CAPÍTULO 33


5 de junio, 2022

Lois se aferra a mi mano y le indico que puede retirarse, que estaré bien, necesito cerrar este pequeño asunto.

—Te veré desde la ventana —indica sin querer soltarme.

—Vale.

Camino hasta el moreno que mi novio mira con desconfianza, él no lo conoce, pero sabe que gente buena no es.

—Némesis —me saluda.

—Mortem —Sonrío con frialdad—. ¿Qué haces aquí?

Avanza esperando que lo siga, pero no lo hago; a pesar de que sé que puedo defenderme, prefiero no arriesgarme a un escándalo. Los paparazzi no llegan hasta aquí, es un barrio privado; sin embargo, no falta el curioso que ante algún movimiento brusco toma el teléfono y captura el momento.

—Está bien, como gustes —cruza los brazos y me mira.

No bajo la mirada, es mucho más alto que yo pero alzo la barbilla, no le tengo miedo.

—El juicio de Billy es la semana que viene.

—Lo sé, por eso vine.

Asiente.

—Solo quería decirte que me quedé a cargo de los negocios que no han sido descubiertos, el bloody cage, por ejemplo —explica—. Agradecería que no hablaras de nosotros, a cambio de algo, claro.

No pretendía hablar sobre ello, pero me interesa lo que pueda proponerme, así que le pido que continúe.

—Protección para tu familia —asegura.

—Tienen seguridad.

—Billy la burló cuando tu hermana se entregó —me sonríe malicioso—. Puedo ofrecerte una mejor y lo sabes. Nadie va a tocarlas, tengo el control de toda la red criminal.

»Te he demostrado que soy de confianza, Némesis. ¿Quién crees que quitó los obstáculos para que tus amigos llegaran ese día?

Entrar en el lado criminal de Miami es fácil, mantenerte ahí es lo difícil; sin su ayuda no habrían llegado a tiempo y yo estaría muerta. Que ilusa fui al creer que todo había salido bien por cosa de suerte.

—Solo te pido que no nos delates —habla sereno.

No requiero nada más que la seguridad de que mi familia estará bien, por mucho que cueste aceptar, Mortem puede ofrecerme eso.

—Un solo rasguño y mi silencio se acaba —advierto.

Asiente.

—No les sucederá nada, sabía que eras lista. —Hace amago de tocarme pero con la mirada le aseguro que no es una buena idea, alza las manos—. Más que miedo a que nos delates, me aterra lo que tus delicadas manos puedan hacer conmigo.

Dibuja una sonrisa ladina y deja caer los brazos a sus costados cuando realiza la siguiente interrogante.

»¿Qué sabes de la chica del bebé?

Frunzo el ceño.

—La que era tu amiga.

Kary.

—Billy no lo sabe —me informa aun cuando no lo pido—, de lo contrario la tendría vigilada.

—No me interesa —respondo tajante—, ¿tengo topos encima?

Niega.

—En dónde estás no hay de qué preocuparse —dice y me alivian sus palabras—. Billy heredó el poder de todo esto, pero era un niñato más. Las distintas mafias han dejado de apoyarlo, se sienten más cómodos conmigo por la experiencia.

Asiento comprendiendo, he pasado buen tiempo rodeada de esa gente, ninguno veía mi rostro, Billy siempre fue cuidadoso con eso. Mortem era su segundo, por eso le confío mi identidad.

»Me encargué de quitarte cualquier amenaza apenas obtuve el mando, te estoy agradecido y lo estaré siempre, salvaste a mi luz; ella era todo lo que tenía y Billy la puso en riesgo trayéndola, dejándola a la merced de esos imbéciles, la ayudaste cuando no debiste, te enfrentaste a él para que no la dañaran.

Saca un teléfono de su bolsillo, es de esos antiguos, pensé que ya no los vendían.

—Guarda esto, te llamaré si ocurre algún imprevisto, no es rastreable y mis mejores hombres lo han ensamblado para que sea indetectable.

—Más te vale cumplir con tu parte del trato. —Recibo el aparato.

Hace una breve reverencia y me sonríe, ese tipo de sonrisas lucen raras en el rostro de alguien que ha matado a tantas personas, pero la tomo. Me giro volviendo a mi hogar, agradezco que Lois no haya alertado a nadie, solo me alcanza en la puerta asegurándose de que sigo en buen estado.

—Estoy bien —le sonrío—, todo está perfecto.

Asiente pegándome a su pecho.

Todo va a estar bien.

8 de junio, 2022

Corro huyendo de Lois que no tarda en alcanzarme y alzarme en brazos. Rio cuando caemos a la arena con su cuerpo sobre el mío.

—¡Gano yo! —exclama mi hermana mojándonos a los dos con un balde.

Percibo el sabor salado del agua y limpio mis ojos para traerla a mi cuerpo y mojarla también. Se remueve, pero la retengo hasta que mi novio vuelve con el balde y la empapa de pies a cabeza.

—¡Son unos tramposos de mierda! —nos regaña zafándose—. ¡Así no vale!

Lois le sonríe rodeando mi cintura y pegándome a su pecho.

—Ahora ya puedes entrar a la playa —dice y ella resopla—. Anda, admite que te diviertes.

Mamá nos mira desde lejos y Kiara va con ella a quejarse sobre nosotros no siendo justos.

—Creo que se enfadó conmigo —murmura.

—Es pasajero, no le gusta mucho la playa ni la arena, prefiere las piscinas —le digo girando entre sus brazos—, ¿nos metemos?

Asiente y toma mi mano llevándome con él. Me deleito con la vista que me da y la sonrisa de suficiencia que dibuja es un claro: estoy buenote, lo sé.

—¿Te has puesto protector solar?

Asiento confundida, él me vio hacerlo.

—Creo que deberías ponerte otra capa, yo podría ayudarte, ya sabes —ofrece haciéndome reír.

—Me encanta que me manosees, pero no lo harás frente a mamá, ya le dimos suficiente ese día que me vio tocándote.

Resopla sonriente señalándome a la joven que me saluda desde lejos, alzo mi mano logrando iluminarle el rostro. Nos adentramos y percibo la tibieza del agua tocar mis pies. La marea no está fuerte, pero en cierto punto debo ponerme de puntitas. Lois rodea mi cintura llevándome contra su costado. Me saca un par de cabezas y el agua no le llega al pecho aun. Abrazo tu cuello dejando que me conduzca más al fondo.

Disfruto el choque de las pequeñas olas contra mi piel, mi cabello empieza a sufrir por la sal y me arrepiento de no haber vuelto por otra liguita. Recuesto mi mejilla de su hombro y veo como sonríe apretujándome.

Lo quiero por más que su físico, pero hay que admitir que el hecho de que esté tan guapo y sabroso me sube el ego. Bajo la mano por sus pectorales, manoseándolo a mi antojo sin llegar a ser vulgar, por supuesto que él aprovecha a tocar mi culo por debajo del agua, lo magrea siendo discreto para que los que están alrededor no lo noten. No nos apetece salir en las redes siendo un par de lujuriosos.

Llegamos hasta donde el mar cubre buena parte de nuestros cuerpos y él nos balancea mojándonos más.

—Extrañaba la playa —murmuro—. Amo el invierno, pero el verano tiene su toque especial.

Dejo que el agua bañe mi cuerpo disfrutando la cercanía de mi novio que de rato en rato besa mis labios o el centro de mi pecho con gestos cariñosos. Nos quedamos en medio del mar hasta que la piel se nos empieza a arrugar. Me saca a cuestas bajándome solo cuando es seguro que camine.

No faltan los paparazzi que nos siguen tomándonos fotos, ha disminuido la cantidad, pero sigue siendo molesto. Nick e Ivar nos resguardan intentando alejarlos, pero incluso a la distancia, joden. No sonrío, Lois tampoco lo hace, solo se aferra a mi mano llevándome de regreso al hotel donde nos estamos quedando por hoy. Las preguntas abundan, no respondo ninguna y solo obtenemos paz cuando la seguridad del hotel les cierra la puerta dejándolos fuera.

Caminamos a nuestra habitación que no está muy lejos.

—¿Todo bien? —pregunta acariciando mi cintura, asiento—. ¿Quieres comer algo?

Sonrío y él ríe abrazándome.

—¿Debo ofrecerme como almuerzo?

—Eso sería muy gentil de tu parte —pellizco discretamente su trasero y él da un respingo—, creo que tienes más culo que yo.

—Sigue gustándome más el tuyo —dice palmeándolo.

—Joder, dejen de manosearse en público —se queja Kiara, llegando a nosotros.

Estamos en el pasillo, abro la puerta del cuarto y le saco la lengua.

—Traje el uno —nos dice—, ¿no quieren jugar? Luego se comen.

Puedo besuquearme con mi novio todos los días, pero jugar con mi hermana no, así que accedo volviendo a cerrar la puerta. La hago reír lo más que puedo, incluso haciendo el ridículo con tal de iluminarle el rostro. Lois me ayuda, ambos sabemos que el día del juicio no será un día fácil, menos para ella, porque aun cuando fue voluntariamente, los golpes y todo lo que sucedió siguen en su memoria.

10 de junio, 2022

Mis dedos empiezan a doler por lo mucho que estoy mordisqueándolos y el sudor de mis manos es algo que no consigo controlar. Lois las toma y sostiene entre las suyas sin importarle lo pegajosas que puedan estar, deja suaves caricias sobre los dorsos queriendo relajar mi postura y lo logra de alguna manera, pero en el fondo la ansiedad sigue trabajando para que yo piense de más.

No puedo siquiera concentrarme en lo que sucede al frente, escucho las voces, pero no comprendo lo que dicen. Toda mi fuerza se fue a la mierda apenas mi hermana empezó a testificar lo que sucedió ahí.

Logré hablar sin tartamudear cuando fue mi turno, incluso con la mirada taladrante de Billy encima. Me valió mierda la sonrisa maliciosa que dibujaba cada que revelaba un dato más sobre lo que viví a su lado. A mi hermana la denigraron, la golpearon, no apagaron su luz, pero todo lo que sucedió ahí sigue y seguirá siempre en su memoria.

Veo a Benjamín moverse de un lado a otro, creo que intenta persuadir al jurado de todas las injurias que hemos experimentado ambas, yo por elección y ella por obligación. Billy dijo que así como Kiara había sido amenazada, yo lo había sido también. Lo desmentí, no me conviene tener que deberle favores a él.

Di un breve resumen sobre lo que presencié en ese año y medio a su lado, omitiendo solo la información sobre Mortem y los negocios ilegales que no les han tumbado, Benja supo qué preguntar para que no hable de más. El abogado de Billy, por otro lado, se abstuvo de interrogarme, no sé si se ha resignado a perder o si se ha conseguido al peor abogado del país.

—Respira —pide Lois en mi oído.

No había notado lo rápido que mi pecho se movía. Relajo mi postura y tomo un profundo respiro.

Kiara se encuentra a un par de asientos, luce tranquila, tal y como estuvo cuando se paró al frente y empezó a hablar. Estaba la opción de que no lo hiciera, ya había sido sometida a interrogatorio hace unas semanas, pero ya está en edad de decidir, ella pidió venir. Su persona de apoyo, se mantiene a su lado, verificando que todo vaya bien, mi hermana no habla mucho de ella, pero parece ser de su agrado, las he visto reír antes de ingresar.

Benja se sienta y salimos cuando se nos indica, pidieron un receso de una hora. Kiara se mueve a otra sala y Hanny, su persona, nos dice que no volverá a ingresar.

—Quiero verla —pido.

—Ella está bien, solo no se siente cómoda viendo como quizá van a culparla a usted de lo que sucedió —me explica—, quiere estar fuera, démosle un respiro.

Asiento, desearía ser quien está a su lado. Mamá tiene los ojos rojos y me abraza en cuanto sale. Me recuerdo que no debo culparme pese a que una pequeña parte en mi interior quiere dejar que el peso recaiga sobre mí.

—Las amo —susurra y besa mi mejilla—. Lamento no haber notado que algo andaba mal, cariño, debí detenerlo antes de que influyera tanto en tu comportamiento.

Recuerdo sentirme sola, la ausencia de papá la sentí más fuerte durante mi adolescencia y es que siempre fui más cercana a él. Amo a mi mamá pero su amor y cuidados nunca lograron reemplazar la conexión que tenía con Robert Harmony. Mamá trabajaba largas jornadas para poder mantenernos, es natural que no notara mi cambio, puede que lo haya relacionado con la etapa de rebeldía.

Acaricia mi cabello sin dejar de lagrimear y pongo todo de mí para guardar el dolor y las lágrimas para cuando esté sin ella al frente. Benjamin nota que estoy a nada de ceder y se la lleva con él para que respire un poco de aire. Apenas la pierdo de vista soy refugiada por los brazos de Lois que me retienen contra su pecho permitiéndome dejar caer la coraza.

—No es tu culpa —me repite.

Mi mente rememora el momento en que lo vi por primera vez y quiero tanto volver a ese instante... quiero girar el rostro e ignorarlo cuando se acercó.

Su presencia hipnotizante hizo que todo alrededor desapareciera, no podía dejar ir el contacto visual con sus orbes cafés.

¿Sería ese el chico malo del que tanto hablaban las películas?

Se mostró tímido, pero tan atrayente y oscuro a la vez, ¿cómo era esa una combinación posible?

Mis pies estaban anclados al suelo, la sonrisa se dibujó en su rostro y se plantó a tan solo unos centímetros de mí.

Era la clase de chicos que gritan ¡huye! Pero simplemente no podía, no con ese aura triste alrededor y es que no era solo su físico de infarto, sino algo que, aun cuando no conocía, me llamaba a envolver mi ser en la nube de misterio.

Nube de misterio que no solo arrasó con la poca estabilidad mental que me quedaba, sino también con la de mi familia.

Veinticinco años, ¿cómo carajos te involucras con una nena de quince? En ese entonces me sentía tan madura, porque él me lo hizo creer, me moldeo de tal manera que sentía cierta superioridad para que alguien como Billy, con tanta influencia, se fijara en mí.

El cazador se enamoró de la presa... no, el cazador decidió que jugar con la presa era más divertido que cazarla.

Mi llanto cesa, pero no me apetece moverme de mi lugar seguro. Sus caricias en mi espalda son continuas y los besos en mi coronilla apaciguan mi bestia interior. Nick me avisa que mamá está por volver, planto mi mejor semblante entablando una conversación carente de importancia. Ella vuelve más calmada, incluso dibuja una pequeña sonrisa para mí. Me pide que le cuente sobre el proyecto de Josie y lo hago para distraernos a ambas.

Debo viajar en cinco días, mañana parto de acá para cerrar un par de asuntos en Nueva York y el dieciséis Canadá me recibe.

—Sabes que no soy de fantasía, nunca terminé de entender lo de Harry Potter y los hechizos, pero la veré por ti —sonríe abrazándome.

Volvemos y agradezco que Kiara se haya quedado fuera, los murmullos sobre mí siendo la causante de todo el desastre resultan como cuchillas que apuntan directo a mi pecho. Billy es declarado culpable, después de todo y se lo llevan. Su rostro gira para verme antes de cruzar el umbral de la puerta, sus labios deletrean «adiós, Némesis» e inclina la cabeza en una leve reverencia.

Logra erizarme los vellos verlo tan vulnerable otra vez. Alzo la barbilla y salgo aferrada a la mano de mi novio que cuida mi espalda. Mi hermanita me abraza apenas salgo y suelto a Lois para poder rodearla también.

—Lo que sea que hayan dicho ahí dentro, no importa —me asegura—. Yo te amo, y jamás te culparía, lo haría las veces que sean necesarias con tal de protegerte.

Me estruja el corazón que lo diga pero es lo que haces cuando amas a alguien, ¿no? Porque sé que también me entregaría si supiera que van a lastimarla; lo haría por ella y por mamá, no lo dudaría un segundo.

—Te amo, cariño. —Beso su frente y alza la vista para verme con esos ojos tan parecidos a los míos, esos ojos que gracias al cielo no han perdido el bonito brillo que he visto desde que era bebé.

Camino con ella abrazada a mi cintura, teniendo la certeza de que no me guarda rencor, que sigo siendo su hermanita mayor, la que de ahora en adelante se encargará de protegerla mejor que antes.

Holaaaaa, ¿qué tal todo? 

Vengo de pasadita porque tuve una semana recontra agitada, si hay algún error me perdonan, lo revisé a lo loco :') 

Y por cierto, ya tengo tiktok también je, estoy como @/badreputation18  y en ig como  estoy subo contenido a diario, si quieren pasarse sería buenísimo <3 

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