CAPÍTULO 40 - FINAL
30 de septiembre, 2022
Gryffin me apretuja fuerte llevándome contra el colchón mientras me llena el rostro de besos. Escucho la risa de Lena y capto el flash de la cámara de Lois.
—¡Tía! ¡Estás aquí! —Su sonrisita es contagiosa.
Quito los mechones de su rostro para repararlo mejor y me alegra ver a un pequeño risueño y saludable. Solo se hace a un lado cuando su mamá viene a abrazarme. Lena optó por cortarse el cabello y en verdad le luce el cambio de imagen.
—Te ves preciosa —la halago.
—Oh, Lexie vino hace unos días y terminé cediendo al cambio —sonríe tímida.
Dejo que Gryffin juegue con mi cabello mientras ella me cuenta sobre sus días en la universidad, mi novio se mantiene en el escritorio leyendo uno de los libros que sacó del librero.
Hay algo que realmente me agrada, y es ver a las personas hablar de aquello que los apasiona, sus ojos brillan y sus voces adoptan un tono distinto. Lena habla sin parar sobre los cursos que está llevando, la escucho atenta y pregunto cuando lo considero necesario.
—Es todo maravilloso —suspira—. Te debo tanto, Ada.
Rodeo sus hombros y la atraigo a mi pecho. Sus brazos se enredan en mi cintura, es unos centímetros más pequeña que yo, así que no se me dificulta verla a los ojos en esta posición.
—No me debes nada, Lennie. —Beso su frente—. Soy feliz viéndote así de resplandeciente.
Me muestra un trabajo que presentó y me quedo maravillada al ver lo buena redactora que ha resultado.
—Fui la nota más alta —me dice tímida—, lo menos que puedo hacer es tener sobresalientes, lo estoy consiguiendo.
—¡Felicidades! —Gryffin aplaude, lo imito, Lena sonríe y hace una leve reverencia.
Paso el resto de la tarde con ellos. Lois pide prestada la cocina para preparar algo y las encargadas de la administración de la casa hogar lo observan maravilladas, piden tips gastronómicos que él gustoso revela. Mi novio se roba la atención de todos con ese carisma que tanto lo caracteriza. Al terminar la jornada, estamos todos con la panza llena y con una sonrisa en el rostro; los niños parecen adorarlo, le hacen ojitos y él se deja rodear sentándose en el suelo para compartir con ellos.
Estrecho a Gryffin entre mis brazos sin querer despedirme, el tiempo me ha jugado en contra porque ya es hora de que vaya a la cama. Le lleno el rostro de besos por última vez ganándome el bonito sonido de su risa, sus manitas me tocan las mejillas y recibo un corto besito en la nariz antes de que me vea en la obligación de liberarlo para que vaya con su mamá.
Lois recibe mi mano y decimos adiós cuando nos retiramos. Apenas cierran la gran puerta, me jala haciendo que mi pecho colapse contra el suyo. Alzo la mirada hacia él y me encuentro con su sonrisa.
—El rojo definitivamente es tu color. —Me detalla y ese brillo peculiar se encuentra presente en sus orbes que mantienen los gritos silenciosos de amor.
Pestañeo coqueta.
—¿Ah sí?
Él asiente.
—Qué bueno, porque compré algo color rojo que de seguro va a encantarte.
Su mirada se oscurece y sonrío feliz de que mis palabras consigan el efecto que necesito. Aprovecha el abrigo largo que estoy usando para deslizar las manos hasta mi trasero y manosearlo.
—Me encantas tanto. —Besa mis labios en un suave roce—. Vamos te lo demuestro.
Camino siguiéndolo hasta el auto y le hago una seña a Nick para que venga detrás.
Fue Lois quien nos trajo, así que es él quien conduce haciéndome babear con lo jodidamente caliente que se ve girando el timón con una sola mano. Las venas de su mano se remarcan por la fuerza que emplea al sostener el aro que guía nuestra dirección; toma la mía y sonrío cuando hace los respectivos cambios con mi mano bajo la suya, sin querer soltarme.
—Eso es nuevo —señalo.
Se encoge de hombros.
—Me gusta cuando nuestras manos están juntas.
—Genial, porque también me agrada la sensación.
Enciendo la radio y cambio los canales hasta hallar la melodía conocida que me hace chillar de emoción.
—¡Joder! Es Andrew.
—Debe estar enloqueciendo. —Sonríe—. Ya era hora de que salga en la radio.
—Vaya que sí, vendrá para los premios, ya quiero verlo.
Tarareamos la canción que ambos sabemos de memoria y alzamos un poco la voz cuando llega el coro. Decido subir una historia a instagram, este tipo de publicidad le sumará muchas reproducciones, no tiene precio y conseguiré hacerlo un poquito más feliz. Cumplo mi cometido cuando veo como las vistas van en aumento.
Hemos llegado a mi edificio y noto la sonrisa siniestra que tiene Lois cuando viene a abrir mi puerta, caminamos uno al lado del otro hasta el ascensor que contiene la tensión existente en este instante. Apenas entramos, me arrima contra la primera pared que encuentra, sabe que Lexie no está.
Sus labios se encuentran con los míos en medio de una danza sensual que nos invita a perder la cordura, me alza y por inercia enrosco mis piernas en su cintura. Mi abrigo cae torpemente, mi blusa se pierde en medio del pasillo que nos lleva a mi habitación y Lois me deja bajar al llegar para deshacerse de mi pantalón también.
Se acerca a besar la piel sensible de mi cuello robándome suaves gemidos. Su barba irrita la zona, pero la sensación es tan gratificante que no emito quejido alguno. Su nombre sale de mis labios en medio de suspiros que él responde con caricias a lo largo de mis muslos antes de volver a alzarme para dejarme contra la pared otra vez. Su rostro vuelve a aparecer en mi campo visual cuando abandona mi clavícula y esa sonrisa traviesa se dibuja en su boca al ver mi lencería.
—Te dije que te gustaría —sonrío.
Presiona su mano sobre mi pecho que gustoso recibe las sensaciones, mis ojos se cierran y mis partes bajas se alborotan cuando Lois encuentra mi pezón cubierto por el encaje. La habitación se llena de mis gemidos bajos y de sus gruñidos que solo se incrementan cuando él decide que su boca quiere torturar mis pechos también. La humedad de su saliva me acalora a niveles descomunales y todo empeora al sentir la dureza de su miembro chocar con mis partes sensibles.
—¡Ah, joder!
Sus caderas empujan y puedo apostar a que mis bragas no son más que un pedazo de tela inservible empapado por mis fluidos.
Quito su camisa, mis uñas se deslizan por su piel y me encargo de deshacerme de sus pantalones mientras mantengo su boca sobre mi seno derecho. Mi cerebro atontado envía órdenes a mis talones que luchan contra la pretina de su jean, consigo hacerlo y presiono mi agarre en su cabello cuando siento el nudo de nervios a punto de explotar.
Se detiene, su mirada vuelve a encontrarse con la mía.
—No sé si quiero que te quedes con esto, o si quiero arrancártelo —se queja haciéndome reír.
—Vaya encrucijada. —Muerdo el lóbulo de su oreja, gime—. Déjame ayudarte.
Me deshago del brasier quedando desnuda frente a él.
—¿Mejor?
Su lengua se arremolina en mi pezón incrementando la tensión en mi vientre, echo la cabeza hacia atrás y mis manos lastiman su cuero cabelludo cuando todo dentro de mí explota. El temblor involuntario de mis piernas las vuelve inservibles, pero su agarre no me permite caer de su regazo.
Atraigo su rostro al mío queriendo besarlo otra vez y me concede el beso que se roba mis suspiros. Mis manos ansiosas se encargan del boxer sin impedirme seguir disfrutando de sus labios, sostengo la erección venosa y el gruñido que suelta Lois termina de prepararme para la invasión que tanto ansío. Su pelvis empuja contra mi mano y gimo cuando hace contacto con mi clítoris hinchado.
—Por favor... más —pido.
No debo repetirlo, Lois se asegura de que esté lista y arremete contra mi centro haciéndome ahogar un grito. Me enloquece el salvajismo con el que me toma, embiste una y otra vez deleitándome con el sonido que hacen nuestros cuerpos al chocar. Entra, sale y no deja de besar mis labios tragándose los gemidos que salen de mi boca.
Me paseo por su barbilla recorriendo su piel hasta llegar a sus pezones, que muerdo haciéndolo gemir lo mucho que le gusta. Explorar su cuerpo es tan placentero... no me pesa ir descubriendo qué caricias lo prenden. Así como él puede complacerme, me gusta que mi nombre salga de su boca con tanta hambre como el suyo sale de la mía. La piel me cosquillea y sus pulgares aceleran mi llegada cuando se trasladan a mi clítoris ansioso de ser tocado.
—¡Mierda!
Me dejo caer sobre su pecho, Lois no deja de embestir, mis músculos se aferran a su miembro y percibo su tibieza llenándome a la par en que mi nombre es dicho en medio de un gemido.
Beso su cuello cuando me apretuja contra él sin querer separarme. Los latidos erráticos de su corazón se encuentran con los míos que retumban en mis oidos. Tengo la sonrisa perezosa plasmada en el rostro y afianzo la presión de mis manos sobre sus hombros.
Se recuesta en la cama conmigo encima, sus dedos acarician mi espalda baja, decido que quiero verlo y clavo el mentón en su pecho obteniendo una primera plana de los ojos lindos que me observan con el brillo que solo aparece cuando soy a quien mira. Mi sonrisa es automática y la suya se esboza imitándome.
Su mano se traslada a mi mejilla y me atrae para besarme con lentitud, saboreando y probándome sin prisa. Las manecillas del reloj pierden significado, el oxígeno pasa a segundo plano y mi corazón latiendo más vivo que nunca es el que me recalca el infinito amor que poseo dentro, amor que se dirige a la persona que me acaricia cual tesoro invaluable. Murmura esos «te amo» tan hermosos que correspondo consiguiendo que sonría contra mis labios.
—Eres hermosa —Acaricia la piel de mi pómulo.
—Apuesto a que me veo muy guapa con el cabello hecho mierda —sonrío.
—Soy un buen estilista —bromea girándonos.
Rio y me deleito con la certeza de saber que todo está en perfecto estado, que él es quien puede hacerme suspirar, reír y sentir sin dificultad. Conectamos en tantas maneras que resulta imposible contabilizarlas con los dedos de mis manos. Mis pesadillas y sueños están a salvo con él, mis lágrimas y sonrisas serán atendidas con pañuelos o con otra sonrisa amigable que celebre conmigo la razón de mi felicidad. Entro en un limbo de emociones con tan solo mirarlo a los ojos, me devuelve a la realidad cuando besa mi nariz y me hace consciente del gesto travieso que tira de sus labios.
Sé que voy a seguir gimiendo cuando empieza a bajar su boca por mi cuerpo hasta encontrarse entre mis piernas.
Por supuesto que extrañé los mimos, pero sería hipócrita decir que no extrañé los orgasmos porque claro que lo he hecho.
Lois me hace llegar tantas veces, dándome lo que me he perdido durante el último mes. De alguna manera resulta excitante la desesperación y descoordinación de nuestras bocas que no quieren soltarse más que para complacer al otro. Las despedidas no resultan tan malas si sabes que tras la larga espera se vienen estas sensaciones amplificadas.
8 de octubre, 2022
Veo el rostro de mi hermana reluciente de felicidad mientras me habla de una elección que pensé no tomaría hasta el próximo año. Sus mejillas se encuentran sonrojadas y su lengua se mueve sin parar diciéndome lo que parece haber practicado hasta el cansancio. Tras un largo suspiro, viene su mirada temerosa antes de realizar una pregunta que me hace fruncir el ceño.
—Yo... perdona, estoy parloteando como lora y no te lo he preguntado —titubea—, ¿puedo mudarme?
Me extraña el miedo en su voz, porque siempre he sido la primera en decirle que esa elección depende enteramente de ella.
—Cariño, por supuesto que sí. —Le sonrío—. Yo estaré feliz de tenerte aquí. Cuando tengas días libres puedes venir y le diré a Lois que nos acompañe a averiguar cómo es todo aquí, él y Kallie ayudaron a Lena con el proceso de inscripción.
Asiente y parece que hay algo más que decir, pero lo retiene. Mordisquea su labio inferior y sus ojitos miran alrededor sin querer enfocarse en la cámara. No es la clase de conversación que me gusta tener de manera virtual, habría preferido tenerla frente a mí y no a través de un frío aparato.
—Dímelo, Kia. —Intento transmitirle confianza para que suelte eso que está guardándose.
—No te enfades conmigo. —Forma un puchero con los labios—. Yo sé que debemos decirnos todo, pero no quería hablarte de esto hasta estar segura; ya sabes, para no decepcionarte.
Decepción, ¡Joder! No pensé que esa fuera una palabra que siquiera estuviera incluida en nuestro vocabulario como hermanas.
—Detente ahí, tú jamás me decepcionarías, Kiara Elizabeth —Sus ojitos se enlagunan y quiero sacarla de la pantalla para poder abrazarla—. Estoy orgullosa de ti y nunca cuestionaría lo que quieres estudiar.
»Ingeniera, abogada, periodista o lo que decidas, sigues siendo mi hermana y voy a seguir amándote. Tienes mi apoyo en todo esto, ¿vale?
Asiente y sorbe por la nariz, su sonrisa emocionada vuelve a hacer acto de presencia calmando el sentimiento de pesar que me invade al considerar que ella puede haber estado sintiéndose así todo este tiempo.
—¿Puedo enviarte algo? —pregunta—. No soy experta, pero lo he compartido con alguien de confianza y ha servido para alentarme a mostrártelo.
—Sabes mi email, puedes enviarlo —le aseguro.
—Vale... yo... solo. —Respira profundo y hace una mueca. Kiara es bastante directa, imagino que le debe disgustar la sensación de no saber qué decir—. ¡Joder!
Sonrío tranquilizándola.
—No hay prisa, organiza tus palabras y dilas.
Se mantiene callada por un instante, la veo mirar hacia arriba y luego se alienta a sí misma para retomar lo que venía comentándome.
—Lo que voy a enviarte, es un libro que escribí. —Asiento y la insto a continuar—. No te molestes con él, yo le pedí que me guardara el secreto, me ha ayudado mucho dándome información sobre la carrera y la universidad.
—¿Lois sabía de esto? —inquiero.
—Cuando estábamos en Canadá se lo conté, pero por favor no te enfades con él.
Niego. No tengo por qué enfadarme, lo que quiero es agradecerle.
—Tranquila, regaños no va a recibir —bromeo haciéndola reír.
—Sucia.
Hablo durante una hora más con ella, una hora en la que me doy cuenta de que está más que informada sobre todo, la escucho y prometo ser quien la acompañe cuando decida averiguar en las oficinas de la universidad.
Me cuelga cuando es hora de que duerma y me despido asegurándole que todo irá bien. Parece haberse quitado un peso de encima, su sonrisa se ve más honesta y repite que me ama antes de enviarme un beso.
En verdad me tranquiliza que Lois le haya servido de soporte, más que nada porque él pasó por un proceso similar, esa experiencia le sirve para ser empático con la manera en como ella pueda sentirse. Yo no podría, por más que quisiera, entenderla como él; no lo he vivido en carne propia.
Escucho la puerta del departamento abrirse, me levanto para ir a la sala y encuentro a Lex tarareando una canción que creo es de Shawn Mendes.
—¿Qué tal estuvo tu cita? —pregunto haciendo que se sobresalte.
—¡Carajo! Eres muy sigilosa, Ada.
Rio acercándome a donde está, me dejo caer en el sofá. La miro instándola a contarme la razón de su aparente felicidad.
—Parezco estúpida, no hace falta que lo digas.
Niego.
—Pareces feliz y te sienta bien.
Sus mejillas se sonrojan.
—Él es muy lindo. —Suspira sentándose a mi lado—. Llevamos meses en este jueguito de "me gustas, te gusto". No le hemos puesto nombre y no sé...
—¿Quieres ponerle nombre?
Se encoge de hombros.
—Sé que la decisión está en mis manos, Finn ya me ha dejado en claro que si por él fuera avanzaríamos como lo hacen las parejas normales.
—¿Y quién dice que ustedes no son una pareja normal?
—Las parejas normales dicen cómo se sienten, no lo callan por miedo.
Le sonrío y tomo su mano entre las mías. Sus pestañas brillan por las lágrimas que acumulan sus ojitos.
—Hay cosas que no hace falta decirlas, puedo apostar a que Finn sabe y nota cómo te sientes con respecto a él.
Seco su mejilla cuando las pequeñas gotas caen humedeciendo su piel.
—Pero merece que se lo diga, merece saber lo lindo que es escuchar que alguien te quiere.
—Vale, sí, pero Finn ha aceptado ir lento y no parece molestarle, Lex. —La atraigo a mí, porque parece que no serán solo dos lágrimas—. Te sigue mirando bonito, aún lo atrapo suspirando cuando te ve llegar.
»Tu miedo es razonable, cariño. Él lo entiende, es por eso que no te apresura. Tiene todas las intenciones de ir a paso tortuga para que confíes y te sientas lista de decir todo eso que estás sintiendo, pero Finn lo sabe, no dudes de ello.
Rodea mi cintura y sonrío acariciando su cabello.
—Eres mi mejor amiga y te amo.
—Yo te amo a ti. —La aprieto contra mí—. Gracias por estar aquí, Lex.
Ahora soy yo la llorona que está derramando lágrimas.
—Tonta, no hagas eso...
Se alza y seca mis mejillas, ahora soy yo quien rodea su cintura. Sus labios se posan en mi frente numerosas veces.
—Fui tan estúpida al creer que tenía amigas cuando realmente nunca conocí el significado de la amistad, no hasta que apareciste tú.
Y es verdad, Lex... Lexie fue mi primera amiga, antes incluso de que ambas lo supiéramos. Me ha ayudado a salir a flote, tomó mi mano sin temor a perjudicarse, enfrentó la mierda conmigo y fue mi sostén cuando creí que no podía más. No se alejó pese a que todo parecía venirse abajo y me demostró que lo de "en las buenas y en las malas" no eran palabras vacías, sino una promesa muda que debíamos cumplir si de amistad hablábamos.
Sé que puedo reír con ella, pero también que puedo dejar caer los escudos y mostrarme vulnerable porque no va a juzgarme.
La amistad no se basa en palabras bonitas, sino en acciones; ese fue mi error con Kary, creí todo lo que prometía aun cuando nunca me lo demostraba. Si hay algo que debo agradecerle es que me haya hecho errar, de lo contrario jamás habría notado la diferencia entre su "amistad" y la de Lexie; Kary me jodió, pero en su intento de destruirme me dio algo mucho más valioso: amigos de verdad.
11 de octubre, 2022
Llego al departamento de Lois con Lexie a mi lado, es Andrew quien nos abre.
—¡Te extrañé! —me abraza haciéndome girar en el aire.
De alguna manera escribir canciones juntos ha logrado que ellos creen un vínculo, cuando le ofrecí a mi amigo que podía quedarse en mi departamento me rechazó porque Lois ya le había hecho la oferta.
Me suelta para saludar a Lex que entra en confianza con rapidez, empezando a halagar su música. Los dejo charlando y me acerco a Lois que está entretenido en la cocina. Beso el centro de su espalda rodeando su torso.
—Ya decía yo, mi corazón está acelerándose ¿por qué será? —Bromea y gira haciéndome alzar la mirada a sus ojos—. Buenas noches, amor.
Hago piquito con mis labios y él se inclina sosteniendo mi cintura para darme un dulce beso que me tiene escurriéndome entre sus brazos.
—Te amo —murmura entre roces—, te amo, te amo.
Rodeo su cuello acercándolo más.
—Te amo, mi amor.
Me regala una sonrisa encantadora que termino correspondiendo. No quiero soltarlo.
—¿Con qué vas a deleitarnos hoy? —Juego con los mechones de su cabello que tengo a mi alcance.
—He desarrollado este cariño por la gastronomía peruana y encontré una receta que se ve prometedora.
—¿Cómo se llama?
—Ají de gallina, pero Kallie me dijo que usara pollo.
—¿Vendrá?
Asiente.
—Le pregunté a Andrew si le molestaba y me dijo que no tenía problema con ello, así que la invité.
—Vale, ya quiero verla, quiero saber los detalles del viaje de primera mano.
Lois ríe y me da un último beso antes de volver a la faena culinaria. Debo dejarlo ir con otra de sus pasiones.
Mi nariz me informa de la presencia de chocolate en algún lugar de la cocina y mi novio señala el origen del olor. Los brownies se ven deliciosos, como sin prisa mientras le hago compañía, disfrutando el buen sabor que explota en mi lengua.
Lexie llega con Andrew que asegura nunca haber probado comida más rica. Me encanta cuando Lois está rodeado de británicos, la sola compañía hace que su acento se marque más haciendo estragos con mi pobre corazón.
Tocan el timbre y me ofrezco a abrir. Una efusiva Kallie se me viene encima rodeando mi cintura y agradeciendo.
—Oye, era tu regalo de cumpleaños, no te he hecho ningún favor —insisto pero eso no parece calmarla.
—¡Holanda es tan preciosa! —Vuelve a abrazarme—. En serio, muchas gracias.
—Voy a enfadarme si sigues con el rollo —advierto y ella niega sonriente—; vamos, ellos están en la cocina.
—¿Por qué no me sorprende? —inquiere sarcástica—. Lois vive metido en esa cocina.
—Pero vaya que disfrutamos lo que sale de eso.
Ríe dándome la razón.
Al igual que con Lexie, Andrew fluye con Kallie que parece encantada de responder sus preguntas sobre el trabajo. Lexie se retira porque la llaman y me quedo con Lois que frunce el ceño mirando la olla.
—Pobre pollo, lo estás mirando mal.
Mueve el aderezo y llama a Kallie que asegura lo bien que se ve.
—Confía —le digo rodeando su cintura.
Baja el fuego y le da una última mirada antes de tapar la olla para voltear a verme.
—¿Hablaste con Kiara?
Asiento.
—Gracias por ayudarla —le sonrío.
—Fue un placer. —Acuna mi rostro con sus manos—. Me alegra haberle facilitado el arduo camino, que no la haya pasado tan mal para encontrar eso que le gusta; me dijo que te había enviado el libro.
—Lo estoy leyendo y está encantándome, no vayas a hacerme spoilers porque aún me faltan unos diez capítulos.
—Vale, mantengo la boca cerrada. —Sonríe—. Ella es muy talentosa.
—Lo sé y estoy orgullosa.
Me atrae a su pecho y suspiro sintiendo su perfume combinado con el de la comida que se ha adherido a su ropa.
Lexie vuelve cuando todo está listo y entre todos ponemos la mesa distribuyendo los distintos platos. Kallie da el visto bueno cuando prueba, eso parece relajar a Lois que ahora dibuja una sonrisa de suficiencia, orgulloso de su comida.
La cena transcurre tranquila y al terminar la noche debo despedirme de mi novio que no va a acompañarme porque quiere ser un buen anfitrión. Me apretuja fuerte antes de dejarme ir.
Los premios son la próxima semana y estoy dando lo mejor de mí para distraer mi mente y no caer en la ansiedad que me produce. De verdad estoy esforzándome...
18 de octubre, 2022
Lexie toma mi mano y le da un apretón antes de ingresar con Andrew que sonríe rodeando su cintura, las cámaras los enfocan y sus nombres empiezan a escucharse pidiendo una foto.
Benja está a mi lado, esperando conmigo la señal para entrar a la alfombra roja. Con Lois decidimos que seguiríamos manteniendo todo fuera del foco, saben de él y aún hay paparazzi que lo siguen, pero traerlo a los premios... van a preguntar y nos veremos obligados a responder cosas que preferimos mantener en privado.
Dibujo mi mejor sonrisa cuando debo entrar y me aferro al brazo de Benjamin que es mi acompañante. La prensa se alborota y mi nombre es coreado por todos lados, me limito a sonreír y respondo un par de preguntas amables antes de ingresar al anfiteatro.
Va a ser una noche larga...
***
Benjamin me repite que no habrá ningún problema si es que no gano, lo hace toda la ceremonia porque sabe que necesito oírlo, necesito internalizar que voy a estar bien tanto si gano como si no.
Cuando empiezan a decir los nombres de las nominadas a mi categoría entro en trance, queriendo desaparecer hasta que la espera termine.
No es hasta que Lexie sacude mi cuerpo que vuelvo a captar el ruido a mi alrededor y mi rostro iluminando la gran pantalla que se encuentra en el escenario.
—¡Adara Harmony! ¡Nuestra princesa!
Volteo a ver a Benjamin que me insta sonriente a levantarme, seco el par de lágrimas que han caído y camino mirando a todos lados sintiendo el regocijo dentro, ya no es alivio, sino felicidad pura.
Doy un traspié cuando llego a la escalinata que va a conducirme al escenario, pero una mano amable me ayuda a subir la primera grada. Volteo a agradecer y ¡mierda bendita! ¡Es Chris Evans!
¿Cómo es que siempre está cerca para auxiliar a quienes somos torpes con los tacones en momentos así? No lo sé, pero le devuelvo la sonrisa aun cuando me derrito un poco.
Llego al escenario y le sonrío a la actriz que me entrega el premio, no resisto la emoción y termino abrazándola.
—Felicidades —me sonríe amable y espera a un lado mientras doy lo que se supone debería ser un muy bien ensayado discurso.
Rio nerviosa, esperando a que las ovaciones se calmen un poco y buscando las palabras para decir. Muchos rostros amables, de actores que he visto de niña y otros pocos a los que admiro, me observan sonrientes y no dejan de aplaudirme.
—Gracias, muchas gracias. —Me aferro a la estatuilla mientras agradezco a la Academia y halago el buen trabajo de mis compañeras, me explayo recalcando la gran admiración que siento por cada una de ellas—. Quiero agradecer a todas las personas que me han acompañado en este trayecto, a Benja, Lexie y a Andrew que hizo de mis días más gratos durante el rodaje, disfruté mucho compartir pantalla contigo. A los directores por elegirme y darme la oportunidad de ser su estrella —suspiro—, a Lois, por ser quien me impulsaba a seguir cuando pensé que no podía más, he amado pasar estos meses contigo. —Sonrío— Gracias a quienes se han mantenido a mi lado a pesar de las dificultades, no fue un año fácil, pero he podido salir victoriosa gracias a ellos que no dejaron de creer en mí.
»Hay algo que Isabella me ha enseñado y es que a pesar de que el mundo se te venga encima, si tienes una razón por la cual luchar vas a ver la luz del día otra vez. Mi familia y mis amigos han sido mi pilar y estaré eternamente agradecida por tenerlos en mi vida.
»Sé que hay muchos jóvenes viéndome ahora mismo, déjenme decirles que luchen por sus sueños, no escuchen a quienes les repiten lo imposibles que son. Láncense al precipicio; mientras crean en ustedes, siempre habrá un paracaídas ahí para sostenerlos. —Seco mis mejillas—. Muchas gracias por esto.
Hago una leve inclinación y abrazo otra vez a quienes me han entregado el premio. Benja me recibe al final de la escalinata para llevarme de regreso a nuestros asientos. Ahí me espera Lexie con mi teléfono en su mano, me lo entrega cuando llego.
—Felicidades, mi amor. —El sollozo que venía conteniendo se escapa en cuanto escucho su voz—. Mi princesa de Hollywood, mi amor bonito, estoy tan orgulloso de todo lo que has logrado.
Ahora me pesa no haberlo traído conmigo, en serio quiero refugiarme en sus brazos.
—Iré directo a Hazel cuando termine, promesa.
—Vale, te amo.
—Te amo.
Recibo las llamadas de Kiara que grita emocionada opacando a mamá a quien apenas oigo. Esta alegría no la sentí con mi primer Oscar y me estoy aferrando a este sentimiento porque me agrada. Se siente maravilloso no dejar que el miedo me detenga de disfrutar.
Mi sonrisa no se borra durante el resto de la ceremonia, aplaudo enérgica cuando anuncian a los ganadores y converso con quienes tengo alrededor. La noche se me hace corta, cuando menos lo espero ya estoy siendo rodeada por Hazel que me felicita y abraza.
Alzo los ojos a Lois que extiende los brazos, no lo pienso dos veces, mis pasos se apresuran para llegar a él que me recibe estrechándome contra su pecho. Su aroma se impregna en mí así como su esencia se combina con la mía.
—Fue bonito lo que dijiste ahí —me susurra.
—Nada más que la verdad —respondo.
Se inclina hacia mí y acaricia mi mejilla mirándome bonito.
—Gracias por permitirme entrar a tu vida, Brontë —Besa mis labios en un corto roce.
—Gracias a ti por quedarte siempre.
Me pongo de puntillas y alargo la leve caricia que había dejado en mi boca; parece entender lo que quiero porque me regala el beso más dulce robándome los característicos suspiros que suelto cada vez que me toca así.
Es ahí, con los «Te amo» no verbales, cuando me encantaría congelar el tiempo, para seguir sintiendo esa felicidad que llena cada poro de mi piel, esa plenitud con sus manos sobre mi cuerpo y mis labios sobre los suyos, la seguridad de saber que nada puede echarme abajo, que estoy bien y que tengo a quienes amo sanos y salvos.
Soy feliz, lo soy con él a mi lado; somos felices.
Me mira y apuesto a que mis ojos desbordan corazones, es él, él es quien causa todo esto.
Él, mi Lois, mi bombón londinense... mi amor, este amor tan bonito que quizá nunca consiga entender, pero que me encanta sentir... Este amor que quiero conservar por siempre, porque no lo pongo en duda: Lois Aymerick es el amor de mi vida.
Mi épico, legendario e inefable amor.
Ayuda, no lo proceso.
Tengo este final escrito desde finales de marzo y me ha costado editarlo porque de verdad me encariñé demasiado con todos mis personajes, cuesta saber que ya terminó.
Vendré prontito con el epílogo que no es muy largo y también tengo escrito desde hace meses.
Muchas gracias por llegar hasta aquí y quedarse con Adara hasta el final.
Long story short es una canción que escuché un par de semanas después de terminar el libro y fue un colapso emocional al ver lo bien que se acoplaba a la relación de Lois y Adara.
Espero que tengan lindo día <3
Un abrazo.
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