Capítulo 52
Una encrucijada peligrosa en donde no sabía qué dirección tomar, Jimin se encontraba mirando a otros dos hombres que, aunque de diferente modo, podrían estar sintiéndose tan contrariados como él. Desde siempre la conexión entre los tres fue distintiva a aquella que tendrían con el resto de sus amistades.
Yoongi siempre fue el más distante porque no solía reunirse tanto con ellos debido a su trabajo o porque simplemente su batería social se descargaba rápidamente y prefería permanecer en casa descansando. Nunca entró en los juegos de provocaciones o subidos de tono propiciados por Jimin o cualquier otro. Se reía, a veces negaba, pero no dejaba que esas bromas llegasen a él. Este fue el motivo por el cual todos se sorprendieron cuando se supo de su relación con Namjoon y es que era de esperarse. En la mente y corazón de Yoongi hasta aquel entonces solo se encontraba una persona, Kim Seokjin.
Namjoon nunca pudo esconder la obvia atracción que Jimin despertaba en él. Mismo si no se dejaba llevar, estaba ahí, como esos profundos secretos escondidos en los lugares menos esperados, esos que casi siempre se terminaban descubriendo tan a simple vista que resulta difícil comprender por qué no fue notado antes. Entre él y Jimin se cultivó naturalmente un amor extrañamente puro, pero enredado y no tan libre que mezclaba sus otras pasiones. Uno que se escondía en el fondo de sus corazones y que ellos mismo no conocían en su totalidad.
Ellos muy bien podrían ser la persona perfecta para el otro, pero se encontraron en el momento imperfecto para profesar y entregarse a sus sentimientos. Porque a veces no se trata de dos personas que no están hechas el uno para el otro, sino de la situación, circunstancias o tiempo en el que se encuentran en donde no cuentan quizás con la claridad, seguridad, madurez, experiencia acumulada o algo más que les imposibilitan realmente entregarse o notar la entrega del contrario.
A veces simplemente no es suficiente porque persisten ambiciones que se quieren alcanzar, y hasta no probar todo eso, no se puede tener seguridad absoluta de lo que se desea sin forzarlo. Conocer que no es algo efímero, que no lo tendrás y dañarás sin querer pensando en qué hubiese sido si la decisión tomada fuera diferente, estando en una relación y pensando en todo lo que se dejaba por fuera.
Tardar, querer asegurarse no significa no amar lo suficiente, en muchas ocasiones es todo lo contrario, se ama tanto que la sola idea de estar equivocándose y dañar a esa persona obliga a conocer y tomar una decisión solo cuando se está completamente seguro de todo o como mínimo, saber que se quiere luchar por algo y no a ciegas, sino con un plan trazado y contemplando todas las posibilidades tanto positivas como negativas.
Esos tres hombres que después de la sugerencia de un trío continuaban mirándose sin decir palabra o moverse, habían experimentado de diferentes formas aquello que querían, lo que deseaban o esperaban para sus vidas. Yoongi tuvo una relación romántica y recíproca en su momento con Jin, lo que le llevó a querer tener un noviazgo normal, convencional incluso. Namjoon siempre quiso estabilidad, seguridad y compromiso, Jimin por su lado deseó vivir abiertamente su sexualidad sin control, su fama. Todos tuvieron la oportunidad de tener aquello que visionaban como perfecto y ahora se tomaban el momento para poner a reposar todas las experiencias y revaluar si todo eso era lo que realmente querían, lo que los llenaba y hacía feliz.
Mal no estaban, pero completos tampoco, en el fondo los tres conocían los sentimientos propios y ajenos. Namjoon estaba al tanto de dónde residía gran parte del corazón de Yoongi, este último sabía lo mucho que Jimin seguía significando para quien por tanto tiempo ya había sido su pareja. Los dos conocían lo que radicaba en el pecho de Jimin y viceversa. De alguna forma, no necesitaban palabras para comprenderse y tal vez esta era la razón por lo que solo continuaban mirándose.
— ¿En serio estás de acuerdo en esto? — Jimin rompió el silencio mirando a un Namjoon que simplemente se encogió de hombros. — Joder, todo es... No lo sé, muy extraño. Yo sé que yo mismo muchas veces he dicho que estoy dispuesto a hacer un trío con los dos. Yoongi hyung ha sido un amigo durante tanto tiempo que he perdido la cuenta, lo conozco, lo he visto contigo y si bien jamás quise activamente estar con él, maldición, sé que sería genial en la cama, es malditamente atractivo. A ti, Nam, te tengo ganas desde que salimos de la adolescencia prácticamente. Pero ahora... Hoy, hoy no creo poder tener algo con los dos. — Namjoon y Yoongi se miraron sin que el menor lo notara por estar metido en sus propios pensamientos. — No es que no me atraigas, Yoonie, mas me gustaría que al menos la primera vez, yo pudiese estar solo con Nam.
El mencionado ladeó una sonrisa y luego centró por completo su vista en un Jimin que no actuaba coqueto, con excesiva confianza llegando a ser arrogante o tomando todo como un mero juego. Sinceramente, pensó que para ese entonces el menor estaría completamente desnudo o mínimo sobre los labios de alguno. El Park frente a él se mostraba nervioso, su sonrojo coloreaba con sutileza sus mejillas, tomando todo con seriedad. No estaba en busca de un sexo rápido, un premio o cegado por sus impulsos, ese instinto tan salvaje que la mayoría del tiempo lo lideraba.
— Es entendible, por mi parte no habría problema alguno en posponerlo. — Espetó Yoongi sonriendo al ver la tonta sonrisa en los labios de Namjoon mientras este observaba al cabizbajo Jimin.
— ¿Dejamos las posibilidades abiertas para el futuro? — Preguntó Namjoon desviando su mirada entre los dos hombres. — ¿Qué te parece, Jiminie?
— ¿Qué? — El aludido elevó su cabeza, sorprendido, asintiendo muy lentamente y todavía dubitativo. — M-Me parece bien.
— Perfecto, entonces ya va siendo hora de que se vayan de mi casa. — La repentina frase de Yoongi los tomó por sorpresa. El ambiente construido simplemente se desvaneció y de la nada los tres se reían tranquilos. — No los estoy echando, pero todos tenemos cosas que hacer.
— Wow, hyung, realmente eres un caso serio... — Jimin se levantó para abrazarlo a pesar de la renuencia que el pelinegro mostraba. — Por esto y más, gracias. — Susurró solo para que Yoongi lo escuchase. — Seguimos teniendo una plática pendiente tú y yo.
— Simplemente llámame. — Le susurró de vuelta palmeando su espalda. — Ahora sí, adiós.
— Yoongi, deberíamos volver a hablar. — Espetó Namjoon acercándose, encontrando en su camino una mano estirada a la que apretó.
— Es lo que más hacemos nosotros, hablar. No obstante, ahora no es momento para decirnos lo mismo que ya hemos compartido tiempo atrás, pero aquí estaré siempre... — Namjoon y él se observaron en silencio, una sonrisa brotando de ellos. — Para lo que sea, cuando sea, sin importar el motivo.
En su garganta un nudo lentamente se formaba porque una parte de él no quería perder a Namjoon o dejarlo ir, lo quería demasiado, se había enamorado de él irremediablemente sin esperarlo y quizás por eso comenzó a entender a Seokjin cuando este le declaraba que pese a su amor por Jungkook, él también formaba parte de sus sentimientos, que lo quería. Quereres diferentes, sí, pero reales y presentes. Sus ojos picaban, se cristalizaban y justo antes de sollozar, unos brazos familiares lo atrajeron para un abrazo necesario que le devolvía su calma.
Justo ahí cerró sus ojos permitiendo que los dedos de Kim vagaran por du cabello, descendieran a sus mejillas y por último sus labios. Yoongi no mencionó palabra, únicamente eliminó toda distancia entre ellos para unir sus labios en un lánguido beso correspondido. A diferencia de tiempo atrás, para Jimin no dolió o incomodó, cero repulsión porque más bien fue todo lo contrario. Aguardó viendo como esos dos hombres se despedían hasta que un leve chasquido anunció el final del beso.
Cuando todas sus miradas se encontraron, una tranquilidad acogedora los rodeaba, ni siquiera cuando Jimin se acercó a ellos bajo el tácito llamado de Yoongi, tampoco cuando los labios de este se unieron a los suyos. Se tensó, pero la mano de Namjoon acariciando sutilmente su espalda le brindó el consuelo suficiente para aventurarse un poco más y rodar con sus brazos el cuello de Yoongi. Lo besó con calma porque no había ninguna otra intención más que esa, una suave despedida temporal, un acuerdo cerrado, un agradecimiento y saludo.
— Váyanse ya... — Mencionó Yoongi sobre los labios del menor que torpemente rió.
El silencio sucesor a ese evento cuando Jimin y Namjoon estuvieron finalmente solos caminando hacia el vehículo de Park no fue incómodo, pero por momentos se sintió sofocante, como si ambos tuvieran muchas cosas que decir al respecto, mas sin saber por dónde comenzar. El mayor había ido en taxi y por esto no puso resistencia cuando Jimin le comentó que lo llevaría a su casa. En el trayecto las palabras siguieron sin pronunciarse hasta que llegó el momento de una despedida para la cual Jimin aún no estaba preparado.
— ¿Me acompañas? — Preguntó reteniéndolo por las mangas de su chaqueta. — Me gustaría hablar contigo.
— Claro... — Asintió calmo.
Luego de que ambos se cubrieran sus rostros con algunas mascarillas negras que Jimin guardaba en su guantera, un gorro que él mismo usó y una gorra que le entregó a Namjoon, se dispusieron a caminar sin un destino fijado.
— En más de una ocasión nosotros hemos tenido pláticas similares a esta en donde uno o los dos expresamos lo que sentimos por el otro. Sin embargo, esta vez difiere mucho de las anteriores porque por primera vez no solo tengo en claro lo que deseo, sino que también estoy seguro de aquello que ya no quiero en mi vida, al menos no del modo en que lo tuve en el pasado. — Jimin hablaba lo más calmado posible, algo insuficiente para el nerviosismo traslúcido en cada frase o gesto. — Sentimentalmente, toqué fondo cuando un maremoto de emociones me comenzó a consumir el día en que supe de tu relación con Yoongi hyung. Supongo que es cierto eso de que nadie sabe lo que quiere hasta que lo pierde o se lo ve a otro.
Con sus manos en los bolsillos de su pantalón Namjoon caminaba a su lado escuchándolo, observándolo por momentos, pero con la mirada perdida en algún punto del camino. Era cierto que habían tenido muchísimas conversaciones lideradas por distintas emociones, tranquilos, agitados, molesto llegando a discutir, ansiosos, felices, animados, tristes o con sus corazones rotos, pero todo se sentía diferente justo en ese instante.
— Me dijiste muchas cosas ciertas que no quise aceptar por distintas razones. Tuve que tener un duelo conmigo mismo cuando envuelto en encuentros sexuales supuestos a sentirse increíbles me sentía vacío. Las caricias se sentían tan ajenas a mí, como si ni siquiera me tocasen realmente. Esos días en donde me sucedía algo ya fuese bueno o no en los que deseé como siempre correr hacia ti para contarte todo sin poder hacerlo. Que nadie me llamase para recordarme que removiera mis lentes de contactos o zapatos antes de dormirme, el deseo de perderme en conversaciones que no terminan una idea y saltan a otras. El beber hasta perder todo control de mí sin que nadie me sostuviera y reprendiera por ello. Cada día en que no estabas tu falta me carcomía vivo. Me di cuenta de que no perdí del todo tu amistad, pero eso no me era suficiente.
— ¿Por qué?
— Quería más. No ese más sexual que la lujuria despertaba en mi mente muchas veces cuando te veía. Añoraba un beso tuyo que no calentara mi cuerpo, algo simplemente sosegado que me dejara en claro tu compañía, que me hiciese sentir seguro y completo. Extrañaba contemplar tu sonrisa, tu torpe proceder en ocasiones, sentir tus manos secando mis lágrimas, palpando mi cuerpo sin intentar desnudarlo. Todo se volvió nada y aunque pude continuar viviendo mi vida sin ti, experimentando momentos felices y teniendo total independencia, me hizo demasiada falta esa persona que me ayudaba a complementar todo. Te estoy diciendo todo esto usándome como referencia, explicándote lo que sentí, mas no se trata solo de mí. Pensé mucho en ti, en aquello que quisiste, necesitaste y tácitamente pediste.
— Yo nunca te pedí que cambiaras, respeté y comprendía que así te sentías bien, era tu forma de vivir tu vida.
— Lo sé, me regañaste, pero jamás juzgaste. Comprendo que no hayas querido tener que ver con mi estilo de vida, sin embargo yo egoístamente no quise ceder en nada mientras te pedía a ti aceptar todo. — Asintió mirando sus propios pasos. — Como personas, todos nos equivocamos en algún punto, nosotros no somos diferentes, yo no lo soy. Tal vez en el pasado nada más tenía mi cuerpo y compañía para ofrecerte, mi amistad junto a varias emociones apocadas. Ahora, estoy listo para brindarte mi corazón y entregarme sin miedo a nuestros sentimientos, todo esto que despiertas en mí. Si todavía queda en ti algún sentimiento hacia mi persona, si me lo permites y estás dispuesto a ello, yo estoy listo para amarte, amarnos. Con total seguridad ahora puedo mirarte a los ojos y decir... — Se detuvo admirando al contrario imitarlo, perdiéndose mutuamente en sus miradas. — Te amo. Esta no es la primera vez que expreso estas palabras, pero sí la primera en la que estoy dispuesto a dejar de trazas únicamente mi propio camino para avanzar junto a ti por uno creado por ambos.
Jimin no pudo observar el repentino temblor en los labios del mayor que lo miraba con su pecho doliendo por los fuertes latidos de su corazón. Esa mirada trémula que por alguna razón se humedeció obligándolo a frotar sus ojos con su antebrazo mientras aspiraba fuertemente por su nariz. El hombre más bajo estaba revolucionando cada partícula situada en su cuerpo, cada célula en su mente y cada vena que permitía el flujo de la sangre a su corazón.
— Yo decidí hacerme a un lado porque vi la relación que construiste con Yoongi. Estuve tan frustrado, desesperado, dolido y perdido que quise recuperar de ti aunque solo fuesen pequeños trozos en una cama compartida. Por un instante pensé que estaba perdiendo una falsa dignidad junto a todo lo que representabas. Costó darme cuenta de que simplemente debía dar un paso atrás y dejarlos ser felices tranquilos porque lo merecían. Enterarme de la pausa o el tiempo pedido, de esa ruptura temporal entre ustedes fue lo que lideró mi último intento egoísta por al menos dejarte saber todo esto sin buscar que me aceptases. Liberarme, sacar de mi interior estos sentimientos es lo único que espero de esto, hacerte sabe como me siento realmente.
— Gracias... — Musitó tras varios segundos de silencio en donde Jimin lo observaba fijamente a la espera de una respuesta que tardó lo que parecía ser una eternidad. — Me siento... Es decir, todavía estoy procesando tus palabras y este lado tuyo referente a mí. De alguna manera te he visto crecer, te conocí cuando estábamos en la secundaria, mucho antes de que nos convirtiéramos en artistas bajo Jeon's Entertainment, cuando Jungkookie ni siquiera pensaba tomar el control de la empresa. Te he visto ser maduro, serio y elocuente en muchas situaciones, mas es la primera vez que siento tu sinceridad absoluta y todas esas cosas en un tema referente a los dos. Nunca sentí la seguridad y determinación que de ti emana en estos momentos, algo que me tiene todavía un poco sorprendido.
— ¿Debería tomarlo como algo positivo? — Namjoon asintió siguiendo a Jimin a una pequeña bajada que los llevaba a un parque casi desolado.
Como siempre estaba poco concurrido, era uno de los sitios que Namjoon visitaba cuando quería ejercitarse al aire libre sin preocuparse de cámaras o personas curiosas. Jimin también tenía conocimiento de este lugar, pero ninguno realmente tuvo la intención de llegar ahí y sentarse juntos a conversar en uno de sus bancos.
— Siempre me he sentido atraído por tu persona, eso incluye tanto físico como personalidad y otras tantas cosas que englobas como individuo. Mentiría si te dijera que no he sonreído o disfrutado viéndote en tu faceta más coqueta o descarada en un momento determinado, como te he dicho, me enamoré de ti justo como eras. Ahora, según fueron pasando los años me percaté de que tu estilo de vida y el mío no son los más compatibles a pesar de que ambos somos celebridades y laboramos en el mismo ámbito. Tu proceder...
— Nam, si estoy aquí hoy manifestándote todo esto es por algo. No cambiaré mi persona o mi estilo de vida por completo porque te estaría mintiendo. Lo que sí te puedo asegurar es que quiero compartir mi vida solo contigo, quiero ser parte de una relación donde estemos envueltos los dos y eso significa dejar atrás esa otra parte de mí que malograría esto que deseos. Te estoy expresando que me gustaría ser tuyo, perderme únicamente en tus brazos. El calor de tu cuerpo y tus ojos los que me encuentre en las mañana cuando despierte o lo último que sienta antes de dormir. No más encuentros fortuitos o sexo desenfrenado con personas diferentes.
— Creo que esto lo he declarado previamente, pero tu vida sexual múltiple y activa no era lo único que me hacía evitar una relación entre nosotros. — Entrecerrando los ojos y descendiendo fugazmente su mascarilla, Jimin se volteó para verlo de frente.
— ¿A qué te refieres ahora mismo con exactitud?
— A tu proceder y forma de actuar que en muchas ocasiones podría considerarse casi infame. — Al advertir el desconcierto y el ceño fruncido en el rostro contrario, Namjoon no pudo evitar ladear una sonrisa que el menor pudo notar a pesar de llevar su boca cubierta. — Kim Taehyung...
— Ah, Tae... — Suspiró un aliviado, pero todavía tenso. — ¿Estás molesto porque nos viste juntos?
— Jimin, te he visto enredar con más de una persona. He sido testigo de algo más que beso y no en una única ocasión. Que estuvieses con otras personas es normal porque eres un hombre soltero y puedes hacer lo que te da la gana. El problema aquí es justamente Taehyung. Tú estuviste ahí conmigo el día en que Jungkook y ellos se conocieron, sabemos de primera mano casi todo lo que sucedió con ellos porque nuestro jefe y mejor amigo ha confiado en nosotros lo suficiente como para contarnos sus sentimientos. Sabías lo que Jungkook sentía y de cierto modo siente por él, tu amigo, quien ha estado ahí para ti casi del mismo modo que yo a través de los años. Aunque ellos no fuesen pareja y tú no tengas responsabilidad alguna sobre los sentimientos de Jungkook, como amigo, al menos debiste mostrar respeto, ser sincero con él. ¿Le has contado que te acostaste con Taehyung en más de una ocasión?
Quitándose el gorro solo para peinar su cabello con los dedos y volver a cubrirlo, Jimin se levantó de su asiento y dio una vuelta en su lugar. Namjoon consola ese proceder supo la respuesta a la pregunta y por eso cerró los ojos por un segundo, mirando hacia el suelo poco después.
— Jungkook es alguien importante para mí, tú, Yoongi, él e incluso Sicheng aunque este ahora viva en China, nosotros somos un grupo de amigos más allá de cualquier relación. No me gustaría verme en el medio de los dos o ser testigo como una amistad de tantos años se pierde por algo como esto. Este tipo de actividades son las que no me agradan. Tengo ojos, puedo notar que Taehyung es atractivo, pero hay miles de personas que también lo son y no tienen relación alguna con tus seres queridos. Aquí no estoy siquiera mencionando el tema de que está casado y también conoces a su esposo, se trata de ti y Jungkookie.
— Es cierto que Taehyung y yo tuvimos encuentros íntimos en más de una vez, mas ya eso terminó. Él incluso... — Interrumpió su frase porque a Namjoon no le interesaba el hecho de que Taehyung también tuviese algo con su hermano, pero incluso Jimin sabía cuándo detenerse. — Él y yo incluso decidimos hace varias semanas ser solamente amigos, me agrada mucho, conversamos de tantas cosas y es diferente, agradable tener a alguien más con quien poder hablar de lo que estaba sucediendo en mi vida, tú y Yoongi eran parte del problema, Jungkook también los apoyaba, eso sin contar el hecho de estar siempre ocupado.
— Si tienes una amistad con él no es un problema, la cuestión aquí son las cosas ocultas que tarde o temprano siempre salen a la luz y tu amistad con Jungkook.
— Le contaré todo, ya había pensado en decirle lo sucedido de todas formas. — Espetó estirando sus manos para tomar las del mayor y ese tacto se sintió tan bien que no pudo evitar sonreír. — Él ya no tiene nada con Taehyung desde que sucedió aquello entre ellos, así que espero que no se lo tome demasiado mal. Además, ya eso se acabó, entre Tae y yo solo hay una agradable amistad.
— Me parece bien que lo hagas, para que no haya cosas ocultas entre nosotros o mejor dicho, ustedes. — Asintió mirando la mano que se encontraba entre las suyas solamente para apretarlas un poco más y entrelazar sus dedos. — Jimin... — Mencionó tras casi un minuto de silencio en donde toda atención estuvo centrada en sus manos unidas, lo bien que se sentían y veían. — Siempre has sido, eres y serás alguien muy importante en mi vida. — Lentamente elevaba su mirada para observarlo, quedando ensimismado con esos pómulos elevados y ojos achicados que evidenciaban como el menor sonreía. — He perdido la cuenta del tiempo que vengo albergando estos sentimientos por ti, te quiero muchísimo pese a todo lo ocurrido.
— ¿Pero...? — Conocía demasiado bien a Namjoon, tanto que podía sentir a través del tono de su voz. — ¿Se trata de Yoongi?
— Estos años con él han sido significativos para mí. Desde el comienzo tuvimos las cosas claras, no fue una mala o turbulenta relación, todo lo contrario. A pesar de tener conocimiento de que en nuestros corazones vivían otras personas llegamos a compenetrarnos a un nivel que yo mismo no esperé de Yoongi. Jamás lo admiré de ese modo en el pasado cuando éramos solo amigos, sin embargo, de la manera más romántica posible, me encontré teniendo incontables momentos felices a su lado.
— ¿Esto quiere decir que románticamente ya no sientes nada por mí porque te enamoraste de Yoongi? ¿L-Lo amas? — Jimin tal vez no lo admitiera en voz alta, pero se encontraba aterrorizado por la posible respuesta a esas preguntas. No debía, se dijo a sí mismo que conversaría con él aunque fuese para cerrar ese ciclo de su vida definitivamente, pero ahí estaba con sus manos sudadas temiendo lo que fuese a pasar.
— Esto quiere decir que te amo, Jimin. Te amo, pero también quiero a Yoongi y no sé si eso sea algo que desees, aceptes o merezcas.
— Nam, soy parte de la vida de ambos desde hace mucho tiempo, fui testigo de lo que tuvieron y aunque dolía porque en su momento perdí la oportunidad de vivir algo así contigo, era bonito. Yo también quiero a Yoongi hyung, no del mismo modo que tú porque no hemos compartido esas experiencias, sin embargo lo hago en más de una forma y tal vez el beso de hace un rato pueda verificarlo. Tú eres diferente, a ti te amo con todas las de la ley. Si me lo permites me encantaría tener la oportunidad de tener una relación contigo. Obviamente, tendríamos que comenzar de cero en algunos aspectos, mas aunque de la manera incorrecta, creo que en el fondo ambos hemos estado en una relación por años. No te estoy pidiendo que olvides a Yoongi, solo que me des el chance de mostrarte una parte de mí que no has visto y quiero compartir contigo.
Namjoon no respondió a sus palabras y aunque Jimin tenía todavía muchas cosas rondando por su mente que deseaba expresar, todo quedó relegado al olvido cuando el mayor unió sus frentes y apretó más su mano. Se separaron tras un rato rodeados exclusivamente por el sonido de sus respiraciones, el viento y las hojas que con este se movían. El camino de regreso a la casa de Namjoon fue casi igual, entre pláticas menos profundas, sin besarse, solo tomados de las manos y perdidos en el confort de su compañía con el cuidado de no ser vistos. Dos hombres caminando de mano por las calles de Corea del Sur atraerían todas las miradas aun sin ser celebridades.
Fueron hasta el estudio como tantas veces, Namjoon le mostró algunas canciones, Jimin le dio su opinión en algunas cosas e incluso ayudó para unos arreglos mientras disfrutaba de la comodidad del regazo en donde estuvo sentado. Comieron juntos y estuvieron alargando el momento de la despedida hasta que el reloj les recordó que ambos tenían muchas obligaciones que atender, comenzando por la presentación que Jimin tendría en la mañana siguiente en una emisora televisiva.
— Esta semana apenas y tendré tiempo para dormir, sé que tú también tienes el horario cargado. — Acariciando con sutileza el rostro de Namjoon, Jimin hablaba odiando tener que marchar.
— No tanto como tú. Si te parece bien, escoges un día en el que creas que podremos reunirnos y me dejas saber. Pongámonos de acuerdo, puedo esperarte en tu apartamento o puedes venir aquí en vez de ir para allá. Como desees... — Jimin asintió rápidamente parándose de puntillas para agarrarse de su cuello feliz, soltándose también con rapidez debido a que quería llevar todo despacio para que Kim no pensase que estaba solo en busca de sexo. Él mismo quería llevar las cosas a un ritmo no lento, pero tampoco demasiado precipitado. — Está bien. — Le aseguró Namjoon acariciando las manos que se posaron en su cintura.
Los dos se perdieron en sus miradas, nuevamente, como muchas veces antes una potente tensión se instaló entre ambos, solo que con una diferencia... Fue disipada por un roce de labios extenso. Eso fue todo, unos labios presionados que se separaron poco tiempo después con la promesa de volverse a encontrar. Sonrieron quizás un poco más tímidos de lo que normalmente eran solos o en compañía de alguien más. Agitaron sus manos por más tiempo del necesario y cuando la puerta de la casa de Namjoon se cerró, ellos todavía sonreían recapitulando todo lo sucedido y lo que estaba por suceder.
Espero que no se me hayan aburrido demasiado en este capítulo. Quería extenderlo más y estaba casi terminado desde hace días, pero al final terminé publicándolo así porque ya me cogió demasiado tarde y quería actualizar. Nos vemos en el próximo capítulo...
LORED
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