CAPÍTULO 22


10 de febrero, 2022

No ha salido nada, pero sé que tomaron fotos, ¡joder! me confié mucho, me dejé llevar y he aquí las consecuencias. Lexie intenta tranquilizarme por teléfono pero no funciona.

—Sé que lo hicieron, Lex —insisto.

—Quizá tu instinto te falló, Ada. —Sonríe, pero yo quiero llorar—. ¡Hey, no! Lois dijo que no tenía ningún problema con esto, no le importa.

—Pero a mí sí. —Siento la primera lágrima caer—. No quiero arruinarlo así.

—Él no es tonto, Adara —me recuerda—, sabe el peso que tiene esto.

—Lo conoce desde fuera, no sabe lo que es estar en nuestra piel y no quiero que lo sepa, no él.

Hablamos por un rato más en el que me pide que respire y no sea negativa, Andrew toca la puerta, me veo obligada a colgar. Ayer le conté todo, en caso de que tocaran el tema en alguna entrevista y deba auxiliarme.

—Pregunté, no saben nada aún —me informa y agradezco—. Anda, relájate.

—No es fácil —explico.

—Lo es, Adara. —Masajea mis hombros—. Lois dijo que no le importaba, te quiere y puede con esto, no tomes decisiones por él.

Suspiro y trato de interiorizar lo que tanto ellos como Lois me dijeron: «no le importa»

Tal y como me indicó, las entrevistas son igual que ayer y los días anteriores, no hay nada sorpresivo. Termino el día así, sin imprevistos, Lois me espera en la puerta de la casa y avanzo hacia él rodeándolo con mis brazos.

—Te quiero mucho —murmuro sin querer soltarlo.

Besa mi frente y susurra un «yo también» que escucho con claridad.

Eli me cuenta sobre un trabajo al que está aplicando en una película que va a rodarse en unos meses y sé que lo hace para distraerme. Me alegro por él porque eso significa que está soltando sus miedos, pero mi mente no deja las preocupaciones, que ahora no solo se limitan a Kia, sino que también involucran a Lois.

Me despido de Eli e ingreso a la habitación de mi novio, me recuesto en la cama con él a mi lado y llamo a mi hermana, es mi rutina de todos los días.

—Estoy bien, sana y salva —dice al contestar.

Sonrío percibiendo su tono, creo que mi hermanita está volviendo y eso me alivia.

—¿Qué tal está Londres? —indaga—. Yo debería conseguir un London Boy para tener a quien cantarle la canción de Taylor.

—¿Terminaste ya con Bruce?

—Algo así.

Lo disimula pero logro percibir su cambio.

—¿Sucedió algo?

—Deja ya la paranoia, joder —me regaña—. Valoro mi vida, Adara, si hubiera una situación que no puedo manejar, te lo diría.

Lo acepto confiando en su palabra, me pide que le pase a Lois y hablan por un rato sobre el libro que él está leyendo antes de que se despida alegando que debe dormir. Se voltea quedando frente a mí y cierro los ojos cuando acaricia mi mejilla.

—De verdad no me importa, Brontë.

Me acurruco en su pecho aferrándome a él con brazos y piernas. No quiero dejarlo ir, no quiero abandonar la dulce huella que deja en mi corazón cuando disfruto de su compañía.

—Van a acosarte —advierto y niega.

—Puedo con ello.

—No lo sabes.

Nos gira dejándome sobre su pecho. Sus ojos celestes me escanean y desliza los dedos a lo largo de mi rostro. Cierro los ojos ante la suave caricia.

—No te atormentes, por favor —pide—. Sé lo que se viene, Ada y puedo con ello, te lo diría si no.

—No quiero arruinarlo —musito—, no contigo.

Me apretuja entre sus brazos asegurándome que no será así y por esta noche decido creer en sus palabras. Cierro los párpados confiando en que él me sostiene y no va a soltarme.

15 de febrero, 2022

No hemos salido y me parece injusto, pero Lois no se queja, disfruta los pocos momentos que podemos compartir, no pone malas caras y sabe escabullirse para ir a verme a donde sea que deba ir sin ser notado. Ahora, por ejemplo, está conmigo y Andrew en el camerino y no luce fastidiado, está riendo con las anécdotas que le cuenta mi compañero.

—Él me agrada —dice And cuando Lois va al baño—. Joset ni siquiera salía contigo realmente y me miraba como si quisiera golpearme.

Lo veo a través de mi reflejo y me sonríe, gira la silla dejándome frente a él y se acuclilla.

—Te quiere, Adara —repite—. No importa todo esto, no es justo lo que haces y lamento decírtelo así, pero debes escucharlo. Ha cruzado el Atlántico para verte y estás con cara de mierda.

Suspiro, no puedo evitarlo, me molesta joder todo esto a pesar de que no depende de mí.

—Cambia esa cara porque él no es tonto y nota tu fastidio, creerá que es por él.

Lois vuelve y Andrew le sonríe antes de irse. Me siento incómoda porque soy consciente de mi comportamiento.

—Lo lamento —suelto llamando su atención—, estoy siendo un pedazo de mierda contigo y no lo mereces.

Se sienta y jala mi silla hacia él.

—Sé que te molesta todo esto y te juro que intento hacerlo llevadero para ambos, pero no parece estar resultando. —Toma mis manos entre las suyas—. No soy de acero, Ada; siento tu rechazo aun cuando sé que no va dirigido precisamente a mí.

—No, no eres tú —señalo—, es toda la situación...

—Lo sé, por eso no me he ido —acuna mi rostro entre sus manos.

Me llaman, pero tardo un par de minutos en salir porque necesito que me bese, que lo haga y aparte mis miedos. Lo atraigo a mis labios para saborear su cariño, su convicción de que todo saldrá bien y que podremos seguir con nuestra linda historia sin que mis líos lo arruinen. Acaricia mi labio inferior y me regala un breve roce antes de que me vaya.

Transcurren dos horas en medio de entrevistas, cuando vuelvo lo encuentro con la misma sonrisa comprensiva. Quiero correr a sus brazos pero Benjamín me intercepta para entregarme mi teléfono, todo se detiene, mi cuerpo se congela cuando lo desbloqueo y veo un mensaje de mi hermana.

Kia: ¿Qué tal Londres, copito?

Trago y salgo de ahí con la excusa de que necesito ir al baño. Camino rápido, sin mirar a nadie, solo aferrándome al aparato que sostengo en mi mano.

«Respira» me ordeno.

Mantén la cabeza fría, no te alteres.

Mi corazón late fuerte y debo usar todo mi autocontrol para no entrar en pánico.

Es su número, tiene su teléfono. Kiara jamás enviaría un mensaje así.

Me comunico con mamá intentando sonar casual y ella me dice que mi hermana se encuentra en la escuela. Me muevo de un lado a otro sin saber qué hacer, cómo actuar, qué medidas tomar.

¡Joder no, mi hermanita no!

Tocan a la puerta y pido que esperen, necesito calmar el temblor de mis manos. Mi pecho sube y baja de manera violenta, el aire empieza a faltarme y temo que si no me calmo pueda empeorar la situación.

Kia: ¿Siempre tardas tanto en responderle a tu hermana?

Marco y oír su voz hace que todo dentro de mí se remueva.

—La estamos pasando genial —me informa con ese tono que me causa escalofríos—, puedes unirte cuando gustes, pero sabes las condiciones.

—No te atrevas a tocarla —advierto con la voz temblorosa.

—Oh, Copito, ¿Qué vas a hacerme? —inquiere—, ella vino a mí.

Cuelga.

Mente fría, no actúes precipitadamente.

Me enfrento a mi reflejo y controlo mi respiración. «Inhala, exhala» Concentro mi mirada en los ojos que me observan asustados desde el espejo hasta que consigo respirar de manera regular. Me mojo el rostro, pensando en todas las posibles variables y salgo.

Me golpea el rostro de Andrew y Benjamin. Ya salió la noticia, no veo a Lois por ningún lado y mi manager me informa que lo envió a casa, que está esperándome allá.

Los paparazzi dejaron de respetar y se amontonan a la salida apuntándome con los flashes que ignoro montándome en el vehículo. Debo ir a Miami, necesito salir de aquí, pero los tengo alrededor todo el día, es preciso que me libere de ellos por solo un rato.

El trayecto tarda lo suficiente como para armar mi plan mental y montar la escena que va a darme tiempo para escapar de su foco.

Sabía que la bomba explotaría en cualquier momento, pero habría deseado tanto que no fuera ahora. Camino en dirección a la habitación que comparto con Lois y lo encuentro sentado en el pequeño puf, mis lágrimas caen y niego sin querer cumplir con mi parte de todo esto.

—Está bien —asegura poniéndose de pie, se acerca con cautela—, todo está bien.

—No quiero —repito, pero él no sabe a qué me refiero realmente. Dudo, pero la imagen de Kiara junto a Billy me obligan a decirlo—. Ya están en tu trabajo, dejarás de ser Lois Aymerick el gran abogado, para convertirte en el novio de Adara Harmony ¡Incluso te pusieron un título!

Viene a mí y me abraza fuerte, me permito llorar porque no quiero irme y deseo tanto no haber hecho lo que hice años atrás.

—No puedo —sollozo—, lo siento, te quiero mucho y no puedo.

Toma mi rostro entre sus manos, dejando que las lágrimas se acumulen en sus ojos también. Niega. Puedo notar el miedo en su mirada, sabe lo que va a suceder.

—No lo hagas, Adara —ruega.

—No voy a hacerte esto, no a ti. —Me aparto de su pecho sintiendo el peso en mis piernas que no quieren irse, meto el papel en el bolsillo de su hoodie sin que lo note—. Desmentiré todo para que no invadan tu privacidad, lo lamento tanto, desearía que funcionara pero sabes tan bien como yo que no será así.

—¡No tomes decisiones por mí! —pide cuando salgo de la habitación.

Me alejo saliendo de ahí con nada más que mi teléfono, soy cautelosa evitando a Nick y me monto en el auto mientras llamo a quien va a sacarme de Londres. Las lágrimas no dejan de empapar mis mejillas, por el espejo retrovisor veo a Lois haciéndose cada vez más pequeño, vino detrás de mí. Me duele el pecho porque sé que lo estoy lastimando, que nos estoy lastimando a ambos; sin embargo, debo poner prioridades, y mi hermana... ella no va a salir bien de allá si debo lidiar con los cuestionamientos de todos ellos. Nadie conoce los alcances de Billy como yo, querrán llamar a la policía y sé bien que esa no es una opción.

Debo ir yo, debo acabarlo yo, no tengo otra opción.

16 de febrero, 2022

Andrew me espera con un maletín lleno de ropa y dinero.

—Te lo pagaré ni bien solucione todo esto —le digo y asiente—. Prométeme que no dirás nada, por favor.

—Tú prométeme que esto es solo un tema familiar y no vas a matarte ni nada por el estilo.

Sonrío.

—No vas a deshacerte de mí tan fácil. —Lo abrazo—. Gracias por esto.

Asiente y me subo al jet privado que me llevará a Miami. Me internalizo que debo dejar atrás a la niña inocente que él manipuló y convertirla en la mujer fuerte que aprendió a patear traseros.

He logrado echar abajo a Nick, me perfeccionó tanto que tengo su fuerza bruta en un empaque más pequeño que me otorga agilidad.

Mi mente puede no ser la más fuerte, pero al menos pretenderé que lo es.

Debo sacar a mi hermana de ahí porque sé que la tiene y que no es solo su teléfono lo que mantiene cautivo. Las llamadas numerosas de mamá me lo confirman, sus mensajes diciéndome que mi hermana no ha llegado a dormir y que los guardaespaldas no saben en donde se encuentra.

No contesto a nadie, Lexie, Lois, Benjamin y Eli pierden su tiempo porque no volveré sin mi hermanita. Si mi plan va como lo deseo, atarán cabos y llegarán a mi cuando lo necesite.

Adara se quedó en Londres con el corazón cayéndosele a pedazos, se quedó llorándole a lo lindo que era todo con Lois. Billy me decía Copito, porque lucía indefensa a su lado, Copito murió el día del accidente. La que está yendo a enfrentarlo y a acabar con él es el lado cruel que solo sus compinches notaron: Némesis. Lo murmuraban por temor a él, pero siempre los escuché, no me sentía merecedora de tal nombre, no sentía que había algo por vengar.

Ahora lo hay y ¡joder! Voy a vengarme tan bien por toda esta mierda. Él quitó a los paparazzi para que baje la guardia y fue él quien los trajo de vuelta, movió sus cartas para debilitarme. Dos golpes vinieron juntos, pero no he caído, porque cuando se trata de mi pilar encuentro fuerza de donde sea.

Ay, ay, ay. 

Némesis, mi diosa. 


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top