entre ellos provocaban, un calor que iba más allá de la temperatura del cuerpo del peligris.
Los envites eran lentos, profundos, exigentes y dominante. Sus besos... Oh, a Taehyung le encantaba la forma en que Jungkook lo estaba besando, como si tuviera que hacerlo. Como si se volviera loco si no lo hacía y hubiese esperado demasiado tiempo para hacerlo. El sabor de su boca seguía provocando el paladar de su lengua. Esa sonrisa que le regalaba cuando no fruncía su ceño, la manera en la cual lamía y mordía sus labios, como podía sentir su pulso en las palpitaciones de su miembro. Mierda, iba a correrse tan rápido así, con Jungkook cepillando su próstata tan cruelmente.
— No quiero correrme todavía, Kook. — Jadeó contra su oído, tirando de sus cabellos para mirarlo a los ojos, deseando exteriorizar algo que el menor notó.
— ¿Qué quieres, bebé? Dime lo que sea que desees y te lo daré. — Musitó contra sus labios, recorriendo con una mano su torso.
— Quisiera volver a entrar en ti, los recuerdos almacenados en mi mente desde hace tantos años ha comenzado a desvanecerse. — Los movimientos de Jungkook disminuyeron de velocidad, mirándolo tranquilo mientras tranquilizaba su respiración. — ¿Sigo sin merecerlo?
— No, no sigues sin merecerlo. — Habló por fin acercándose para besarlo, extendiendo su mano para tomar el lubricante y entregárselo. — Adelante. — La sorpresa en el rostro del mayor fue evidente, pero él no perdería esa oportunidad. Por ende, antes de que Jungkook cambiase de idea tomó el frasco y lo hizo alejarse sin dejar de besarlo.
Fue Jaehyun el último en entrar en él y de eso hacía ya mucho tiempo, así que el pelinegro estaba un poco nervioso y ansioso. Ni siquiera retiró el condón que seguía envolviéndolo. Se acostó en la cama admirando cada cosa que hacía Taehyung. Se había sentido genial aquella noche en donde se conocieron, cuando el peligris se perdió en él, así que no tenía motivos para evitarlo o preocuparse.
Un respingo y una fuerte exhalación llegó cuando el frío y viscoso líquido llegó a su piel acompañado de un leve masaje que Taehyung comenzó a darle en esa arrugada zona. Permitió que le retirara el condón sin queja, fue la intromisión de un dedo al mismo aquello que le hizo soltar un muy leve quejido. Una vez más sintió la calidez de la boca de Taehyung abrazar su pene. El mayor sentía el sabor del látex, mas no dejaba de ser delicioso. Siempre le gustó practicar sexo oral, mucho más con Jungkook.
Tras la confirmación que los gemidos y movimientos de Jungkook le otorgaron, el mayor supo que ya estaba listo. Se movió para arrodillarse, alcanzando su cintura, envolviendo su otra palma en su pene. El menor gimió, acomodándose por inercia en una mejor posición. Dios, Taehyung había deseado y extrañado demasiado esa imagen, mucho más relajada que la obtenida aquella vez.
Soltándose, permaneció varios segundos más contemplándolo, jugueteando con sus dedos por cualquier zona sin una ruta clara. Cuando volvió a tomar las caderas de Jungkook entre sus manos y arqueó su espalda, frotando su polla a lo largo de su fruncido culo. Sus pensamientos se estaban tornando vulgares, demasiado obscenos. Se estremecía ante la sensación mientras envolvía su brazo alrededor de su cintura. La mano del menor encontró la suya y sus dedos se entrelazaron sobre las ondas de su propio estómago.
— Oh, mierda. — Gimió Jungkook mientras el mayor se balanceaba contra él de nuevo.
Se arqueó hacia atrás, instándole a entrar en él como Taehyung jamás esperó. Ese instante se sentía como algo más que un acto de placer, tenía la capacidad de hacerlos sentir tan cerca, tan conectados y cómodos que era impresionante hasta el punto en que llegaban Les hizo sentir que no podían soportarlo y a la vez aclamar por más de lo que sea que estuviese sucediendo. En ese momento, uno era parte del otro. En ese instante, Kim sintió que Jungkook era completamente suyo, pero peligrosamente, también se sentía pertenecer al menor.
Giró a Jungkook sin prisa, pero con firmeza. Esa era una vista preciosa, sus muslos bien formados, los tatuajes, su erecto miembro entre sus piernas brillando gracias al piercing y los restos del lubricante que aún no se había secado. Mordiendo sus labios, Kim presionó su punta contra aquella tersa entrada mientras el cuerpo contrario sin querer lo atraía. Sus paredes se sintieron tan calientes cuando agarraron su glande, flexionándose a su alrededor. Jungkook gimió y giró la cabeza hacia un lado, imitándolo, mordiéndose el labio inferior.
— Más profundo. — Susurró, inclinándose hacia adelante. Su cuerpo abrazó y atrajo a Taehyung el resto del camino hacia adentro. — Mierda... — Hizo una mueca.
— Kook, ¿estás bien? — Preguntó, inclinándose sobre su espalda, pasando el brazo libre alrededor de su clavícula.
— Sí, solo, solo dame un minuto.
— Respira. — Le susurró como veces antes lo había hecho el pelinegro para tranquilizarlo, rozando besos a lo largo de su cuello.
Cuando Jungkook levantó la cabeza, exhaló un suspiro tembloroso, moviéndose hacia atrás para casi sentarse en su regazo. Tomando un lado de su cara, guió a Taehyung hasta su boca y lamió su labio inferior, pidiendo acceso. El mayor obedeció y separó los labios, permitiendo que su lengua lo explorara como únicamente él sabía. Cuando sus lenguas se encontraron, lucharon hasta que el peligris sintió que los músculos internos de Jungkook se relajaban lentamente y liberaban el agarre a su alrededor.
Kim lo estaba estudiando, tal vez el menor no le había dicho, pero evidentemente había vuelto a confiar en él al punto de otorgarle libre acceso a su interior. Solamente durante aquel primer fin de semana pudo ver este lado del hombre que podía quebrarlo con la mayor dominancia o mimarlo con la mejor de las dulzuras. Si antes le quedaban dudas de que Jungkook estuviese en la palma de sus manos, ahora lo confirmaba y le agradaba verlo.
Sus dedos se apretaron alrededor de la mano de Jungkook mientras lentamente bombeaba sus caderas. Lo escuchaba gemir continuamente, es que Jungkook había olvidado esa sensación de sentirse tan lleno y a gusto. No era un amante de tocar el fondo a excepción de cuando se encontraba con alguien que le gustaba demasiado y le tenía la confianza suficiente como para entregarse sin reserva. Alejándose, presionaba su cabeza contra la frente ajena. Sus ojos se cerraron revoloteando mientras se relajaba en los brazos de Taehyung, montando sus embestidas lentas y constantes. Gimiendo, con su mandíbula tensa.
— Te sientes increíble dentro de mí. — Susurró haciendo exhalar al mayor.
— Mierda, pensé que jamás te escucharía decir eso, no creí posible volver a entrar en ti, Kookie.
Ambos cayeron sobre la cama, Taehyung volviendo a ubicarse entre sus piernas, pasando sus labios a lo largo de su mandíbula mientras extendía su lengua y movía la punta a lo largo de su piel.
— ¿Por qué querías superarme esta noche? — Jungkook sabía de algún modo que era algo más allá del sexo dado que desde el inicio Taehyung había estado pidiendo que le hiciera el amor y repentinamente quiso tomar las riendas.
— Sé que no te gusta hacer esto y es difícil para ti... — Comenzó a responder tratando de organizar sus pensamientos correctamente para responderle a Jungkook.
— ¿Y...? No tienes que pensar en una respuesta certera, solo dejar salir una real, Taehyung. No estás hablando con mi papá, no tienes que fingir. — Presionó un poco, sabiendo que cuando se apagaba así, había más detrás de sus palabras de lo que dejaba ver.
Jungkook se estremeció bajo los labios de Taehyung recorriendo su cuello mientras oscilaba sus caderas con más fuerza. Sus músculos internos se flexionaron alrededor de su pene mientras exhalaba.
— A veces, solo quiero consolar a alguien más tanto como me gusta que me consuelen. No quiero ser ni parecer más fuerte de lo que soy, simplemente no todos los días me siento del mismo modo o tengo las mismas necesidades. No quiero tener exclusivamente una parte de ti, no deseo darte únicamente una parte de mí. — Su pene latía caliente dentro de él mientras pequeñas chispas de placer se afianzaban en su glande cuando frotaba sus paredes internas y recorrían su erección hacia mi columna. Gemía en su hombro, desacelerando sus bombardeos con la esperanza de extender su tiempo juntos.
Y de repente, Jungkook se encontró deseando lo mismo. Comprendía perfectamente las palabras de Taehyung, era electrizante liderar el momento desde el lado más dominante y activo. El poder, el deseo de complacer a su compañero, cuidarlo, mimarlo incluso y hacerlo sentir pleno, que podía refugiarse en sus brazos como apoyo. Sin embargo, también era cierto que como seres humanos tenían días más vulnerables o simplemente diferentes que le hacían estar cosas diferentes ya fuera por simple placer, un cambio en la rutina para refrescar o necesidades diferentes. Le gustaba proteger, pero también la sensación de ser protegido, consolado, mimado.
— Más duro, Taehyung. Yo soy quien ahora te necesita.
El nombrado pasó las yemas de sus dedos por las curvas y hendiduras de su cuerpo, siguiendo el descenso de su V hasta que llegó a su miembro grueso y erecto que no podía descansar contra su estómago. Jungkook exhaló un suspiro tembloroso, estremeciéndose cuando su perineo fue acariciado. Las profundas embestidas de las caderas contrarias chocaban contra él y sus paredes internas se aferraban a ese hombre de cabellera gris.
— Oh, joder, sí. — Jadeó soltando sus manos, esas que no sabía en qué momento había vuelto a agarrar. Presionó la palma de su mano contra las sábanas e inclinó sus propias caderas hacia adelante, facilitando que la longitud ajena llegara profundamente dentro de su cuerpo.
Cuando la mano de Taehyung bombeó su grueso eje, su goteante glande cubrió aquellos largos y elegantes dedos con su cálida y pegajosa esencia. Kim llevó su mano hasta la nariz para olerlo frente a la atenta mirada del menor, lo olió a profundidad y volvió a rodearlo. Quiso llevarse los dedos a los labios y chuparlos, pero se resistió, no quería entretenerse demasiado y que Jungkook perdiera el placer que le estaba dando. Su polla palpitaba y sufría espasmos en la palma del peligris mientras un hormigueo y chispas lamían su coxis.
Taehyung se echó hacia atrás, solo para impulsarse y chocar profundamente dentro de él, rozando su próstata. Jungkook se movió dentro de su agarre, los movimientos de ese hombre que lo miraba se habían vuelto no solo dominantes, sino también posesivos, como si quisiera marcarlo desde el interior y no sabía cómo sentirse con eso a pesar de que en el momento simplemente se excitaba más.
— Maldición, Kook... — Se sentía increíble a su alrededor, sus paredes calientes apretaban y succionaban su pene con cada envite de sus caderas mientras los gemidos escapaban de sus labios entreabiertos.
La cabeza de Jungkook colgaba ligeramente hacia atrás debido a que estaba apoyado sobre sus codos. Cortos mechones de pelo se aferraban a la parte posterior de su cuello. El sudor le recorría sus pieles. Pequeñas gotas de fresca humedad rodaban a lo largo de sus columnas. Una vez más, Taehyung retrocedió por completo para golpear su interior, forzando un fuerte gemido de la garganta de Jungkook.
— ¡Ah! ¡Joder, Tae! — Escuchar su nombre mientras maldecía de ese modo hizo que llamaradas recorrieran el interior del peligris, alimentando la fuerza detrás de la aceleración de sus penetraciones. — Joder, joder, joder. — Gimió Jungkook incoherentemente.
Mierda, no podía estar enamorándose de ese hombre. Taehyung no deseaba que eso pasara, pero a cada instante, a cada nueva experiencia compartida parecía que ese pensamiento solo quería reafirmarse. Su corazón martilleaba y sus pulmones ardían. Saber que sus gemidos eran todo por y para él, provocó una sensación de hormigueo más fuerte recorriendo por todo su cuerpo. Corrieron por su columna y torso hasta alcanzar ese saco que guardaba sus bolas. Todo su interior se tensó y apretó, recibiendo nuevas olas inexploradas de intenso placer y dicha que nunca había experimentado. Golpeó y se aferró con fuerza en el trasero de Jungkook, penetrándolo profundamente.
— ¡Mierda! — El pelinegro gimió, sus músculos se tensaron alrededor de la erección de Tae, ordeñándole cada gota mientras se corría en su mano, cubriendo sus dedos con gruesas cuerdas de su dulce y blanquecina esencia.
El mayor presionaba mi frente en la parte derecha de su pecho, jadeando pesadamente mientras las manchas del arcoíris bailaban a través de sus párpados cerrados. Sus piernas y brazos temblaron, luchando por sostener el peso. Jungkook se reía entre dientes mientras se dejaba caer por completo y jadeaba.
— Eso fue increíble, Taehyung.
Le había hecho tantos cumplidos, le había dicho tantas cosas lindas, dulces, sucias y fuertes que Taehyung no comprendía el motivo tras el sonrojo de sus propias mejillas. El orgullo tiró de las comisuras de su boca mientras presionaba sus labios contra su hombro. La palma de Jungkook encontró un lado de su cara, guiando sus labios para que se enredaran con los suyos mientras Taehyung se acomodaba a su lado. Durante varios minutos eso fue todo lo que hicieron en silencio, besarse y acariciarse perezosamente recuperando la normalidad en sus respiraciones.
Todo fue sencillo, en otra ocasión Taehyung hubiese dicho que fue un sexo bastante normal e incluso plano, pero nada en ese encuentro se sintió de esa manera. Sí, no tiraron de todas las sogas de sus instintos, lo mantuvieron tranquilo y bastante común, pero había demasiadas emociones revoloteando alrededor de ellos.
— Abrázame. — Musitó el mayor aguantando al contrario para que no abandonara la cama. — ¿A dónde vas?
— A buscar algo para limpiarnos y también algún medicamento para tu fiebre, Tae, estás ardiendo. No sé cómo tuviste fuerzas para terminar. — Mencionó inclinándose para besar su frente y alejarse en su gloriosa desnudez bendiciendo la vista del peligris.
Ya limpios y acostados, Taehyung fue quien se tuvo que levantar porque necesitaba ir al baño. Justo en ese momento y a esa hora su teléfono volvía a sonar. Jungkook buscó entre las pertenencias que habían dejado en el suelo para llevárselo porque creyó que tal vez sería su padre, pero solo había un número reflejado en la pantalla que pronto desapareció.
— ¡Tae, tu teléfono anda sonando! — Exclamó lo suficientemente fuerte para que fuera escuchado.
— ¿A esta hora? — Taehyung caminó hacia Jungkook, en el mismo momento que volvía a sonar y ambos sin poder evitarlo mirando la pantalla viendo que se trataba del mismo número. — No respondo números desconocidos y mucho menos a esta hora. — Habló fingiendo normalidad, apagando por completo su teléfono tras avisarle a su esposo que se iría a dormir y lo apagaría para que no se preocupara.
— Ven aquí, vamos a dormir. — El pelinegro lo atrajo a un abrazo, acostándose a su lado para besarle su cabeza.
Kim no tardó en quedarse dormido, Jungkook casi lo seguía, pero cuando estaba quedándose adormilado, fue su teléfono el que sonó. Procurando no mover demasiado a Taehyung para que no se despertara, se levantó de la cama y lo buscó. Entonces, su ceño se frunció confundido al ver que se trataba del mismo número que había estado llamando a su padrastro minutos atrás. Sus ojos buscaron al mayor que continuaba dormido mientras ladeaba su cabeza y contestaba la llamada caminando hacia la terraza.
— ¿Quién habla? — Preguntó serio esperando escuchar la voz del otro lado de la línea. El nombre del hombre que lo llamaba no fue uno que reconoció, así que eso le resultó aún más extraño porque no sabía cómo tenía su número privado. — Sí, soy Jeon Jungkook, pero no sé quién es usted o lo que desea de mí. — Mencionó observando la luna sin realmente prestarle atención. — ¿Kim Taehyung? — Preguntó volteándose ligeramente para mirar hacia la habitación. — De acuerdo, me reuniré con usted pronto. Sí, guardaré discreción, no se preocupe. — Mencionó finalmente antes de terminar la llamada tan confundido como intrigado. A pasos lentos regresó a la habitación y cerró la puerta, permaneciendo varios segundos observando al peligris dormir sin soltar su teléfono, mismo que luego dejó en la mesita de noche para meterse en la cama y besar castamente la cabeza de Taehyung. ¿Qué estaba pasando?
2/2
No puedo creer que haya pasado un mes y unos días desde la última vez que actualicé esta historia siendo que es la que actualizo con mayor regularidad. Hay muchas razones para mi lejanía, pero espero que me perdonen. Estoy tarde, mas me gustaría desearles un feliz y próspero año nuevo.
He tenido que dividir casi 9k de palabras en dos capítulos porque no deseo que se hagan muy extensos, pero creo que tendré que comenzar a hacerlos más extensos y sin cortar para que el número no crezca tanto. No quiero que se asusten cuando vean que la historia tiene tantos capítulos, tampoco que se me aburran. Díganme si prefieren capítulos muy extensos sin cortar o dividíos en máximo 5k de palabras.
LORED
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top