Parte 1

Namjoon miró hacia todos lados antes de entrar a la habitación con el pulso disparado a las nubes, sintiendo como si fuera a cometer el delito del siglo y ser descubierto en el acto, aún sabiendo que las posibilidades eran (casi) nulas. Suga dormía plácidamente sobre Jimin en medio de la sala de estar, ya se había asegurado de inmortalizar la escena con la cámara de su móvil; Taehyung y Jungkook escaparon —sin permiso de nadie y solo un aviso vago— al cine para el estreno de una película de terror, mientras Hoseok y Jin acababan de salir de compras con una gran lista que este último se encargó de hacer tras revisar las provisiones semanales. "¿Cómo voy a cocinar así?" se había quejado durante la mañana, "¿Cómo voy a traer solo tantas bolsas?", los miró a todos, buscando a la víctima para su visita al supermercado. Hoseok soltó una risita nerviosa y autoproclamó su condena.

El líder estuvo a segundos de ofrecerse, aunque de haber sido así, no estaría en la habitación del mayor, siguiendo unos tontos impulsos dignos de alguien que está en su pubertad y no en la plenitud de sus veinte.

Tomó de la cama la sudadera que Jin había estado usando durante la mañana y hundió su nariz entre los pliegues de la tela suave, intentando descifrar los aromas entremezclados, separando el del detergente claramente distinguible y ese algo que no sabía como describir, que era propio de su hyung. No era exactamente el perfume o el jabón, lo había descartado porque siempre que le abrazaba percibía los cambios de productos alterando el aroma de su piel, pero nunca dejaba de ser agradable.

Abrazar a Seokjin era agradable en y para todos sus sentidos.

Jin siempre olía bien, le gustaba —tanto su aroma como Seokjin por completo, nada de eso estaba en discusión para Namjoon, ya había superado la etapa de la negación y la confusión en cuanto a los sentimientos por el mayor— y por eso estaba ahí a escondidas apretando la ropa entre sus manos. Quería más de lo que se atrevería a pedir.

Inspiró de nuevo y cerró los ojos, apoyando su mejilla. Solo unos minutos más y se iría. Necesitaba impregnarse un poco más con esa fragancia para quedar medianamente satisfecho. Oportunidades así y que pasara desapercibido, eran escasas.

"Jin", abrazó la sudadera con el rostro cubierto por ella. "Jinnie". ¿Era normal desear tanto algo como tener a Jin abrazándolo para poder refugiarse contra su cuello? Lo deseaba tanto que sentía un vacío en el estómago.

—Cualquiera olvida la billetera, regreso enseguida —se quejó con el ceño fruncido ante la sonrisa de burla de Hoseok, quien justo antes de salir había preguntado si no estaba olvidando algo.

Jin parpadeó un par de veces como para asegurarse de lo que veía al casi tropezar con Jimin y Yoongi acurrucados, si no estuviera apurado les habría tomado una foto, sin perder más tiempo se desplazó con el mayor silencio posible a su habitación para evitar despertarlos, topándose con una escena todavía más sorpresiva que le hizo dejar a un lado su pensamiento de "aw, se ven tan tiernos durmiendo así".

¿Namjoon tenía su ropa en la cara?... "¡¿Namjoon está oliendo mi ropa?!" Dio un pequeño brinco, "¡la sudadera que estuve usando toda la mañana!".

Respiró profundo mientras en su cabeza aparecían opciones como si estuviera en un concurso de televisión: a) Gritar: "¡Namjoon qué haces con mi ropa!", b) Seguir paralizado en el umbral de la puerta hasta que alguno de los dos reaccionara, c) Toser disimuladamente para que se note su presencia en su habitación, d) Extender su mano, tomar la billetera y desaparecer antes de ser visto. Optó por la última. Afortunadamente y para comodidad de ambos, el líder ni siquiera lo notó.

Se le hizo imposible interrumpir cuando le veía abrazar su sudadera con cariño, apoyando la mejilla y con los ojos cerrados. Le provocó un hormigueo en el estómago y calor en el rostro. Señales suficientes que le hicieron huir rápido del apartamento con su sensible corazón golpeando fuerte contra su pecho.

—¿Qué pasó? Estás rojo.

—Nada, solo el calor —respondió negando con la cabeza al mismo tiempo.

—¿Calor? —Cuestionó extrañado.

—Vamos, se nos hace tarde —tiró del brazo del rapero y cambió rotundamente el tema, mencionando otras cosas más que necesitaba comprar.

Cuando Seokjin y Hoseok regresaron, Jimin corrió hacia ellos para ayudarle con las bolsas y, de paso, mirar con curiosidad el interior de la mismas.

—Elimina esa maldita foto.

Jin escuchó reclamar a Yoongi con su voz seria y demandante mientras Namjoon se paraba en la punta de sus pies alzando su móvil, activando aún más la frustración del más bajo de la rap line.

—Es una foto muy linda, a Jiminnie le gustará.

—¿Qué foto? —el aludido dejó de intrusear las bolsas y fue hacia ellos.

Seokjin ya imaginaba que foto era, nadie se resistiría a inmortalizar a esos dos durmiendo juntos. Yoongi estaba prácticamente desparramado sobre el pecho de Jimin, quien le rodeaba con los brazos. "Adorables".

Sin desempacar, dejándole la tarea a Hoseok, partió a su habitación, la sudadera estaba en el mismo sitio y doblada tal como la dejó antes de salir. La tomó y al acercarla a su rostro percibió el aroma de Namjoon. El cosquilleo en su estómago regresó.

Mordió su labio, evaluando qué haría. Necesitaba corroborar si lo que vio apuntaba hacia lo que esperaba de Namjoon. Ansiaba saber si le gustaba siquiera un poco de la misma manera que él se sentía respecto al líder. ¿Sino por qué alguien entraría a escondidas a una habitación para oler y abrazar prendas de ropa ajena?

A la noche siguiente, el mayor dejó "olvidado" un suéter delgado de hilo en la sala de estar. Suéter que apareció en su habitación durante la mañana. Sentía el aroma de Namjoon impregnado tenuemente en su ropa.
  
 
 
 
 
 
  
  
 
 
Comenzó una rutina que Namjoon no sabía si era intencional o no. Seokjin dejaba algunas prendas de ropa a su alcance, ya sea en la sala de estar, en el baño, en el estudio. En silencio las recogía, disfrutaba de ese aroma que tanto le fascinaba y luego las regresaba como si nada a la habitación del mayor. Quería creer que no era casual, que era improbable que el mayor fuera olvidando su ropa tan seguido en espacios comunes.

Namjoon por cada sudadera, camiseta o suéter olvidado, más se convencía que era una especie de señal que tenía que significar algo.

De a poco se fue atreviendo a aumentar el contacto físico, tanto el que se mostraba en pantalla como en la intimidad del apartamento. Agradecía —tanto como la ropa que dejaba a su alcance—que su hyung favorito aceptara y le correspondiera las muestras de afecto.

Además de la prenda de ropa diaria que llegaba a sus manos. Sus momentos favoritos se habían convertido en los que podían abrazarse o tomarse las manos. Como cuando se acercaba al mayor, apretaba suave su cuerpo y rozaba con su nariz la piel del cuello. Jin solo se retorcía un poco, riendo y quejándose, sin la intención de quejarse realmente, que le provocaba cosquillas.

Hubo un día que Namjoon debía reconocer como el exceso de confianza de su parte. Seokjin preparaba la cena y como empezaba a ser parte de la rutina, le había abrazado por la espalda. Nariz contra su nuca, acariciando justo en el nacimiento del cabello. Desde ahí dejó de pensar en qué estaba haciendo, embriagado por el aroma del mayor, presionó un poco más, sus labios se pegaron suavemente a la piel disponible.

Seokjin estaba rígido, pero no se apartó y Namjoon, ya consciente de qué demonios acababa de hacer, actuó justo de forma contraria a la que se estaba ordenando en medio del pánico interno —cerebro a resto del cuerpo: retrocede ahora mismo—, dejó otro beso corto y rápido como el tiempo que tardó la sangre en circular directo a las mejillas de los dos.

—Empezaré a llevar las cosas —dijo nervioso apartándose de un salto. Jin asintió con la expresión de sorpresa.

Apretó firme los platos para que ninguno escapara de sus manos torpes y seguir corroborando que había en él una innata habilidad de destrucción. Fue una tarea titánica cuando todavía temblaba, más al notar los ojos del mayor atento a cada movimiento.

Jin seguía con la voz atascada mirando a Namjoon, quien chocaba descuidadamente contra una esquina, pero sin soltar los platos. Apenas logró emitir un ruido ahogado mientras sentía un hormigueo agradable en la piel que su dongsaeng tocó con sus labios. Quería más, quería al rapero abrazándole y con la boca sobre su cuello.

Le parecía injusto que Namjoon despertara tantas cosas en él con un simple gesto impulsivo. Más injusto le pareció que se alejara de esa manera. No quería que le evitara, ni que interpretara su asombro como un rechazo. Estaba tan sumido en sus pensamientos que había olvidado que tenía una olla frente a poca distancia. Atinó a cortar la estufa cuando Taehyung, que acababa de entrar, le dijo: "está hirviendo".

Esa noche el mayor del grupo fue un poco más allá, se arriesgó a ser más directo en sus indirectas: dejó la camiseta rosada que estuvo usando durante el día sobre la cama del líder. Salió de la habitación con sigilo y notó como Yoongi lo miraba extrañado. Seokjin pasó por su lado sin decir nada, agradeciendo en silencio que no le hiciera preguntas al respecto.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Namjoon se llevó una grata sorpresa. Las prendas nunca aparecían en su habitación, ahora estaba convencido del todo que no se trataba de casualidades, apostaría su vida a ello. Esa noche durmió con una sonrisa, acompañado del aroma de Seokjin. Estuvo tan sumergido en su pequeña burbuja de felicidad que al despertar se preguntó: "¿Y ahora qué digo? ¿Qué hago?".

No hizo nada.

Cuando vio a Seokjin quedó en blanco. Cualquier discurso que ensayó para iniciar la conversación y preguntarle si acaso quería su camiseta de vuelta, porque él durmió muy bien con ella, no ocurrió.

Ambos evitaban mirarse; hacerlo sin que sus mejillas se encendieran sería imposible. Tampoco hubo muestras de contacto físico como a las que estaban acostumbrados.

La siguiente noche, Namjoon usó la camiseta para dormir y se imaginó cómo sería estar en ese momento contra el amplio pecho de Jin, rodeado por sus brazos. Sentía como si le abrazara. Hubiera sido un sueño reparador salvo por haber despertado antes que la alarma sonara y volviera a cuestionarse: "¿Qué haré? ¿Qué le digo? ¿Lo tomo por los hombros y confieso un hyung, me gustas y quiero quedarme con tu camiseta rosada?".

Pensaba en las consecuencias, positivas y negativas, para él y para el grupo. ¿Por qué no podía ser más fácil? Jin le gustaba y, por lo que sospechaba, era correspondido. El mayor le había arrojado una seguidilla de indirectas en forma de ropa perdida, pero no olvidaba su rostro de sorpresa después del beso impulsivo —había grabado a fuego lo maravilloso que se sentía contra sus labios el tacto de la piel suave de Seokjin—. Quizá lo había asustado. Él se había asustado de su propia torpeza al punto que le costaba mirar a Jin a los ojos sin incomodarse.

Nuevamente no hizo nada. Tampoco lo abrazó por la espalda ese día, ni los que siguieron, pero continuaba durmiendo con la camiseta de Jin, sopesando una y otra vez el curso futuro de sus acciones.

Seokjin todavía esperaba una respuesta. De preferencia una en forma de "me gustas también".
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Namjoon empezaba a desesperarse con su propia indecisión, lo cual inevitablemente influía en su trabajo. No lograba concentrarse cuando practicaba las coreografías, tropezándose o chocando con sus compañeros, menos ahora que estaba frente al ordenador, con la mente bloqueada y la mirada fija de Suga sobre su nuca. No hacía falta voltear para confirmarlo.

—Parecen dos adolescentes —comentó Yoongi rompiendo el silencio.

—Actualmente algunos refieren que la adolescencia se extiende hasta los veinticinco años. —Se encogió de hombros al justificarse, presintiendo el rumbo que tomaría la conversación, aunque sabía que con Suga no funcionaría desviarla, quiso intentarlo de todos modos.

—No un adolescente tardío, sino de esos de catorce. Tú y Jin, solo que en vez de cartas perfumadas te deja ropa por toda la casa y el estudio.

Namjoon sintió el calor subir hasta su rostro al verse descubierto. Pensando que responder un "no me había dado cuenta" Yoongi se lo tomaría como una ofensa a su inteligencia. Y sí, lo sería, así como cualquier otra respuesta desentendida.

—¿Ya le diste una respuesta?

—Respuesta a qué, si no me ha preguntado nada.

—¿No te basta con todas las señales? ¿Cuáles son tus excusas para no decirle "sí" y armar un disimulado nidito de amor? No es como si fuera novedad que hubiera algo entre ustedes, son varias personas quienes los emparejan.

El calor pasó a ser un ardor en la cara, hasta sus orejas debían estar rojas, pero le aliviaba un poco la forma en que Yoongi le ayudaba quitándole el peso.

—Haz algo, no quiero que vuelvas a estrellarte contra mí en la próxima práctica.

La plática fue tranquilizadora. Yoongi y su falta de sutileza con la que planteaba las cosas le ayudó a dejar de ahogarse en un vaso de agua.

—Hecho.

No dejaría que los días siguieran pasando. Quería abrazar a Seokjin de nuevo por la espalda y besarle el cuello, justo en el nacimiento de cabello. Quería besarle en muchos otros lugares. Quería, aunque sea una noche, dormir envuelto en sus brazos. Sería imposible si seguía pensando en consecuencias negativas que inmovilizaban.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Estaba seguro que fue obra de Yoongi, pero había quedado a solas con Jin en el apartamento. Tenía que agradecerle, porque no existía excusa válida para no tener la conversación pendiente, después de todo el mayor usaba su día libre para sacar a todos los menores y despejarle la pista. Le debía una grande.

Reacomodó su cabello, soltando el aire retenido, no podía echarse atrás. Tomó la camiseta rosada y fue a la sala. Ahí lo encontró sentado con los ojos fijos en un libro.

Jin recién reparó de la presencia del menor al sentir el calor que desprendía el cuerpo ajeno, cuando al mover su brazo, chocó con el costado de Namjoon. Estaban muy cerca, con las rodillas casi tocándose.

Le tendió la camiseta. Seokjin la recibió con timidez. ¿Debería tomarlo como un rechazo? Esperaba que su dongsaeng la siguiera conservando. Ahora se cuestionaba qué había estado haciendo al dejar regadas sus prendas por ahí para Namjoon, quien simplemente las tomaba y se las devolvía, es decir, si él encontraba ropa de alguno de sus compañeros también las llevaba a sus habitaciones. Era lógico.

Sospechaba que su mente enamorada estaba interpretando mal las cosas. Quizá se estuvo confundiendo todo este tiempo, enviando señales que no eran captadas como habría querido. Se sentía ridículo. Seokjin se encogió en su lugar avergonzándose de antemano.

Estaba seguro que ahora venía el rechazo.

—Hyung, ¿te gusto? —Namjoon prefirió tantear el terreno primero.

¿Acaso no era obvio? El silencio se extendía, Seokjin creía que ahora continuaría con una frase como "quizá nos estamos confundiendo, yo solo quería saber qué perfume estás usando, no sé por qué no te lo pregunté directamente antes", o algo de esa índole y terminaría por hundir su corazón, también de restarle puntos a su dignidad. Se atrevía a ser tan dramático para decir que no le quedaría dignidad en pie.

Estaba mentalizándose y preparando su cara de todo-está-bien, porque Namjoon no le había dicho nada durante días y el contacto físico se había reducido a nada. ¿Cómo no iba a pensar en proyecciones negativas?

—Porque me gustas mucho —dijo con la voz grave y un nudo en el estómago—. Tanto que no sé qué hacer.

Namjoon por fin se terminó de quitar el peso de encima. Ya no se ahogaba.

Los labios de Jin se entreabrieron por el asombro y con ambas manos cubrió su cara con la camiseta. Ahora olía como a Joonie. Soltó primero una carcajada ahogada por la tela. Trató de detenerse, pero entre los nervios, el palpitar rápido y el hormigueo en su estómago, la risa brotaba por cuenta propia.

—¡Hyung, te están riendo de mí! —Protestó Namjoon con las mejillas encendidas—. Me confesé y te ríes de mí —dijo lo último semi sonriendo, en vano resistiéndose a la contagiosa risa del mayor. Empezaba a preocuparse de que Seokjin terminara ahogándose.

Jin reía porque se sentía torpe y todavía avergonzado. Ambos eran un par de torpes. Reía porque se sentía feliz, después de todo obtuvo la respuesta que anhelaba oír. Reía porque Namjoon contradijo sus catastróficas proyecciones. Reía por su forma tan dramática de haber estado viendo la situación, anticipándose a una pérdida de la dignidad.

Apartó la camiseta de su cara y miró a su líder con lágrimas en el borde de los ojos, aún temblando, con las extremidades débiles y un poco de dolor en las mejillas.

—Pensé que estaba claro que me gustas —dijo semi ahogado por el minuto de risa, extendiendo sus brazos para atrapar a Namjoon entre ellos.

El menor no dejó de sonreír, ni siquiera cuando buscó el sitio perfecto entre el cuello y hombro para reposar su cabeza ahí. Acariciando la piel con la punta de su nariz, disfrutando del aroma.

—Tardaste mucho —se atrevió a quejarse—. Tampoco quise apurarte —comentó lo último más bajito, apoyando la barbilla sobre los cabellos del menor.

Se quedaría una eternidad de esa forma, aunque le diera un calambre en los brazos.

Namjoon no respondió, solo depositó un suave beso sobre su cuello antes de apartarse para mirarle. "Hermoso", pensó antes de juntar su frente con la contraria.

—Supongo que con un beso y una salida a comer quedas perdonado.

El líder asintió y buscó los labios ajenos para fundirse en un beso. Jin abría su boca amoldándose a la forma en que guiaba el contacto de sutil a intenso. Sentía que por fin todo encajaba a la perfección. Los labios juntos, el cuerpo cálido de Namjoon en sus brazos y los sentimientos correspondidos. Ya tendrían tiempo para hablar entre más besos y una salida a cenar, por supuesto, de qué harían con su relación. Ahora las proyecciones de Jin sí podían ser positivas.
 
 
 
 
 
 
 
 
—Me debes un favor más enorme que tu coeficiente intelectual, que todos tus equipos, que tu vida —le recordó Suga en la mañana, cuando le vio besando la mejilla de un feliz Seokjin—. Comienza por eliminar la foto.

Namjoon lo hizo bajo la atenta mirada de Yoongi en la pantalla, aunque omitió decir que la dichosa foto ya había sido compartida con Jimin.    
 
  
 
 
 
  
  
  
  
  
 
  
***
¡Gracias por leer! <3 

Seguramente agregaré otra parte más cortita que debo terminar de editar >u<

Cualquier comentario es más que bienvenido :)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top