Capítulo 18: "Explicando lo ocurrido. Adrien descubre a Nabru"

Aquella mañana Björn había despertado primero, encontrando que se había dormido junto a Marinette, con facilidad logró colocarla en una posición cómoda para que siguiera durmiendo. Al ir hacia la cocina pudo encontrar a su hermana menor mirando el paisaje fuera, sorprendiéndose por no haberla sentido llegar.

—Pequeña... –murmuró acercándose.

—Ni un paso más, ¿que pretendes con Nette, crees que no me doy cuenta Björn?–pregunta con voz dura Bruna.

Ocasionando que el morocho se tense, a veces se sorprendía como aquella peliaqua lo conocía tanto.

—Señorita, no me cambie de tema. ¿Porque has regresado tan tarde?–pregunta Björn.

Ocasionando que era suspira, al darse la vuelta se podía notar un poco del vendaje y sus ojos apesadumbrados.

—No soy tan pequeña como crees, solo fui a dejar un regalo al pájaro loco. Nadie, repito y dejo en claro, nadie puede lastimarte. Ni a mi familia sin haber recibido su merecido –comenta inexpresiva,  se acerca y suavemente le acaricia la mejilla a Björn.

—¿Pero que has hecho?¿Porque no me avisaste?–pregunta Björn preocupado.

—No estas tu en posición de lucha hermano, además necesitaba que alguien la cuidase. Aunque eso no significa que la conviertas en tu conquista –comenta fría.

—Hmp... No la lastimaría,  se nota que es especial. Además, ¿no se supone que soy yo quien debe sermonearte con lo del modelo rubio?–pregunta mientras la mira con el ceño fruncido.

—Hmp... Sabes que no dejaré que nadie más entre en mi estilo de vida. Ya suficiente tengo con cuidarte a ti –contesta distante para luego recostarse por la encimera.

Bruna, si bien, siempre ha logrado ocultar su malestar pero en estos momentos no sabría cuanto lograría esconderlo. Sentía un dolor de cabeza y mareos, como frío.

—Esa debería ser mi frase, sabes bien que ambos nos protegemos la espalda,  ese es nuestro lema, "Proteger hasta el infierno a la familia". Aunque te voy a contradecir, tu,  mas que nadie, se merece amor, hielo infernal, pero aun no es tiempo para ello –dice Björn.

Bruna suspira.

—No lo se, esto no acabará bien y lo sabes. No aceptaré que ninguno, ni siquiera se nuestros conocidos mueran. Si tan solo no hubiese nunca confiado en el Diablo rojo...–murmura algo cansada.

—Si no lo conocías,  no me conocerías pequeña. Todo pasa por un por qué en la vida. Ya veras que todo estará mejor, podremos ganar esta batalla –contesta acercándose para abrazarla.

Ocasionando que por reflejo bruna se relaje.

—Entre Mafias, la batalla se gana cuando el líder muere, Björn. Y sabes tan bien como yo,  que no dejaré que tu mueras por mi culpa –comenta con determinación.

«Sería capaz de sacrificarme por ti, antes que yo»piensa bruna.

Ninguno de los dos eran conscientes que una mente como la de Marinette estaba escuchando todo aquello, sorprendida. Observar como aquellos hermanos no manifestaban peligro, pero con la palabra "mafia" le había quedado algo aclarado. Pero no la duda del miedo y preocupación de su amiga.

«Necesito que me expliquen que ocurre»piensa Marinette oculta, mientras silencia a Tikki.

|No deberían estar aquí –murmura tras ambas, asustandolas,  Runo.

Tikki le pega a Runo, ocasionando que Marinette se quede sorprendida. «¿Que hace un kwami aquí? Será que... Oh dios»piensa.

—Dime que ha ocurrido para que quedases tan herida. ¿Que has hecho Bru?–pregunta Björn.

—Maté a la Catrina, su supuesta joya. Como también a la mitad de sus hombres. Uno de ellos me alcanzo a herir al escapar. Descubrí que Mcfly ha estado haciendo tratos con nuestros socios. Björn, el final de la batalla esta tan cerca como la fruta prohibida –contesta tensa.

—Tks... Bastardos, no permitiré que esto siga, iremos por cada uno y los mataremos o veremos de que bando están –contesta Björn.

Los individuos que estaban del otro lado de la pared, escucharon y enseguida se tensaron. Marinette no sabía en que dilema estaba metida Bruna, pero intentaría ayudarla, o mas bien LadyBugg, por una parte sentía que la peliaqua no era la villana en esta historia.

De un momento a otro, Bruna sintió que le ardía la herida, por lo que se separó de Björn. Y enseguida el morocho se asustó al ver el vendaje lleno de sangre, Marinette también pudo ver aquello.

—¿Que... T-te pasa Bru?–pregunta preocupada Marinette.

Runo y Tikki tuvieron que esconderse a regañadientes.

—Mari-nette... –logró balbucear Bruna.

Mas luego se desplomó en Björn quien se preocupó mas. Y apenas logró evitar el golpe contra el suelo. El malabar que tuvo que hacer para no lastimarse el brazo enyesado.

—Preciosa, si serías tan amable de sacar de mi bolsillo trasero mi móvil, debemos llamar rápido una ambulancia –dice Björn.

Marinette no lo pensó dos veces, y lo hizo muy a pesar que al acercarse se había sonrojado. Este chico era un Dios, era guapo hasta por atrás.

Le pasó a Björn el móvil, y este enseguida llamo a Nicholae quien trajo los guardaespaldas. Mas luego se fueron rápidamente al hospital mas cercano.

»Horas después, Bruna se encontraba internada, había perdido mucha sangre, y la herida casi se le había infectado. Actualmente está estable.

—Agh... Detesto cuando se cree hierro y no se cuida. Me haré viejo antes –gruñe preocupado Björn.

Marinette sonríe y le pone delicadamente una mano en su hombro.

—Tranquilo, tendrá sus motivos, pero debes comprender que ella te aprecia mucho. –comenta la peliazul.

Björn intenta dar crédito a aquello, pero si la perdía en otra mas, no lograría salir cuerdo.

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En otro lado.

Plagg observaba como Adrien caminaba nervioso de un lado para el otro.

|Tonto humano, ¿cuando veras todo sin complicarte?–pregunta mientras come su queso.

—Es que... No lo entiendes Plagg, hace días que no sé de Bruna, y lo que siento por Nabru me tiene en un lío mental –comenta mientras se agarra de su cabello.

|Si la quieres, ¿por que no se lo dices?–pregunta Plagg.

—No creo que sea lo conveniente, digo... Estoy muy nervioso, mi corazón late desenfrenado cuando me observa con aquellos ojos ámbar que me parecen muy conocidos. Pero por otro lado también siento un cariño especial hacia Bruna, aunque no quiera abrirse conmigo –comenta Adrien exasperado.

|Oye, ¿cuando enserio usarás esa cabeza?–pregunta Plagg riéndose aun de él.

—Ni siquiera te entiendo a ti, ¿de que es lo que te ríes?–pregunta con recelo Adrien.

|Da gracia ver que los humanos son tan ciegos, y mas ridículos en el amor –contesta con simpleza Plagg.

—Es que... Que pasa si Nabru, ella, aquella peliaqua no me corresponde. Si bien entiendo que su vida no ha sido muy fácil, pero siento que podría ayudarla –gruñe exasperado Adrien.

Mira por la ventana el mio,  aquel día había pasado tan rápido. Marinette no había asistido a clases y habían avisado que el tiempo de intercambio de la italiana había terminado.

—Me siento tan impotente por no haber al menos insistido mas con Bruna, parece tan distante. Sé que juntos habíamos conseguido un lazo especial. Pero ella al igual que Nabru, parece haber tenido una vida tan mala –murmura mientras suspira.

Plagg ya solo estaba esperando el momento, era divertido ver como el hablaba de aquellos nombres, sabiendo desde hace mucho que aquellas chicas que mencionaba el rubio, eran la misma persona.

—Bruna... Agh... No soportaré que se aleje, ya me gustó toda ella,  su acento italiano, su amor por los animales –murmura hablando solo Adrien.

—Aunque Nabru tampoco se ha reportado estos días, parece que me quieren volver loco. Soy un simple gato de la mala suerte, no soy un adivino –se estironea sus cabellos.

Pero luego recuerdo pequeños momentos con Bruna, aquella vez que se desmayó y su mirada dura. Mas luego recuerda a Nabru con aquella mascara que cubría su identidad, pero los mismos ojos de Bruna.

—Nabru... Bruna... –murmura absorto entre esos pensamientos.
—Na... Bru... Bru.. Na... ¡diablos! –se sorprende abriendo los ojos Adrien.

Ocasionando que Plagg ría a carcajadas.

|Ya era hora, humano Jajajaja, te tardaste demasiado–comenta Plagg.

Adrien se había quedado sorprendido.

Entonces todo este tiempo se había ido enamorando y gustando de una sola chica, ahora todo le parecía estar encajando en sus lagunas mentales, al enlazar sus mismos ojos, su misma inexpresividad.

—Entonces el peligro del Nabru contó es la misma que gruño aquella vez Bruna, ¡joder! Debo ir a buscarla...–mira a Plagg ansioso y preocupado

|No quiero, estoy cómodo comiendo me Cambermet –exclama negando.

Pero Adrien sin esperar un acuerdo con Plagg pronuncia:

—¡Plagg Transformame!

Para luego saltar en busca de Bruna. Quizás aun no era tarde y podía ayudarla con sus problemas.

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—Jajajaja ya encontré la sorpresa que me dejaste preciosa, y digamos que me las pagarás. Cuando estemos en casa –dice un pelirrojo viendo la torre Eiffel.

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Yay! Adrien al fin se dio cuenta.
¿Podrán los héroes de Paris ayudar a Bruna en la batalla?
¿Quien de los bandos ganará?