CAPÍTULO 1


4 de octubre, 2021

Camino con premura detrás de Rosalie, mi manager, que chilla dándome indicación tras indicación; lo típico: cuida tu lenguaje, nada de palabrotas, sonríe y sé amable con todos, no bufes de impaciencia, no te quejes y, lo más importante, aparenta ser la persona más feliz del jodido universo.

¡Ups, palabrota!

Resoplo consiguiendo una mala mirada de su parte.

—Debes mantener tu imagen, Adara —me regaña.

—No soy una muñeca perfecta —le respondo, cada vez sus palabras consiguen hastiarme más—, no quiero seguir jugando ese papel.

—Eso carece de importancia cuando tu porte de muñeca perfecta es lo que te consigue audiciones y protagónicos.

¡Vaya! Y yo creía que conseguía los protagónicos por mi talento. Qué ilusa.

No le respondo, es en vano. Sigo caminando hasta llegar a la puerta que me adentra al estudio donde será la sesión de fotos. La escucho saludar a todos y hago lo mismo dibujando mi mejor sonrisa, a pesar de que tengo ganas de mandar todo a la mierda. Hoy no parece ser mi día.

Me siento en un sillón aguardando por quienes van a maquillarme y vestirme. Le mando otro mensaje a Kary preguntándole cómo le fue en su cita, no he tenido mucho tiempo para volver a verla y mis mensajes parecen no llegarle. No me responde, ha de estar ocupada con el trabajo.

Una chica se acerca pidiéndome que la acompañe, le sonrío y voy con ella. Me conducen a un pequeño salón donde hay cinco personas más, todas listas para producirme. Me dejo hacer el cabello, las uñas y el rostro.

—Perdona la indiscreción —me dice la joven de ojos cafés con mirada soñadora que está encargándose de mis manos—, amo lo hermosos que se ven Joset y tú, necesitaba decirlo, son la razón por la que creo en el amor.

Me tiento a decirle que debería basar su creencia en el amor en una relación real, pero me abstengo.

—Gracias, linda —le respondo amigable.

—De nada —suspira—, él es tan perfecto.

Su aliento no lo es tanto, querida.

Sigue haciendo su trabajo y silencia su charla. Veo mi reflejo, tengo la mitad de mi cabello rubio ondulado y la otra mitad continúa lacio; si no controlaran mis redes sociales, ya me habría tomado una foto ridícula para compartirla en mi instagram.

El ambiente carente de sonido me envía a un mundo paralelo donde hago lo que amo sin tener que ser una pantalla de falsedad. Mi trabajo es increíble, la queja no es con respecto a actuar sino con lo que las mentiras han acarreado para mí; si todo lo que hago fuese real, quizá no me importaría tanto que me fotografíen a cada instante, sería yo y solo yo. Ahora no lo soy, el estrés que me produce saber que podrían captarme sin la máscara que porto a diario es lo que no puedo tolerar.

Una sacudida me saca del breve lapsus. Es Rosalie, cuyo rostro parece entre preocupado y enojado, ¿qué ha sucedido? De repente soy consciente de los murmullos que se amplifican alrededor.

—Vámonos —dictamina y me hala hacia ella.

Camino con los ruleros aun en mi cabello, miro a todos lados captando la presencia de los flashes que no se hacen esperar. Graban mi salida y no soy capaz de sonreír, no entiendo una mierda. Detengo a Rosalie cuando escucho mi voz salir del televisor que está en el salón principal.

"...quédate con los hijos de puta..."

"...relaciones armadas..."

"...fingir amor..."

—Adara, dije que nos vamos —repite mi manager, esta vez empleando más fuerza en su agarre.

No me muevo, sigo escuchando al presentador del programa. Mis sentidos se amplifican y soy consciente de todo conforme escucho cada palabra que sale del aparato. Mi voz, la suya, la de Kary. Todo está siendo presenciado en vivo y en directo por miles de personas.

—Al parecer, Adara Harmony no es el angelito que todos creíamos. —Sonríe con malicia—. Miren nada más el vocabulario que se cargaba la princesita de Hollywood.

Estoy jodida.

Muy jodida.

Esta vez obedezco y empiezo a caminar. Mis tacones resuenan en el piso de porcelanato acompasándose con los murmullos de Rosalie y los pitidos que salen de los radios de mis guardaespaldas. Detrás de nosotros dejamos las palabras que llegaron como avalancha en cuanto vieron que me iba: "mentirosa", "estafadora", "perra falsa".

Apenas termino de procesar lo que ha sucedido cuando salimos del edificio y me encuentro con al menos cincuenta cámaras apuntándome.

Jodida mierda.

Mis escoltas no logran controlar a todos y algunos logran su cometido acercándose a mí. Mi cuerpo impacta contra otros, los ruleros se aflojan, mi cabello recibe jalones y ni siquiera sé de dónde proviene la fuerza que tira de él.

—¿Qué ha pasado, Adara? —pregunta uno poniéndome el micrófono en las narices.

—¿Por qué tantas mentiras? —este me empuja el aparato contra la mejilla.

—¿Tu relación con Joset Olives es una farsa también? —y él me golpea la barbilla en su intento por acercarse.

—Así que resultaste ser una perra, después de todo, ¿algo que sí sea verdad?

No lo pienso dos veces, tal vez ese es mi error, pero planto los pies al suelo y giro para enfrentar al imbécil que se dirigió a mí. La barbilla me tiembla y mi blazer es arrugado por el agarre de mis manos que se aferran a él. Mi lengua filosa no calcula la magnitud de las palabras cuando digo lo que digo.

—La única verdad aquí es que ustedes son unos hijos de perra que no saben respetar la privacidad ajena. ¡Váyanse a la mismísima mierda, me tienen harta! Y para Connan de "What's up, Hollywood!" ¡Sí, tengo un repertorio de palabrotas que de seguro es más largo que tu anciana polla!

Suelto el aire que contenía y el silencio que se forma entre el mar de gente hace que caiga en cuenta de que la he cagado en grande. Rosalie me da una mirada de odio, ahora sí quiero que la tierra me trague y me escupa en Saturno.

Definitivamente hoy no es mi día.


¡Holaaa! Aparezco para dejarles este capítulo cortito, espero les guste. 

Me voy a seguir editando. 

Que tengan lindo día y felices lecturas. <3

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