7. Un orgasmo compartido y demasiada lujuria
7. Un orgasmo compartido y demasiada lujuria.
CHELSEA
Solo han pasado tres noches desde que Colton duerme a metro y medio de mí, pero han sido las más largas de mi vida. Me cuesta horrores conciliar el sueño porque no puedo parar de imaginar cosas que no debería, de montarme jodidas películas en mi cabeza y de sentir cómo se me pone la piel de gallina cada vez que le escucho moverse.
Saber que está tan cerca me hace sentir este maldito vértigo en la boca del estómago, como una electricidad invisible que me pone los pelos de punta.
Contengo la respiración cuando se levanta, va al cuarto de baño y regresa poco después, pero en lugar de tumbarse, se queda sentado en la cama en medio de la oscuridad. Lo sé porque le estoy mirando con los ojos entrecerrados, como no respire y me calme un poco, creo que me dará un ataque al corazón.
Me está mirando, ¿por qué me mira?
—¿Eres consciente de que te escucho temblar desde mi cama? —La gravedad de su voz en medio de un silencio sepulcral, hace que de un pequeño bote en el sitio y que tenga que toser por atragantarme con mi propia saliva.
—Es por el frío.
—Ya, ¿por qué iba a ser si no?
Se levanta de nuevo y camina hasta su armario, alza los brazos para coger una manta del altillo y regresa a mi lado. La extiende sobre mí, se agacha y se coloca de cuclillas junto al cabecero de mi cama.
—Si aun así tienes frío, siempre puedo darte calor humano.
—No digas estupideces, gracias por la manta, buenas noches —digo mientras me doy la vuelta para darle la espalda. Sé que sonríe, no puedo explicar por qué lo sé, pero lo siento.
Vuelvo a contener la respiración mientras escucho cómo se tumba, aguardo paciente a escuchar cómo se acompasa su respiración para saber que se ha dormido, pero en su lugar, los minutos pasan y solo oigo cómo da vueltas para un lado y para el otro. Yo ni siquiera muevo un dedo del pie.
Entonces, poco después, un pequeño jadeo se escapa de entre sus labios, y yo me tenso de inmediato, no puede ser. Agudizo más el oído y un ruido inconfundible me deja claro lo que está haciendo.
—Dime que si enciendo la luz no veré cómo te estás masturbando.
—Pues será mejor que no la enciendas, Campanilla. Pensaba que estabas dormida, ni quiera se te oye respirar.
—¿Me explicas cómo se te ocurre hacer esto a metro y medio de mí? —Me tumbo boca arriba con una mezcla de sensaciones, entre nervios, ansiedad y excitación.
—Ya te he dicho que pensaba que estabas dormida. ¿Qué pasa que tú no lo haces nunca o qué?
—Eso no te incumbe, pero, en cualquier caso, lo haría en privado.
—Ya, bueno, si yo no lo hago en mi cama, me arriesgo a que alguien me grabe en las duchas o en cualquier otra parte y lo suban a una web porno. O peor, me extorsionen para no vender el video a las revistas.
—No seguirás, ¿verdad? —inquiero un par de minutos después tras escuchar de nuevo un ruido característico.
—Pues claro que sigo, Chelsea, ¿cómo quieres que pare si no puedo dejar de imaginarme la cantidad de posturas en las que te follaría teniéndote tan cerca?
—No se te ocurra volver a decir eso en voz alta.
—¿El qué? ¿Que fantaseo con recorrer todo tu cuerpo con mi boca?
—Basta.
—Desde que te tuve tan cerca en aquel pasillo no puedo dejar de imaginar lo que sería apartar tus bragas a un lado y hundir mis dedos dentro de ti. —Su voz es un grave jadeo detrás de otro, esto es demasiado para mí.
—Colton, por favor —suplico intentando sonar lo más enfadada posible, cuando lo que me sucede es que está consiguiendo excitarme de nuevo, y esta vez ni tan siquiera lo tengo en frente.
—Tócate, pequeña, lo estás deseando.
—No.
—Imagina que te pongo contra la pared y empiezo a besar tu cuello por detrás, apretándome contra ti. —Prosigue con sus fantasías y yo ya no puedo articular palabra sin que se me escape un gemido—. Mis dedos se pierden dentro de tu ropa y empiezo a acariciar tu clítoris. Despacio. Joder, te juro por Dios que te lo comería entero ahora mismo, Chelsea —gruñe y no soy consciente de lo que hago hasta que de una patada me destapo por completo y meto la mano por dentro del pantalón del pijama.
—Sigue —pido entonces con la voz entrecortada.
—Joder, Chelsea, no me digas que lo estás haciendo porque entonces no voy a tardar nada en correrme. Déjame encender la lámpara, necesito verte.
Escucho que se remueve y en medio de la oscuridad vislumbro cómo se sienta en el borde de la cama, trago saliva e inspiro y expiro un par de veces antes de estirar el brazo y encenderla yo misma. Mis ojos se encuentran directamente con los suyos, tiene las pupilas dilatas y todos los músculos contraídos. Está sin camiseta y con los pantalones de deporte que usa para dormir, por las rodillas, de modo que toda su anatomía se muestra clara ante mí.
—Creo que en mi puta vida había estado tan cachondo —confiesa antes de pasar la lengua por sus labios mientras recorre mi cuerpo, aunque a mí no se me ve nada—. Sé que no podemos tocarnos, pero nadie puede impedir que me corra pensando en lo que sería follarte de mil maneras distintas.
—Sigue, no pares ahora —jadeo aumentando la velocidad de mis dedos sin dejar de mirarle, de observar cómo su mano sube y baja por toda la extensión de su miembro, el cual, estoy segura, va a ser el protagonista de más sueños eróticos de los que quisiera admitir.
—Imagina que mi polla entra y sale de ti cada vez más deprisa, te sujeto con una mano por la cadera y con la otra por el cuello, pegando tus tetas contra la pared.
Mis ojos alternan la visión entre su oscura mirada y la extensión de su miembro, el cual no imaginaba que pudiese tener semejante tamaño.
—Dime que te gusta.
—Joder... —balbuceo queriendo evitar reconocerlo—. Me gusta, Colton.
—Necesito sentir lo que es tener la polla dentro de ese coño, no puedo más.
—Sigue. —Sostengo su mirada sin poder concentrarme ya en nada más que la lujuria—. Dime qué harías ahora.
—Colocarte sobre mí y acariciar tu clítoris mientras tú subes y bajas, mientras haces con mi polla lo que quieres.
—Ah... Colton. —Chupo mis labios y aumento el ritmo de mi mano.
Comienzo a sentir que mi orgasmo se acerca, y al suyo no le queda mucho por su aspecto y la expresión de su cara, con una mano apoyada en el colchón y la otra dándose placer a sí mismo, se me antoja la escena más erótica que he vivido hasta la fecha. Y no puedo creerme que esté siendo con Colton Matthews.
—Dios, Chelsea, voy a correrme.
—Yo también —balbuceo al mismo tiempo que mi espalda se encorva y las piernas comienzan a temblarme.
No quiero perderme el final, de modo que no dejo de mirarle hasta que se vacía por completo sobre un puñado de pañuelos de papel que ha cogido hace unos segundos. La respiración de ambos es igual de agitada, su pecho sube y baja igual de deprisa que el mío y casi puedo notar cómo la oxitocina liberada por el orgasmo llega a cada rincón de mi cuerpo. Trago saliva e intento disfrutar del momento en lugar de pensar en lo que acabamos de hacer y en lo que sucederá a continuación, pero enseguida comienzo a sentir nervios en el estómago de nuevo.
Colton se levanta para ir al baño y tira de la cadena antes de salir, me mira de camino hasta su cama y se queda sentado sin apartar sus ojos de los míos.
—Solo ha sido lujuria, y ni siquiera nos hemos tocado.
—¿Intentas convencerte a ti mismo o a mí?
Traga saliva y deja escapar una bocanada de aire antes de dejarse caer sobre la almohada. Yo me encargo de apagar la luz y permanezco boca arriba, sabiendo que ambos estaremos mirando al techo en silencio un buen rato antes de conseguir conciliar el sueño.
•••
Buenas, buenassss🔥 Pues se han venido arriba estos dos... A ver, siendo conscientes de que lo que están haciendo no está nada bien... ¿cómo de mal está del 1 al 10?😂
Ya sabéis, muchos comentariossss para nuevo capítulo!! Besitos!!!
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