Capítulo 51
Taehyung no se dio cuenta del momento en que se quedó dormido entre los brazos de Jungkook, mucho menos notó cuando el menor lo limpió, vistió e incluso acostó en aquella habitación que por primera vez compartían. Despertó avanzada la tarde, quizás dos o tres horas después un poco desorientado. Se encontraba solo en la cama, pero no creía que Jungkook simplemente se hubiese ido sin una despedida.
Divisando las pantuflas que le había dejado frente a la cama, se estiró y salió mirando una vez más todo el lugar, sintiéndolo mucho más acogedor que la primera vez que estuvieron ahí. Con una sonrisa y su cuerpo increíblemente relajado, caminó por toda la casa como si fuese una placa flotante hasta encontrarse con Jungkook en una llamada telefónica junto a una laptop en la que controlaba algún tipo de información.
Procuró por todos los medios no hacer ruido, mas fue insuficiente dad que el pelinegro pudo escuchar sus pasos, girándose para verlo. Tranquilo, se recostó en la silla, ofreciéndole un regazo que Taehyung no rechazó. Se sentó sobre él sin prestarle atención a su llamada, simplemente dejándose abrazar mientras bostezaba.
— Dormiste más de lo pensado. — Comentó Jeon una vez finalizada su llamada, inclinándose para apoyar la cabeza en su espalda. — Yo iba a dormir también, pero supongo que el trabajo se rehusó a dejarme descansar.
— Yo dormí de maravilla... — Agregó volviendo a bostezar. — Pero ahora siento que tengo hambre.
— Supuse que te levantarías queriendo comer algo, mandé a pedir comida más ligera, frutas y cosas así. Ve a la cocina y coge lo que quieras. — Musitó entregándole una botella de agua. — Bebe también un poco. — Con una sonrisa, Taehyung aceptó, bebiendo camino a la cocina.
— Vaya, realmente abasteciste esto, tal parece que ya nos quedaremos a vivir aquí. — Rio admirando todo, tomando un racimo de uvas y un yogur del frigorífico. — ¿Puedo venir aquí incluso si no es contigo?
— Cuando quieras. — Habló Jungkook desde el salón, tecleando algo en su ordenador y escuchando a Taehyung deambular por todos lados. Sonriendo, Jungkook negó, miró hacia atrás por un momento y luego se volvió a centrar en lo que hacía. — Compré esas cosas dulces que siempre comes, las gomitas esas que te gustan, están en una de las bolsas que no organicé.
— ¡Gracias! — Gritó Taehyung yendo a buscarla rápidamente a pesar de que no compaginaba con lo que ya había decidido comer.
El peligris tirado en el sofá comiendo y contemplando a Jungkook trabajar mientras este por momentos lo miraba y sonreía. Todo era tranquilo y así hubiese permanecido si el teléfono del CEO de Jeon's Entertainment no hubiera sonado. Taehyung se incorporó cuando se percató que lo miraba y escuchó el nombre de Wooshik.
— Vístete, tenemos que ir a la empresa. — Mencionó Jungkook cerrando la laptop frente a él con un suspiro. — Bueno, realmente soy yo quien debe ir, pero quiero que vayas conmigo. Supuestamente, estamos trabajando, así que llama a Hoseok y dile que se esté listo, pasaremos a recogerlo camino a la compañía. No quiero correr riesgo, debemos hacer las cosas bien.
— ¿Qué sucedió con Wooshik? Te escuché mencionarlo.
— Sí, tu amigo lleva todo el día yendo a la empresa y dice que no se irá hasta que hable conmigo. Así que debo ir porque no soporto tener la peste detrás de mí, pegada.
— Kook, no te refieras a él de ese modo. — Con una sola mirada el mencionado calló al peligris. — Al menos deja que tome un baño, me limpiaste, pero creo que todavía huelo a carne.
— Sí, vamos a tomar una ducha.
— ¿Vamos?
— No me voy a duchar contigo esta vez, solamente que iremos a ducharnos al mismo tiempo, estoy ya contra el reloj.
A Jung Hoseok ese llamado lo tomó desprevenido, se molestó incluso un poco porque ya había hecho planes para su tarde y no le parecía tener que acoplarse constantemente para estar cubriendo a Taehyung. No le incomodaba ayudar o cubrir a su amigo, pero ser como un juguete que era movido al antojo dependiendo de su último deseo tampoco era muy agradable y lo hablaría con él. Sin embargo, se vistió y esperó al duo en los bajos de su edificio, observándolos con detenimiento una vez que llegaron.
Manos tomadas, seriedad, mas caricias sutiles en los dorsos de sus manos. La forma en que Taehyung apoyaba su man o tan casualmente en los muslos de Jungkook cuando sus dedos dejaban de entrelazarse. La atmósfera se sentía un poco diferente, no tan eufórica o apagada como cada vez que Taehyung terminaba de follar, era algo ¿íntimo? Se sentía muy fuera de lugar y todo lo que pudo hacer para ahuyentar esa sensación fue perderse en su teléfono.
Los tres llegaron juntos a la empresa, hubo algunas miradas hacia el pelirrojo y las otras dos personas pertenecientes a la familia Jeon, pero no escuchó muchos comentarios. A pesar de que Taehyung quiso ir con Jungkook para ver qué tanto Wooshik tenía que hablar con él, el pelinegro lo despidió en el elevador, yendo solo hacia su oficina.
— Buenas tardes, señor Jeon. — Saludó Somi en cuando las puertas del ascensor se abrieron. — El señor Choi lo aguarda. — Mencionó advirtiendo el fastidio en el rostro de su jefe.
— ¡Jungkook-ah! — Efusivamente Wooshik se levantó de su asiento para abrazarlo, mas Jungkook dio un paso atrás con seriedad.
— Por favor, sígueme a la oficina y no me hables sin honoríficos en mi empresa o fuera de esta cuando no somos íntimos. — Mencionó cortante liderando el camino mientras el contrario simplemente se encogió de hombros y lo siguió.
— Como diga mi cuñado... — Musitó haciendo que por un segundo Jungkook sopesara la idea de detenerse.
Ya en su oficina con puertas y ventanas cerradas, cada uno sentado frente al otro, el pelinegro cruzó sus piernas y lo miró tranquilamente.
— Y bien, qué es eso tan urgente que te trae por mi empresa y no puede esperar.
— ¿Cómo está? Hace mucho no nos vemos, Taehyungie y yo tampoco hemos podido comunicarnos, algo extraño la verdad.
— Yo he estado maravillosamente y espero que para ti no haya sido muy diferente. — Contestó con falsa cordialidad, controlándose los extraños deseos que tenía de golpearlo porque un oportunista como él de seguro aprovecharía la situación para hacer un escándalo y sacar dinero. — Supongo que tu amigo está muy ocupado trabajando, ya sabes como la mayoría de las personas adultas que no están superándose o desempleados solo porque sí.
En silencio, Wooshik sonrió, haciendo una leve mueca con sus labios y enarcando ambas cejas.
— Sabe, Jeon, quería hablar con usted porque, ya que es tan cercano de Taehyung, me gustaría preguntarle la razón por la que no consigo comunicarme con él. Hace una semana mi apartamento debió haberse pagado y resulta que hoy recibí una llamada de mi arrendador diciendo que esto no ocurrió. Por algún motivo siento que tiene que ver con usted.
— No estamos conectados de ningún modo, ¿cómo podría ser esta penosa situación causa mía? ¿Trabajaste y olvidaste pagar tu renta? ¿Comencé a dirigir las compañías telefónicas del país y no me enteré? ¿Qué tiene que ver todo eso que me has manifestado conmigo?
— Jungkook... — Pronunció dejando en claro que dejaría de hablarle con honoríficos. — Hasta ahora creía que éramos buenos conocidos, yo que he sido testigo de un amor tan lindo como este desde el primer día... — Mencionaba mostrándole casualmente su teléfono con algunas fotos de Taehyung y él besándose en el club aquella primera vez. — No sé, algo me hizo pensar que nuestra amistad era mucho más sólida.
Mirándolo con una ceja levantada, Jungkook suspiró con diversión, negando mientras frotaba su tabique y volvía a centrar su atención en el espécimen frente a él. Manteniendo su calma, elevó mucho más su comisura y le sonrió.
— ¿Tan rápido vas a jugar tu carta de triunfo? Es la mejor que tienes en tus manos y la revelas apenas comienza el juego, vaya, eres un mal jugador o simplemente estás demasiado desesperado. — Volvió a reírse viendo al contrario fruncir su ceño. — Adelante, haz uso de tu carta libremente. Al menos yo no doy ningún paso sin asegurarme, si crees que no preví algo como esto entonces no sabes que estás hablando con el hombre que dirige todo este lugar. Puedes hablar con quien desees, la prensa, mi padre, da igual, de todos modos lo máximo que puede pasar en caso de que mis planes salgan mal es que tu amigo Taehyung terminará separado de su esposo, mi padre. ¿Eso te dice algo? Familia...
— No pienso que a tu familia le agrade mucho saber que te follas a tu padrastro.
— Parejas pueden ir y venir, escándalos también, pero al final consideras que yo perdería mucho con esto. Aunque mi padre decidiera desheredarme por un hombre que podría ser cualquier, sigo teniendo mi imperio. Si todo esto sale a la luz el más perjudicado sería Taehyung que dejará de ser esposo de mi padre, tendrá que salir de la casa, mi empresa, ni siquiera tiene una carrera correctamente establecida, él sería el jodido y de paso tú, el parásito que no tiene donde caerse muerto y vive a expensas de lo que puede quitarle a los demás. Eres tú quien más va a perder en todo esto aunque pienses que no te afecta. Si Tae pierde toda posibilidad con su gallina de los huevos de oro, ¿qué mierda harás con tu vida, Wooshik?
Mirando de un lado hacia otro, el mencionado arrugaba su rostro analizando las palabras de Jungkook.
— Hablas como si te estuviera amenazando o chantajeando, pero solo estamos conversando.
— Por supuesto que únicamente conversamos, es más, mira, te mostraré algo. — Mencionó sacando su propio teléfono con algunas fotos de él y Taehyung mucho más peligrosas que esas con mala nitidez y ángulo que le fueron mostradas. — Hay más... — Agregó señalándole los videos del día en que él intentó comprar el Lamborghini con la tarjeta de la empresa. — Dime algo, Wooshik, ¿cuántos años de cárcel se le da a alguien que intenta defalcar a una corporación como la nuestra? Esa carta de triunfo que es la mejor de tu mano, está muy por debajo de las que tienen tus contrincantes, ¿estás seguro de que quieres jugarla de este modo?
Con una sonrisa, Wooshik se levantó de su asiento y estiró una mano que no fue tomada. — Yo exclusivamente pasaba a saludar y recordar viejos tiempos, espero que todos estén bien. ¿Le dices a mi mejor amigo que pasé a saludarlo? Ando ahora con un poco de prisa. — Recogió su brazo dándole un guiño al pelinegro que permaneció en su asiento hasta que el visitante desapareció de su oficina.
— Imbécil. — Masculló desbloqueando su teléfono antes de marcar un número entre sus contactos. — Jin, pasó exactamente lo que me previste, Wooshik acaba de estar en mi oficina, el muy imbécil intentó chantajearme con fotos de Taehyung.
— Era obvio que un idiota como él haría ese movimiento cuando viera que su entrada de dinero empezaba a fallarle. No te preocupes por nada, yo me encargaré, pero tú también colabora y mira a ver si encuentras una mejor trinchera en donde esconder tu polla, hermanito. — Habló Seokjin del otro lado de la línea. — Olvida a ese idiota, ahora déjame descansar.
— ¿Te sientes mal?
— No, ¿por qué me sentiría mal?
— Estás descansando de día en una jornada laboral, definitivamente no es algo normal en ti. — Rebatió algo preocupado.
— Estoy bien, mocoso, estoy trabajando desde casa porque tenía asuntos que arreglar con Chanmi, pero todo está bien. Ya deja de preocuparte que el hermano mayor soy yo. — Rió para relajar al menor.
— De acuerdo, hablamos después y gracias por todo.
— Para eso estoy. — Con estas palabras, el mayor de los hermanos dio por terminada la llamada.
Jungkook permaneció en su asiento un rato más, observando la planta junto a su ordenador obsequiado por Jaehyun. ¿Por qué por momentos seguía extrañándolo y pensando en él? Abrió su teléfono para entrar a las redes de su expareja, arrepintiéndose antes de hacerlo. No tenía sentido. Poniéndose de pie, se dirigió a varios pisos más abajo para encontrarse con los amigos escuchando la canción que él había compuesto.
Su mirada en pocos segundos se encontró con la de un peligris que todavía tenía toda su piel erizada por la voz de Jungkook que por primera vez oía, por la letra de esa canción. No lo sabía, pero sentía de algún modo que pudo haber sido escrita y cantada pensando en él. Quería levantarse e ir hacia su hijastro para besarlo, desnudarse y hacer el amor en aquella habitación hasta que se empañaran los espejos con una botella de Patrón en la mano tal cual la letra de la canción. Maldición, no sabía que el menor podía cantar así, algo más que descubría y le agradaba en demasía.
— ¿Qué tal si aprovechamos que estamos los tres aquí en la empresa para de verdad trabajar un poco? — Indagó Jungkook mirándolos a ambos.
— ¿No podríamos hacerlo en un ambiente más íntimo y relajado? — Preguntaba Taehyung mirándolo directamente a los ojos para intentar de de esta manera traspasarle su necesidad de estar en un lugar donde pudiese besarlo sin restricciones.
— ¿Otro sitio? — Elevó sus cejas mirando a Hoseok porque sabía exactamente del lugar al que Taehyung se refería. Si bien sabía que el pelirrojo sabía hasta los orgasmos que ellos tenían, revelarle a más personas su nido de lujuria no le parecía una muy buena idea.
— ¿Por favor? — Taehyung hizo casi un puchero que el pelinegro se quedó observando más tiempo de lo debido. Hoseok no entendía nada, miraba de un lado a otro viendo esa muda comunicación que ambos tenían algo confundido. — Confía en mí.
De algún modo, Jungkook terminó accediendo, no podrían hacer todo del mismo modo que en la empresa, pero igual podrían adelantar bastante. Los condujo a los tres de regreso a la casa en donde el vino, las risas y la música de fondo realmente hicieron el ambiente mucho más relajado. En sincronía, los tres pudieron trabajar y adelantar bastante.
+++
Seokjin llegó a su casa para estar con su hija y así quitarse de la cabeza los pensamientos sobre lo que Yoongi podría estar haciendo ese día junto a Namjoon y Jimin porque todo le decía que no sería una simple conversación. Sin embargo, no esperó encontrarse con su padre jugando con su nieta y Chungha haciendo fotos de los dos.
Frente a sus ojos, recuerdos de su niñez que comúnmente no llegaban se mostraban a todo color. Su padre rodando por el piso de la casa con él, ellos corriendo por el jardín descalzo y utilizando agua. Recordaba como Dongun le enseñó a cargar a Jungkook correctamente cuando este llegó al mundo porque él era un niño de cinco años entusiasmado con su hermanito y querían evitar cualquier tipo de accidente. Las risas de los tres jugando con carritos en el suelo, Jungkook lanzándolos como si estos volaran. Esos libros que no recordaba en lo absoluto, pero que lo dormían al instante.
¿Por qué esos recuerdos de su padre nunca se registraron en su mente durante su adolescencia o adultez?
En silencio y todavía sintiendo su cabeza doler un poco, se fue acercando lentamente hasta ellos, sentándose en el mismo suelo que el presidente de Jeon's Corporation sin zapatos y desaliñado, ese que reía tan ampliamente con su nieta. Dongun se sorprendió, Chungha igual, a pesar de que nadie dijo nada, los cuatro alargaron ese momento tranquilo.
— Padre... — Llamó Seokjin una vez que su esposa se fue para acostar a su hija. — ¿Podría organizar una cena dentro de dos semanas?
— ¿Una cena? Es decir, sí, claro que puedo organizarla, pero... — Estaba algo confundido, no sabía qué le estaba ocurriendo a Jin y tenía miedo, simplemente estaba pensando lo peor. ¿Era todo eso algún tipo de despedida? No quería suponer nada negativo, no obstante dadas las experiencias vividas, era imposible no preocuparse y su hijo lo notó, vio la preocupación sincera dibujada en su rostro.
— Tengo algo que comunicarle a la familia, quiero que sea usted quien nos reúna. — Él podía hacerlo, no obstante sabía muy bien que a su padre le encantaban esas cosas de organizar comidas y reunirlos a todos, por lo que quería dejar que él hiciera todo. — Le mandé un mensaje a Jungkook hace un rato, mas le agradecería si usted lo volviera a llamar.
— Si claro, no te preocupes, yo me ocuparé de todo. ¿Comida o cena? — Preguntó y luego chasqueó la lengua con una sonrisa. — Cierto, acabas de decir cena, una cena... — Una de las comisuras de Seokjin se elevó un poco frente a su evidente entusiasmo, sin embargo en cuanto su padre lo miró, volvió a mostrar un rostro estoico e inexpresivo. — Dime todo lo que desees comer, mandaré a preparar todo lo que les gusta.
— Lo que mejor le parezca, no hay nada en especial que me apetezca comer.
— Chanmi seguro quiere algo, iré a preguntarle antes de irme a la empresa. — Musitó mirando a Jin una última vez con una amplia sonrisa. Quería abrazarlo; torpemente solo empuñó sus manos y palmeó su hombro antes de marcharse. — G-Gracias. — Jin no mencionó nada más, ni siquiera asintió; aun así su padre se perdió por el pasillo radiante de felicidad, marcándole a su esposo para darle la noticia, pero al no obtener respuesta recordó que estaría trabajando. — Ya te daré la noticia cuando regreses a casa. — Murmuró mirando su teléfono, caminando a prontitud para hablar con su nuera.
Sentado detrás de su escritorio, Seokjin cerró sus ojos, se sentía extraño, agotado. Todo lo que quería en esos momentos era la compañía de Yoongi, saber dónde y con quién estaba únicamente deterioraba más su ánimo. Con un suspiro, recordando la llamada de su hermano, envió un corto mensaje y la fotografía de Choi Wooshik. Comenzaría justo por el principio y para cuando terminara con él, iba a desear jamás haber leído siquiera el apellido Jeon.
Sin soltar su celular miró algunas fotografías de Yoongi, su hermano, su hija y con esto pudo suspirar nuevamente, frotando su rostro agotado. Estaba perdido, cuando sentía que podría lograr encontrar un camino nuevo se daba cuenta de que estaba en un callejón sin salida. Los necesitaba, ellos lo mantenían en esa tierra y debía seguir luchando, por los tres.
¡Doble actualización para cuando despierten! Espero como siempre... ya saben... Nos vemos en el próximo capítulo.
LORED
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