Capítulo 27
Las luces de la ciudad en la noche siempre le gustaron a Taehyung, era como tener el cielo en la tierra porque parecían hermosas estrellas que podía alcanzar, le daban paz. Con su ventana baja para dejar salir el humo del cigarro y el codo apoyado en la puerta, contemplaba como las personas caminaban de un lado a otra o los automóviles iban en todas las direcciones. Descendió de su auto en cuanto se estacionó frente a aquel club, acomodando la pistola discretamente dentro de su saco.
Esa era su zona, así que en cuanto los de seguridad lo vieron, le permitieron pasar rápidamente sin que esperara como la larga fila de personas que querían entrar al local. La música resonaba, las personas bailaban en uno de los sitios más caros de Gangnam, él no recordaba cuándo fue la última vez que entró a un sitio así solo para divertirse.
Pasó directamente a la zona donde solo el personal autorizado podía ir. Ahí lo aguardaba otro sujeto que lo llevó a la oficina principal donde se encontraba el encargado de ese club que en verdad le pertenecía a Yoongi.
— Jefe Kim... — Musitó poniéndose de pie rápidamente, saliendo de la silla atrás del buró que pasó a ocupar el pelirrojo. — No lo esperaba por aquí.
— ¿Desde cuándo a mí se me espera? — Cuestionó serio, elevando lentamente la mirada. — Tráeme los libros de contabilidad, son para ayer.
— ¿L-Los libros? ¿No los revisan a final de mes?
— Se revisan cuando yo quiero revisarlo y no me importa si es a principio, mediado o final de mes, tráelo. — El sujeto asintió, dándose la vuelta. — Acompáñalo, si intenta correr ose desvía del camino rómpele las piernas.
El sujeto que temblaba como si estuviese titiritando por el frío salió al cuarto continuo seguido por uno de los hombres de Taehyung, regresando minutos más tarde con el libro que el pelirrojo se dio el trabajo de revisar minuciosamente.
— J-Jefe...
— Shhh, estoy trabajando.
— S-Señor, es para explicarle...
— ¿Explicarme el motivo por el que hay diez por ciento menos de lo que por obligación debe haber? ¿Tomaste dinero de aquí para uso personal?
— L-Lo iba a devolver para final de mes, lo juro. Fue una urgencia que el banco no me iba a dar, p-pero lo saldaré a final de mes, lo juro. — El pelirrojo que lo observaba dejó de moverse, ni siquiera parpadeó por varios segundos que permaneció con su mandíbula tensada. Arrugó la nariz y después rio alejándose de la mesa.
— Claro que sí, hasta el final de mes. Porque nosotros somos un buen banco que permite que se roben el dinero sin autorización para devolverlo más tarde. — Asintió dejando ver su cuadrada sonrisa, mientras se agachaba hasta su elegante zapato para sacar una preciosa navaja suiza. — Mano a la mesa.
— J-Jefe, jefe escúcheme, se lo juro, e-en tres semana tendrá el dinero, con intereses. Nunca les he fallado, yo siempre he sido leal y correcto, yo devolveré todo el dinero.
— Pero si yo sé que tendré mi dinero, justamente en una semana. — Habló sonriente. — Mi querido amigo, pones o te pongo la mano en la mesa. ¿Cómo haremos esto?
Tragando saliva mientras lloraba como un niño que aguardaba el regalo de su madre, el sujeto levantó la mano para subir su camisa hasta su codo y luego la colocó sobre la mesa.
— Eres derecho, no zurdo. — Musitó serio viendo como el sujeto había colocado la mano izquierda sobre la mesa. — Dame la otra.
— J-Jefe, ¡jefe! — Gritó cuando sin paciencia Taehyung sacó su otra mano para ponerla sobre la mesa. — ¡No!
Con la navaja, el pelirrojo comenzó a cortar su mano un poco más arriba de la muñeca ignorando los gritos del hombre. Debido a los huesos no podía cortarla totalmente, pero el dolor que iba a sentir no sería menor, muy por el contrario.
— ¡Sabueso! — Gritó admirando su obra de arte hasta que el hombre que llamó apareció con un machete. Quien había estado administrando el club hasta el momento gritó más, pero no alejó su mano hasta que esta no fue completamente cortada al punto en que incluso la mesa sufrió daño. — Creo que tendrás que conseguirte una mesa nueva mañana que empieces a administrar este sitio.
Sacando un cigarro que prendió con elegancia, Taehyung volvió a sentarse en la silla, tomando la mano cortada para utilizarla como cenicero con una sonrisa. Caló todo el cigarro terminando de mirar el libro, cuando terminó, apagó la colilla en la otra mano sana del sujeto y se levantó.
— Tienes una semana para regresar el dinero con los intereses. — Le advirtió viéndolo a borde del desmayo en el suelo. — Ni un día más. Sabueso, dame tu camisa. — Pidió al notar que la suya estaba llena de sangre. — Espero que haya sido una buena lección para ti.
— Sí, jefe. — Habló el hombre con firmeza, bajando la cabeza.
— Me voy.
Salió de aquella oficina mandándole un mensaje encriptado a Namjoon sin mucho detalle, solo para que supiese lo que estaba pasando y le informara a Yoongi. Mientras salía, notó como un hombre bastante atractivo lo miraba con una sonrisa. Se relamió los labios antes de avanzar hasta él para tantear el terreno, no conversó con él o le hizo pregunta alguna, solo lo tiró de la nuca y lo besó calculando su reacción. Cuando notó que no lo alejó, que le siguió el beso e incluso intentó tomarle la cintura, se separó con una sonrisa.
— Sígueme.
El sujeto así lo hizo, dejó el dinero sobre la barra y echó a correr detrás del pelirrojo atractivo que creyó podría follar esa noche. Sin embargo, fue él quien terminó mordiendo las sábanas de un hotelucho mientras Taehyung le daba sin contemplación, ignorando las llamadas que seguían entrando a su teléfono.
— Señor.
— Ahora no, estoy ocupado. — Habló Jungkook mirando su teléfono mientras estaba sentado en la oficina de su mansión.
— Se trata del señor Kim. — Musitó el hombre que lo había interrumpido, ganándose ahora la atención total del rubio. — Fue visto entrando acompañado al Hotel SL hace minutos, ya confirmamos que rentó una habitación y está adentro con su acompañante.
Inhalando profundamente, Jungkook cerró sus ojos, apretando su móvil con tanta fuerza que sus nudillos terminaron por emblanquecerse.
— Da la orden de que los lleven a los dos a los almacenes de sur inmediatamente. — Mandó sin mirar al hombre. — ¡Ahora!
El sujeto salió corriendo de la oficina marcando su teléfono mientras Jungkook rompía los tres primeros botones de la camisa que amenazaba con ahogarlo. Entrelazó sus dedos y apoyó su cabeza sobre sus manos varios segundos antes de levantarse. Tomó su arma y salió de su oficina en dirección a su vehículo.
Kim Taehyung se encontraba tirando de los cabellos de aquel chico del que ni siquiera conocía su nombre mientras lo penetraba con excesiva fuerza, regocijándose con sus gemidos. No se esperó que la puerta de aquella habitación fuese derrumbada y que lo agarraran antes que pudiera lanzarse por su saco. Peleó con algunos sujetos que ya había reconocido como hombres pertenecientes a Magenta, pero lo inmovilizaron apuntándole con una cabeza.
— Tenemos órdenes. — Fue lo único que dijo uno de los hombres. El pelinegro maldijo por haber bajado la guardia, mientras miraba al pobre bichito asustado arriba de la cama.
— Quédate quieto, seguramente solo me quieren a mí.
— S-Son los hombres del j-jefe. — El desconocido temblaba mientras decía aquellas palabras y fue ahí que Taehyung se dio cuenta de que, aunque no tenía un buen puesto, ese sujeto pertenecía a los hombres de Jeon. Una vez más maldijo, viendo como los hombres pasaban a tirarle la ropa al pendejo ese que solamente sabía temblar.
— Bueno, dejen que al menos me quite el puto condón. — Protestó cuando también le lanzaron su ropa. No iba a pelear con ellos, de hecho, no se forzó más por hacerlo antes porque reconoció en cuanto los vio entrar que eran los hombres de Jungkook
Fueron separados, el hombre con quien había estado follando fue llevado a una camioneta mientras que él fue llevado a otra en silencio. Reconoció los almacenes en cuanto llegó, maldiciendo una y mil veces. Cuando entró, Jungkook estaba parado con las manos detrás de su espalda, girándose en cuanto sintió a sus hombres entrar con él. Sentaron a Taehyung en una silla y le entregaron el arma que le pertenecía al pelirrojo a su jefe.
— Retírense. — Fue todo lo que dijo mientras observaba a Kim. — ¿En serio, Tae?
— ¿En serio qué?
— Follando con uno de mis hombres en un hotel de mala muerte. ¿Tú de verdad tuviste los cojones para hacerlo?
— A ver, Jeon. Tú y yo no somos nada, yo puedo follar con cuantos tipos me de mi puta gana. — Le respondió elevando su cabeza para mirarlo, notando la ladeada sonrisa del rubio.
— Ven, levántate, acompáñame a ver este bello acto. — Habló levantando a un pelirrojo que forcejó para alejarlo.
Lo que parecía ser una parte del techo se abrió dejándoles ver un cielo sin estrellas. Taehyung no comprendía qué estaban viendo o qué tenía que ver exactamente, cuál era el flamante acto. Sin embargo, brincó sorprendido cuando un grito se escuchó, y un cuerpo desnudo cayó del techo con una soga rodeando su cuello. Vio el cuerpo del desconocido con el que había estado follando convulsionar hasta que simplemente se quedó inerte.
— ¿Este fue tu acto? — Le preguntó con una sonrisa. — No sabía que podías llegar a ser tan patético al punto de darme asco. Un líder de pacotilla es todo lo que pareces ser ahora.
El impacto de la mano en su rostro fue todo lo que pudo sentir, su cabeza crujió por la fuerza y velocidad con la que se movió. El sabor metálico en sus labios lo hizo reír, escupiendo en el suelo para dejar salir el poco de sangre que se acumuló.
— ¿Es en serio, imbécil? — Le preguntó antes de devolverle el golpe, tomando su pistola cuando el rubio se tambaleó dos pasos atrás. — Hasta pegas flojo, no sé como mierda llegaste aquí.
— ¡Mierda! — Exclamó sacudiendo su cabeza, llevando el pulgar a su cuarteado labio para comprobar que también tenía sangre. Lo miró un segundo y después se rio llevando su mirada a Taehyung. Enarcó una cejo observando como este le apuntaba a pesar de que sabía que sería abaleado antes de que lograse apretar el gatillo. — Solo quería mostrarte un bello acto y así me pagas, que ruin Kim. — Sonrió un poco más antes de cerrar su rostro en un temerario semblante. — Cada jodido hombre que folles, que te atrevas a mirar siquiera, tendrá un final similar. Voy a eliminar cada jodido hombre con el que te acuestes.
— Eso es bueno, después de todo le harás un favor al mundo que está sobre poblado. — Le respondió caminando hacia la salida sin darle demasiada atención, pasando aguardar su arma cuando sintió su espalda colisionar con una pared mientras Jungkook se acercaba a él para besarlo emanando molestia y posesividad por cada poro. — Ah... — Gimió cuando sintió la mano del contrario perderse en su pantalón.
Ahí no había mucho tacto, menos romanticismo en la forma en que dejaron caer sus pantalones desesperados en medio de los besos. Se mordían, tiraban fuerte de sus cabellos y se succionaba hasta que sus labios doliera.
— Hijo de puta. — Jadeó Taehyung cuando el menor se perdió en su interior sin detenerse a prepararlo, sabía que ese era un modo de castigarlo. — ¿Eso es todo lo que tienes?
Se aferró a su cuello cuando sintió que se caía, el rubio lo cargó sin alejarlo de la pared para comenzarlo a embestir duro y constante. Quizás por costumbre o porque estaba absurdamente excitado, pero el pelirrojo se acostumbró bien rápido, pasando del dolor al goce, agradecido por tener esa noche al cuerpo que verdaderamente había deseado. Lo besó con gusto, ambos se escuchaban gemir, compartiendo palabras no dichas cada vez que sus miradas se cruzaban
— M-Me corro. — Jadeó aferrándose a la cabellera contraria mientras se liberaba entre ambos.
— Me estás volviendo loco, maldición. — Fue todo lo que dijo Jeon durante sus últimas penetraciones.
Los dos permanecieron abrazados, besándose mucho más calmados luego de liberarse. No hablaron, solo recuperaron poco a poco la respiración antes de comenzar a vestirse.
— Gracias. — Musitó el pelirrojo confundiendo al contrario. — Por quitarme el dolor tan jodido que tenía en las pelotas después de que tus hombres impidieran que me viniera hace un rato. Sin embargo, esto que acaba de pasar no cambia nada entre nosotros, Jeon, espero que no hayas pensado diferente.
— Kim...
— Por cierto, a partir de hoy, dejaré de usar móvil y regresaré en el tiempo. Usaré en mensáfono. ¿Recuerdad? Esos localizados pequeños, los beepers que reciben mensajes cortos, usaré uno de esos. Agradecería que no busques hacerte con el número de esto, porque desde ya te advierto que ignoraré todos tus mensajes.
— No puedes hacer esto, tenemos que hablar. — Negó buscando abrazarlo, — Escúchame...
— ¿Quieres que te diga algo? — Preguntó tomando sus mandíbulas en su mano derecha con fuerza. — Te amo. — El menor intentó hablar, pero todo lo que hizo fue unir sus labios en un demorado beso. — Pero no pienso volver contigo. Te agradecería si te centraras en tus negocios y me dejaras hacer los míos.
— Voy a dejarte hacer tus negocios, te daré tu espacio y compartiré mis decisiones contigo.
— No, no quiero que lo hagas. Al final de cuenta, lo nuestro por ahora no podrá ser, La Familia, Fantasma, Padre, tu personalidad, la mía... Simplemente no da para forzar las cosas, no quiero hacerlo, Jeon. Trataré de olvidarte y sí, follaré con otros hombres.
— Los voy a matar si lo haces.
— Lo sé, solo te pido que al menos me dejes venirme antes. — El rubio gruñó y él sonrió depositando otro beso en sus labios. — Diviértete si tus negocios te dan tiempo. No dejes que te maten, imbécil. Eso es todo lo que te pido.
— No tienes derecho a pedir nada.
— Te lo ruego entonces. No dejes que te maten, no dejes que me enloquezca de esa forma y salga a cortar cabezas por ahí. Necesito centrarme en mi trabajo. — El rubio lo miró chasqueando la lengua. — Jeon.
— Al menos despidámonos.
— Lo acabamos de hacer.
— Esto no fue una jodida despedida, Kim. Pasa la noche conmigo, vamos a mi casa.
— Jeon...
— No te dejaré tranquilo si no lo haces. ¿Despedida? — ¿Por qué Jeon le hacía eso a Taehyung? Si iban a su casa, a ese lugar que por tanto tiempo los acogió a los dos, le iba a ser más difícil el decir adiós. — Solo esta noche, Kim.
— Solo esta noche, Jeon. — Le sonrió besándolo. — Después de todo, creo que también merezco que me entregues tu trasero esta noche, solo para ser justos.
— Te lo daré con gusto esta noche y siempre que quieras. Te daría todo lo que quieras.
— Ahora lo sé. — Sonrió dejando caer una lágrima.
— No sé por qué mierda haces esto.
— Tú sabes el motivo Jeon, pero quieres pretender no hacerlo, porque eres obstinado y caprichoso, piensas que siempre podrás tener lo que quieras. Pero hay cosas que no puedes tener.
— Te amo, Kim.
— Lo sé, tú también sabes lo mucho que te amo, Jeon.
Bueno, este fue un capítulo corto y completamente Taekook. 🙈 Tuve que dividirlo porque sino junto al próximo quedaba muy largo.
LORED
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top