EXTRA


Elián

Veo a mi hermano sonreír mientras sus brazos rodean a la pequeña rubia que le hace ojitos, la plenitud en su rostro es difícil de ocultar. Presiento que no será algo de unos meses, tienen el resplandor de una pareja que funciona a la perfección.

Giro volviendo a mi habitación, no me incomoda estar rodeado de ellos pero creo que merecen su espacio ahora que han conseguido tiempo libre para estar juntos. La comodidad de mi colchón me recibe y me sumerjo en ese mundo alterno al que me llevan mis divagaciones.

Felicidad, ¿hace cuánto no sonrío como lo hacen ellos?

No busco compararme con Lois, es solo que siempre he admirado su resiliencia frente a los sucesos que atacan su tranquilidad.

El psicólogo está ayudándome, pero el rostro de Marie sigue presente, me sigue como un fantasma que se rehúsa a descansar. A veces me culpo porque creo que debería ser yo quien deseche su recuerdo, pero no puedo, no consigo depurar las sensaciones que causó y las secuelas que dejó.

Las personas suelen decir que el tiempo cura ese tipo de heridas, no es mi caso. El tiempo solo ha hecho que el vacío se incremente y que las inseguridades me carcoman al punto de dudar de sí merezco ser feliz en algún punto de mi vida.

Duele, lacera y me destroza por dentro.

Me resulta inevitable contener las lágrimas que caen mojando mis orejas. Solía retenerlas, no quería sentirme más débil, pero me dijeron que lo mejor es dejarlas ir porque se llevan con ellas un poco de la aflicción que nos envuelve.

El tiempo pasa y el líquido salado no parece agotarse, sigue esparciendo humedad a lo largo de mi piel. Suspiro. Considero que ya ha sido suficiente; sin embargo, mi interior opina distinto.

«Llora hasta que sacies la pena que te aflige en ese momento».

La puerta de mi habitación se abre mostrándome a Adara que no se escandaliza al verme con las mejillas mojadas. Me sonríe y se recuesta a mi lado.

—Lois está preparando pye —me informa—, dice que es tu favorito.

Asiento.

Se acurruca a mi lado y rodeo sus hombros abrazándola. Mamá nunca pudo darme una hermanita, tengo vagos recuerdos de su embarazo y lo mucho que deseaba una muñeca, pero en su lugar llegó un mini yo que me robaba los juguetes; ahora ese ladrón de carritos me ha dado la hermanita que tanto quería.

—Te quiero, Eli —murmura—. Estoy aquí, ¿vale?

Vuelvo a asentir.

Hay personas que llevan luz y la propagan a dondequiera que vayan, Ada es una de ellas. Puede resultar empalagosa a veces, pero trae consigo la calidez y esperanza que estaba necesitando.

Lois me dijo cuando la conoció que no todas las chicas eran malas, que no porque una me haya lastimado todas lo harían, la usó de ejemplo; ahora sé que no se equivocó porque mi cuñada lo mira como si fuera su todo y no hieres a tu todo, no lo haces porque sería atentar contra ti mismo también.

Ese amor bonito es al que aspiro, quizá no ahora, porque debo sanar, pero voy a conseguirlo, yo sé que sí. Llegará un día en el que me vea al espejo y pueda mirarme de la manera en que ellos dos lo hacen. No espero por una persona ajena a mí mismo, pero si en algún momento llega podré externalizar todo el amor que poseo dentro, sin quitármelo del todo.

He conceptualizado a mi modo ese tipo de amor, uno sano y no perjudicial.

Uno que no te rompa.

No lacere.

Y no destruya. 

Holaaaaa, ¿Qué tal todo?

Me estoy tardando con los capítulos, pido perdón.

Faltan solo cinco más y el epílogo, pero vine a traerles este extra chiquito hasta que termine de editar el capítulo 36.

Literal lo acabo de escribir, estaba en clase y Eli vino a tocar la puerta de mi mente pidiendo que le escriba aunque sea algo pequeño.

Y aquí está, me encanta la relación entre Elián y Adara, es bastante fraternal y puede que Ada no lo sepa nunca pero sí que lo ha ayudado, lidiar con sus problemas no ha sido fácil y aun cuando Lois intentó ayudarlo no fue tan efectivo como ella. ¿Por qué? Porque Lois no ha pasado por algo similar, sí, también la pasó mal en su momento pero por más que se esforzara era difícil que pudiera saber lo que se sentía estar en sus zapatos. Con Adara fue distinto, ella sí sabía lo que se sentía que te rompieran así, que te hicieran dudar de tu valor porque lo había experimentado con Billy y era la perfecta imagen de que se podía salir del hoyo, fue la inspiración de Eli para que siguiera luchando por escalar esas paredes que lo acorralaban.

Eso es todo, culpa de Eli que quería hacer acto de presencia je.

Un abrazo, espero todo les esté yendo de maravilla <3

Pd: ojalá logre liberar un poquito mi horario para poder editar y publicar.

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