Siete
•Secreto de Pareja•
NamJoon observó a su pareja Omega unos momentos, tratando de entender qué sucedía, pues su nivel intelectual no era tan vasto como para entender el modo de pensar de su hermoso SeokJin.
Y es que este Omega de belleza inhumana estaba sonriéndole de una manera muy sospechosa y eso, hasta donde el corto entendimiento del Alfa llegaba, significa peligro.
—Jonnie~ —Fase uno, SeokJin lo mira con ojos brillantes y lo llama por apodos— Cariño... Quizás, no sé...
Bien, NamJoon sabe que su final estaba cerca, y no por el hecho de que el Omega le esté por pedir algo, sino porque hace poco se habían enterado de que el mayor estaba embarazado, y aunque le alegre demasiado saber eso, con ello también habían llegado consecuencias, una de ellas son esos antojos raros que vienen a horas de la madrugada donde conseguirlos era una tarea casi imposible.
—Príncipe...
Ya estaba en espera de lo que vendría, pues esos gruesos labios se curvaron en una inocente y divertida sonrisa que le advertía que lo que venía no era bueno.
—Quiero un peluche, vi uno de alpaca muy bonito en una tienda, cuando fuimos a visitar a tus padres.
Ahí estaba la cuestión, sus padres no vivían para nada cerca, y aunque el alfa sonrió asintiendo con cara de seguridad, en su interior era todo un caos y cálculos de cuánto le tomaría llevarlo.
—Cielo, podemos ir mañana para buscarlo si quieres.
Pero no, la vida nunca había sido tan fácil ni tan piadosa con él, la sonrisa en el Omega se fue y supo en lo más profundo de su ser que aquella petición no era para un "Luego" sino para un "ahora o duermes en el jardín".
—Bien... Supongo que puedo conseguirlo para ti ahora.
Hasta el momento, nadie sabia sobre el estado gestante del Kim mayor. Únicamente su alfa se había enterado de que tendrían un bebé porque habían preferido mantenerlo en secreto.
Era muy lindo a decir verdad, además de tranquilo, ambos lo habían decidido de esa manera, ya cuando el vientre del Omega comience a notarse entonces confirmarían la pronta llegada de otro integrante a la familia.
Pero mientras tanto, querían que se quede entre ambos.
La razón era bastante personal, sucede que en la familia de SeokJin, pasando de generación en generación las féminas y omegas no solían mantener todos sus embarazos, menos el primero, es por eso, y para evitar mayor dolor, que quieren avisar únicamente cuando estén seguros de que el feto llegaría a formarse completamente y pueda nacer sin problema alguno.
Ambos querían aquello, pero sería su secreto.
Cada antojo, cambio de humor, masajes, descanso, malestares y horas extras de sueño eran solo parte del pequeño secreto que guardaban a conjunto.
Los demás tenían sus propias preocupaciones familiares, así que se ha hecho relativamente fácil para ellos escapar de las reuniones ya que simplemente los demás mismos les cedían el espacio sin ser ellos quiénes pongan las excusas.
Que no se mal interprete. SeokJin y NamJoon eran una pareja muy feliz, estaban en sus mejores momentos, aunque ciertamente nunca han tenido malos, solo mejores y menos buenos.
Cuando el morocho se enteró de la herencia que cargaba consigo la familia de su pareja, simplemente asiente comprensivo y le da todo su apoyo para que nada le falte a él o a la nueva vida que creía dentro.
Es justo por esa razón que el Kim menor se montó en el auto y comenzó su recorrido para buscar aquella supuesta alpaca que su pareja tanto deseaba.
Había vistos antojos extraños, pero buscar un peluche ya era demasiado raro, al menos así lo sentía él.
Sin embargo, si quería mantener feliz y estable a su príncipe entonces necesitaba cubrir cada capricho de este por más extraño que le parezca.
Y ahí estaba él, a las dos de la madrugada viajando hacia una tienda la cual muy posiblemente haya cerrado hace horas.
Pero tenía que hacerlo, porque si no volvía con la susodicha alpaca, su queridísimo prometido iba a tirarlo desde la segunda. Y realmente no quería eso.
Estaba aún algo dormido y sus ojos querían cerrarse para poder dar descanso al hombre morocho, pero se tenía que aguantar, seguir manejando y llegar hasta el lugar, aunque tenga que esperar al amanecer para que abran aquel local y buscar el peluche.
En su camino, casi se queda dormido dándose un horrible susto, asi que se detuvo en una pequeña tienda de veinticuatro horas para comprar un café, sinceramente podían robarle y no se daría cuenta porque estaba con su cabeza pedida en lo cómoda que debe estar su cama, lo bien que se siente abrazar a su pareja mientras se cubrían con las sábanas y lo maravilloso que es su aroma el cual lo calmaba siempre.
—Señor, ¿Tarjeta o efectivo?
Reaccionó de inmediato mirando a un chico bastante joven que parecía algo preocupado por lo perdido que de encontraba. ¿Cuándo había llegado a caja para pagar? Ni siquiera se había dado cuenta.
—Disculpa, tengo el efectivo.
Sonrió avergonzado y levantó la vista luego encontrándose con una máquina expendedora, lo maravilloso era que justo ahí se encontraban varios juguetes de alpaca.
Esa sería su salvación.
—¿Podría cambiarme esto en algunas monedas?
De inmediato el joven que lo atendía tomó el dinero y cambió las monedas para el mayor. Este sonrió agradecido, el sueño se había ido con la posibilidad de poder volver más rápido a casa.
—Bien, necesito el de pañuelo rojo.
Según él, era el más adecuado para su querido Omega y sabe que lo amaría.
Lamentablemente, NamJoon era horriblemente malo hasta para la suerte, por lo que había gastado sus monedas y no había salido ni una sola alpaca.
Eres un humano torpe.
Sintió en su interior su lobo gruñir pero hey, no era su culpa y en primer lugar, el saco de pulgas no podía opinar si no hacía nada. Bien dicen, mucho ayuda el que no estorba.
—Es más fácil decirlo que hacerlo.
El animal rodó los ojos y siguió presenciando las tonterías que hacía su portador. En lo general, no tenía nada en contra del morocho, de hecho, le parecía un buen hombre, pero aveces su torpeza lo impresionaba.
Tuvo que acudir a usar su tarjeta para sacar dinero extra, ya eran casi las tres y media de la madrugada, el joven que lo atendía parecía realmente entretenido en su fracaso y es que a esa hora tampoco había demasiado que ver.
Pero para el orgullo del alfa, era un golpe bajo pues aquella familia de alpacas se rehusaban a ir a su lado.
Quedaban algunas monedas más, al fin sacó una, era más pequeña que la que quería, leyó en su etiqueta "RK" y ladeó la cabeza se sin entender muy bien. Pero dejando de lado el peluche, literalmente vacío la máquina expendedora hasta que por fin, el adorado peluche de Pañuelo rojo y pelaje blanco estaba en sus manos.
—¡Sí! — Celebró por fin haber conseguido lo que quería y observó en el sueño todos los peluches restantes.— Oh...
Eso definitivamente no iría a su casa, no quería que SeokJin sepa que había ganado su adorada alpaca en vez de comprarla en la tienda que estaba seguro, hubiese salido menos cara.
Vio al joven que atendía y tuvo una idea. Así que dejó todos los peluches menos tres sobre la mesa que estaba frente a este.
—Yo no los voy a necesitar... Pero puedes quedártelos.
Sin esperar respuesta y dejando al joven bastante impresionado, Kim se montó en el auto con un pequeño Koala y dos alpacas de peluche.
Su misión estaba acabando, al llegar sería recibido con besos y abrazos de su prometido mientras ambos se iban a la cama y se jugaban amor eterno, podría ser feliz solamente pensando en ello. Incluso había olvidado por completo su café, la única cosa que lo mantenía consciente eran sus ganas de llegar al hogar.
Cuando lo hizo todo estaba en silencio, supuso que su pareja estaba en la habitación esperando, así que subió con los tres juguetes que sinceramente aún. O entendía porqué tenía. Bueno, al menos no dos de ellos.
—Príncipe, ya llegué —Una hermosa sonrisa y hoyuelos acompañó a NamJoon pero tristemente se dio cuenta de que el Omega estaba dormido.— ¿Jin?
Suspiró al verlo tan rendido en la cama, tenía aquella pijama que le encantaba ¿SeokJin tendría alguna afición a las alpacas? Parecía que si ahora que lo notaba bien.
Dejó los tres peluches a un lado de la cama, el Koala lo conservaría, le pareció bastante lindo, a RJ, como se hacía llamar el peluche más grande, lo dejaría para su hermoso prometido y a RK lo guardaría para el nacimiento de su hijo o hija. Era una pequeña familia bastante peculiar pero con cariño dejó cada cosa en su sitio.
¿Sería así de agotador cuando tenga a su hijo?
Quizás si, pero sinceramente... Eso lo hacía Feliz.
Se quitó los zapatos y estaba demasiado cansado como para quitarse la ropa con la que se había ido, así que solo se acostó, abrazó a su pareja rodeando a este por la cintura como siempre solía hacerlo, y dejó un beso en su cabeza antes de caer rápidamente dormido.
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Disculpen la demora de los capítulos. Pero tenía pensado hacerlos acorde a pedidos y pequeñas dudas que podrían tener los lectores. Así que muy posiblemente, luego de terminar el tema con la pareja del NamJin esta obra esté pausada o se irá actualizando lento.
¿Porqué? Porque esto no es una parte totalmente necesaria, es solamente para tratar temas que se obviaron en las anteriores historias.
Espero que entiendan y si quieres algún otro capítulo no teman en escribirlo aquí y lo estaré subiendo lo más rápido posible.
Gracias por su atención <3
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