Capítulo 31
Namjoon hizo una mueca y Jimin se acercó a él con una sonrisa suave, extendiendo la mano para tocar su espalda baja, frotándola suavemente.
— ¿Es malo? — Preguntó, besando su hombro, deseando poder quitarle algo de su incomodidad. — ¿Duele mucho? — Kim acercó sus rostros, besándolo con ternura mientras apoyaba su frente a la contraria.
— Nada que unos pocos besos no puedan arreglar.
Su voz matutina era baja y sexy mientras hablaba, todo Park se sentía que reaccionaba debajo de las sábanas. No obstante, debía controlarse, era mucho más que eso, no podía dejar que Yoongi lo convirtiese en un demonio sexual como él.
— Hmm, parece que podríamos intentarlo de nuevo.
El castaño se sobresaltó cuando la voz de Yoongi sonó detrás de él. Se dio la vuelta, observando mientras él regresaba a la habitación desde el baño solo con una toalla que parecía, renovado. Por supuesto que lo estaba, el loco adicto al sexo.
— ¡Déjalo en paz! — Demandó serio — No sabes cómo se siente. — Puso su mano sobre el cuello de Namjoon con ternura y este le dio una sonrisa sombría. No era para menos, especialmente después de que Yoongi les diera la noche anterior con gusto.
Todo lo que sucedió se sintió como un sueño, como si realmente no hubiese sucedido, aunque el dolor que Namjoon sentía era prueba suficiente de que la última noche sucedió después de todo. Yoongi no se comportó como si estuviera con Jimin.
Claro, él podía ponerse bastante duro con él, pero nunca supo Jimin lo fuerte que podía llegar a ser, hasta esa noche. Quizás fue porque nunca había tratado de pelear con él por el dominio entre ellos. Ese podría ser el motivo para que fuera más rudo con Namjoon que con él. Sin embargo, el menor no podía dejar de sonrojarse recordando lo sucedido.
Ahora entendía por qué a los mayores les gustaba ser espectadores. ¿Era esa la razón por la que la gente veía pornografía? No pudo evitar pensar cosas sucias mientras sus ojos recorrían las líneas de los abdominales en el cuerpo de Namjoon. Maldición, con solo recordar la forma en que sus músculos se tensaron y se movieron cuando Yoongi...
—Jimin. — Min levantó una ceja hacia Namjoon, luego lo miró con una mirada en blanco antes de que una sonrisa malvada cruzara su rostro. Se habían dado cuenta la forma en la que el menor se había perdido en sus cavilaciones. — Ven aquí. — Curvó sus dedos e hizo un gesto para que se acercara a él.
— No. — Se levantó de la cama cruzado de brazos, desafiante.
— ¿No? — Parecía desconcertado y divertido al mismo tiempo.
— ¡Sí, me escuchaste bien, demonio sexual! ¡No puedes tener lo que quieres todo el tiempo, cuando lo desees! — Yoongi se acercó a él, pero en vez de protegerse a sí mismo, extendió los brazos para proteger a Namjoon del pelinegro. — Aléjate, Min Yoongi, lo digo en serio.
— ¿Es eso así?
— ¡Sí! Namjoon y yo nos estamos tomando un descanso de ti.
— Fierecilla. — Movió su dedo. —Ven aquí.
— No estoy bromeando, Yoongi. Hemos estado teniendo relaciones sexuales todas las noches. Absolutamente cada noche. — Levantó la voz. — ¿No se te pela o algo así?
— Puedo estar un poco sensible, pero con un poco de lubricante, puedo ir a la carga otra vez en cualquier momento, Jimin. — El nombrado hizo una mueca.
— Tu deseo sexual me asusta un poco.
— Eso no debería ser lo único que te asusta. — Min sonrió.
— Lo digo en serio, deja a Namjoon, ¿de acuerdo? ¡Dale el día libre! En serio te lo pido.
— Hay algo realmente algo malo en mí para encontrar tan excitante que Jimin me esté defendiendo. — El mayor se colocó detrás de Jimin mientras envolvía sus brazos alrededor de su cintura.
— Shhh. Estoy tratando de negociar por ti ahora mismo. — Le susurró en voz baja mientras ponía su mano sobre sus musculosos brazos con una sonrisa. Yoongi suspiró en voz alta, haciendo un gesto para que el menor volviera a mirarlo.
— Ven, Jimin. Te prometo que no te pediré que hagas nada. Solo quiero un abrazo y un beso antes de ir a trabajar.
— Entiendes por qué tengo dudas, ¿verdad? — Lo miró con recelo.
— Prometo que no haré nada inapropiado. Ven aquí, dame un abrazo y un beso antes de que me arrepienta de haber dejado que Namjoon se tome el día libre.
— ¿Tengo un día libre? — Min nunca le daba día libre, eso no podía estar pasando. — ¿De verdad? — Los dedos de Namjoon se hundieron profundamente alegres en la cintura del menor que gritó por la sorpresa.
— De verdad. Solo si Jimin viene aquí y me da un beso bueno, satisfactorio y duradero. — El pelinegro arrastró las palabras con una sonrisa traviesa.
— ¿Por qué siento que estoy a punto de caer en una trampa? — Jimin se alejó de Kim mientras rodaba fuera de la cama y pisaba fuerte hacia Yoongi de mala gana.
— Tal vez debería tomarme el día libre también. — El líder sonrió con un silbido mientras miraba de arriba abajo el cuerpo desnudo que se acercaba a él con interés haciéndolo estremecer con su mirada.
— De ninguna manera. Eso frustra el propósito de pedirte que le des un descanso a Namjoon. Lo que necesita es que te mantengas alejado de él hasta que se sienta mejor.
Yoongi no entendía qué le pasaba, siempre fue extremadamente activo sexualmente, pero sentía que no se daba abasto con esos dos. Había tantas cosas nuevas que probar e investigar, tanto que ver, tanto tiempo perdido que recuperar, que ahora quería estar a cada segundo haciéndoles el amor en cualquier rincón. Extendió las manos para agarrar al menor y acercarlo a él. Lo miró en silencio, agradeciendo en silencio con sonrisa en su rostro antes de inclinarse para besarlo casualmente en los labios. Entonces, se apartó, con una expresión suave en su rostro mientras lo miraba.
— ¿Yoon? — Llamó el castaño con curiosidad, sin saber qué hacer con sus acciones. Estaba convencido de que iba a tener que despegarlo de sí, no verlo actuara dulce y gentilmente con él.
— ¿Hmm? — Pasaba sus dedos por ese sedoso cabello, colocando su palma en la parte posterior de la cabeza, sus ojos miraban los contrarios, amando hacerlo sonrojar.
— ¿Por qué me miras así? — Susurró, sus manos agarrando fuertemente la toalla alrededor de su cintura.
— Estoy tratando de memorizar tu cara porque te dejo con Kim por el día. — Suspiró dramáticamente. — Ya que decides que solo él merece un descanso y yo no. — Hizo un puchero, inclinándose hacia el menor para besarlo en la frente.
Una punzada de culpa dolió en el pecho de Jimin, pero lo ignoró. Tenía la impresión de que Yoongi lo estaba manipulando. No iba a dejar que hiciera lo que quería, de nuevo.
—Sé lo que estás tratando de hacer, Yoon.
— ¿Qué estoy tratando de hacer? — Sonrió tristemente, besando su nariz mientras la mano en la parte de atrás de su cabeza caía alrededor de la cintura contraria.
— Hacerme sentir mal para que puedas quedarte con nosotros. No va a funcionar. Pero te daré un beso de despedida para que dure. — Le ofreció, sonriéndole con la sonrisa más dulce que pudo reunir.
Se sintió mal porque a pesar de querer pasar el día con Yoongi también, tenía que velar por Namjoon y por él. Sabía lo distraído que podría ser Min y cuánto sexo siempre había en su mente. Sería bueno para ellos dos tener un día tranquilo y sencillo sin su amante dominante.
— ¿De Verdad? — Min arqueó las cejas. — Muéstramelo entonces. — Miró los labios que estaban siendo lamido.
Jimin extendió la mano para envolver sus brazos alrededor del cuello de Yoongi, acercándolo más a él antes de presionar los labios contra los suyos, los dedos acariciaron su cuello mientras lamía su lengua y labios como si su vida dependiera de ello. Si no podría darle pequeños besos durante el día, suponía que debería darle todo lo que pudiera por ahora.
Gimió cuando las piernas de Yoongi se separaron y este lo apretó más contra él, su cuerpo presionando contra él y su excitación. El castaño se sentía temblar, su estómago se tensó cuando sus pezones chocaron contra su pecho desnudo.
Intentó agarrarse de él mientras el pelinegro se inclinaba más profundamente, haciéndole arquear la espalda para recibir sus besos. Fue implacable y a ambos les encantó.
Se hicieron olvidar todo. Jimin se hizo olvidar dónde estaba, quién estaba allí con él. Solo quería más, quería estar más cerca, solo quería a Yoongi. Apretó sus caderas contra el mayor, gimiendo en su boca mientras este agarraba su cabello con más fuerza, devorándolo con avidez. El menor le permitió todo, sin querer nada más que entregarse a él. Min gemía mientras chupaba su labio inferior con fuerza, lamiéndolo juguetonamente antes de alejarse con una amplia sonrisa en su rostro.
— Muy bien, entonces me vestiré y me iré a trabajar. — El menor abrió sus ojos con la boca abierta y una estela de salida aún guindando de su labio bajo.
— ¿Q-Qué?
— Tengo que irme. Los veré esta noche. — Dijo mientras se movía hacia su armario.
— ¿Y-Yoon? — Se sintió desorientado por un par de segundo mientras veía al pelinegro hurgar en el armario que Namjoon le había limpiado.
— ¿Qué?
— Tú... — Giró la mirada hacia el mayor de todos que también parecía aturdido porque Min no había tratado de hacer algo más con él cuando estaba claramente excitado.
Si hubiera sido en otro momento, se habría aprovechado de él en un instante. Jimin se hubiera olvidado por completo de Namjoon y del día libre que estaba negociando. Sabía qué botones presionar para hacerlo olvidar que incluso tenía su propia voluntad. Ya casi lo estaba logrando y sin embargo... ¿Había elegido retroceder?
— Tengo algo de autocontrol, Jimin. No dejes que te engañe. — Este se rio entre dientes, arrojando su toalla al suelo mientras alcanzaba su camisa, la sacaba de la percha y se la ponía.
Namjoon observaba todo en silencio, con una leve sonrisa dibujaba. El castaño siempre señalaba a su jefe, pero ellos compartían el mismo deseo sexual incontrolable. Tenían más en común de lo que ellos mismos notaba, su complicidad se podría ver a leguas. Vio a Jimin tragar saliva mirando la erección del pelinegro, tan rígida como en cualquiera de sus mejores momentos.
— Yoon. — Mordió sus labios, parpadeando hacia él mientras se abrochaba la camisa.
— ¿Qué? — Soltó una breve carcajada. — Chicos, descansen. No estaré cerca para molestarlos.
Podían escuchar la amargura en su hablar, claramente insinuándole a Jimin que no estaba contento con el hecho de que tan porfiadamente insistió en mantenerlo fuera de la casa ese día. Park adivinaba lo que estaba tratando de hacer. Por eso suspiró arrugando la nariz antes de dar un paso hacia él, ayudándolo a abrocharse el resto de la camisa antes de empujarlo suavemente contra el armario, lanzándole una mirada de reproche antes de caer de rodillas.
— Jimin, yo no...
— No digas nada que no quieras decir. — Estreché sus ojos serios hacia él antes de golpear su lengua contra la cabeza de su erección. Yoongi gimió, su mano llegando al cabello ajeno para sostenerlo.
— No pedí esto.
— Mmm. — Tarareó mientras envolvía sus labios sobre su longitud, sacando la lengua para acomodarla mejor. — ¿Quieres que me detenga?
— Mierda. — Maldijo, sus caderas empujando ligeramente hacia adelante. Jimin rodeó su lengua alrededor de él, manipulándolo hábilmente mientras recordaba qué le gustaba. — Mierda, Jiminie. —Min maldijo por lo bajo, ambas manos ahora en la parte posterior de su cabeza mientras le guiaba a un ritmo.
El contrario lo permitió mientras succionaba y tiraba de su erección, su cabeza se balanceaba a la velocidad y profundidad que deseaba. A medida que caía más profundamente en las sensaciones de su pene, sentía que comenzaba a ir más rápido y más profundo, atragantándose un poco al hacerlo.
El ritmo de Min no flaqueó ni siquiera entonces, Jimin sentía una lágrima deslizarse fuera de su ojo por las náuseas. No dolía, pero la respuesta automática de su garganta le creó más saliva alrededor de su extensión, lubricando y haciéndolo excitar más. Encajó los dedos en el cuerpo el mayor para estabilizarse mientras este entraba y salía de su boca con más entusiasmo.
— Jimin. — Exhaló cuando se acercó al clímax.
Succionó más fuerte porque ya conocía sus reacciones, manipuló su carne con más fervor y antes de que pudiera respirar, percibió como el mayor se tensó antes de gruñir en voz alta, enterrándose hasta la empuñadura en su boca. Vertió su esencia caliente en la parte posterior de la garganta. Jimin hizo todo lo posible para no atragantarse, ya que el contrario empujaba contra la parte posterior de la garganta, apretando los ojos cerrados mientras esperaba a que se liberara por completo.
Cuando se separó, su corazón dio un vuelco cuando notó la forma en que Yoongi lo estaba mirando. Extendió la mano para acariciar la mejilla del menor con una sonrisa suave, antes de agacharse para recogerlo, bajando la mirada hacia la erección que ya no era suya.
— Deberías vestirte. — Susurró besando su hombro mientras se alejaba hacia la cama en la que se dejó caer. El pelinegro lo siguió, mas Jimin lo detuvo con una palma en el pecho. Vete, lo haré yo mismo.
Yoongi respiró hondo, sus ojos se dirigieron a Namjoon, para luego mirar al castaño y besarle la frente, deteniéndose un poco antes de suspirar.
— Volveré temprano esta noche. — Su voz era profunda.
— Vamos. — El menor se levantó junto a él para alcanzarle la ropa interior de una de las gavetas.
Permaneció observándolo mientras se vestía el resto del camino, antes de detenerse para mirarlo por otro momento, con una expresión indescifrable en su rostro mientras le besaba suavemente en los labios, saliendo de la habitación con un movimiento de cabeza hacia Kim. Jimin se reprendía mentalmente, odiando la manera que se estaba volviendo tan apegado a su mejor amigo y ahora amante.
— Podría encargarme de eso por ti, Jimin. — La voz de Namjoon detrás de él le hizo saltar, se dio la vuelta en su abrazo. — No estoy tan agotado. — Agregó.
Jimin se apartó del mayor negando mientras tiraba de su brazo suavemente para llevarlo de vuelta a la cama a descansar.
— Nos cocinaré algo de comer. Disfruta el día libre. Dios sabe que Yoongi no te da suficiente tiempo libre. — Se inclinó para besarle la mejilla una vez que se acomodó en la cama de nuevo con un ligero respingo. — Hoy, serás mimado por mí de la forma en que siempre me consientes.
— Eso suena encantador. —Sonrió sosteniéndole el brazo por unos segundos. — ¿Tal vez podríamos tener una ronda de sexo mientras planeamos mi día de mimos?
— ¿No te duele? — Le preguntó con preocupación.
— ¿Hmm? — Namjoon miraba su pecho desnudo y Park se cruzó de brazos para defender sus pezones de la mirada penetrante. Todavía estaba muy excitado y no quería ceder a sus necesidades, aprovecharse de Kim mientras él todavía se estaba recuperando. —Un baño largo y agradable con un masaje antes de eso y estoy listo. — El menor no pudo evitar sonreír, sin notar la preocupación que teñía la mirada del mayor.
— Eres tan insaciable como Yoongi.
— Es bueno hacerlo una, otra y otra vez. — Lo alcanzó, pero el menor golpeó su mano.
— Detente. Déjame prepararte algo para que comas en la cama, luego tomaremos ese baño y ese masaje, luego veremos, ¿de acuerdo? — Reprendió juguetonamente. Namjoon hizo un puchero mientras se recostaba sobre la almohada.
— ¿Puedes darme un beso antes de que te vayas?
— Solamente iré a la cocina, Namjoon. — Rodó los ojos.
— Eso es lejos.
El menor negó con una sonrisa. Le gustaba ese lado de Namjoon, el lado que podía sentir él le había abierto para él lo suficiente como para mostrarle ese lado suave y adorable de él. Se arrodilló al borde de la cama, inclinándose hacia él para darle un ligero beso en los labios.
— Cierra los ojos, relájate y descansa, ¿de acuerdo? Te lo mereces. — Algo ansioso, Namjoon envolvió sus dedos alrededor de su mano y tiró ligeramente de Jimin.
— ¿Tal vez deberíamos saltarnos el desayuno?
— No. Necesitas comer. Cierra los ojos y descansa. Puedo notar que todavía estás cansado. — Se inclinó para besar su hombro cariñosamente. — Estaré justo afuera.
— Vuelve pronto. — Murmuró, sus dedos arrastrándose por su espalda, haciéndolo estremecer.
— Cierra tus ojos.
Él vio como sus ojos se cerraron por el cansancio de la noche anterior. Todavía había una leve sonrisa en su rostro incluso cuando alcanzó una de las camisetas de Yoongi para ponérsela y salir de la habitación en silencio, cerrando la puerta detrás de él.
Fue entonces que el peligris volvió a abrir sus ojos con su mente llena de preocupaciones y miles de ideas que deseaba que fueran erróneas. Miró su estado deplorable y se maldijo por no haber medido las consecuencias de sus acciones. Creyó que no influiría, pero un lado de él, se sentía menos hombre, menos digno para Jimin. Tenía miedo de terminar siendo solo un buen amigo para Jimin mientras este se refugiaba más en el "dominante" Min Yoongi. ¿Había cometido un error al dejar que aquella noche sucediera?
No puedo creer todo lo que he publicado entre ayer y hoy. Espero que no se aburran por tantas actualizaciones seguidas. 🙈 Nos vemos en la próxima.
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