Cinco
•Luna de Miel•
Un viaje nunca había sido tan largo.
Eso es lo que pensaban los amantes luego de haber escapado de la fiesta para ir hasta una casa de playa donde pasarían los siguientes tres días solamente ellos, para bueno, disfrutar de la parte más emocionante de la boda.
O ese era el criterio de ambos, quienes no podían mantener demasiado las manos alejadas del adverso, tenían aquel magnetismo natural que los obligaba a encontrarse en tan poco periodo de tiempo.
Las olas de escuchaban en todo el ambiente, la luna estaba llena y con ello el mar gozaba de mayor vitalidad así como el cielo de brillo. Pero ellos no necesitaban centrarse en esas cosas, lo que necesitaban con urgencia era pertenecerse de una vez por todas, necesitaban una marca, un lazo, un encuentro único que traería más con el tiempo, pero ambos sentían su cuerpo vibrar de antelación cuando las puertas eran abiertas en su cara y cerradas a sus espaldas, cuando por fin llegaron a la habitación principal que gozaba de una enorme cada con una hermosa vista a la playa viva e iluminada.
Quien tomó la iniciativa fue el Omega, quien deslizó sus manos con cuidado desde el pecho hasta el cuello de su esposo, acercándose tanto como podía para luego besarlo de manera lenta y suspirar en el proceso cuando sintió los brazos ajenos tomar con firmeza su cintura mientras lo que él había iniciado se dejaba extender de una manera mutua.
Amaba la manera en la que JungKook era posesivo con él aún cuando no había nadie más, adoraba el firme agarre en su cuerpo cada vez que se acercaba y sin duda le encantaba cuando el aroma de las almendras lo cubría en un callado intento exitoso de declararle a todos que ya tenía pareja.
Nunca lo diría al viento, porque conoce a su alfa, lo conoce y su orgullo es ya bastante grande como para hacerlo más irritante, así que prefería guardarse esos detalles pero darle a entender que le gustaban sus acciones de otra manera.
Como cuando dejaba esas marcas en su cuello y en vez de regañarlo simplemente dejaba igualmente unas en la pálida piel ajena, porque basándose en la realidad y los hecho, obviamente quien había sido más popular entre las personas había sido el menor.
Cosa que hizo enojar un poco al mayor solamente por recordarlo, así que se separó del besó, para tomar aire y para mirar a los ojos deseosos de JungKook.
Se sentía bien, tan poderoso y único, se sentía deseado incluso en aquella mirada y eso era suficiente para impulsarlo a dar más pasos, para ser quien tome siempre la iniciativa si sería recompensado sintiéndose como un Dios ante los ojos del alfa que parecía ser un simple mortal admirando su belleza.
O al menos con esas palabras solía expresarse Jeon cada vez que se sentía inspirado gracias a su ahora esposo.
TaeHyung tomó las manos de su pareja y lo llevó hasta la cama, dejándolo sentado en ella y alejándose luego de dejar un corto beso en los labios cereza.
Su traje le encantaba, había sido hecho a su medida y su gusto por una amiga de SeokJin, agradecía a las personas que conocía aquel Omega tan particularmente agradable.
Sin duda había hecho un maravilloso trabajo, pero esa noche tendría que desistir de usar aquel bello traje, porque sabe que su pareja es un bruto, y sinceramente quería conservar la prenda intacta así que comenzó a retirar el saco, que tenía aquel estilo tan delicado y maravilloso, dejó que cayera libremente al suelo y lo empujó con sus pies hacia detrás.
Lo siguiente fueron los zapatos, mordió su labio y fue quitando igualmente los botones de la camisa fina que llevaba debajo. No la necesitaría por el momento así que también la mantendría Sana para no ser una más de las vestimentas en la lista de destruidas por JungKook.
Su pecho bronceado fue descubierto y con ello salió un suspiro de sus labios, uno pesado porque sentía la mirada ajena tan atenta a cada uno de sus movimientos. Pero tenía que terminar y venía lo que para él era la mejor parte y la que más le había costado aceptar usar.
Debajo del pantalón de vestir que moldean tan bien si figura, había una sencilla para hermosa lencería color blanco, una que de inmediato causó una reacción en el alfa que comenzó a soltar más de su olor llamando a su pareja, Tae solo volvió a suspirar sin querer mirarlo aún.
Terminó de bajar los pantalones, se dejó a la vista de ambos una braga de encaje que se moldean perfectamente a su figura, esta estaba unida por ligeros a unas medias igual de delicadas que el resto de las prendas, resaltando con el color semi perlado las largas y bien formadas piernas que tenía el Omega.
Levantó su mirada hacia su pareja y amó la forma tan desesperada en que parecía querer acercarse. Para muchos, parecería un Omega sumiso, uno que solo quería complacer a su alfa y ya, pero no, Jeon TaeHyung era alguien de carácter fuerte, aún así, quería y deseaba compartir su luna de miel de la manera más intensa e inolvidable posible.
Lo ansiaba, porque amaba tener recuerdos de las cosas y era él quien había pedido personalmente esos tres días cuando el menor había recomendado quizás dos.
Así que no, él no era solamente un sumiso en la relación, posiblemente tenía más el mando que su esposo, pero conocía su rol, el que disfrutaba y con el que había nacido. Si la Diosa luna lo quería estando debajo de aquel candente hombre ¿Quién era él para contradecirla?
Con una hermosa sonrisa, se acercó nuevamente, tomando las dos mejillas de su esposo y frotando sus narices en un beso esquimal bastante tierno a pesar del momento.
-Te ves tan hermoso... Pero no creo que necesite decirlo, tú sabes que no hay otro ser en esta tierra tan perfecto como tú. Llegaste a romper aquella teoría de una perfección inexistente. -Sus dedos delinearon los brazos del mayor y llegaron hasta su pecho, luego abdomen hasta detenerse en la cadera, todo bajo pequeños ronroneos del contrario- Creo que cada año de espera realmente valió la pena.
Otra gran sonrisa pero está acompañada de un bajo sonrojo y un susurro inentendible de los labios de coral.
-Quitate la ropa, Conejito. No hagas esperar a tu esposo el día de su boda.
El menor asiente regresando la sonrisa, se separa del contrario y comienza a desvestirse. Él no tiene ningún problema, no hay nada debajo de su traje más allá de su anatomía y la ropa interior.
Pero mientras él trataba de no ser un bruto y romper su traje, TaeHyung se acomodaba en la cama esperando buenos resultados de la pose que había escogido para empezar.
Sus codos contra las sábanas al igual que sus rodillas, y su cintura balanceándose de un lado a otro, mientras su invernal aroma salir para tratar de llamar al menor, cosa que funcionó más rápido de lo que pensaba cuando una intensa mirada se colocó contra su sutil danza y pudo ver rápidos resultados en la creciente erección de su pareja.
Oh, su conejito era todo un sucio, aveces quería matarlo por hormonal, pero está bien, siempre y cuando sea solamente con él entonces no había mayores problemas.
Estaba concentrado en pensar eso, tanto que no se había dado cuenta cuando sus movimientos fueron detenidos y en su lugar, habían dos grandes manos amasando sus nalgas como si de un juguete se tratara.
Pero eso solamente lo hizo querer que el menor inicie de una buena vez, al parecer sus súplicas fueron escuchadas, porque sintió besos en toda la parte interna de sus muslos y el contorno de sus mejillas traseras, le gustaba, le encantaba cuando los toques eran pequeñas pistas de lo que vendría, y sabiendo lo que el contrario tenía en mente, separó más sus piernas dándole un mayor acceso, un gruñido fue la respuesta positiva que buscaba, pero sentir una lamida lenta justo sobre su entrada fue tan sorpresivo que soltó un gemido ahogado como todo un necesitado.
No sabe exactamente cuál era el placer que encontraba JungKook en profanarlo con su lengua, quizás un día debería preguntaré pues no es la primera vez que lo hacía y parecía que cada vez era aún mejor.
El sin hueso de su pareja se movía hábilmente sobre la división de las nalgas de TaeHyung, aquellas dos fuertes y pálidas manos le mantenían una buena vista y el camino libre a al rostro de este, y ¿Para qué mentir? El mismo Omega tenía sus caderas alzadas y piernas separadas solamente para dejarle el trabajo más fácil.
Se separó y gimió frustrado queriendo más, su lobo comenzaba a moverse igualmente tratando de llamar a su alfa para que siguiera, pero solamente sentía su lencería ser sujetada con la mano derecha del castaño.
-Tranquilo, angel, esta noche a penas comienza. No voy a detenerme, pero necesito mover está linda braga porque adoro como te queda y no quiero dañarla.
Aquella explicación tan simple bastó para calmar al mayor quien ya había comenzado a lubricar de manera natural, JungKook agradecía inmediatamente aquella capacidad, bendita la biología y las capacidades fisiológicas de esos hermosos seres.
Ver aquel húmedo lugar solamente lo hizo relamer sus labios ansiando lo que vendría y por supuesto dejó un beso antes de acercarse completamente y dejar que sea su lengua quien quite aquella esencia transparente y resbalosa que para el menor sabía tan dulce como cualquier caramelo, poco a poco fue hundiéndose en el interior del anteriormente Kim, quien sostenía con fuerza las sábanas y con mucha ansia echaba hacia detrás su cuerpo para un mejor encuentro, la lengua de su esposo era una experta, y amaba la manera tan sucia en la que se abría paso hasta comenzar a comerlo, estaba siendo devorado vivo y le encantaba tanto para hacerlo lloriquear por más.
-Kook...oh Kookie mmHg- Su cadera se movió más, buscaba mayor contacto pero en respuesta, solo recibió una nalgada que lo hizo gruñir de impotencia- ¡JungK!..
No pudo terminar su queja, un largo dedo se había hundido en su interior girándose de inmediato para buscar el ángulo perfecto que haga retorcer el cuerpo adverso, en lugar se eso, sintió esas acarameladas piernas temblar y la vista intensa que ahora parecía un azul más oscuro posarse sobre él.
Tae había girado cuanto podía la cabeza para verlo, le gustaba mucho la imagen, pero no quería detenerse así, fue un poco más rudo y de inmediato quiso meter dos dedos más, forzando levemente el anillo de músculos que vagamente intentaba adaptarse a la intromisión de su pareja.
Podía ver a TaeHyung morder con fuerza sus labios y cerrar los ojos casi perdido en las sensaciones.
Le gustaba y demasiado, pero lamentablemente no podía saciarse solo con la imagen, necesitaba sentirse completamente dentro del mayor para estar pleno y vaya, ese día por fin tendrían su marca, así que con más razón la emoción era palpable en cada uno de sus poros.
-¿Te he dicho que eres como un gatito? Pareces todo un elegante felino, TaeTae.
Asegura Jeon mientras sus pálidos dedos comienza a desaparecer fácilmente en el Omega, solo quedado expuestos los nudillos de estos.
El mayor tenía una sábana en la boca, mordiendola fuerte para evitar lastimarse a si mismo en un vano intento de mantener la calma y no lanzarse sobre el tonto alfa que no se apresuraba.
Estaba más que listo, él lo sabe, bien, puede que su esposo no sea exactamente pequeño, pero vamos, él ya lo había recibido antes.
-Mnhg... -Gruñe ya harto de sentir solo los dígitos del menor. Gateó rápido para alejar su cuerpo del ajeno, ganándose una mirada extraña del pálido- Alfa idiota, si no lo haces tú, voy a hacerlo yo, así que date prisa, ya estoy listo.
Al terminar su mandato, se acuesta con la espalda contra la cama y separa sus piernas dándole total acceso a su esposo para que se ponga entre ellas, estaba caliente, necesitado y tenía una erección molestando, definitivamente iba a violar a JungKook si no hacía algo.
Pero para su suerte, su amado era receptivo, así que solamente sonrió y se acercó tomando con fuerza la cintura acanalada, cosa que solamente provocó que el Omega envuelva sus largas piernas al rededor del cuerpo ajeno para acercarlo.
-Lo quiero -Demanda Tae tomando en un rápido movimiento el pene de su pareja y llevándolo contra su ano, así de descarado se sentía ese dia- Ahora.
Y no lo hicieron esperar, muy al contrario, el castaño se había alejado pero solo para impulsarse con fuerza metiéndose bruscamente y arrancándole un gemido alto a ambos.
Tan delicioso, tan bueno. Su interior se había expandido rápidamente abrazando aquella poderosa erección en una grata bienvenida. El Omega tomó la cabeza del menor, enredando sus dedos en el cabello ajeno para pegarlo a su pecho, dándole a entender al menor que era lo que deseaba y sin perder el tiempo, tuvo entre sus labios de cereza uno de esos pequeños botones cafés mientras entraba y salía del cuerpo delgado del mayor.
Kim estaba viendo estrellas, echó atrás su cabeza apretando el agarre de sus piernas para evitar que el menor pueda salir de él, lo quería así, tan profundo, tan fuerte que sentía la pobre cama chocar una y otra vez contra la pared en un ruido seco y consecutivo que iba acorde al húmedo y sucio que mantenían ambos.
-Jun... JungKook... Kookie.. -sus cortas uñas se enterraron en la espalda pálida cuando sintió aquella boca succionar uno de sus pechos de forma descarada y experta- Oh alfa... Sigue, tan bueno, más rápido, más.
A penas podía con oraciones coherentes, le estaban dando lo que él quería y era tan crudo, tan pasional y eufórico.
Sentía cómo su interior era profanado hasta hacerlo casi doloroso, creía tener masoquismo, le estaba gustando tanto la manera casi ruda en la que era empotrado que por alguna razón moría por estar contra una pared.
Jodido sea su lobo quien celebraba por lo que venía y aún más jodido sea su libido alto que solo lo hacía gritar como gata en celo por la compañía de su pareja.
Su cuerpo estaba sudoroso, sentía el temblor ante cada arremetimiento y su punto dulce era cruelmente golpeado hasta ser casi un abuso. Estaba hecho un desastre, cabello pegado a la frente y otros mechones simplemente regados en la sábana debajo de él. Su rostro estaba rojo y sus ojos entrecerrados, en serio quería ver, pero se sentía abrumado.
De pronto, a su queridísimo esposo se le ocurrió la maravillosa idea de cambiar un poco la pose de misionero que tenían. Salió de el, ganando en protesta un jadeo, sintió que maniobraban su cuerpo hasta que sus dos piernas quedaron sobre los hombros del menor quien veía complacido su obra de arte y para antes de que Tae pudiese abrir los ojos un grito salió rápido haciendo arder su garganta.
-¡Alfa! -Se había metido de repente, tan fuerte y brusco, en aquella pose, llegando directo a su próstata maltratada y haciéndolo derramar algunas lágrimas de placer- Ya casi...
Jeon entendía, sabe que iban a terminar, por eso aceleró sus movimientos agradeciendo su buena salud física y resistencia. Sus dos manos bajaron a las nalgas del acanalado y las separaron para que lo tragase completamente. Se sentía asfixiado, las respiraciones eran rápidas y sus ojos brillantes Dando un adelanto de lo que vendría.
El cuello del mayor fue invadido por el rostro del alfa, besos y provocadoras mordidas llenaban su piel sin dejar espacio alguno, en respuesta, el adverso solamente ladea la cabeza dándole total acceso.
Gruñó cuando sus caninos empezaron a crecer en busca de marcar a su Omega, el lobo en su pecho casi rugió ante el deseo que les calaba la piel, la base de su erección se hinchaba haciendo más complicado el moverse y supo que ya era hora.
Una, dos, cinco embestidas más bajo los gritos necesitados del de ojos azules bastaron para que el nudo del alfa los atrapara. Varias cosas pasaron en esos segundos, cuando el interior de TaeHyung se sintió expandido en un doloroso placer y el semen de su pareja lo llenaba haciéndolo terminar en espasmos fuertes y repetidos.
Sintió también los dientes de JungKook en la fina piel de su cuello, perforándola hasta hacerlo llorar, no por el ardor en la carne, sino porque su pecho se sentía tan cálido que fue la espalda ajena la que sufrió los rasguños que dejó en desesperación por las abrumadoras sensaciones que experimentaba.
Podía sentir lo mismo que su esposo, el latido de su corazón al mismo ritmo y sus lobos festejar mientras el mayor levantaba cuanto podía su vientre en un sumiso pero significativo modo de decirle que estaba aceptándolo completamente.
Cuando el frenesí terminó, Jeon se separó de su ahora esposo, lamiendo la piel lastimada para evitar que sangre y dejando besos suaves sobre esa zona afectada.
-Tae... -Llenó de besos en rostro adormilado de su pareja que estaba notablemente agotado luego de tantas nuevas sensaciones- Omega.
Un sonido de respuesta salió de la garganta ajena, esperaban a que el nudo baje para así tomar una pose más cómoda, además el Omega quería un pequeño baño, pues su hermosa lencería había terminado llena de su semen y el de su pareja. No es que le moleste demasiado, pero no era lo más cómodo del mundo.
-Kookie... Ahora sí estamos oficialmente unidos -Sonrió cansado y un suspiro pesado abandonó sus labios cuando sintió a su pareja salir, entre sus piernas escurría la esencia ajena, pero solo sintió al menor poner correctamente la braga para evitar que el líquido abandone por completo su cuerpo- mmHg... Eres un sucio. Arruinaste el momento.
En respuesta se llevó una traviesa risa, como la de un niño y también un beso dulce en los labios.
Esa noche durmieron abrazados sin apresurar nada. Tenían tres días en ese lugar, aprovecharían al máximo, pero en ese instante lo que querían era estar abrazados envueltos en el aroma ajeno.
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