❃Capítulo 5 ||R-18||

— ¿Ahora te crees mi guardaespaldas?

— Bueno, tan sólo me aseguraba de que el príncipe llegara sin percances a su aposento —dijo Fandral, quien aguardaba a pie de las puertas cerradas de la habitación.

La respuesta de Fandral le hizo sacar una tenue sonrisa a Loki, sabiendo que la actuación no escondía más que cierta trama.

— Muy caballeroso de tu parte, pero todavía veo que sigues aquí, ¿algo se te ofrece aún? —Loki se giró para encarar con Fandral, viendo a éste dejar la guardia de la puerta y acercarse a él con apacibilidad.

— Me preguntaba si habría un pequeño pago por mis servicios —emitió Fandral con media sonrisa, posando con delicadeza sus manos sobre las cintura de Loki mientras hacía disminuir la distancia entre ambos rostros.

Pocas veces eran en las que en verdad ambos se encontrarían con algún tiempo de privacidad. Fandral era el que más deseaba demostrar su afecto a Loki, mas la situación del romance que llevaban a escondidas le limitaba bastante. Era por esta misma razón que aprovecharía cualquier momento en el que se encontraran libres de interrupciones para poder abrazar al azabache o tratar de robar un beso a su labios. Cabía mencionar que Loki algunas veces no se encontraba muy dispuesto a entregar su afecto y aquel era un momento perfecto para tratar de acercarse a él.

— Fandral... —quiso regañar Loki antes de que la cercanía del contrario le convenciera a no negarse. Sus manos subieron con suavidad para poder encontrarse detrás del cuello de Fandral, cooperando para también acercarse otro poco. Quería concentrarse en los ojos de Fandral, no obstante, le era un poco difícil en esos momentos ya que había bastantes cosas en la que se podía enfocar; el calor que le trasmitía, la corta barba que le caracterizaba, el agradable aroma que emanaba, el aliento que se sentía como delicadas caricias contra su piel y los labios que aún estaba dudando en besar.

Fueron instantes etéreos, en donde ni siquiera fue necesario el uso de la palabra para poder trasmitir algo. El rubio no exigía nada, disfrutaba de la misma forma en que Loki seguro lo hacía al mantener el ambiente de tranquilidad y unión interna.

Fueron escasas veces las que Fandral tuvo oportunidad de tomar los labios de Loki, pero en aquel momento se dio cuenta de lo que significaba sentir un beso con todo su ser. El príncipe había sido el primero en acercarse con sigilo, como si aún existiesen sus dudas, mas ya no había restos de éstas. Buscó el tacto en los labios ajenos, de manera cohibida y aterciopelada, siendo correspondido de la misma manera por el contrario y dejándose llevar por la sensación cálida que llenaba su pecho.

Ambos jóvenes se encontraban inmersos en el suave beso, que no tuvo énfasis en ser intenso para poder sentirse como algo verdaderamente íntimo. Hacían roces con su labios, como si fuese la primera vez que sus bocas se encontraran entre sí. Fandral fue el primero en separarse, buscando otra forma de demostrar como el dulce tacto había encendido un afecto mayor. Sus labios ahora se encontraban recorriendo con melosidad un improvisado camino hacia el cuello de Loki, besando éste como si no existiera alguna otra cosa más deseable en el mundo.

— Fandral —pronunció con el teñido de un suspiro y con la descendencia de sus manos hacia el pecho ajeno, sin intención aún de separarlo. Sentía la barba y respiración del contrario provocarle un cosquilleo en el cuello, remediado por la apasionada caricia húmeda de la boca de Fandral.

El guerrero ahora tan sólo esperaba a que Loki pusiera el tope entre ellos, un tope que al parecer jamás llegó o tal vez ni siquiera tomó importancia por la necesidad de su amor. Si iba a haber una noche sólo para ellos, ése era el momento. Nadie interrumpiría, nadie los descubriría. Una velada privada que seguro los mismísimos dioses les regalaban.

La palabra amante, para Fandral, siempre había tenido una denotación hacia el sentido sexual, o al menos esto había pensado antes de que surgiera el verdadero significado con la compañía de Loki. Se dio cuenta de que no tenía que ver con encuentros sexuales o con amores atrevidos. Era amante de Loki porque aquel joven se había convertido en el especial tesoro por el que dejaría la lujuria de buscar otras joyas. No hacía falta demostrar un continuo contacto físico para poder sentir aquel bello regalo que se denominaba amor. Quería a Loki como jamás había querido a una joven doncella. Ahora tan sólo quería demostrar todo aquel cariño que su cuerpo gritaba por dar. Estaba tan perdido, que antes de poder apaciguarse a sí mismo, la escena ya había llegado lo suficientemente lejos como para detenerse.

La cabeza de Loki fue toda una colisión de pensamientos; había algunos que exigían que se detuviese mientras que la otra parte le afirmaba que estaba bien. Éstos segundos pensamientos terminaron sedando a los primeros. Había colaborado junto con Fandral en aquellas disimuladas intenciones de poder quitar sus ropas mutuamente, pero antes de que éstas acciones pudieran darse por terminadas, ambos cuerpos a medio desvestir hallaron refugio sobre la cama.

Loki era toda una imagen adorada que Fandral nunca esperó observar de esa manera. Tomó su tiempo, pudiendo contemplar la palidez del hombro descubierto de Loki, dando trabajo a sus manos para abrir el panorama del pecho y abdomen del azabache. Sus dedos terciaban entre la que ahora confirmaba que era una suave piel. Sentía cada tramo con ligereza y anhelo como si se tratara de alguna obra de arte. El tegumento bajo sus yemas era cálido e incluso podía sentirse latente, dando estímulo para que sus labios volvieran a aproximarse, deseando aportar la amorosa protección de sus besos a todo pedazo de piel descubierta.

Entregar su cuerpo había sido tarea fácil gracias a todo ese mar de sensaciones cálidas que no solamente sentía en el corazón. Una fuga ardiente se deslizaba por sus nervios ante el tacto de Frandral sobre su cuerpo; por sentir sus besos volviéndole a llenar. Poco a poco le era más difícil el inspirar profundo y más fácil el suspirar. Su mente dejaba de mantener la precaución y preocupación en el camino para poder liberarse en aquel acto que parecía llegar al punto de fulminar con sus más apegadas razones.

Fandral había descendido peligrosamente, encontrándose pronto despidiendo sus labios de la piel ajena para retomar la tarea de seguir dejando el cuerpo de Loki a su intemperie. Pronto todas las prendas inferiores fueron dejadas a un lado y antes de detenerse a seguir saciando su vista, se encargó a sí mismo de terminar de despojar las ropas que le estorbaban.

— ¿Estás seguro de esto? —cuestionó Loki, estando ahora sentado sobre la cama al ver a su acompañante ocupado en terminar de desvestirse. Él mismo ya se encontraba completamente desnudo, a excepción de lo que sería una camisa que parecía aún caer por sus esbeltos brazos. Se sentía de alguna forma vulnerable, mostrando todo a una mirada ajena, pero se trataba de Fandral, y aquello le hacía sentir en parte más seguro.

El rubio alzó la vista, siendo lo primero en destacar el aspecto felino dentro de los ojos de Loki. Tal vez fue idea suya, mas contemplar al contrario en esa posición le hizo ver algo provocativo en la esencia de Loki, algo que no tenía que mostrarse forzosamente erótico para que le abrumaran sensaciones estimulantes. Loki se veía hermoso, con su largo y oscuro cabello que aún caía impecable y suave. Esto distrajo a Fandral antes de conectar con su pregunta.

— Pensé que sería yo el que tendría que preguntar eso —dijo tras titubear en su voz y volviendo a la cama junto con Loki, acunando su mano en su mejilla para juntar ambas frentes, como si desease trasmitirse el pensamiento del contrario en esos momentos—. ¿Estás dudando? —inquirió en un susurro.

— Para nada —la voz de Loki fue apenas audible antes de que buscara atrapar los labios de Fandral para dar la plática por terminaba. No quería perder aquel gran momento. Era tiempo de dejar de trabajar en sus pensamientos y poder actuar conforme al deseo que había nacido en su interior.

En un abrir y cerrar de ojos, ambos jóvenes se encontraban envueltos de nuevo en el estímulo de sus labios y sus entrepiernas. Llegando tan lejos como se les permitía, gracias al calor en el que juntos se envolvían y se dejaban vencer.

— ¿Estás bien?

Loki asintió levemente, teniendo en aquellos instantes sus brazos enroscados alrededor del cuello de Fandral. Respiraba más agitadamente, sintiendo todo su interior lleno por fin con la virilidad de Fandral. El contrario lo había preparado bien, aunque ahora, estando sobre él y sintiéndolo muy dentro, no podía evitar sentir algo de incomodidad que amenazaba con doler si se atrevía a moverse en esos momentos.

Por su lado, Fandral aguardó, tratando de calmar su calor al encontrase en el ardiente interior de Loki. Era simplemente un momento que trasmitía mucho más de lo que sus cuerpos demostraban. Fandral no dejaba de pasear sus manos por el contorno masculino de Loki, recorriendo cada parte de su columna vertebral, llegando algunas ocasiones hacia los mismos glúteos. El hombro del contrario estaba a su altura, el mismo por el que no pudo contenerse a besar con anhelo, tratando de no dejar marca alguna.

Seguro alguna otra posición hubiese alivianado la incomodidad, pero Loki quería estar justamente así, tampoco quería dejar al contrario llevar todas las riendas. Pasaron unos momentos, antes de que menguara la fuerzas de sus brazos para soltar al contrario lentamente y tomarlo de apoyo para hacer el primer torpe intento por moverse. Esta fue la iniciativa para que Fandral empezara a ayudar también, haciéndolo lentamente, con el cuidado de no lastimar al contrario, pero Loki no hacía más que alentarlo a seguir. Fue así como pronto ambos cuerpos se vieron moviéndose a la par, tratando de satisfacer necesidades ajenas y propias. Las acciones fueron haciéndose más placenteras conforme pasaba el rato. Fandral jadeaba, sin cohibir la expresión del placer, notando así mismo que Loki era más cauteloso al controlar los sonidos que amenazaban con hacerse oír desde su garganta. Aunque esta actitud no duró bastante antes de que Fandral decidiera sostener a Loki para recostarlo y seguir con aquel continuo y agitado movimiento, sin salir en ningún momento de su interior. Embestía con más facilidad, siendo esta una clave para poder escuchar ronroneos y tenues gemidos de parte del contrario. En aquellas acciones intensas, aún se daba su tiempo de contemplar al contrario; Loki estaba a su merced, mostrando una faceta que no a cualquiera le dejaría ver. La dicha no cabía en Fandral así como su complacencia.

Aquella noche había sido especial entre tantas. Sólo en aquel momento, Loki pudo fundirse plenamente junto al contrario, haciendo aquello que los amantes hacían cuando el amor ocupaba su más necesitada e intensa expresión. Loki se entregó a Frandal sin ninguna culpa en consecuencia, tan sólo atesorando la sacudida de buenas sensaciones y el gozo de las acciones que había cometido con el guerrero.

Aquella noche la demostración de belleza en la majestuosa Asgard no fue el mágico cielo nocturno, sino el amor que se regalaron ambos enamorados a escondidas de todo el universo.

~•~

La visita a Jötunheim no había sido más que un desafortunado suceso y la peor manera para que Loki se diera cuenta de la verdad que había aprovechado Laufey para atormentarle y hacerle titubear de una manera que jamás habría podido prever.

Loki volvió a Asgard, como si nada hubiese sucedido al otro lado, dejando que la conmoción de lo sucedido se escondiera detrás de una expresión hierática, sin saber que al pasar a un lado de Heimdall, la visión de éste le seguiría detrás suyo mientras se alejaba por el brillante puente Bifrost.

Aquel día permaneció en su alcoba, sin querer encontrar cara con nadie. Tenía la cabeza metida en un torbellino de frustración, no pudiendo detener el pasaje de la noche de hace semanas, siendo el agradable recuerdo nublado por las sensaciones inconformes que le llenaban en esos momentos.

Aún sentía el frío doler sobre su vientre. Lo había revisado incluso en la soledad de su habitación, siendo imposible no notar la mancha de su piel que se había pintado a su tono original azulado. Un pequeño ser crecía dentro suyo, uno que ahora podía sentir muy bien. Un pequeño ser que seguro se desarrollaría más rápido gracias a la mano desdeñosa de Laufey y a su parte jotun que había hecho despertar dentro de sí.

Jamás había considerado la posibilidad, pero en verdad estaba pasando, y no podía ignorar el interés que Laufey había puesto. Podría ser momento de advertir, sin embargo, Loki no quería que fuera revelado ese secreto en Asgard. Lo iba a esconder cuanto pudiera hasta que quedara arrinconado a decir la verdad. Tan sólo esperaba poder tener el suficiente tiempo de ordenar todo tras el terremoto interior que incluso le había hecho temblar la piel.

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