❃Capítulo 12
A veces es difícil procesar lo que te muestran los ojos. Las imágenes son esquemas de un seguimiento, pero en ocasiones, cuando se descubren sin previo aviso, es complicado acomodar las ideas en la mente.
Fandral sin duda tuvo demasiado desconcierto cuando tuvo frente a sus ojos aquella pequeña montaña de piel azul que formaba parte del cuerpo de Loki. Era un hecho, estaba total y profundamente perdido, pero incluso los ojos que desconocía, fueron los mismos que le llevaron a confiar.
El percance en su mente duró un par de días, eso hasta que libros y la propia experiencia de Loki le hicieran aceptar todo con naturalidad. Menos mal que el azabache se negaba a que alguien lo viera, a clara excepción de Frigga y Fandral.
— No quiere verme a mí que soy su hermano —se quejó Thor con Fandral, bastante consiente de las últimas palabras que su amigo le confió justo cuando los jotuns invadieron el palacio. Aún no le cabía en su cabeza que Loki hubiera elegido a aquel hombre en forma amorosa.
— Es Loki, tendrá sus motivos —Fandral se encogió de hombros. El asunto era delicado, Thor no sabía nada, pero apenas el ambiente se tranquilizara sabía que Loki no podría estar escondiendo todo de la luz.
Frigga lo sabía, y Fandral casi tenía la certeza de que Odín lo sabía. Se encontraban en el campo de entrenamiento junto con el futuro heredero, y la pareja real se encontraba en uno de los balcones, casi como una presencia casual, no obstante, Fandral sentía aquel ojo poderoso seguirle en cada movimiento.
Había una discusión pendiente, lo sabía. No había forma de que la verdad se viera escondida por tanto tiempo.
— Estoy enojado, Fandral. Pero sólo no te demuestro mi molestia porque hay un asunto más importante que la relación de mi hermano. Si Jotunheim quiere guerra, la tendrá —dijo, dejando caer su martillo, listo para un combate cuerpo a cuerpo—. Déjame al menos desquitarme en un entrenamiento contigo —pidió Thor con una tenue sonrisa.
Fandral suspiró, desviando su vista de donde las majestades observaban a distancia, prestándole su atención a Thor, listo para entrenar un poco con él.
— Recuerda las palabras de tu padre: "Un buen rey no busca la guerra, pero siempre debe estar listo para una".
— Con mi hermano nadie se mete —dijo Thor antes de abalanzarse sobre Fandral.
— Sólo no me rompas los huesos.
Aquella misma noche Fandral visitó la habitación de Loki. Tal fue su sorpresa que al abrir encontró la imagen de vuelta de un Loki de tez pálida y no azul.
El dios de las travesuras giró la cabeza hacia él apenas oyó la puerta abrirse. Poco a poco giró el cuerpo completo. Ahí estaba aquel bulto en el abdomen, que no era para nada discreto cuando Loki portaba con aquella túnica que usaba cuando se encontraba solo en sus aposentos. Y la imagen de Loki hubiera sido perfecta de no ser que en su rostro se encontraba ausente una sonrisa.
— Tal vez debería deshacerme de él —dijo Loki en susurro—. No creo que sea lo mejor.
— Loki —Fandral se acercó a su amante, nada satisfecho con lo que oía. Ya se había estado haciendo la idea de que la situación podría salir adelante y pensar siquiera en tomar el camino fácil le hizo estremecer—. Lo que crece dentro de ti no es ningún impedimento. Es... hijo nuestro.
— No sabía que podía concebir hasta que visité la tierra de mis orígenes —suspiró levemente—. Creo que Laufey quiere sacar algo de esto pero no sé qué. Es como si por primera vez pudiera ser el cebo de una travesura.
Fandral sonrió dulcemente apenas Loki bajó su mirada. Acercó su mano, haciendo que un mechón de la cabellera oscura regresara a acomodarse por detrás de su oreja.
— Tal vez lo nuestro no estaba destinado a esconderse —su mano se acomodó en la mejilla del chico, acercándose mientras que su otra extremidad se atrevía a acariciar por primera vez el vientre de Loki.
Ojos verdes alzaron su mirar lentamente, encontrando la cercanía de Fandral. Llevó su mano a la mano que acunaba su mejilla, asintiendo con suavidad.
— Y entonces después desentrañaré el plan de Laufey —afirmó en azabache.
Fandral dejó un muy corto y delicado beso en sus labios antes de separarse.
— Supongo que también llegó la hora de pedirle mis bendiciones a Odín —sonrió Fandral con burla.
— Idiota —murmuró el joven príncipe contagiándose con el mismo gesto.
~•~
— Padre. Madre —Thor llegó al salón, donde encontró a sus padres aguardando en una mesa de almuerzo. Fandral también estaba ahí, sentado junto a Odín con su cabeza recargada sobre sus manos entrelazadas. El guerrero se veía algo tenso, tal vez nervioso.
— Thor, se ha hablado mucho acerca de nuestro conflicto con Jotunheim, mas me es preciso decir que Loki no debe quedar ajeno a nuestras discusiones —habló Padre de Todo con una voz serena.
Un atisbo de sonrisa se reflejó en la expresión de Thor.
— ¿Loki saldrá por fin de su habitación? —sin querer sonó algo incrédulo, pero el encarar con su hermano –no con su ilusión– le hizo sentir ánimos de por fin aclarar todo.
— Loki estuvo bastante sensible, Thor, y fue justamente por aquella visita a Jotunhiem. No lo embriagues de preguntas, ¿sí? —agregó Frigga con aquella calma que parecía siempre acompañarle, curveando sus labios en una meliflua sonrisa.
Aquello llegó a sus oídos como una limitación, pero se conformaba con ello. Avanzó a tomar lugar antes de que empezara a caminar de un lugar a otro en la espera. No hacía falta preguntar porque Fandral estaba ahí. ¿Odín ya lo comenzaría a considerar de la familia?
Loki salió de su habitación por fin. Portaba un traje con estilo muy parecido al de todos los días, con diferencia a que éste no ajustaba la zona del vientre. No estaba nada orgulloso de tener que caminar así por lo pasillos, pero no había más remedio.
Las puertas del refinado salón se abrieron y ahí se encontró Loki entrando, con la cabeza en alto.
— Loki —pronunció Thor, levantándose del asiento, a punto de acercarse a Loki para estrecharlo en un abrazo, pero antes sus ojos cayeron en aquel abdomen que marcaba una curva imposible de no notar.
— Thor, sentado. Aún no es tu turno de hablar —intervino Odín antes de que las preguntas y dudas de Thor salieran como manantial de su boca. Se incorporó, volviendo la vista a su otro hijo—. Loki, sabes que no voy a felicitarte ni a darte ninguna de mis bendiciones.
— Lo sé, padre —Loki forzó su sonrisa.
— No hay lugar para mi enojo cuando es mi culpa que todo esto haya pasado así. Supongo que como padre, además de decirte la verdad, debí de instruirte acerca de tu verdadero ser. Lo que crece dentro de ti no es más que el resultado de actos indecentes con éste guerrero...
— ¿Qué? —interrumpió Thor con una mirada clavada en Fandral. Entendía las palabras de su padre, al tiempo en que no les hallaba sentido.
Frigga posó su mano sobre la de Thor, la cual se encontraba apoyada sobre la mesa duramente.
— Y de haberlo detenido a tiempo lo hubiera hecho —prosiguió Odín, mirando de soslayo a Thor—. Loki, estamos en un punto irremediable, y estamos lidiando con un problema como para reprocharte ahora si tus acciones fueron apropiadas o no...
— ¿Qué está pasando? —exigió Thor interrumpiendo de nuevo a su padre.
— Thor, en mi vientre yace un hijo, mío y de Fandral —habló esta vez Loki, con su característica frialdad al encarar con Thor. Pareciera que al rubio tuvieran que explicarle con peras y manzanas.
Fue un fuerte golpe en las ideas de Thor. De pronto todo sucedía como si nada, y de no haber sabido de antemano que Fandral amaba de su hermano, seguro no hubiera contenido su furia lanzándose hacia él.
— ¿Cómo es eso posible? —inquirió Thor sumamente desorientado.
— Thor, Loki es un jotun. Varones como mujeres pueden dar a luz. Es su evolución de supervivencia —explicó Frigga con suavidad, no soltando al mano de Thor como si aquel gesto pudiera calmar las emociones descontroladas de su hijo.
— ¡¿Y tú lo aceptas?! —soltó con descaro Thor hacia la mujer que se encontraba bastante tranquila.
Loki abrió la boca para interferir, pero un trasiego de miradas le hizo adivinar que era mejor callar. Miró a Fandral, quien al parecer sólo le quería mirar a él. Supuso bajo sus ojos que el guerrero como él desearía estar fuera de aquella discusión. ¿Por qué invitaron a Thor? Ah, sí, porque es su hermano.
— Aún no he terminado —fue el turno de Odín para volver a interferir—. El caso de Laufey también confiere la protección de Loki. No sé que quiera lograr, seguro algún capricho suyo. Y si tengo que dar otro ojo mío para que Loki y mi nieto estén a salvo, lo haré.
Aquellas palabras hicieron regresar rápidamente la vista de Loki, no pudiendo esconder su sorpresa. Pensó que Odín podría incluso mandarlo a calabozos antes de que todo el reino de enterara de lo que acontecía en la familia real.
— Te voy a matar —sentenció Thor con su furia clavada en Fandral, haciendo ya caso omiso a las palabras de su padre.
El guerrero alzó la cejas, casi como si no fuera sorpresa escuchar aquello. Ya lo veía venir.
— Thor, yo... —Fandral se levantó de su asiento, queriendo dialogar con su amigo.
— ¡No estamos aquí para pelear! —advirtió Odín.
— No pensé que llegarías tan lejos con mi hermano. Mira lo que hiciste.
— Por favor, Thor —insistió Fandral.
— Thor, cálmate —esta vez Frigga se incorporó, no queriendo que Thor explotara en aquel momento. No era exactamente enojo, Thor se dejaba llevar por el desasosiego de recibir todo como golpe a la cara.
El dios del trueno golpeó la mesa, lo que colmó la concentración y paz de Loki. Se mareó y su desequilibrio lo llevó a dar hacia el suelo abruptamente, pero Fandral alcanzó a acudir junto a su amante.
De nuevo en el suelo, su tegumento volvió a teñirse de azul. La palabras terminaron, y pronto la preocupación cayó en Loki.
— ¿Loki, estás bien? —preguntó Fandral, también en el suelo aunque sosteniendo al príncipe entre sus brazos.
Loki asintió, pero Fandral logró notar una ligera mueca de dolor en el rostro de Loki. Seguro aún le costaba controlar su parte Jotun.
— Deberían llamar a un curandero —dijo Thor, volviendo a tranquilizarse ahora que veía la situación de su hermano, pero antes Frigga le tomó del brazo para evitarle ir a llamar a alguno.
Fandral, llevó su mano hacia el vientre de Loki, que era justamente donde Loki parecía querer controlar el dolor. Su cálida mano hizo tensar por breves segundos su cuerpo, pero pronto éste se tranquilizó, y en cuestión de varios segundos el dios del engaño volvió a pintarse a su acostumbrado color de piel pálida con su propio esfuerzo.
Thor se relajó al contemplar aquella escena, y la tensión en el ambiente se disipó con rapidez.
~•~
Novedad fue el hecho de que el segundo príncipe resultará ser un jotun, así como lo fue el momento en el que todos se dieron cuenta de que él se encontraba en cinta. Se tomaba como un hecho, a algunos sorprendía, y a otros simplemente les daba lo mismo, pero igual no se dejaban de lado los murmullos que pasaban por los pasillos.
Loki una vez prestó la suficiente atención como para darse cuenta de que a veces las cosas se ven diferentes desde otras perspectivas.
— El "hijo" debe ser de Thor. Odín no le ha dado la importancia.
— Seguro sabe que es el futuro primogénito, pero aún no se atreve a declararlo hijo del dios del trueno —corroboró otro.
Loki se encontraba fuera de la puerta entornada del salón de armas. ¿Él y Thor? Después regañaría a Thor por haberlo tratado tan cariñoso toda su vida. Aquellos guerreros se hacían ideas de lo más absurdas en su parecer.
— No creo que arriesgue el futuro de Asgard así. Debe haber un buen motivo por el que aún no se halla declarado nada —defendió otro.
Loki desde su posición, rodó los ojos al cielo, volviendo a retomar su camino, riéndose internamente de la ignorancia de los subordinados.
Aunque así fueran ideas que se podían suponer y no fueran ciertas, aquello dejó pensativo a Loki. Sin embrago, su ensimismamiento desapareció apenas percibió que las paredes del palacio temblaron.
— ¡Gigantes de hielo! —escuchó a lo lejos, y su vista bajó a su abultado vientre, entrando en el temor de que esta vez se pudiera cumplir el objetivo de la invasión pasada.
Empezó a caminar con mayor rapidez, maldiciendo al no haber cargado con sus dagas si tenía que defenderse.
Buscando un lugar en donde ponerse a salvo, anduvo por los pasillos, huyendo lo más lejos de donde parecía suceder el atentado. Dobló en un pasillo, chocando sin querer con alguien.
— Te encontré —escuchó aquella cálida voz que siempre le removía el corazón, no pudiendo evitar abrazarse al guerrero.
Fandral sonrió con sumo alivio. Había temido perder de vista a Loki.
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