Capítulo 49
Acostumbrarse a una imagen semejante iba a resultar difícil para Yoongi. No era la primera vez que veía algo similar, pero ahora lo desconcertaba más que en aquel entonces. Jeon Seokjin era un hombre que cuando llegaba la hora de comer, las opciones siempre eran claras. Si se encontraban en la mansión, la señora Hwa se encargaba, en otras circunstancias visitaban algún restaurante o máximo mandaba a pedir comida de estos. No importaba si no hacían entrega a domicilio, a Jin se las hacían llegar. Así era cuando estaban juntos, en el resto de los escenarios Min siempre comía solo, una que otra vez con Jimin, Namjoon o Jungkook.
Tener ahora al mayor, su jefe y antiguo amante mostrando sus mejores dotes culinarios en la cocina de su humilde hogar en comparación con los sitios que visitaba, lo mantenía sin poder concentrarse en lo que estaba haciendo en su ordenador. Jin seguía sin quitarse su traje, todo lo que hizo fue remangar su camisa luego de deshacerse de la corbata y saco. Verlo así era un tanto espeluznante incluso, una rara aparición que debería repelar aunque por el momento solo la observara.
Trabajar y follarse hasta que sus demonios se derritieran en el fuego de un infierno que hasta para ellos era excesivamente caliente, esas eran sus actividades más frecuentes. Cuando universitarios o estudiantes de secundaria sus momentos juntos intercambiaban el trabajo por los estudios, no hubo mucha diferencia. Las pocas actividades que en algún momento llegaron a realizar como dos personas decentes que sabían hacer algo más fueron tan esporádicas; no se olvidaban del todo, pero tampoco permanecían vigente en sus memorias.
En silencio Yoongi se levantó de su asiento para avanzar procurando no arrastrar demasiado las sandalias que llevaba porque sabía que Jin odiaba esto. Frente a su clóset entraba en un pequeño debate sobre qué atuendo ofrecerle que se ajustara a sus preferencias, optando por finalmente encogerse de hombros. Le daría cualquier cosa, si le gustaba, bien, si no le gustaba, pues también estaba estupendo. Tendría que irse, aguantarse o seguir del mismo modo. Él simplemente le estaba ofreciendo una variante para que se sintiera más cómodo.
— ¿Qué es esto? — Indagaba Seokjin cuando el hombre de más baja estatura sin decir nada se paró junto a él para golpear su brazo con el dorso de la mano en la que sujetaba la ropa.
— Obviamente es ropa para que te cambies. — Respondió con aparente desinterés encogiéndose de hombros cuando el contrario estiró las manos para observar detenidamente la ropa como si fuese un arte abstracto y renacentista recién descubierto.
Se hizo el silencio, uno roto solo por el resonar de los zapatos de Seokjin cuando se alejó hacia la sala para comenzar a desvestirse bajo la atenta mirada del dueño de ese apartamento con espacios abiertos. Esa era una actividad mucho más frecuente, despojarse de las telas que llegaran a cubrirlos frente al mirar ajeno.
Para Min, se suponía que con el paso de los años, las diferentes actividades e incluso la distancia de por medio, una persona fuese olvidándose de otra. Cuando una relación se acababa, una que incluso podría ser tildada de tóxica como la que ellos mantenían pese al retorcido gusto que encontraban muchas veces en ello, los involucrados estaban supuestos a dejar todo atrás. Amó tanto a Jeon Seokjin durante aquella larga travesía con la misma intensidad que por momentos lo odiaba.
No fue cuestión de su accionar, si algo tuvo el mayor fue el factor sinceridad de su lado. Fue Yoongi quien accedió a sus peticiones y cada una de esas prácticas con la libertad de haberse negado. Turbio, pero intrigante, raro, pero excitante. Esa era quizás la mayor razón para odiarlo, el haberle mostrado que él también tenía gustos pocos comunes, que le hiciera saludar, conocer y abrazar ese lado de su persona antes ignorada o desconocida. Odiaba el hecho de que hubiese tenido la capacidad para darle tantas cosas que disfrutaba y de cierta forma amaba. El único problema es que rara vez se está conforme justo como Maslow demostró en su pirámide.
El ser humano una vez que satisfacía sus necesidades y metas iba en busca de otras superiores sin siquiera proponérselo, justo como le sucedió a él. Quiso más de Seokjin aún sabiendo que era muy poco probable que este pudiera dárselo, creyó que lo que tenían bastaría; no contaba con el hecho de sentir encogerse hasta convertirse en meñique a su lado según transcurría el tiempo. Lo tenía en su cama, pero Jeon Seokjin era inalcanzable en demasiados aspectos, principalmente en el que más le interesaba. Una relación subjetivamente normal, sentimientos expresados en acciones y tal vez en alguna ocasión palabras, amor a él como individuo y no la fantasía que podía proyectar para su infame disfrute o necesidad.
Min Yoongi añoró todo eso, mismo sabiendo que no podía recibirlo, fue tocar el fondo sintiéndose nada, vacío, resentido con la vida y quienes lo rodeaban, pero principalmente a él mismo. Esa fue la razón principal por la que decidió alejarse de Seokjin hacía tanto tiempo atrás y no se arrepentía de ello porque pudo estudiarse mejor. Experimentar, vivir cosas que desconocía de la mano de Namjoon. Es que Joon le brindó todo aquello considerado correcto y no estuvo nada mal. La cama era un buen extra porque si decía que con él no disfrutaba estaría diciendo la mentira más grande. Sin embargo, aunque importante, no se refería a eso cuando pensaba en lo mucho que experimentó, todo lo vivido junto a él formó otra parte de su persona que reafirmó su propio valor.
Se suponía que una relación de ese tipo tenía que ser lo que un ser humano decente deseaba y esperaba, ¿cierto?
Cada día a su lado fue reivindicándose, fue feliz, pero si decía que había olvidado a Seokjin y lo que se sentía a su lado también estuviese mintiendo. Estaba un poco confundido porque ahora albergaba sentimientos por dos personas completamente diferentes que le ofrecían del mismo modo cosas muy distintas. La parte más egoísta de su ser quería atesorarlos a ambos a pesar de saber que hasta cierto punto era imposible con dos hombres como esos. Seokjin y Namjoon no estarían muy de acuerdo, principalmente este último, además, Yoongi campo querría algo así a largo plazo. Al menos eso se dijo aquella noche en donde Chungha le habló de una idea similar.
Seokjin mostraba un retorcido amor o mejor dicho, pasión, una especie de amor prohibido. Él era quizás una manzana que no debería morder y verlo como algo imposible; tal vez podría envenenase, caer en un estado de confusión y autorreproche constante como en el pasado o quizás renacer y cortar con cadenas que dolieron mucho debido al modo en que las forzó en vez de simplemente quitárselas.
Cuando asistió al psicólogo y este le ofreció incluso la alternativa de hacer una terapia de pareja con Seokjin o el propio Namjoon se limitó a reír de esto. Fue a sus encuentros hasta que con su pregunta aquel sujeto del que se había vuelto un cliente regular le hizo ver que, pensar en lo que era moralmente correcto para él, no tenía un porqué coincidir con aquello que esperaba la sociedad. Como individuos, tenían la posibilidad de forjarse a su propio modo y no sentirse presionar o presionarse solo por el mero hecho de querer encajar.
Sus prácticas con el hombre que había vuelto a cocinar y que de vez en cuando lo miraba frunciendo el ceño por el modo en que se le quedaba mirando perdido en sus pensamientos... Esas jamás le resultaron desagradable, un poco extrañas en un comienzo, pero no le desagradaron y sabía que muchas personas encontraría la mayoría de estas un tanto repulsivas, turbias, incorrectas. Él sentía que tenía que querer algo en apariencia más sano, pero lo cierto es que fue su amor no correspondido lo que le hizo querer escapar de allí y su dolor, la idea de no poder equilibrar todo eso con algo más estaba y afectuoso.
— ¿Dónde están los platos? — La voz de Seokjin le hizo elevar un poco más la mirada para buscar sus ojos, obligándolo a salir de ese bucle de pensamientos que se entremezclaban continuamente, repitiéndose con palabras diferentes. — ¿Todo bien?
Yoongi asintió poniéndose en pie para acercarse un poco más a los estantes y sacar todo que necesario para servirse la comida. Fue en el momento que su cintura fue rodeada con una leve morada depositada en su hombro por encima de la tela de su camiseta que las palabras de Jin volvieron a su mente. "Esta noche no escaparás". Eso fue lo que le dijo horas antes cuando se iba de la mansión, pero creyó que el asunto había sido olvidado. A eso debía agregarle que lo tomó como una vacía provocación porque si bien se habían besado, por obvias razones, no llegaron a más.
— Seokjin... — Llamó bajo descendiendo sus manos para poder tomar las ajenas y separarlas de su cintura solo para encontrarse con una excesiva fuerza. El nombrado se rehusaba a liberar su cintura pese a no intentar hacer nada más. — Se va a enfriar tu comida y realmente tengo hambre.
— La comida sabrá mejor si nos agotamos físicamente primero, el esfuerzo físico despertará aún más nuestro voraz apetito. — Musitó inclinando su cabeza para con su nariz frotar la oreja de Yoongi.
— Quiero comer. — Escuchando el firme tono, Jin dio un paso atrás, soltándolo con lentitud antes de suspirar y asentir. — Comamos.
No era un silencio incómodo, pero tampoco estaban del todo tranquilos mientras comían juntos en aquel apartamento en el que muy pocas veces pasaron tiempo. Una nube de pensamientos y frases no dichas vagaba por encima de ambos.
— ¿Has pensado en lo que hemos venido hablando? — Seokjin fue el primero en articular palabra, posando su mirada firme en el menor.
— ¿Qué de todo?
— Si has sido mi mano derecha por todos estos años desde que yo comencé a trabajar e incluso antes, desde que éramos estudiantes es justamente por tu ágil nivel de captación. Eres una persona con gran retentiva visual, auditiva y táctil, no olvidas fácilmente y calculas hasta el mínimo detalle, cosa que tenemos en común. Como adultos, espero que siempre le hagamos frente a las cosas con madurez, sin pretensiones como las de no recordar o no entender, Min.
— Perfecto... — Fue todo lo que musitó Yoongi antes de dejar los cubiertos de lado, acomodarse en la silla y devolverle la misma mirada, algo que comúnmente no solía hacer debido a que fuera de la cama, el trato la mayoría de las veces era estrictamente profesional y había un respeto que marcar entre jefe y empleado. — He pensado en todo lo que me estás ofreciendo, en tus palabras, en Chanmi y la hija de ambos. Sin embargo, no tengo confianza en este proceder ni las repercusiones que generarán, principalmente para nuestra estabilidad emocional, Jin. Además, por mucho que me gustes, te quiera o incluso ame todavía, Namjoon es parte importante de mi vida. Lo fue antes de que la línea de la estricta amistad fuese borrada y como pareja muchísimo más.
— Me dijiste que habían terminado.
— Te dije decidimos tomarnos un tiempo indefinido, sí, es como una ruptura, pero no hemos cerrado la puerta para retomar lo nuestro. Sentimentalmente me ofrece más de lo que merezco, me gusta verlo feliz, nuestra intimidad en niveles que incluye a la misma vez que excluye la cama porque no nos limitamos al sexo. Ser tu amante aun con el consentimiento de tu esposa, ser parte de su vida y familia es algo todavía confuso en mi mente.
— No serás mi amante, serás mi pareja oficial tanto con mi familia como con nuestras amistades más íntimas. Bueno, debería decir tus amistades porque yo no tengo amigos, solo socios que no verían la hora de usar todo esto para su beneficio. Te quiero conmigo en todos los sentidos, incluyendo mi residencia. Quiero que te mudes conmigo. No seremos los primeros o últimos en hacer algo igual o simular. Hay muchos empresarios, artistas y demás personas que al público le muestran un matrimonio conveniente mientras viven su verdadero amor con mayor tranquilidad fuera del ojo público.
— ¿Jungkook?
— ¿Debo responder algo que ya sabes? Es y siempre será mi hermano, no hay más que hacer o decir, es todo lo que importa.
— Lo sigues amando.
— Lo hago, como hermano y hombre, ese es un sentimiento que vive en mí, pero he aprendido a no dejarme dominar por él. El amor que siento por él y por ti es muy diferente, pero no precisamente se invalidan entre sí.
Los ojos de Yoongi se ensancharon, Seokjin guardó silencio extendiendo su mano para beber de la copa de vino que acompañaba su comida. No era un silencio incómodo, solo eso... Ningún sonido empañando el ambiente.
— Ahora soy yo quien necesita llevar todo a mi tiempo y forma, Seokjin. No sé en un futuro, pero ahora mismo no puedo entregarte todo de mi persona y prometerte fidelidad monógama a nosotros. A pesar de haber estado con mujeres y no encontrar desagradaba la idea de tu mujer, tampoco estoy muy interesado en su pedido.
— No es algo obligatorio, solo expresó su deseo y como dije en ese entonces, definitivamente no tenemos necesidad de permitirle participar ni siquiera como pura espectadora. Para ser sincero, sí, te quiero solo para mí del mismo modo en que yo estaré solo contigo. Yo podría haber mantenido una gruesa línea entre ambos, Jungkook podría haber estado presente en mi mente o en nuestros juegos de roles, pero si estaba contigo, era solo contigo. Siempre te fui sincero y lo sabes.
— Sí, tienes razón y por eso sé que me puedo fiar de tu palabra, pero no significa que me sienta del todo confiado. No por la promesa, sino por la situación en sí. Además, si estás esperando el Min Yoongi que solías tener desde adolescentes, entonces deberías reconsiderar tu propuesta, porque definitivamente muchas cosas han cambiado, comenzando por el hecho de que las reglas no serán solo puestas por ti. No decides cómo, cuándo y dónde. Nuestras dinámicas no me desagradan, pero tendrían que ser al ritmo y deseo de ambos. No me voy a callar, si tengo que mandarte a la mierda lo haré sin adornar la frase. Ten en cuenta que no solo en la cama soy versátil, mi actitud sumisa fuera de esta no existe y lo máximo que te garantizaré es el hecho de que mi trabajo siempre será el más profesional y eficaz.
Quieto en su sitio, Seokjin asintió completamente serio antes de ladear una sonrisa. Fue apenas la elevación diminuta de una comisura, pero fue notable para el contrario que continuaba observándolo. El mayor se levantó tranquilamente de la mesa para comenzar a recogerla, quedaba solo las copas cuando al voltearse se encontró con Yoongi sentado en la mesa bebiendo de su propia copa. Algo reticente, con una elegancia que el atuendo informal no opacaba, Jin se acercó hasta el pelinegro que separaba sus piernas para recibirlo.
Desde su lugar, Min estiró su mano libre para acercar a Seokjin enredando sus dedos en la zona posterior de su cabeza. No lo dirigió hacia su boca, sino hacia su cuello, ese lugar que el mayor se encargó de besar, lamer y rozar muy suavemente con sus dientes mientras sus manos ascendían por los muslos del contrario. Perdidas en su espalda, en el escondido torneado cuerpo que siempre disfrutaba acariciar, por ahí deambulaban las manos de Jeon Seokjin.
— Este aroma... — Musitaba a ras con la piel de Yoongi, aspirando sutilmente. — Siempre lo extraño, me calma como nada en este mundo. Eres como mi droga más sana a la que no me hago dependiente, pero amo disfrutar.
— Conozco esa sensación. — Mencionó el menor, alejándolo lo suficiente para ver su rostro por varios segundos y luego besarlo suavemente, marcándole un ritmo que su jefe no se negó a seguir. — Vayamos con calma y lo que surja será.
— Puedo entender y respetar tu tiempo, pero no puedo estar en ascuas de este modo, estamos o no.
— No intentes ponerme precisas, Jin. He sido claro contigo.
El beso se volvió más duro sin llegar a ser frenético, cada uno luchaba por liderar con un deje de diversión que logró hacerlos sonreír. Sus labios buscaban unirse nuevamente cuando el timbre de la puerta les hizo fruncir el ceño al unísono. Yoongi no esperaba a nadie en su casa, la única persona que solía ir sin avisar era su madre, pero de todos modos era solo en fechas establecidas o cuando pasaban más de una semana sin comunicación. Seokjin puso distancia entre ambos, peinando sus cabellos sin mostrar lo molesta que le parecía esa interrupción.
— ¿Jimin? — La pregunta era sinónimo de desconcierto, el nombrado sabía que su amigo no lo estaría esperando, pero si seguía alargándolo o lo llamaba con antelación no se hubiese atrevido.
— ¿Puedo pasar o estás ocupado? — Mencionó al ver en la entrada zapatos que definitivamente no eran del estilo de Yoongi, tampoco del presupuesto de los que solía comprar porque por ese lado Min era un poco demasiado ahorrativo. — Perdón por no haberte avisado, me dijeron en la empresa que no estaban y la señora Hwa me comentó todo lo que estaba ocurriendo con el grupo Jeon, que posiblemente habías ido a descansar después de una noche en vela.
— Sí, ella siempre manejando tan buena información, adelante. — Corriéndose a un lado, Yoongi le permitió la entrada a Jimin, disponiéndose a cerrar su puerta cuando vio a Namjoon aparecer en el pasillo. La primera visita inesperada fue sorpresiva, pero esa mucho más. Algo incómodo e incluso nervioso miró al interior en donde tanto Jin como el recién llegado se saludaban como viejos conocidos que intentaban no cruzar una línea. Leían las intenciones del otro, procuraban descifrarse. — Joonie... — Un bajo susurro abandonó sus labios cuando lo tuvo en frente, su corazón latiendo velozmente. — ¿Qué te trae por aquí?
— Jimin me ha dicho que quedaríamos los tres en tu casa a esta hora. He tenido que salir de la compañía y venir rápidamente dado que no me avisó con mucho tiempo de antelación. — Mencionó rascando su cabeza, acercándose un poco más a la puerta.
— Ven, pasa, él ya está aquí. — Fue todo lo que dijo Yoongi mientras se aferraba buscando sostén en la puerta.
— Sí, vi su auto estacionado en... — Namjoon calló viendo a los otros dos hombres en el interior del apartamento sin saber exactamente qué debería sentir en ese momento o qué estaba sintiendo a pesar de que las cosas entre ellos estaban claras. — En el estacionamiento del edificio. — Completó su frase con una sonrisa, estirando la mano para saludar tanto a Seokjin como a Jimin.
— Es un gusto verlos. — Correspondía Jin el saludo con una sonrisa que no alumbraba sus ojos. — Yo ya estaba próximo a marcharme, así que creo que apresuraré mi partida. Si me disculpan, pasaré a cambiarme. — Caminando hacia la sala en donde había dejado su ropa con anterioridad, recogió sus pertenencias y se dirigió hacia la puerta, seguido de un Yoongi algo cauteloso. — Nos vemos en un rato. — Habló en voz baja cerca de la puerta.
— No sé cuánto vayan a tardar, lo mejor es que hablemos mañana.
— No me repetiré incansablemente, cuando tu visita marche, escríbeme. De lo contrario vendré en la noche y más vale que para entonces ya estés solo.
— Jin...
— Hablamos después.
Yoongi vio al mayor de los herederos del grupo Jeon alejándose por aquel pasillo vistiendo su ropa y con la suya doblada en sus manos. Había dejado los zapatos, pero el dueño del apartamento no lo llamó para recordárselo, esa podría ser una estrategia aunque Seokjin realmente no necesitara de una. Cuando desapareció de su vista cerró sus ojos y la puerta antes de voltearse para ver a los otros dos que sin autorización explícita de su parte habían ocupado sus asientos, mirándolo con obvio interés.
— No estoy muy seguro de saber el motivo para esta reunión de la cual no se me informó con anterioridad. — Espetó Min acercándose a otro de los asientos. — Supongo que todo esto ha sido organizado por Park.
— Así es, no hay necesidad de ocultarlo. Estuve pensando sobre con quién de los dos debería conversar primero, pero no importa cuánto le diera vueltas en mi cabeza, simplemente llegué a la conclusión de que la mejor forma, es hablando con los dos directa y simultáneamente. — El silencio y la vista de ambos hombres sobre él lo instaron a continuar hablando. — Yo necesito cerrar un ciclo en mi vida y siento que jamás podré hacerlo si no me arriesgo una última vez, solo entonces podré decir que hice todo lo posible para alcanzar mis objetivos, estar con el hombre que amo.
Namjoon ensanchó sus ojos tanto como Yoongi aunque esas palabras no eran tan impacientes para este último porque supuso desde el comienzo el motivo para que Jimin simplemente apareciera en su casa. La llegada de Namjoon solo fue una confirmación que en verdad no necesitaba.
— En dependencia de lo que aquí se discuta y su resultado sabré cuál será mi próximo paso a tomar. Planeé mil cosas, quería comenzar a abarcar punto por punto cada tema, pero mi cabeza ahora que los tengo delante de mí dejó de funcionar coherentemente y todo es un absurdo reguero que no logro organizar. Los dos me conocen, saben el tipo de persona que soy y podrían reconocer incluso cuando mis pensamientos cambian de dirección, por eso confío que, aunque yo no siga un hilo recto puedan entenderme y confiar en mis palabras. Si bien estoy enterado de que ambos se están dando un tiempo, no quiero hacer un movimiento egoísta como siempre y simplemente llegar a situarme en medio de los dos. No obstante, en verdad deseo que Namjoon nos dé una oportunidad a ambos y que sepas que ninguno quiere, quiso o querrá dañarte.
Procesando las palabras de Jimin, el mayor de los tres se volteó hacia Namjoon, encontrándoselo perdido en sus pensamientos mientras observaba directamente al piso. De él pasó la mirada hacia Jimin y, si bien esperaba recibir las mismas vibras de juego o inseguridad de su parte, todo lo que veía era un hombre seguro de lo que quería. Cuando empezó con Namjoon si bien en algún momento pensó en él, siempre creyó que este solo era un tipo de capricho para Jimin más que un amor. Ahora era diferente, lo que presenciaba en sus ojos no era lo mismo que en aquel entonces. Suponía que después de todo ellos habían cambiado muchas cosas durante esos años.
— Pienso que ustedes tienen muchas cosas que aclarar sin un tercero haciendo sombra o interviniendo. — Rompió el silencio Yoongi. — Comprendo perfectamente tu motivo para venir aquí y te lo agradezco porque hasta hace un momento yo también estaba evaluando más que mis opciones, el destino que tomaría mi mente y corazón. Esto es inesperado, pero de alguna forma me está ayudando a tomar esa decisión aun si no hemos hablado nada. Yo siempre supe de los sentimientos que Namjoon albergaba por Jimin. — Sus ojos no miraba a ninguno de los dos. — Él conocía los míos, siempre hemos sido honestos.
— Así es, siempre lo hemos sido. — Confirmó Namjoon mirando a Yoongi. — No sé la decisión que hayas tomado tú... — Giró su rostro para ver a Jimin. — Tampoco la que has tomado tú; yo en cambio no he tomado ninguna. — Se levantó de su asiento mirando a su alrededor, percibiendo todavía la presencia de Seokjin allí. — Los dos son personas importantes en mi vida.
— Lo sabemos, pero entre nosotros, hay uno al que amas con cada fibra de ti. Como dije, tú y Jimin tienen muchas cosas de qué hablar, creo que los tres sabemos de sobra el motivo de esta reunión y perdona si no dejo que te desahogues ampliamente, Jimin. Creo que eso deberías hacerlo a solas con Namjoon cuando yo no esté presente. No me molestaré si deciden empezar algo, conversar y arreglar todas sus desavenencias. Ambos me parece que lo han notado, pero yo también tengo alguien más que despierta emociones en mí. Es un poco difícil despegarme de todo aquello que Joonie me ofrece, pero viéndolos ahora, pienso que tal vez es lo mejor. No sé qué suceda en el futuro, puede que nuestros caminos se crucen nuevamente de forma sentimental o que no lo hagan jamás, pero por ahora, me parece claro que yo debo dar un paso atrás.
—No lo sé... — Musitó Namjoon desviando la mirada entre ambos hombres.
— Yo solo vine a conversar con ambos, pero creo que Yoon ha dejado en claro algo importante. Si con él todo está arreglado, somos tú y yo quienes se deben una plática profunda, sincera. — Mencionó Jimin mirando directamente a Namjoon. Ninguno dijo algo más, se implantó un silencio extraño cuando Kim volvió a tomar asiento, observando a Yoongi con el mismo anhelo que este lo observaba a él para luego mirar a Jimin. — Yo no me molestaría si ustedes deciden despedirse. — Volvió a hablar notando un brillo que se escondía en la mirada de ambos y de alguna manera acongojaba su corazón. En su mente se preparaba para irse, verse quizás en otro momento con Namjoon, pero no habría mucho más que hablar si esos dos decidía que siempre si estarían juntos.
— ¿Te quedaría para ver? — Inquirió Yoongi con una sonrisa divertida viendo el desconcierto en ambos. Sabía que Namjoon se atragantaría con su propia saliva, pero Jimin era diferente porque en el pasado hizo más que insinuarlo. Además, con ellos dos la idea no parecía tan extraña y aterradora como cuando lo pidió Chungha.
— Esta idea no va muy bien con las palabras que vine a decir aquí. — Se apresuró a responder Jimin mirando a Namjoon para intentar descifrar sus pensamientos, viéndolo relamerse sus labios mientras se frotaba las manos por encima de la tela que cubría sus muslos. — Pero si me invitan, estoy dispuesto a quedarme.
— Entonces si tú, Namjoon, estás de acuerdo, me gustaría despedirme de ti apropiadamente e invitar a Jimin para que esté presente. — Caminando hacia él y regalándole un guiño a Jimin, se detuvo en el medio de ambos asientos. — ¿Qué dicen?
Hola por aquí, ha pasado mucho tiempo y muchas cosas en mi vida personal por lo que he estado alejada estas semanas. Espero que estén bien y me disculpen por la espera. Nos vemos en el próximo capítulo y ojalá que no se em hayan decepcionado de este.
LORED
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top