Capítulo 35

Esmeralda, era una pequeña organización mixta de colombianos, estadounidenses y surcoreanos que se había hecho de un hueco en suelo asiático cinco años atrás. Estos llegaron por China, pero lentamente se fueron corriendo y extendiendo hasta llegar a Corea del Sur.

Sin embargo, no tenían ni siquiera cómo empezar a compararse con La Familia, la organización número uno dentro del país, entre el top diez internacional con cuatro clanes diferentes. Individualmente, cada clan era potente, pero entre esos, se destacaba, la familia base bajo el mando de Seokjin e Indigo. Le seguía Magenta y por último, la perteneciente al hermano menor de Jin, Seonghwa.

Muchos creían que por este orden, podrían encontrar el eslabón más débil si se iban por los más bajos, sin saber que en realidad, no existía tal eslabón o debilidad. Sin importar contra quiénes se fueran, se encontrarían siempre con muros casi impenetrables.

Jeon JungKook, el líder de Magenta, había estado en China cuando recibió una alerta de uno de sus hombres que se encontraban infiltrado en los Esmeralda. Gracias a esto, dejó absolutamente todo atrás para regresar al país con carácter urgente en el avión privado de la organización.

Estaba aún en vuelo cuando recibió la llamada de que no habían podido evitar que lastimaran a Taehyung. Ahí, su rumbo cambió por completo al reunir a cada uno de sus hombres para irse sin misericordia en contra de los Esmeralda. Quemaron sus instalaciones después de apropiarse de gran parte de sus mercancías o efectivos, mataron a cada uno de los hombres, incluyendo el líder que casi se le escapó. Sin embargo, este no pudo salvarse de la ira de Jeon.

No hubo armas, el rubio se encargó arrebatar la vida de ese cuerpo con sus propias manos. No fue directo a matarlo, con patadas certeras quebró las piernas contrarias para obligarlo a arrodillarse, luego fueron sus puños limpios los encargados de hacer el resto.

Cada golpe que hacía doler sus nudillos, le permitía escuchar un órgano colapsar, un hueso partirse, una costilla quebrarse. Disfrutó casi con sadismo la forma en que la sangre abandonaba su boca, como su nariz chorreaba hasta que sus ojos se tornaron blando con su cuerpo temblando a medida que colapsaba hasta que finalmente quedó sin vida.

Escupió sobre ese sujeto después de dejar el símbolo de su clan en su pecho. Salió de allí aún cegado por la furia, el dolor y el miedo de que a Taehyung le pudiese ocurrir algo a pesar de la información de que no había muerto en el lugar.

— ¿Ya hablaste con todos? — Seokjin elevó su mirada jugando con los anillos de sus dedos mientras permanecía sentado en la oficina de su casa, antes de prepararse para ir a la sede central. — Esto es una ofensa directa a mi organización, Rubí tiene que desaparecer del mapa junto a Esmeralda.

— Acaban de avisarme de que ya no existe Esmeralda. No sé cómo justamente o si es que realmente estaban tan débil dentro de Corea, pero los Magenta acabaron con esa organización. — Informaba Hoseok serio cuando la alerta de su residencia se activó. Activando sus auriculares, se apresuró a obtener información. — ¿Informe?

Seokjin se levantaba arreglando los puños de su camisa y saco con tranquilidad mientras el menor era informado. Peinó su cabello con sus dedos y sacudió sus manos pasando a tomar su arma personal. No obstante, una mano se levantó en el aire avisándole que se detuviera, enarcando una ceja confundido.

— Jeon JungKook ha entrado en la propiedad, en nada estará entrando a la casa. ¿Qué ordena? — El mayor rio negando con su cabeza.

— Si ha tenido los cojones para venir aquí sin autorización después de haber matado a todos esos hombres, significa que viene por causa de ese pelirrojo. Que todos nuestros hombres estén armados y listos para abrir fuego contra él y todos sus hombres cuando les diga.

— Ha venido solo.

— ¿Solo? — Fantasma asintió con firmeza, causando que una de las cejas den mayor se elevara. — De acuerdo, vayamos a ver qué quiere.

Una nueva afirmación con la cabeza por parte de su mano derecha llegó antes de que este caminara hacia la puerta para abrírsela con respeto. Seokjin pasó por delante como siempre, a la cabeza, mientras Fantasma se mantenía a un breve distancia detrás de él, preparado para todo.

Todos sus hombres se pararon a los costados de la casa creando un camino para él, a la espera de que terminara de descender las escaleras. Cuando llegó al descanso, listo para bajar el último tramo, un Jungkook ensangrentado estaba parado en la puerta. Desde su cabello hasta sus zapatos, estaba completamente cubierta de sangre, ni siquiera había lavado sus manos antes de llegar ahí.

Llevando sus manos a la parte atrás de su espalda, provocó que todos esos hombres le apuntaran, no obstante, todo lo que él hizo fue tomar las dos pistolas para tirarlas al suelo con despreocupación. Lo mismo hizo con el cuchillo escondido en su tobillo.

Su mirada se cruzó con la de Padre, no podía negar que su corazón latía preso de la preocupación, pero había algo más importante en juego, por ende, aun viendo a todos apuntándole, caminó en línea recta hasta la escalera, quedando frente al Fantasma.

Sus miradas se encontraron en un agradecimiento silencioso porque, gracias a su visita tiempo atrás pudo saber de varias de las amenazas que su relación levantaba, motivo por el cual mandó a uno de sus hombres a los Esmeralda. La mano derecha de Kim parecía ni siquiera pestañear, se mantuvo mirándolo fijo hasta que el rubio cayó de rodillas. Solo entonces, Hobi dio un paso al lado, permitiéndole a Seokjin verlo.

— Padre, perdone el atrevimiento de venir hasta su domicilio sin avisarme. No obstante, esto es un asunto de suma importancia para mí que no puedo dilatar más. — Seokjin no hablaba, se mantenía mirándolo con un rostro impenetrable mientras mantenía las manos en los bolsillos de su pantalón. — Estoy aquí para pedirle autorización.

Mirando a todos sus hombres y luego a su mano derecha, el castaño sacó una mano para indicar que los dejara solos. Con una orden, el ex militar sacó a todos los presente, quedándose solo él parado detrás de Jungkook mientras este seguía arrodillado frente a Jin.

— ¿Vienes a pedirme autorización?

— A pedirle su autorización para salir con Kim Taehyung, el Capitán principal de Indigo. Conozco las reglas, sé que hacer una excepción conmigo significa que otros podrían también desear una oportunidad, mas prometo que quedaré en deuda. Estoy dispuesto a responderle con mi vida si en algún momento nuestra relación causa alguna falta o daño hacia la organización o usted, Padre. — Espetó con elocuencia y firmeza. — Le estoy pidiendo permiso de frente, porque cuando mis rodillas se despeguen de este suelo, será para ir en busca del hombre que amo. Si no me lo va a permitir, será mejor que me disparen en estos momentos. No tiene que mandar seguirme para saber qué voy a hacer. Yo, convertiré a un Capitán de clan diferente en mi hombre. Si salgo de aquí por él, no pienso dejarlo ir jamás, no quiero fantasmas a nuestro alrededor.

Aunque su vista no podía alcanzarlo, buscó de soslayo a Hoseok. Segundos más tarde, elevó bien la cabeza para sostenerle la mirada al castaño al cual no podía leerle la mente o adivinar lo que estaba pensando.

— ¿Estás consciente de que tenerlo a él, alguien del cual el mundo conoce lo pondrá en mayor riesgo de los que a diariamente se acerca porque siempre querrán usarlo para poder llegarte a ti? — Asintió con seguridad. — ¿Sabes que permitirte tener una relación con él puede alterar reglas que han estado rigiendo esta y otras organizaciones antes de que yo me hiciera con el poder o naciera incluso?

— Lo sé, Padre.

— ¿Sabrás también que sus cabezas me pertenecerán sin negociaciones en elemento que por esto nos pongas en riesgo? — El menor ensanchó los ojos viendo que el contrario estaba considerando autorizar su relación. Asintió una vez más viendo a Seokjin articular la cabeza muy levemente como si estuviera afirmando algo. — Protégete camino al hospital, ponte de acuerdo con Min para su seguridad y, cuando se recupere, quiero una reunión con los dos. Puedes retirarte. — Musitó firme sin ningún otro gesto.

Una sonrisa casi brota de sus labios, mas la contuvo mientras realizaba una venia desde esa posición y se ponía de pie.

— ¡Muchas gracias, Padre! — El castaño no le respondió, vio al menor despedirse de Hoseok y prácticamente salir corriendo de su propiedad.

— Estos niños no aprenden, está cometiendo el mismo error de Yoongi al tener una relación con alguien tan expuesto. Lo estarán utilizando constante mente para amenazas y un día quizás, realmente le lleguen. — Negó mirando hacia la puerta. — Deberían aprender un poco de mí.

Sonrió mirando a su pareja, alguien que a pesar ser su mano derecha para el resto, no era nada más. Todos creían que de cierta forma, Hobi era descartable para él aunque sabían que en este confiaba con su vida. Además, su compañero era alguien que le ocasionaba ganancias, nunca pérdida, no le robaba su atención porque sabía defenderse, cuidarse por sí mismo. No era como ese novio de Min o incluso el pelirrojo que si bien era peligroso, seguía careciendo de algunas cosas.

— Sígueme.

Kim Taehyung no se esperó ver a ese hombre parado en la puerta del hospital, no creyó que Jeon fuera a verlo justo con todo lo que estaba pasando, pero ahí estaba. Con sus ojos rojos y rostro desencajado, con su mandíbula tensada fingiendo molesta, pero corazón desgarrado por estar viéndolo en esa situación, el pelirrubio caminó a pasos firmes hasta envolverlo entre sus brazos.

— D-Duele, duele, Jeon... — Se quejó viendo como este lo soltaba con cuidado.

— ¿Qué haces aquí? ¿Por qué te estás arriesgando justo ahora que noso-

Sus palabras se vieron interrumpidas cuando sus bocas se unieron, por el repentino beso que Jungkook le propició. Sosteniendo su rostro, lo besó por largo rato sin que el mayor quisiera poner resistencia.

— Tengo deseos de darte una fuere zurra por el susto que me has hecho pasar, pero estás disculpado. No hacerte nada será mi regalo de novio. — Musitó sobre sus labios.

— ¿Regalos de novios? Jungkook...

— Tenemos la autorización de Padre. No tendrás que venir a trabajar conmigo y no interferiré en tus decisiones. Además, Esmeralda ya no existe, cualquiera que vuelva a amenazarte podrá enfrentarse a un mismo destino. ¿Por qué no me dijiste? — Sus ojos se cruzaron con esas hermosas avellanas que tenía por ojos moviéndose de un lado a otro en sincronización con los suyos. — ¿Por qué no me dijiste que la razón para alejarte de mí era que te estaban amenazando conmigo y que sabías que te usarían para llegar a mí?

— No me hubieses dejado ir, te hubieran atacado y...

— Hubiesen terminado muerto como ahora. — Fue todo lo que dijo buscando unir nuevamente sus labios. — Por favor, no lo vuelvas a hacer, si algo así sucede, dímelo. Aunque no seas mi mano derecha, Magenta también forma parte de tu vida, mis hombres, son también tuyos, Taehyung. Yo, soy tuyo Kim.

— ¿Mataste a todos esos hijos de puta?

— A cada uno de esos hijos de puta, no quedó uno solo vivo, bebé. — Asintió viendo esa amplia sonrisa.

— Ese es el mejor regalo que un novio podría darme. — Asintió relamiendo sus labios, disfrutando la sonrisa que también recibía por parte del rubio antes de lanzarse por un beso. — Escuché que Padre hará una reunión debido a las amenazas recibidas. ¿No deberías estar ahí?

— Estoy disculpado hasta que estés recuperado, no te preocupes. Por ahora, descansaré de ser el líder Jeon para convertirme en tu sexy niñero.

— ¿Quién te engañó diciéndote que eras sexy?

— ¿Un pelirrojo que tengo por novio?

— A ese hombre está ciego de amor, no puedes hacerle caso a sus palabras, está delirante.

— La palabra de ese hombre es una ley para mí. Si dice que soy sexy, es porque lo soy y punto. — Se carcajearon a centímetros de sus labios, uniéndolos nuevamente como tanto necesitaron y extrañaron. — Te amo, Kim.

— Idiota, — se rio buscando sus labios. — Te amo, Jeon.

+++

Jimin seguía ciegamente detrás del hombro de Yoongi, apenas observando su entorno lo suficiente como para reconocer hacia dónde se dirigían. Namjoon estaba pegado a su lado, con una mano en la parte baja de su espalda mientras caminaban.

Pasaron por los hombres más vestidos de los que nunca vio estar en ese edificio. La gente usaba abiertamente chalecos antibalas como si fuera lo más común del mundo mientras que él era único que todavía no estaba en la tendencia.

Miró a Namjoon nerviosamente, preguntándose por qué demonios Yoongi y él tampoco llevaban uno. Debía haber una razón por la cual todas esas personas parecían estar preparándose para la guerra. Si esas personas que claramente no tenían tan alto rango como ellos dos en la cadena alimenticia de la mafia se estaban protegiendo a sí mismas hasta este punto, ¿por qué sus amantes no estaban envueltos en burbujas con chalecos antibalas?

La preocupación barrió sus emociones en oleadas, tropezando con sus propios pies. Kim se apresuró a agarrarlo y la atención de Min estuvo sobre ellos en un instante, escaneando su cuerpo en busca de heridas. Lamiéndose los labios con ansiedad Jimin rápidamente sacudió la cabeza para indicar que no estaba herido, que estaba bien.

Los labios de Yoongi se apretaron en una delgada línea mirando a su mano derecha antes de voltearse para continuar por el pasillo en el que estaban. Casi podía el menor saborear la tensión en el aire, rezando mucho para no desmayarse del estrés que sentía dentro.

Muchos de ellos tenían pistolas atadas a sus cuerpos, algunas mal escondidas por su chaqueta exterior. Los guardias que solían hacer guardia en lugares estratégicos del edificio en realidad tenían armas mucho más grandes y llamativas.

Puede que Park aún no supiera mucho sobre lo que estaba sucediendo, pero podía suponer que actualmente no estaban en un buen lugar. Por lo que Namjoon había compartido con ellos, lo más probable era que no se encontraran seguros dentro de su propia gente, en ese edificio que poseía la Familia. La pandilla rival de Yoongi parecía haberse infiltrado en sus filas y, sinceramente, se preguntaba si deberían encerrarse en el apartamento de Namjoon y nunca dejarlo. Seguramente eso era más seguro que ir hasta ahí para reunirse con personas que podrían llegar a asesinar a Min o Namjoon por ese territorio del que estaban hablando.

— Estás aquí. Te tomó el tiempo suficiente. — La voz del otro jefe de clan, Seonghwa, el supuesto heredero del legado de Padre, estaba parado frente a Min con las manos en el bolsillo y una sonrisa burlona en su rostro. Su mirada se conectó con la de Jimin y su sonrisa burlona solo se amplió. — ¿Realmente tuviste que traer tus juguetes contigo? Esta es una reunión de adultos, Yoongi.

No era un secreto para nadie que Jimin no era del agrado de Seonghwa. Él lo había dejado claro en cada reunión cuando reiteraba que el menor no debería estar allí. Odiaba que Seokjin lo reconociera, a pesar de que no había hecho nada para probarse como todos los que ahí estaban. No tenía un papel real en la organización, a menos que contara ser amante de un subjefe y su mano derecha como un importante aporte de trabajo. Para Hwa, toda la existencia del castaño era una broma.

Jimin quizás debería estar ofendido porque se acababan de referir a él como un "juguete", pero el nerviosismo en la boca de su estómago realmente estaba alterando su orgullo, no podía replicarle con un comentario sensato e ingenioso. Era cierto lo que Yoongi había dicho, aunque él creyera comenzar a estar listo para la acción, cuando llegaban momentos reales como ese, le demostraban lo contrario.

En cambio, cuando Jimin dirigió la mirada a Kim Hongjoong, encontrándose con su mirada sin emociones, extrañamente se calmó un poco. Había algo tranquilizador en lo consistente que era el trato de Hongjoong hacia él.

Él era la mano derecha de Hwa, Jimin estaba al tanto de que este también lo odiaba porque no podía pelear. Odiaba que él fuera blando, que no pudiera mantenerse en una pelea, que siempre tuviera que ser protegido y cuidado. Odiaba que él fuera prácticamente una carga, alguien que solo arrastraría al resto de ellos hacia abajo.

Se lo había dicho en la cara antes, con esas palabras exactas una vez cuando se encontraron en Indigo mientras Jimin aprendía la estructura de La Familia puesto por puesto Hongjoong era realmente directo y no le importaba si las personas querían escucharlo o no, él les haría saber exactamente cómo se sentía. Pudo haber sido brusco, pero Jimin actualmente se encontraba prefiriendo que las personas le dijeran ahora las cosas tal cual eran sin estársela adornando.

Que le fueran directos y sin medirse, quizás se sorprendería, algunas veces incluso se sentía dolido, pero cada vez le agradaba más. Se estaba acostumbrando a esos tratos carentes de tacto o amabilidad, personas que iban de frente y sin mentiras, así siempre sabía a qué atenerse con ellos, mucho mejor a quienes daban doble cara o no dejaban ver sus intenciones.

— ¿Ha llegado Padre? — Min decidió ignorar los comentarios de Hwa, en lugar de desviar la atención de todos lejos de Jimin.

Todavía quedaban algunas miradas, pero el menor estaba bastante seguro de que era porque Namjoon lo tenía en sus garras de la muerte, frunciéndole el ceño a todos los demás. Seonghwa simplemente se encogió de hombros y asintió.

— Está adentro con Fantasma y algunos viejos amigos. No quiere que lo molesten hasta que nos llame. Jeon no vendrá a la reunión, por algún motivo está excusado haciendo algo más en otra parte, seremos nosotros solamente.

Yoongi asintió rígidamente antes de darse la vuelta para mirar a Jimin con el ceño fruncido. Este tragó nerviosamente mientras se enderezaba en el abrazo protector de Kim. El ambiente que los rodeaba era tan serio que podía sentir sus instintos diciéndole que se fuera de ese lugar si podía.

— Incluso aquí, te quedas cerca de cualquiera de nosotros. No confíes en nadie más, incluso si son personas conocidas. Ni siquiera mis hombres o los hombres de Taehyung. Te quedas justo donde podamos verte. ¿Me oyes? — Min preguntó en voz baja mientras ahuecaba su cuello. El calor que se extendió de sus manos a al cuerpo contrario consoló a un Park que asintió mansamente.

— Esto es lo que obtienes por involucrar a un Inocente. Deberías haberte quedado con esas putas que siempre has tenido. Menos problemas, más desechables. — Hwa se levantó de donde estaba parado, con una sonrisa molesta en su rostro mientras miraba a ese trío.

Los dedos de Yoongi se contrajeron en el cuello que acariciaba, haciendo que Jimin se apresurara a tocar su cintura para aplacarlo. Una pelea con Hwa no era algo que necesitaba suceder en ese instante. Había cosas más importantes en las que pensar. Por ejemplo, las lesiones de Taehyung y la amenaza contra la familia.

— Yoon. — Respiró, ofreciendo una débil sonrisa mientras apretaba la tela de la chaqueta de su traje para evitar que se diera la vuelta y fuera tras Seonghwa.

El nombrado lo miró con una mirada tensa en su rostro, los ojos calculando por varios momentos antes de inclinarse y besar su frente. Hubo un leve estremecimiento, el menor no esperaba ese suave comportamiento de su parte. Claro, siempre había sido así frente a sus propios hombres, pero ahora estaban con muchas otras personas que nunca lo habían visto así o que los hubieran visto tan íntimamente juntos antes. Se sorprendió gratamente de que Min eligiera ser tan tierno en un momento como ese.

— No te pasará nada. Ellos no te alcanzarán. — Afirmó en voz baja.

Ambos podían sentir que el pelinegro podría estar diciendo esto más para sí mismo que para Jimin. Después de todo, no necesitaba decir una palabra. El menor le confiaba su vida. Sabía que si realmente se reducía a eso, nunca lo dejaría salir lastimado. No si él podría evitarlo de todos modos.

— Lo sé. — Le sonrió débilmente. — Confío en ti y en Namjoon.

Después de dos días de hibernación, aquí estoy 🙈😂
LORED

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