CAPÍTULO 34
13 de junio, 2022
Ivar me ayuda con el vestido porque ¡joder! es pesado y gigante, puedo con el peso, no con el tamaño. Me despido de Coral que me mira contenta, ese debe ser el rostro de orgullo de alguien que ha hecho un buen trabajo. Introducimos el vestido en la camioneta que ellos manejan, es dos veces más grande que la mía, no me gustan los autos grandes. Finn se acerca a ayudarnos y termino dejando que ellos se encarguen.
Lexie me dio un breve resumen por teléfono de lo que sucedió después de la breve charla que tuvieron, cuando volví ella estaba en Chicago haciendo alguna campaña de bikinis. Debe estar llegando hoy, como ahora. He hecho uso de todas mis facultades de actriz para no actuar raro frente al chico que por supuesto sabe que sé, después de todo, soy la mejor amiga, nosotras siempre sabemos.
Subo a mi camioneta volviendo a mi departamento, tengo una maleta que terminar. El nombre de Andrew ilumina mi pantalla y le respondo al rubio poniéndolo en altavoz.
—Tengo un par de conciertos programados para julio en Canadá, ¿te guardo un par de entradas? —dice apenas contesto.
—Por supuesto que sí —sonrío—, ya vuelves a la música, ¿eh?
—Dije que Epiphany era mi último proyecto antes de dedicarme de lleno a esto, puede que vuelva a la actuación en unos años, ya sabes, cuando me ponga más bueno.
—Me siento honrada de haber sido la última en disfrutarte —bromeo haciéndolo reír—, ya es hora de que deleites al mundo con tu voz, angelito.
Maldigo cuando un auto se mete en mi camino y pierdo la noción de lo que dice mi amigo cuando dos tipos grandes se bajan con cámaras apuntándome.
—¿Qué carajos? —murmuro moviendo la camioneta y esquivándolos.
—¿Todo bien?
—Los paparazzi se vuelven más locos con el pasar de los días —respondo.
Me cuenta sobre el proceso de grabación y me deleito escuchando lo emocionado que está. Imagina cuantos amigos me he perdido por prejuiciosa, Dios.
—¿Estás bien, Ada?
—¿Uh?
—Fuiste toda una reina del autoestima dando ese mensaje que supongo muchas mujeres te agradecieron, ¿en verdad no te afectó? Porque a decir verdad, tuve muchas ganas de partirles la cara. Vi ese cuerpecito precioso, que me perdone Lois y no entiendo por qué carajos tienen la necesidad de señalar detalles que hace mucho debieron dejarse de llamar defectos o imperfecciones.
No hace falta que explique a que se refiere, días antes del juicio publicaron las fotos que me tomaron en la playa con Lois. Yo iba usando un bikini, que por supuesto dejaba a la vista mis estrías, celulitis y la gran cicatriz de mi pierna, eso sin contar que también enfocaron las minúsculas de mis brazos.
Lloré sí, pero no de tristeza o timidez, sino de impotencia; las señalaron como aberraciones, insinuando incluso que no merecía a Lois porque él estaba todo perfecto y yo tenía celulitis.
Absurdo, lo sé.
Me ejercito casi a diario, no es por falta de ejercicio como dijeron (y si así fuera pues que se jodan, es mi cuerpo, no tienen derecho a opinar sobre él). Es normal y me jodió que siguiéramos viviendo en una época donde te apuntan con el dedo por tener algo que la mayoría de mujeres posee. Tengo el abdomen trabajado y soy relativamente delgada, pero eso no quita que tenga pancita y rollitos, porque ¡hola! No tenemos el cuerpo que mostramos en instagram las veinticuatro horas del día. Tuve la excelente idea de juntarme con un par de modelos con las que trabajé y subimos este video mostrándonos con todas las "imperfecciones" que ellos señalaron en mí.
No me lastimaron, su opinión con respecto a mi cuerpo ya no me interesa, lo preocupante son las chicas que creen que algo está mal con ellas si no cumplen con las jodidas condiciones que ponen para que se te considere hermosa.
—Esos imbéciles me tenían harta con sus comentarios estúpidos —me limito a responder.
—Les diste una buena —celebra—, apuesto a que les dolió peor que una patada en el culo.
—Espero y sí.
—Querida, debo colgar, están llamándome, mi descanso terminó. —Lo imagino dibujando un puchero.
—Vale, ve, suerte. —Le envío un beso—. ¡No olvides mis entradas! Me pondré una banda con tu nombre.
—Esa es una buena oferta —ríe—. Cuídate, preciosa.
Cuelgo y me adentro al estacionamiento. Los chicos vienen detrás con el gran vestido, les hago espacio en el ascensor, los escucho maldecir.
—Cuando me vean no dirán lo mismo, par de tarados —los regaño—, tienen permitido babear.
Ambos ríen.
Mandé pedir un maniquí para poner ahí el vestido y que no se me arruine, me ayudan a vestirlo y luego de eso se retiran. Me quito la ropa para ducharme y estar cómoda para poder escoger lo que llevaré conmigo.
Estoy distraída con mi teléfono cuando la puerta se abre de golpe mostrándome a una Lexie muy sonrojada que a las justas puede con su cuerpo. Su pecho sube y baja haciéndome sonreír. Cruzo mis piernas y apoyo la barbilla en mi mano esperando una explicación, vaya explicación la que va a darme...
Deja la maleta que trajo a un lado y cierra la puerta dejándose caer contra la madera. Murmura maldiciones y mira al cielo como pidiendo auxilio.
Admito que verla así me causa ternura.
—¿Lex? —indago.
Alza la mano y me pide que espere.
—Estoy recuperándome, dame un minuto —suspira.
Le doy tiempo, gatea hasta donde estoy y dibuja una sonrisa bobalicona.
—Te gusta —declaro y ella baja la mirada asintiendo.
—Es tan intenso todo —toca mi rostro—, ¡mira como me tiene! Hablamos y dejé las cosas claras, te lo dije.
Asiento, lo hizo.
»Quedamos en que iríamos lento, porque no quería usarlo ni nada por el estilo, pero el jodido imbécil besa tan delicioso... ¡y no soy yo, lo juro!
Sonrío y ella hace una mueca de disgusto.
—Me molesta que vaya en serio —se queja—, que no solo me ponga caliente sino que cause sensaciones aquí. —Señala su pecho—. Se siente raro.
—Pero bonito —puntualizo y Lexie asiente—. Ya aclararon las cosas, cariño; él mismo te dijo que podían seguir sin compromisos hasta que te sintieras segura.
—Prometió exclusividad. —Forma un puchero con los labios—. ¡Exclusividad!
Se recuesta en la alfombra.
—No me quiere solo para follar —musita, pero consigo escucharla—, se siente bien que no te vean solo como un pedazo de carne. No me malinterpretes, no ha dejado de gustarme el sexo, es solo que... he pasado tanto tiempo huyendo de la sensación que olvidé lo linda que era.
Se mantiene callada por un par de segundos.
»Nadie insistió, Ada y sé que no debían hacerlo, no soy una diosa como para recibir ruegos, pero Finn no se conformó con la absurda explicación de "mi ex me usó y soy lo suficientemente tonta como para no haberlo superado años después"; no, él vino y me dijo que acabaría con el miedo para obtener ganas en su lugar.
Extiendo mi mano hacia ella y la toma volviendo a sentarse, bajo al suelo para estar a su altura.
—Finn ha trabajado conmigo desde hace poco más de dos años, creo que puedo decir que lo conozco, no es un imbécil. Según sé, la última chica con la que estuvo rompió su corazón —me mira preguntándose cómo sé eso, sonrío—. Ellos chismean y tengo buen oído para escuchar. A lo que iba, vi cómo te miró la primera vez que llegaste al departamento y esa mirada no se ha ido con el pasar de los meses, Lex —. Tomo su mano entre las mías—. Trabaja en tu miedo porque no está bien que te detenga de sentir; dale la oportunidad de acompañarte, sin compromisos. Es tu decisión, intenta tomarla dejando encerrado a ese demonio mientras lo haces.
Asiente y reposa su cabeza sobre mi hombro.
—Eres la mejor amiga del mundo mundial —suspira—. Lois te ha contagiado la sabiduría.
—Yo era sabia mucho antes de conocerlo —replico sonriente, sabiendo que bromea.
—Voy a extrañarte —murmura—, al menos sé que vendrás para fin de mes, iré a visitar a Hazel por ti, también me ocuparé de Lena y Gryffin.
—Te llamaré, lo prometo —beso su frente.
Cambia de tema contándome cómo le fue en la campaña de Chicago, no parece ser su ciudad favorita y conozco el motivo, pero la escucho notando como ignora lo que el lugar le provoca. Lexie es muy social, me faltarían dedos para contar a sus conocidos, muy por el contrario de mí, que recién me aventuro a conocer a mis compañeros más allá de los rodajes.
Veamos que tantos amigos hago en el proyecto que se me viene.
15 de junio, 2022
Gimo aferrando las uñas al cuello de Lois que me embiste causando sensaciones deliciosas en mi centro. Atraigo su boca a la mía ansiando sentirlo otra vez, no baja el ritmo, sigue arremetiendo mi cuerpo contra la pared que está siendo testigo de lo salvajes que podemos ponernos. Mordisqueo sus labios y dejo que su lengua se encuentre con la mía en toqueteos vehementes que me tienen delirando.
¡Qué hombre, joder!
Me deshago en sus brazos cuando alcanzo mi orgasmo y tras un par de estocadas percibo su tibieza llenándome a la par en que mi nombre es soltado en medio del gemido más excitante que mis oídos han tenido el placer de escuchar.
Delicioso.
Deja un camino de besos por mi pecho que sigue subiendo y bajando.
—Mía. —Lame la piel sensible de mi cuello—. Eres mía, Brontë.
Mis pezones se alzan ansiosos de su toque, vaya que son ambiciosos. Los acaricia con la nariz antes de empezar a mordisquearlos. Jadeo y no le cuesta mucho llevarme al planeta de los orgasmos otra vez. Me acurruco en su pecho sintiéndome exhausta, Lois me lleva a la cama por primera vez.
Sale de mí y viene con una toalla húmeda a limpiarme, me dejo hacer porque literal tengo el cuerpo cansado, el sexo es más efectivo que salir a correr, certificado por Adara Harmony.
Él besa mi frente y se recuesta a mi lado luciendo tan perfecto como siempre, desearía tener energía para más, pero soy una simple mortal cuyos músculos merecen un respiro.
—Me has exprimido —bromea jalándome a su costado.
Rio.
—Estoy amando esa jodida inyección, creo que deberíamos llevarle un regalo a los creadores —sugiero abrazando su cuerpo—, sino imagina cuantos condones habríamos gastado, pobre planeta.
Una risa ronca hace vibrar su pecho bajo mi palma.
—Estamos siendo benevolentes con el cuidado de la Tierra.
Asiento siguiéndole el juego.
—Una medalla de honor a nosotros por no haber gastado preservativos.
Siento mis ojos cerrarse pero lucho contra ello porque quiero seguir hablando con Lois, quiero aprovechar al máximo mi último día con él. Lo nota, por supuesto que lo hace.
—Duerme, bonita, me quedaré contigo hoy . —Besa mis labios con dulzura—. Eli cuida de mamá.
Con la esperanza de que lo veré más tarde, me dejo ir entre sus brazos protectores que me sostienen hasta que despierto horas después.
—Mi bombón londinense —murmuro acariciando su cabello, sonríe—, me está resultando difícil asumir que no te veré hasta el veintinueve.
—Siempre podemos tener citas virtuales —sugiere—, y prometo llamarte todos los días antes de dormir.
Me acurruco en su pecho disfrutando la cercanía.
—Voy a extrañarte —beso la piel que tengo a mi alcance—, ¿me regalas un último ensayo? Me gusta ensayar contigo.
Alza mi barbilla mirándome bonito. Suspiro.
—Vamos a ensayar, entonces.
Me pongo de pie y alcanzo una bata que cubra mi desnudez, siento sus manos en mi trasero, magreandolo por detrás.
—Como me encanta —dice abrazándome.
Me giro entre sus brazos y pellizco sus nalgas.
—Puedo decir lo mismo —sonrío coqueta.
Lo palmea por última vez y me lleva a la sala donde repito las líneas que he estado ensayando estos días.
Me encanta el poder que emana el personaje de Hilley, me amoldo a la arrogancia que destila cada una de sus frases, una arrogancia que muestra combinada con falsa inocencia. No tengo la coreografía oficial del baile, así que lo improvisamos manteniendo la conversación que tengo en el guión.
Sonrío viendo como él se ha memorizado los diálogos también. Deslizo las palmas por su pecho hasta llegar a su cabello.
—Eso no estaba escrito ahí —me indica posando las manos en mi cintura.
—Pasa que quiero besarte porque te ves muy lindo ayudándome con esto —respondo acercándolo a mi boca.
Sonríe, cambiando la mueca de sorpresa por otra de "vale, te daré lo que quieres". Su lengua le da cariño a mi labio inferior antes de atraparlo entre sus dientes y proceder a darme un beso que me hace temblar las piernas y palpitar el corazón.
Hay algo maravilloso acerca de besar a Lois, o ser besada por él; cada beso logra calar muy dentro de una manera que no logras explicar. Las caricias de sus labios sobre los míos se sienten como nunca antes, porque ninguno es igual al anterior, es innovador en cada encuentro sin dejar que nos perdamos en la monotonía. Baja el ritmo de a pocos sonriendo cuando me hace suspirar.
Estoy enamorada de este hombre, lo estoy.
26 de junio, 2022
Me apoyo en mis rodillas reprochándome por haber subestimado la dificultad de pelear con el peso de estos vestidos encima. Recupero el aliento y vuelvo a alzarme lista para recibir y devolver los golpes que se avecinan. Desde que llegué he estado entrenando, tengo a cinco especialistas en lucha guiándome y coreografiando las escenas de batalla que tendré.
Josie está al otro extremo junto a Elián y dos de los productores viéndome.
El corsé me resta flexibilidad, por lo que debo adecuarme a él para no verme rígida al momento de grabar, tiene que lucir natural. La sirena suena y me desplomo sobre la colchoneta.
—Aprendes rápido —me dice Marcus, el grandulón con el que me he enfrentado.
Sonrío agradecida por el cumplido.
—Descansa, te vemos mañana —se despide y le hago adiós con la mano desde el suelo.
Me duele todo el jodido cuerpo. Con algo de dificultad vuelvo a ponerme de pie y me dirijo hacia donde están los ojos curiosos que vieron todo mi entrenamiento.
—¿Qué tal? —pregunto.
Josie sonríe.
—Lo haces bien, Ada. —Palmea mi hombro—. Estarás perfecta para cuando empiece el rodaje.
—Genial —suspiro—, prometo que saldrá maravilloso.
Ella asiente.
—Ahora ve y quítate ese corsé, ya pasó el tiempo que tienes permitido usarlo.
Obedezco, me dirijo a mi tráiler y aflojo las cintas para retirarlo de mi cuerpo. No pasa mucho hasta que Eli llega a verme.
—Admiro demasiado lo persistente que eres, joder —dice haciéndose notar—, cualquiera se habría dado por vencido después del primer día.
—No soy cualquiera —sonrío.
—Por supuesto que no lo eres, ¡eres la jodida Adara Harmony! —exclama—. Todavía no me creo que te tengo como cuñada, debo darle amor a mi hermano.
Rio, recostándome en la cama que tengo aquí.
—¿Dónde está Kiara? —pregunto.
—Fue a fisgonear los vestuarios —me informa—, dijo que volvía pronto.
Y tal como dice, mi hermana aparece con los ojitos brillosos.
—Te verás hermosa —asegura—. Bueno, eres hermosa, está en los genes, pero esa ropa ¡mierda! Es todo tan precioso.
Debo darle la razón, aun cuando sé que por lo menos la mitad de esos bonitos vestidos terminarán llenos de barro.
Yo podría darle spoilers a Kiara, pero ella puede ser un poquito suelta de lengua cuando se emociona y no quiero correr riesgos, solo le he permitido ver los vestuarios, el resto de tiempo se la pasa explorando la ciudad con los chicos que la resguardan todo el tiempo. Elián se retira alegando que debe seguir absorbiendo los conocimientos de "Diosa Josie".
Mi hermana se recuesta a mi lado y me regaña por no haber ido a ducharme aún.
—No estás apestosa, pero si pegajosa —me apremia—, ve, ve.
Rio, levantándome otra vez.
—Quería reposar un poquito, exagerada.
Me desvisto y envuelvo mi cuerpo en una bata para ir a tomar la ducha que de verdad necesitaba, suspiro aliviada cuando mis músculos obtienen algo de frescura.
Estoy adolorida, pero decir que me pesa o me arrepiento de haber aceptado el papel sería mentir. Me encanta salir de mi zona de confort y aventurarme en géneros que no había hecho antes, esta oportunidad no es de las que rechazas, no cuando te hace crecer profesionalmente. Amo tanto mi trabajo y amo poder ser yo misma por primera vez durante un rodaje. Seco mi cuerpo para volver al tráiler donde me pongo ropa cómoda y reviso mi teléfono por primera vez en toda la tarde.
Lois: No creo que pueda llamar hoy, amor, estoy saturado con todo, pero te lo voy a compensar, ¿vale? Te quiero.
Sonrío, es tan dulce.
Kiara pone los ojos en blanco viéndome.
—Oh, aleja tus muecas de mí —dramatizo—, puede que con Bruce no haya funcionado, pero cuando llegue alguien te recordaré esto.
Resopla.
—Sí, yo estoy considerando muy en serio esto de quedarme soltera, mira a Lexie —ejemplifica—, soltera y feliz.
No la contradigo porque no me apetece revelarle que ahora mismo puede que mi amiga ya tenga a alguien que le esté haciendo mimos.
—Como digas, cariño.
Tecleo la respuesta al mensaje de mi novio
Adara: No pasa nada, te quiero, suerte con el trabajo.
Reviso el libreto repasando mis líneas, empezaremos con todo en julio. Soy la única que está aquí ahora, no he visto a ninguno de mis compañeros de elenco; todos llegarán por primera vez para la mesa italiana y luego seguiremos entrenando juntos para ver que tal funcionamos.
Benjamin llega y me informa sobre el itinerario de los próximos días.
—Josie había programado que estarías lista para las escenas de acción a mediados de julio, pero parece que lo estarás antes, has avanzado mucho para ser tu primera vez usando esos corsés y faldas pesadas —lo escucho atenta—. Mañana entrenas y luego partimos a Nueva York, solo nos podemos quedar allá dos días, debes estar aquí antes de que el mes termine, a pesar de que ya dominas la técnica hay cosas que pulir.
Asiento. Dos días para disfrutar de Lois.
Continúa hablándome de lo que sucederá y el orden que hasta ahora es el estipulado para grabar, no lo da por sentado porque suele variar. Me entusiasma mucho este proyecto porque incluso me llaman para pedir mi opinión sobre ciertos temas, se siente bien poder hablar sin tener una mirada acusatoria detrás de mí.
No puedo evitar sonreír cuando veo el nombre de mi novio iluminando la pantalla, me disculpo con Benja que resopla y me deja ir.
—Pensé que no tenías tiempo —hablo.
—Me hice un espacio —responde, puedo notar las ojeras rodeando sus ojos—, te extrañaba.
—Llego mañana en la noche —le informo—, estaré allá dos días.
Asiente y ¡joder! que ganas de traspasar la pantalla para tocar su rostro.
—Me estoy encargando de liberar tiempo para estar contigo esos dos días —me sonríe—, quiero disfrutarte al máximo.
Mis ojos se enlagunan y su ceño se frunce, pregunta que sucede pero niego.
—No es nada, solo... te extraño. —Un puchero involuntario se forma con mis labios—. ¡Qué pedazo de mierda, estoy llorando!
Lo escucho reír.
—También te extraño, amor —suspira—, la distancia es muy jodida, me las arreglaré para ir a verte y hacer trabajo virtual en estos meses.
Se me encoge el corazón viéndolo, ¡maldición, lo quiero tanto! Me pregunta qué tal estuvo mi día y le cuento todo lo que hice. Sigue pareciéndome tierno que no luzca aburrido o hastiado cuando hablo de más, al contrario, no deja de mirarme fascinado, como si estuviera revelándole un secreto de estado.
—Brontë —me interrumpe.
—¿Qué sucede?
—Algo extraño, aun no lo descifro, pero... te lo diré cuando vuelvas.
Abro la boca indignada.
—¡Lois!
Ríe divertido.
—¡No es gracioso!
No deja de reír y podría enfadarme, pero verlo tan lleno de vida causa cosas lindas en mi interior, me gusta verlo así, no importa si mi vena chismosa se ve afectada.
—Ya, vale —se detiene con la chispa juguetona presente en sus ojos—, voy a compensarte esto.
—Por supuesto que lo harás —aseguro.
—Debes estar cansada, ¿quieres que cuelgue para que puedas dormir?
Niego.
—Pero tienes trabajo que terminar así que haré el sacrificio de no ver más tu carita bonita. —Le envío un beso—. Prometo besarte mucho cuando te vea.
Sonríe.
—Estaré esperando por eso, te quiero.
Lo último lo dice con una sonrisa bonita que parece querer delatar algo más.
—Oh, ya basta, me harás llorar otra vez —lo regaño—, también te quiero, bombón.
Mi dedo no quiere presionar el botón rojo que hará definitiva la despedida, pero lo obligo a hacerlo.
Tengo un sentimiento lindo albergando dentro de mi pecho, camino como flotando de regreso al tráiler siendo consciente de que cada paso que doy me está llevando a él otra vez.
Vengo, dejo esto y me retiro.
Que tengan lindo día <3
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