-Indiscreción-
Notas: Ningún personaje me pertenece, todo es obra de su respectivo creador.
Advertencia: Pareja homosexual. Headcanons. Au.
-Indiscreción-
Muchas, en verdad que muchas cosas habían tenido el placer de ocurrir últimamente, más de lo que a alguien como Zack Strife le pudiese gustar, aun teniendo fama de poder tratar con cualquier problema.
Desde los recuerdos golpeando su cabeza como un balde de agua fría hasta la inesperada y traumática caída del pilar sobre el sector 7.
Dios...
Y pensaba que verse envuelto en Mako concentrado era lo más bizarro para contar en su vida, pero no, eso apenas fue el comienzo de todo. Con suerte terminaría de digerirlo algún día, aunque eso no significaba que quisiese enfrentarlo.
Estoy cansado...
Por ello el joven soldado se las había arreglado para mantenerse al margen los últimos dos días, evitando encuentros incómodos y utilizando sus supuestos encargos tontos como excusa.
Tifa le había pedido que descansara ¿No? Pues eso haría.
Igualmente, prometieron avisar cualquier cosa por si ocurría algo más y seguían en un contacto constante desde que encontraron refugio en el hogar de Aeris, en el sector 5. Y estaba tranquilo con ello mientras continuaba sus reflexiones personales, hasta que el sonido de alguien subiendo escaleras arriba lo tensó un poco.
Genial, visitas.
Y de las que no podía echar.
— Hey, Cloud. Vine un momento ~ – Se trataba de Zack, su viejo amigo y casi mentor. Había estado un tanto preocupado por del rubio los últimos días entre recados y su casi nula interacción humana, hasta que finalmente encontró el momento perfecto para venir a echarle un vistazo para asegurarse de que estuviese bien, pero a primera vista no parecía muy despierto para ello. – ¿Cloud? Oye ¿Estás dormido?
No quería creerlo. Ya era algo tarde y por lo regular, Cloud parecía tener grabado su horario de soldado en el cuerpo.
— Hey, Cloud... ¡Cloud! –Lo veía acostado en la cama y cualquier persona normal seguramente captaría que debía retirarse y dejar a la otra persona descansar, pero...
Ah, Zack Fair no era una persona normal.
— Hombre, no puedo creerlo ¿En verdad sigues dormido? – No dejaría de picar el hombro ajeno hasta convencerse y eso Cloud lo sabía, así que no le quedó de otra que hablar al fin.
— Sí...
Y eso era justo lo que el soldado buscaba.
— ¡Hey! No responderías si estuvieras dormido de verdad.
— No importa. – Murmuró con un suspiro vago, acurrucándose más en su posición. – Vete...
No lo malentiendan. El rubio no tenía nada en contra de Zack, solo que no estaba de mucho humor para charlar.
El castaño, por otro lado, parecía tan animado como su buen apodo de perrito aludía. Tenía algo en mente por lo cual moría por hablar con el rubio, especialmente porque creía fervientemente que ello lo ganaría un poco.
Lo había visto muy apagado desde el incidente del sector 7 y buscaría cualquier excusa para volver a ver ese brillo en los ojos de aquel antiguo cadete que llevaba tiempo protegiendo y luchando codo a codo.
Como señalar esa adorable y ansiada falta de formalidad mutua mientras se acomodaba al borde de la cama.
— ¡Oh! Ahora sí me tratas de tú a tú ~ – Esta vez se atrevió a más y picó la mejilla ajena.
Estaba bien, ya había confianza. Solo que Cloud era muy chapado a la antigua como para digerirlo.
— ¡Zack! – Dios, el mayor era igual o peor que Aeristh. No leía el humor, pero por ser el lo dejaría ser. – En fin... ¿Pasó algo?
Lo veía en aquellos ojos teñidos en Mako como lo suyos, Zack no se iría hasta que trataran lo que sea que lo trajo aquí. Y siendo franco, no tenía nada mejor que hacer.
No perdería nada por darle cuerda.
El castaño sonrió, con un gesto pícaro oculto detrás de aquella expresión, una señal lo suficientemente rara como para que el menor dudara sobre que tan bueno fue hablar en primer lugar.
— Oh, tuve un gran día, Cloud. Gracias por preguntar ¿Y tú que tal? – A diferencia de lo que se creería, no sonaba molesto ni similar.
Zack simplemente no podía contra su genio, debía molestarlo un poco para relajar el ambiente.
Cloud suspiró.
— Lo capto, lo capto. Lo siento... –Ser directo no era necesario, podía intentar charlar con calma. No existía la urgencia. – ¿Cómo estás?
— Mucho mejor. – Felicitó, conteniendo sus ganas de palmear la cabeza de chocobo que lucía el joven. Eso ya sería abusar de su suerte. – Pues... Bien, hice cosas aquí y allá, lo usual luego de... Todo. – No había falta mencionarlo. Ambos entendían el tema y decidieron pasarlo por alto. – Pude encontrarme con una señora muy amable que preparaba unas tartas deliciosas y te traje un poco. Andas muy delgado y nada mejor que bobozanas en postre para arreglarlo ¿No?
Mientras hablaba, sacó a relucir un pequeño recipiente rectangular, tan bien cuidado como el viaje hasta allí pudo permitir, aunque la ligera transparencia de este advertía ka forma dudosa que el postre traía consigo en consecuencia de tanto movimiento.
Desastroso pero dulce, justo como Zack ¿No? La sola idea sacó una leve sonrisa en Cloud, lo que animó al mayor en continuar.
— Lo sé, lo sé. No luce muy bonito, pero... En mi defensa, entregas express Zack Fair garantiza calidad y no vanidad. – Se defendió ante la mirada recibida, jugueteando con el recipiente antes de entregarlo. – Te garantizo que el sabor lo vale, no hay que juzgar un libro por su portada.
Lucía tan convencido que lo veía capaz de hacer productivo un negocio dedicado a ello. Hasta él quería ahora permitirse un bocado del dichoso pastel, incluso si no era el fan número 1 de los dulces.
— No debiste molestarte.
— Claro que sí. Esto sabe mejor en compañía ¿Sabes? Disfrútalo. – Volvió a acercar su mano, esta vez al fin atreviéndose a lo que antes no: una tierna palmada sobre aquella cabellera tan dispareja como la propia. – Que te falta comer más, Cloud. Así te vas a perder en el peso de tu espada.
— Suenas como mi madre.
— Debió ser una mujer sabia entonces. – Casi parecía más un auto halago, pero aun así ello no evitó el cambio temporal de ambiente.
— Sí...
El silencio nació de repente, plagado de algunos recuerdos innecesarios. Esta no había sido la intención de Zack evidentemente, pero habían cosas difíciles de evitar.
— Lo siento, yo no...
— No importa. – Cloud no se había enfadado, pero aun así aprovechó para cambiar de nuevo de tema tras probar un poco del dichoso postre. – Sabe... Bien.
Demasiado bien. Incluso sus mejillas dolieron un poco entre aquel placer al paladar, sin saber si se debía al dulce sabor o al hecho de que aun no había comido algo hoy.
— Suenas tan sorprendido que pareciera que nunca probaste una tarta. – Fue imposible no comentarlo, era de esos dulces descubrimientos que enternecían el corazón. – Adorable.
Algo natural para Zack, aunque vergonzoso para Cloud
— No me digas así, soy hombre.
— ¿Y qué? Los chicos igual pueden ser lindos y adorables. – Era tan simple como eso. La belleza y ternura no conocía genero. – Tú eres una gran prueba de ello después de todo.
Cloud volvió a sentir su rostro arder.
¿De verdad escuchó bien? Esa seguridad sobre el tema era inusual, aunque Zack no parecía consciente de ello.
— ¿D-disculpa?
Tenía un raro presentimiento. La última vez que escuchó algo así...
— ¿Eh? Ah, no. Nada, nada. – El mayor intentó no dar relevancia a lo dicho, aunque su propia curiosidad terminó impidiéndole olvidar el tema. Fue por ello que vino en primer lugar, quería constatar algo. – Solo... Digamos que algún pajarito me mostró algo curioso de Mercado Muro y...
Fue una charla casual con Aeristh, no se supone que lo comentara con alguien, pero ya que se trataba precisamente del protagonista en tal anécdota, estaba bien ¿No?
Por el lado de Cloud eso no era del todo alentador, especialmente ahora que ese mal presentimiento anterior fue confirmado y una mezcla de vergüenza, sorpresa y molestia comenzaba a abrumarlo.
No podía ser, Zack no podría estar hablando de...
— ¿De qué estás- No. No, no y no ¡No! – Había dejado esa experiencia atrás, como un secreto entre los involucrados y él mismo ¡Nadie más debería saberlo! – ¡No se supone que tu...! ¡Nadie más! ¡¿Cómo?!
Oh, ya suponía el cómo y casi podía visualizarlo con aquella cabellera castaño rojiza y ojos tan verdes como el césped.
Aeris, iré por tu cabeza.
Si sobrevivía a la vergüenza que estaba pasando, sin duda iría a por ella y todo aquel a quien se lo dijo si hacía falta.
Así de grave lo consideraba, incluso si el castaño no lo creía tan mal escenario.
— Cloud-
— ¡No, cállate! ¡No quiero oírlo! – Intentó cortar el tema. – ¡No de ti!
Ya era bastante malo que Tifa y Aeristh lo supieran, pero Zack no debía saberlo.
— Vamos, no debió ser tan malo. – Se estaban ahogando en un vaso de agua, aunque debía reconocer que esa negativa casi infantil tenía su encanto.
No era usual que Cloud perdiera los estribos.
Oh, pero como buen superior responsable debería calmarlo ¿No? Claro, es lo que Angeal haría en su situación.
— Fue loable y honorable a su manera, Cloud. – O así lo veía conociendo el contexto.
— ¡Cállate!
— Si te sirve de algo, luces más bonito que Aeris y Tif- –Y vaya que hubiese continuado alabando sobre ello ser por el almohadazo que recibió sin previo aviso, aturdiéndolo apenas un poco, así como también interrumpiendo su halago. – ¡...!
El rubio lo tenía claro,
Entre amigos y camaradas no existen los secretos, pueden apoyarse para lo que sea; pero en lo que respectaba a Cloud, habían cosas que en definitiva no quería hablar nunca con nadie, por el bien de su salud mental y la poca dignidad que conservaba tras tras abandonar Mercado Muro.
Como aquel inminente instante dentro de un vestido que borraría de la memoria de Zack a golpe de almohada si hacía falta.
— ¡Hey, que te estoy halagando! ¿Por qué me lanzaste eso? – Suave o no, del brazo de un soldado podía doler.
— ¡Eso nunca sería un halago!
No lo aceptaría, ni hoy ni nunca.
Incluso proveniente de Zack, la persona que más apreciaba y quería en esta vida.
— Vamos, incluso yo podr-
— ¡Que no!
Incluso si a veces ni él mismo sabía por qué lo quería tanto.
Notas finales: No sé, apenas acabo de conocer este universo de juegos y quise hacer algo bonito. Como dije arriba, es un Au, así que no hay sentido con la continuidad xd
Gócenlo (?)
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