❃Capítulo 3

Después de haber sido citado para el aviso de una expedición, Fandral caminaba por los pasillos en busca de Loki para darle las noticias del avistamiento. No había cuestión de buscar, puesto que sabía con certeza en donde podría encontrarse su amante en ese tranquilo mediodía. Loki podría ser indescifrable muchas veces, pero teniendo un poco más de atención, era más fácil poder acercarse a donde él y coincidir. Fandral sentía cierta dicha de este avance, como si hubiese desenredado algo que no cualquiera haría o se atrevería a hacer para acercarse a Loki, cuando lo único que había hecho era tan simple como tratar de entenderlo con cuidado.

Justo donde había previsto, pudo acertar en que Loki se encontraba en los jardines del gran palacio. Media sonrisa esbozó en sus labios, viéndolo a distancia con aquella aura hierática al leer un libro. Fue tal su acecho de sorprenderlo lo que le hizo acercarse lentamente, tratando de no llamar en lo más mínimo la atención del príncipe. Se le notaba tan sumido y perdido en la lectura o, posiblemente, es sus mismos pensamientos mientras fingía leer. Como había dicho antes, era difícil acertar la mente de Loki, así que cualquiera de aquellas dos cosas podrían ser las responsables de mantenerlo ocupado e indiferente hacia su realidad.

— ¿Se te ofrece algo, Fandral? —soltó Loki con serenidad, sabiendo muy dentro suyo que había arruinado los planes de Fandral para tomarle por sorpresa, y esto le hizo sonreír un poco, mas deshizo su expresión para alzar la vista y girarse un poco para mirar por detrás de su hombro a Fandral, quien se encontraba frustrado y sorprendido de no haber podido cumplir su objetivo.

Una sonrisa torpe se formó en los labios de Fandral para después acercarse y sentarse en el césped a un lado de Loki.

— De hecho sí —comentó Fandral una vez se acomodó estirando sus piernas, viendo a Loki de reojo antes de continuar—. Quería informarte que mañana en el alba...

— Saldrán de expedición para vigilar y, si es posiblemente, defender las tierras de Vanaheim —Loki tomó las palabras del contrario, cerrando su libro en cuanto terminó de relevar lo que Fandral seguro iba a decir.

Fandral se quedó perplejo unos momentos, después se relajó bajando la mirada y negando levemente con su cabeza. Loki siempre iba a estar un paso sobre él, a pesar de ser uno de los más fuertes guerreros que poseía Asgard. Jamás podría ganarle.

— No te sorprendas, Fandral. A pesar de no ser el futuro rey de Asgard estoy bastante informado de todas sus acciones. Es un privilegio todo mío, además de que, nunca se sabe cuándo podrían contar con mi ayuda —comentó Loki con cierto orgullo, dejando el libro en su regazo—. Y supongo que viniste para despedirte. Si mañana estoy en el puente Bifrost sería tan sólo para hacerlo por Thor.

— Bueno, volviste a decirlo tú. Trataré de no ser tan predecible. Supongo que es algo en lo que debí trabajar en un principio —dijo Fandral antes de soltar una ligera y breve carcajada por lo dicho, volviéndose a Loki con su despreocupada sonrisa—. ¿Y bien? ¿Dónde está mi abrazo y mi beso? —dijo con cierto tono burlesco.

Loki formó una muy ligera sonrisa en sus labios, antes de que su mirada se dirigiera en las direcciones cercanas, como si se asegurase de que nadie estuviera cerca. Tras parecer confírmalo, se acercó un poco al rostro de Fandral.

— Sabes que no puedo hacer eso. Al menos no mientras estemos afuera y creamos que estamos lo suficientemente apartados como para que alguien nos vea —susurró Loki, con un rostro más apacible y agradable—. No podemos estar seguros de que nadie no nos verá.

— Entonces podemos ir a la habitación —sugirió Fandral de forma pícara—. Ahí nadie podría encontrarnos en el acto.

— Hiciste eso la última vez porque querías un beso. Terminamos en la cama, ¿recuerdas? —dijo como si aquello no fuera más que culpa del contrario, mostrando brevemente una mueca de desaprobación.

— Lo recuerdo bien —la sonrisa de Fandral se volvió más dulce, atreviéndose posar un mano en la mejilla de Loki, acariciándola con suavidad mientras contemplaba las ahora facciones tranquilas de su amado—. Como olvidar tu rostro mientras te hacía sentir placer. Jamás podré olvidar cuando tuve a mi merced al hombre más bello que podría incluso desafiar la belleza de la diosa más hermosa.

— Basta. Dejar de decir cursilerías antes de que me arrepienta de haber permitido aquello —Se apresuró a decir Loki si es que Fandral se atrevía a seguir diciendo palabras azucaradas que no harían más que hacerle aborrecer, así como también tomó sin brusquedad la mano ajena para retirarla.

— Te gustan los halagos. ¿Por qué siempre rechazas los míos? —se quejó Fandral a modo de juego.

— Porque tus halagos son baratos. No son más que la recopilación de todas las cosas lindas que les has dicho a tus conquistas —repuso de una forma un poco más seria antes de apoyar sus brazos en el césped y desviar su mirada hacia otro lado.

Loki había sido complicado en un principio. Ahora lo tenía y, sin embargo, no se libraba del hecho de que siguiera siendo difícil y eso le agradaba a Fandral, porque sabía que jamás habría de acostumbrarse con Loki y siempre tendría que hallar una forma de ingeniárselas con él.

Hubo un silencio entre ambos. Ninguno de ellos siquiera se molestó en mirar al contrario. Cada quien, por unos momentos, sumidos en sus propios pensamientos.

— No hay el porqué desearte el que te cuides. Sé que estarás bien las próximas semanas —dijo Loki por fin, dejando un rápido beso en la mejilla del contrario cuando lo tomó desprevenido y levantándose del suelo con su libro en mano—. Hasta luego —comentó sin más antes de empezar a seguir el camino que le guiaba hacia el interior del castillo.

Fandral quedó con una sonrisa algo boba ante el gesto.

— Hasta luego —murmuró, con la cabeza girada en dirección hacia dónde se alejaba Loki antes de verle desaparecer.

Estaba feliz. Feliz de haberlo elegido a él y no a cualquier otra persona.

Sin más, se dejó caer de espaldas para quedar completamente acostado en el césped, sintiéndose bastante cómodo en ese momento por el encuentro con Loki y lo bien que le pintaba su vida en general. Dejó que sus manos detrás de la cabeza le sirvieran de apoyo, y cerrando sus ojos lentamente, se relajó. Sería bueno tomar una siesta en aquel tranquilo  momento. Lo iba a necesitar puesto que el próximo par de semanas seguro no lo haría con tanta plenitud. Había que disfrutar el momento.

~•~

— Cuídate, Thor. Demuestra a todos que eres digno de ser el próximo rey de Asgard —dijo Loki antes de abrazar a su hermano. Sus palabras no tenían mucho tacto, no obstante, lograba expresar sinceridad con ellas.

— Pensé que eso estaba haciendo desde hace mucho —dijo Thor de modo un tanto engreído, riendo un poco sin dejar de abrazar a Loki con más cariño y fuerza que el contrario.

Una agrupación de guerreros —incluyendo al reconocido grupo de Los Tres Guerreros y Lady Sif— aguardaba en el puente Bifrost para la partida. El único presente que no partiría era Loki, mas él estaba ahí para acompañar a Thor en todo momento. Algunos otros guerreros ajenos, listos para partir, no dejaban de rumorear al ver que Thor no quería dejar ir a su hermano. A veces la relación de ambos herederos daba cosas de que hablar.

— No seas empalagoso, Thor —regañó Loki separándose de éste en cuando pudo percibir la menor pérdida de fuerza que los brazos de Thor hacían para mantenerlo junto a él—. Ya vete, que siempre he cambiado de opinión al respecto. Ojalá no vuelvas con esa torpe sonrisa —dijo Loki, más reservado y retrocediendo un paso.

— Yo sé que me quieres —dijo Thor con seguridad antes de hacer un ademán con la mano para despedirse y volverse con aquel aire de liderazgo para encabezar al grupo de guerreros con brío.

Antes de que estuviesen a nada de partir, Fandral tuvo la impresión de girarse, encontrando ahí a Loki en el mismo lugar donde había estado con Thor segundos antes. Tal vez esperando a que le dirigiera una última mirada antes de partir. Apenas lo vio trató de no sonreír evidentemente y se limitó a hacer un asentimiento con la cabeza. Loki permaneció estático, sin reacción alguna a su gesto, pero sin quitarle los ojos de encima. Antes de que Heimdall pudiera completar el trabajo de transportarlos, Loki ya se encontraba dando media vuelta y marchándose de allí. Fandral lo vio alejarse por el puente arcoiris, antes de que la imagen que veía se distorsionara y todo cambiara a la velocidad de la luz.

Seguro para Loki no sería un problema, pero Fandral si que extrañaría al azabache.

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