Prólogo

Ochako Uraraka estaba harta.

Le había costado lo suyo, pero por fin había asumido sus sentimientos por su amigo Midoriya.

Sí, Ochako Uraraka, alias Uravity, estaba enamorada y nada más y nada menos que del que tenía todas las papeletas de llegar a ser el próximo héroe número uno, el Símbolo de la Paz, el sucesor de All Might. 

O por lo menos eso era lo que decía todo el mundo.

Desde que lo vio por primera vez le pareció muy dulce y tierno, pero, a la vez, lleno de determinación y fortaleza. Vamos, el sueño de toda mujer. Prácticamente cayó a sus pies desde aquel famoso día en el que se salvaron la vida mutuamente.

Aunque, quizás, si Izuku hubiera esperado un segundo antes de lanzarse a por el robot de veinte metros que no aportaba punto alguno, la castaña podría haberse liberado fácilmente de los escombros que la aplastaban haciendo uso de su quirk y haber seguido cada uno a lo suyo.

Sin embargo, de no haber contado con ese extraño don de Deku para arrojarse al peligro sin pensárselo dos veces, ninguno habría logrado entrar en la U.A. y, quizás, sus destinos nunca habrían llegado a rozarse nunca más.

No obstante: ¡hey, lo habían logrado! Y ahora disfrutaban de una vida de aspirantes a héroes que sería todo lo emocionante del mundo, pero que les exigía una concentración y entrega que tal vez era demasiada para pubertos de instituto. No tenían tiempo para estar enamorándose.

No deberían tener tiempo para enamorarse.

Claro que Ochako no contó con que ese adorable muchacho de pecas, pelambrera verde y sonrisa capaz de eliminar el mal de este mundo se volvería tan cercano a ella.

Ni tampoco contó con la estúpidamente exacta intuición de cierto rubio centelleante que fingía ser francés.

Si tan sólo Yūga hubiera mantenido la boca cerrada...

Aunque quizás debería darle las gracias. De no ser por el desafortunado comentario, probablemente no habrían aprobado el exámen y habrían acabado con Kaminari, Ashido, Kirishima, Sero y Satô en las clases de refuerzo. Y de haber sido así, Aoyama no habría estado en mitad de la batalla para...

Bueno, no especulemos.

El daño ya estaba hecho. Y por mucho que le doliera admitirlo, el no tan odioso rubio tenía toda la razón del mundo.

Bueno, quizás no estuviera enamorada hasta las trancas de Midoriya, quizás todo el mundo exageraba. Quizás no era más que una chica de quince años con un crush. Quizás no era más que una chiquilla a la que le gustaba su mejor amigo. 

Y, sí, quizás se diera la casualidad de que ese amigo resultara ser el pupilo de All Might, qué le vamos a hacer.

¡Ochako no tenía madera para eso! ¡Ella era una chica sencilla, modesta, que nunca había destacado en nada! ¡No podía llegar ahora un egocéntrico de manual a soltarle que "amaba" así tan de sopetón! 

Es cierto que podía imaginarse saliendo con Izuku; saliendo con un chico como Izuku. Podía imaginarse paseando a su lado, revolviéndole los rizos tan mal peinados o cubriendo de besos esas mejillas pecosas que se moría por apretujar contra las suyas. Siempre se había imaginado a sí misma teniendo un novio así: otro chico sencillo y modesto, como ella. 

Salvo que Midoriya sería muy humilde, pero no tenía nada de sencillo.

¿No podría haber sido diferente? ¿Podría haberse colado por Īda, por ejemplo? ¿No podría haberse colado por un chico como Kirishima, como Ojiro, como Kaminari? 

Dios, Kaminari literalmente le pidió una cita; sólo que Uraraka pasó de su cara en cuanto vio a Deku entrar por la puerta. 

Y no lo hizo a posta, que conste, que ni si quiera se dio cuenta. Tsuyu le contó lo que había hecho poco después y la castaña se sintió horrible. Denki nunca volvió a intentar ligar con ella.

Y le sabía fatal, porque era un joven muy majo y, leche, era su compañero de clase y su amigo y esas cosas no se hacen. 

Pero, oh, no, Uraraka estaba demasiado pillada por Midoriya como para pensar en algún otro chico. No es sólo que se sonrojarse a más no poder cuando se acercaba al ojiverde; no es sólo que sintiese que le iba a explotar la cara como si reviviese aquella pelea contra Bakugô a cada momento. Es que su concentración en clase era nula. Se obnubilaba ante su presencia.

Por no hablar de su propia carrera de heroína. Porque puede que no aspirase a entrar en el top diez en un futuro lejano, puede que sólo se iniciase en las andanzas heróicas porque quisiese ayudar económicamente a su familia. ¿Y qué? ¿Acaso buscar trabajo para tener algo que llevarse a la boca no había sido la principal motivación de la clase obrera durante siglos?

¿Acaso eso la hacía menos válida como heroína?

No, era Uravity. Y Uravity era Uravity, "la chica que hacía flotar las cosas", no "la que estaba enamorada de Deku".

Ella podía salvarse a sí misma y a los demás, y aunque no se negase a recibir la ayuda de los demás (porque es de tontos no trabajar en equipo), ella tenía su propia personalidad. Y esta no se reducía a un hombre, por mucho que Mina se empeñara con el temita todo el santo día. 

Aquello no podía seguir así. Ochako tenía que brillar por sí misma. 

Sin embargo, la acechaba un problema bastante gordo. Porque si fuese Īda, o Kirishima, o Ojiro, o Kaminari... ¡o incluso alguien como Bakugô...! 

Porque si fuese un chaval cualquiera no tendría esa presión asfixiándola continuamente, no tendría que preocuparse de no ser suficiente para él, no tendría que pensar en dejar sus sentimientos de lado.

Porque Ochako Uraraka no se había enamorado de un chaval cualquiera. Oh, no.

Ochako Uraraka se había enamorado del chico del que todos hablaban, del más popular de su clase, del curso y probablemente de toda la academia. Ochako Uraraka se había enamorado del excepcional Izuku Midoriya, demasiado centrado en cumplir su sueño como para volver la cabeza hacia aquella que lo seguía como si fuera su estrella Polar, como si fuera incapaz de marcar su rumbo sin él.

 Ochako Uraraka se había enamorado del protagonista de la historia.

¿Qué os ha parecido este prólogo? 

¿Y qué me decís de la portada y el separador?

Muy diferente a la anterior y no salen Todoroki y Midoriya, pero, sinceramente, pienso que es muy bonita y que mejor así, dando a entender en quiénes se va a centrar el fic. Me parece que ilustra muy bien la historia.

Al principio esto sólo comenzó como la reescritura de la pequeña introducción del capítulo uno, pero al extenderlo se me quedó tan largo, que decidí darle un lugar como prólogo. 

A todo esto, con los demás capítulos, por mucho que me explaye, seguirán siendo los mismos. Es decir: este fic constaba de diez capítulos y va continuar con ese número de partes, sólo que quizás en vez de 1000 palabras cada una, tendrán aproximadamente el doble.

Como supongo que habréis podido apreciar, esta remodelación profundizará mucho más en los sentimientos (no sólo de Uraraka, sino de todo el mundo) y pues que nada, que espero que os guste mucho.

Iré subiendo los capítulos cuando me vaya viniendo en gana, la verdad.

Y si os habéis dado cuenta, he borrado finalmente la antigua versión de esta historia. Menudo peso que me he quitado de encima.

¡Nos vemos!

PD: lo gracioso es que me gusta el IzuOcha. Lol.

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