-Calma-

Notas: Ningún personaje me pertenece, todo es obra de su respectivo creador.

Advertencia: Headcanons. Pareja homosexual. Au.

-Calma-

Calma.

Últimamente y desde que todo el caos de Shinra salió a la luz era difícil decir que las cosas volvieron a estar en calma, y quizás era momento de aceptar que nunca terminaría de volver a ello.

Pero... ¿Podía culparlos? Zack Fair solía caracterizarse en ser positivo y lleno de energía, pero incluso siendo como era, comprendía que no todos manejaban las crisis del mismo modo.

Gran número de personas habían perdido más de lo que nunca podría llegar siquiera a imaginar y las palabras bonitas no eran suficientes para sanar un corazón. En verdad sabía lo que era eso... Porque actualmente era lo que estaba viviendo con cierto ex soldado de rubia cabellera.

— Cloud, tan solo debes calm-

— ¡No me puedo calmar! ¡No me pidas que me calme! – Reclamó el aludido, a lo que el moreno no pudo evitar suspirar, pensando en cualquier otra alternativa.

¿Cuántas veces ya llegaron a este punto de discusión? Perdió la cuenta hace demasiado.

Las cosas se habían puesto tensas tras la caída de aquella torre sobre el sector 7, y ello combinado a la facilidad con la cual Cloud asumía culpas no era lo mejor.

— Han pasado tantas cosas... – Murmuraba el rubio, quizás haciendo memoria de cada suceso. – Y solo lo sigo arruinando ¡Maldita sea!

No podía evitar que lo causaba de algún modo u otro, un sin número de malas decisiones siempre tomaba delantera en su cabeza.

Y verle sufrir de aquel modo solo estribaba aún más el corazón de Zack, quien lamentaba no poder hacer tanto como quisiese para ahorrarle tanto pesar.

— Cloud, ya hablamos de eso. No es tu culpa. – Le recordó, palmeando su hombro y a sabiendas del motivo detrás de sus palabras.

Sefiroth. Increíblemente, aun luego de su "muerte" seguía siendo un problema recurrente, como un fantasma del pasado que nunca lo dejaba en paz.

— ¡Sigo cayendo en su trampa una y otra vez! – Recalcaba el rubio con una evidente angustia tatuada en su rostro. – ¡Obviamente es mi culpa!

— No eres el único, a todos nos ya sucedido. – Intentó recordarle, pero no funcionaba. Casi podía verlo comenzar a caer en pánico de nuevo y con ello, otra crisis nerviosa que no se la deseaba ni por accidente. – Cloud, necesitas respirar, hombre.

No soportaba verlo así, tenía que hacerlo algo y pronto.

Vamos, Fair. Piensa en algo... ¡Piensa! El propio Zack comenzaba a sentirse acorrarlafo al verle moverse inquieto de un lado a otro entre tanto murmuro hasta que al fin una idea golpeó su cabeza y supo qué hacer.

— ¡No quiero respirar! ¡Solo quiero...! ¡Quiero...!

Cloud por su parte estaba muy distraído como para hacer algo ni ver venir nada, tan solo seguía bufando frustrado hasta que notó unos brazos envolverlo suavemente desde la cintura, y seguido de ello una leve calidez que rozó sus labios tan repentinamente que ni pudo reaccionar.

— ¡...!

Fue un shock.

Así de simple como real. No buscaba ser un gesto profundo ni brusco, aunque ello no disminuía el impacto que dejó en el corazón del más joven; mismo que sentía el calor emerger desde su pecho como la pequeña llama de una vela hasta avanzar a su muy sorprendido rostro, con el cual apenas logró parpadear en cuanto el moreno volvió a separarse ligeramente.

Todo esto en menos de un par de minutos que sin embargo, implicaron una dulce eternidad por breves instantes.

Un momento mágico que no creyó vivir justo ahora.

— Bien... Al fin tengo tu atención de nuevo. – Fue lo único que Zack llegó a atreverse a murmurar al contrario, aunque ello solo despertó la vergüenza del rubio, quien parecía aún no querer admitir que no estaba imaginándolo todo.

— Z-zack... – Sentía su rostro arder y apenas se atrevía a mirarlo de frente.

No es como si fuese un primer beso, pero la sensación era casi igual de embarazosa y dulce; esa era la magia del joven soldado.

— ¿Mejor? ¿O debo hacerlo de nuevo? – Bromeó con su característica sonrisa, aunque había una parte de verdad.

Si Cloud quería más cariño, nunca se lo negaría.

— ¿Q-qué? ¡No! Quiero decir... – No sabía a donde mirar ni mucho menos qué quería decir. Dios, por un instante juraría que sus neuronas solo se apagaron sin más.

— ¿Seguro? Estás muy rojo ahora, aunque comparado lo pálido de antes creo que es mejor. – Eso lo había preocupado mucho, no le gustaba ver al chico tan angustiado de nuevo. – Hombre, creí que te daría un síncope.

Sabía que Cloud tendía cargar con todo solo, pero ese era el punto que quería recordarle: Ya no estaba solo.

Zack estaba allí y lo iba a apoyar, pasara lo que pasara; y aquel burdo pero tierno gesto intentó recordárselo.

Pensar en ello sacó una leve sonrisa en el más bajo, todavía sintiendo los cosquilleos sobre sus labios.

— Ugh... ¿Por que...? – No se quejaba, aunque habían mejores métodos para robar su atención y de seguro el castaño lo sabía.

Adivinando aquella cuestión, el joven soldado ladeó la cabeza cual cachorro antes de iniciar su explicación.

— Necesitaba una forma de traer tus pies a Gaia ¿Sabes? Y esta era la forma menos violenta posible. – Su querido chocobo podría ser un soldado hecho y derecho capaz de enfrentar a Sefiroth, pero eso no implicaba que siempre habría que ser brusco con él. –  Y si me lo permites, tomaré el hecho de no haber sido golpeado como que no te molestó lo que hice.

Esa ya era una buena señal ¿No?

— Tu sólo... Pudiste...

— Pude hacer muchas cosas, lo sé. Pero ¿No crees que es más heroico rescatar de un momento de crisis con un beso? – Casi y se había atrevido a posar tras aquella frase, lo que hizo chillar aun más al rubio.

— ¡Zack!

Dios, a ese hombre le gustaba mucho jugar con su paciencia. Pero claro, si lo miraba con aquellos ojos infantiles dignos de un can inocente no había forma en la que en verdad lograra enojarse con él.

— Tranquilo, tranquilo. No busco tomarte el pelo, es solo que... En verdad buscaba calmarte. – Aclaró tras unas breves rodas y palmeando nuevamente la cabeza ajena. Era como un vicio, el cabello de Cloud era tan suave como las plumas de un polluelo. –No me gusta que te angusties tanto.

Ninguna persona estaría tranquilo si alguien que apreciaba pasara por tantos pesares y estrés después de todo.

— Mira, yo entiendo tu preocupación por todo lo que ocurre y la comparto, pero no puedo permitir que mi persona importante sufra un colapso nervioso y quedarme sin hacer nada. – Se sinceró, a lo que Cloud quedó sin palabras.

¿De verdad era tan importante para alguien? A veces le costaba creerlo, pero Zack nunca le mentiría.

— ¿D-de verdad soy esa persona para ti?

— Sabes que sí, tonto.

No pudo resistirse a abrazarlo en cuanto lo vio tan confuso pero silenciosamente agradecido delante suya. Aunque el rubio fuese renuente al cariño, los últimos meses había aprendido a manejarlo mejor.

— No intentes cargar todo tú solo ¿Vale? También estoy aquí y quiero ayudar. – Murmuró en medio del gesto, solo para notar poco después como unos brazos delgados lo rodeaban de igual modo.

Era tan lindo.

— Lo sé... Gracias, Zack. – Respondió en un tono similar, solo para al final aferrarse al moreno con toda la confianza que guardaba.

— Para ti, siempre estoy. No lo olvides.

Ambos eran soldados, eran héroes, pero también eran humanos. A veces necesitaban respiro, un abrazo, un momento de calma; y para ello, se tenían mutuamente para no verse abrumados.

No estaban solos, había alguien valioso que les traería paz y con quien podían compartirlo todo.

Notas finales: Un cliché al que no me pude resistir, déjenme. (?)

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