CAPÍTULO 7
2 de noviembre, 2021
"Hazlo aun si el miedo insiste en acorralarte; eres fuerte y valiente, podrás con ello."
Me lo repito como mantra y termino de asearme, ya van tres días productivos. He limpiado el departamento, he bailado hasta que los músculos no dieron más; también ensayé improvisando y escribí un poco, hace mucho no lo hacía.
Ensayo sola, sin ojos criticones buscando fallos y me doy cuenta de que lo disfruto como no lo he hecho en mucho tiempo. No eran los productores o directores quienes me asustaban, era Rosalie y su discurso de cómo fracasaría si no cumplía con las reglas que me imponía.
1) Sonríe siempre.
2) No hagas bromas, eso no es de señoritas.
3) Cierra la boca y no sugieras cambios.
4) Tu personalidad apesta, Adara; la escondes o habrá consecuencias.
5) Sé una digna princesa de Hollywood.
La princesa de Hollywood... todavía recuerdo lo que sentí la primera vez que lo dijeron, esa emoción en el pecho. Pero... ¿a qué costo adquirí el título? Mi libertad, porque asumían que podían tocarme y acosarme en las calles sin que me quejara; mi personalidad, dejé de ser quien era realmente para convertirme en quien ellos querían que fuera. Mi felicidad, la sacrifiqué por un estúpido título que me ha quitado más de lo que he ganado.
Cuando eres famoso, la sociedad cree que le perteneces, te ponen en lo más alto con el fin de que, cuando cometas un mínimo error, la caída sea lacerante; quizá para que tengas más cuidado de no cometerlo otra vez y sientas la necesidad de someterte a sus gustos y preferencias con tal de no sentir el golpe nuevamente.
En el último mes, me han golpeado con fuerza y he caído, me he lastimado, pero soy resistente y no me alzaré para volver a someterme, porque tengo miedo, pero no dejaré que sea más fuerte que yo.
Me desnudo para entrar a la ducha y contemplo mi reflejo en el espejo. Las estrías de mis caderas y muslos son notorias, hace mucho dejaron de acomplejarme, pero di a entender lo contrario al seguir ocultándolas. La cicatriz de mi pierna ha sido cubierta con maquillaje en cada sesión de fotos para evitar preguntas al respecto, el tema salió a la luz, no tiene por qué esconderse otra vez.
Dejo que el agua tibia bañe cada centímetro de piel y salgo fresca a continuar con mi día. Me deshago del outfit de chica derrotada y me decido por la ropa que no he podido usar porque no cumplía el código de vestimenta que creó Rosalie.
Joder, me molesta haber sido tan pasiva al permitir que hiciera su voluntad en todo. Sin rechistar.
Preparo algo que no requiere de mucho cuidado y dejo que cocine para comerlo luego. Me acerco a mi librero y tomo uno de los libros que no he tenido tiempo de leer. Me pierdo tanto en la lectura que olvido por completo la comida. Me levanto cuando el olor a quemado es evidente y corro a salvar lo que iba a ser mi almuerzo. Sí, definitivamente apesto en esto. Mi productividad no da para tanto. Pido comida otra vez y decido dejar el libro para después.
Mi teléfono suena, me apresuro a tomarlo. Es Lexie.
—¿Qué harías si ganaras tres mil dólares solo por ser buena persona?
Arrugo el entrecejo.
—Donaría el dinero, siempre hay personas que lo necesitan.
—Vale, ¿te conectas a lo de Connan? —cuestiona y me intriga que puede estar haciendo—. Dicen que el programa de hoy estará bueno.
—¿En qué andas, Lexie?
—Ya vas a verlo, este pedazo de mierda no se espera lo que haré. Besitos, te quiero.
Sin decir más, cuelga la llamada dejándome un poquito alterada. Enciendo la televisión con miedo a lo que pueda hallar.
—Bienvenidos, bienvenidos, al parecer los compañeros de trabajo de nuestra princesa de Hollywood aún tienen cosas por decir. —Saluda sonriendo con maldad—. Después del corte, tendremos a una invitada especial: Lexie Jones, la conocen por su rol de Vivian Davies en la serie que coprotagonizó con Adara Harmony. No se despeguen, el programa de hoy estará ¡que arde!
Confío en Lexie, pero tengo miedo de lo que pueda suceder en ese set. Me ordeno serenarme en los cortos cinco minutos que transcurren. La cámara enfoca a mi amiga que camina con gracia. Su cabello azabache se mece y capto el guiño coqueto que envía.
—Bienvenida, Lexie, querida.
Ella sonríe con hipocresía y me huelo lo que vendrá.
—Entonces... —Connan se acomoda en su asiento y mueve las tarjetas que tiene en las manos antes de volver a hablar—. Durante el último mes, distintos actores han venido al programa a contarnos los secretitos mejor guardados de la dulce —ríe bajito—, o ya no tan dulce, Adara Harmony.
»La semana pasada tuvimos la primicia de quien era mejor amiga de la actriz, Kary Vegas. La dulzura nos abrió los ojos al mostrarnos que Adara no era tan inocente como nos hacía creer.
Veo como Lexie pone los ojos en blanco, pero Connan está tan ensimismado en aplastarme que ni lo nota.
—Entonces, Lexie, vas a abrirnos los ojos también, ¿verdad? Parece que todos tienen algo que decir sobre ella y no son cosas muy bonitas que digamos.
Ríe y pretende que sea una risa sincera, pero le sale más falsa que yo odiando las papas fritas.
—Por supuesto que no dijeron cosas bonitas, si vinieran con esa intención no los pondrías en pantalla, ¿o sí? —indaga Lex con la mirada feroz—. Adara Harmony, ¿por dónde empiezo? Compartimos el protagónico en Yellow, voy a tomarme el atrevimiento de decir que la conozco y no es la mierda que afirmaron los cobardes que se han sentado en este sillón.
Connan pasea la mirada de un lado a otro sin saber qué hacer, no puede mandar a corte comercial ahora que justo volvieron, sería muy evidente.
Lexie no le da chance de hablar y continúa.
»He visto cada una de las entrevistas y ninguno ha descrito a Adara, no a la verdadera. ¿Mandona? Ni siquiera tenía chance de hablar en el set. ¿Dirigir? Por favor, los que hemos trabajado con ella y no vendemos nuestra voz podemos confirmar que Ada hacía todo lo que los directores ordenaban, no opinaba ni sugería cambios. Todos ustedes, tira de imbéciles, se están alimentando con la caída de mi amiga, porque sí, se ha equivocado ¿¡pero quién no!? Levante la mano quien haya hecho todo bien en su vida, quien tenga el historial limpio.
La cámara se desplaza por la audiencia y no hay una sola participación.
»No vengan a criticar de moral cuando tienen el culo embarrado en mierda. Llámenme escandalosa e irrespetuosa, pero no pienso dejar que le sigan lanzando mierda cuando sé bien que nada de lo que profesan es cierto. Denle el chance de remediar sus errores, ¡joder! es una persona como todos ustedes —señala al público—, la única diferencia es que tiene un talento increíble y ha sabido ganarse el reconocimiento que tiene, olviden la imagen que tanto su manager como el tipejo que está aquí sentado han vendido de ella.
»Es Adara Harmony, protagonista de muchas películas y series, bailarina de ballet y mi mejor amiga. —Su mirada encendida vuelve a Connan, quien ya no sabe cómo detener a Lexie. Se está saltando cada una de las pautas que suele dar al iniciar un programa, puedo apostar a que ella no volverá a pisar ese set—. Lamento informarte que no vine aquí a hundirla más porque no merece nada de esto. Gracias por la paga, voy a usarla responsablemente.
Se levanta y envía un beso a la cámara, sé que es para mí y lo atesoro con los ojos enlagunados.
Mi celular suena y lo tomo sin dudar.
—Me importa una mierda que él no vuelva a entrevistarme, no le debo mi carrera y definitivamente mi talento no depende de su anciana polla —inicia—. No puedes venir a defenderte, pero estoy yo para sacar la cara por ti porque te lo dije: nadie se mete con quienes quiero.
—Te adoro, loca desquiciada —rio entre lágrimas.
—Y yo a ti —me manda un beso—, ¿me haces un espacio en tu agenda hoy? Quiero contarte algo.
—Te espero.
—Vale.
Sonrío al recordar el rostro desencajado de Connan, pero mi sonrisa se borra al ver el nombre de quien enciende la pantalla de mi teléfono con una llamada.
—¿Qué quieres?
—Mi dinero.
—¿De qué carajos hablas, Joset?
Suspira.
—Rompiste el contrato de confidencialidad, tienes que pagarme.
—¿Rosalie no te hizo llegar el cheque?
—¿Crees que si lo hubiera hecho estaría gastando mi voz llamándote?
—Vale.
—¿Cuándo me lo das?
—Dios, actúas como si no fuese a pagarte. —Camino a la oficina y busco mi chequera en los cajones de mi escritorio, doy con ella—. Te lo enviaré en la tarde con alguno de mis guardaespaldas.
—Tienes que venir tú —exige—, mi abogado tiene que hacer unos documentos y necesita tu firma.
—Puedes enviarlos.
—No, tienes que venir, Adara —insiste—. Necesito asegurarme de que no vas a revelar nada más sobre mí.
—Ni siquiera lo hice adrede, imbécil —refuto—, pero está bien, iré con tal de que dejes de joder.
—Te enviaré la dirección, es su oficina.
Cuelgo la llamada. Me pregunto a qué hada he matado para tener la suerte que tengo. Si no accedía el imbécil iba a seguir jodiendo y quien sabe si salía a dar más declaraciones haciéndose la víctima para empeorar mi situación.
Lexie no tarda mucho, viene con la comida que recepcionaron abajo. Le pregunto si está libre y ella acepta acompañarme a la oficina del abogado luego de comer.
Sirvo el almuerzo y le recuerdo la existencia de ese algo que quería contarme. Parece nerviosa, le doy un apretón en la mano animándola a continuar.
—No he aceptado —suelta logrando confundirme—. Harold me ofreció tu papel en la película que ibas a protagonizar.
Wondrous, un thriller psicológico para el cual audicioné hace medio año. Las grabaciones empezaban en diciembre, pero obviamente no formaré parte. Fue uno de los proyectos que pidió disculpas al verse obligado a sacarme. ¿Por qué? No tengo idea, si bien ha sido un escándalo, no he matado a nadie y tampoco hay juicios pendientes. No tenía ánimos de rebatir y Rosalie estaba demasiado ocupada pensando en que el castillo de mentiras había colapsado como para detenerse a defender mi protagónico.
—¿Y por qué no lo haces? —inquiero—. Lex, de igual manera, van a dárselo a alguien más, prefiero que ese alguien seas tú. No te preocupes por mí, estoy bien.
—No quería que lo sepas por alguien más. —Sus ojitos se enlagunan y me preocupa que algo como esto pueda afectarla así de rápido—. No quería que lo vieras como traición.
Dejo el tenedor a un lado y la rodeo con mis brazos. Su cuerpo se sacude levemente, como si mi contacto le permitiera soltar lo que hace temblar sus cimientos.
—Casi te agarras a golpes con Connan, me has defendido como nunca nadie lo había hecho. —Acaricio su espalda—. Dijiste que era tu mejor amiga en televisión internacional. No lo tomo como traición, no de ti. Sabemos cómo son estas cosas, Lex, me gustaba el guion de la película, pero no tengo más chance de estar en ella, no voy a molestarme contigo por haber obtenido el rol, cariño. Anda, llama a Alex y dile que acepte, ya quiero verte siendo Alexandra Bleu.
—¿Estás segura?
Asiento y beso su frente.
—Segurísima, pero déjame acompañarte en la alfombra roja —le sonrío.
—Hecho.
La escucho llamar a su manager para que confirme su participación y alza las cejas como si recordara algo.
—Oye —me llama—, iremos con el abogado de Joset, ¿no? —asiento—. ¿No necesitas un abogado también?
Qué estúpida, lo olvidé por completo. Ahora que no tengo manager debo encargarme solita de estos trámites.
—Puedo preguntarle a Alex si Benja está libre para que nos acompañe, si gustas.
No tengo tiempo para buscar abogado, así que accedo. La escucho parlotear por cinco minutos más antes de colgar la llamada.
—Dice que está bien, nos verá allá, debo enviarle la dirección.
Seguimos comiendo y aún hay rastro de las lágrimas secas en sus mejillas.
—Lex. —Alza su mirada—. Te quiero.
Sonríe.
—Y también eres mi mejor amiga.
Me manda un beso y ríe.
Terminamos de comer mientras me cuenta con detalles lo que sintió diciéndole sus verdades a Connan.
—El muy imbécil en el camerino me dijo que estaba agradecido por mi presencia —engruesa la voz burlándose—. Agradecido quedó luego de que cobré los tres mil. Se los di a un joven que estaba cantando en la calle, tenía una voz increíble, mandé a uno de mis chicos para que dejara el cheque y su rostro se iluminó, algo bueno salió del pedazo de mierda.
Al menos alguien se benefició con el dinero que Connan entrega para conseguir información "jugosa".
Dejo a mi amiga viendo tele mientras me pongo un poco de maquillaje, no más el maquillaje neutral, uso un delineador que hace resaltar mis ojos y un labial rojo intenso que me hace lucir divina.
Tomo la chequera y la meto en mi mochila. Salgo a la sala y Lexie me espera lista con Finn a su lado, mi guardaespaldas no disimula el asombro ante el encanto de la pelinegra.
—Nick está esperando abajo, señorita —lo miro—, Ada.
Saben que no me gusta que sean tan formales. Tengo la firme sospecha de que nunca me hicieron caso con respecto al tuteo, debido a que Rosalie, por lo bajo, los amenazaba.
—Vámonos, entonces. —Me apresuro a salir y le reenvío la dirección a Lexie que hace lo mismo con Benjamin.
—Listo, dice que ya está saliendo, nos ve allá —me informa—, ese pantalón hace ver tu culo grandioso.
Acompaña su cumplido con una nalgada que me hace soltar un gritito.
—No le presté atención ahí adentro, perdona por tardar —bromea.
Escucho a Finn aguantarse la risa y le informo que puede reír con confianza.
—Ya les he dicho, vengo años repitiéndoselos, pueden tutearme, pueden bromear conmigo y claro que pueden reírse. No soy ninguna bestia que vaya a comérselos.
Entramos al ascensor.
—Yo sí me comería a este —murmura Lexie para sí haciéndome soltar una carcajada.
Bajamos hasta el estacionamiento donde nos espera Nick que me saluda alzando la mano. Cerca está el auto de Lexie, quien vino con sus guardaespaldas.
—¿Me esperan aquí? —les cuestiona—. Pueden ir a dar una vuelta, si gustan; no sé cuánto vaya a tardar y se les congelará el trasero ahí. Los llamo cuando esté volviendo. Besitos.
Ellos intentan mantener la compostura pero terminan sonriendo.
Nos montamos en el vehículo que Nick conduce, no tardamos más de quince minutos en llegar. Es un edificio alto y bastante elegante.
—Amiga, creo que vinimos un poquitín informales —dice Lex en cuanto bajamos—, pero ya que, igual nos vemos preciosas.
Entrelaza su brazo con el mío y subimos al piso veintiséis acompañadas de Nick. Al salir del ascensor vemos a Benjamin, lo reconozco por la foto de currículo.
—Un placer, Adara.
—Igualmente —recibo el beso en la mejilla y palmeo su hombro—, gracias por venir ¿saliendo de aquí puedes pasarte por mi departamento? Tengo algo que conversar contigo.
Sonríe y asiente. Entre las cosas productivas que hice se encuentra mi decisión con respecto a mi representante.
Camino con Lexie colgada a mi lado y avanzo hasta la oficina quince. Vaya que este lugar es amplio. Toco la puerta y me abre un joven de traje, le sonrío y me da permiso para ingresar. Una larga mesa cubre buena parte de la oficina y al final de ella me encuentro con el ceño fruncido que cada vez me resulta más familiar.
En multimedia tienen a quien imagino como Adara, ¡es preciosa!
Conforme avancemos les iré mostrando como he imaginado a cada uno de los personajes, hoy tocó ella, ¿adivinan quién es el/la siguiente?
Quizá suba otro capítulo más tarde, no aseguro nada.
Los quiero <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top