Capítulo 26

Yoongi miraba en silencio a Jimin dormir, tumbado con los brazos a ambos lados de la cabeza con sus labios abultados y entreabiertos. Una de sus manos apretaba ligeramente la esquina de una almohada y la otra estaba ligeramente doblada. No pudo evitar la leve sonrisa en su rostro cuando extendió la mano para tocar sus dedos, rodeando sus palmas.

El menor ni siquiera se movió. Debió estar completamente agotado tras ese encuentro tan intenso que tuvieron. Min sacudió la cabeza ligeramente cuando dejó escapar un lindo ronquido.

¿Lindo? ¿Un ronquido era lindo? Dios, Yoongi se estaba convirtiendo en un jodido blandengue.

— Entonces... ¿Qué es esto, jefe?

Yoongi resopló ante la pregunta de su mano derecha. Jimin todavía no mostraba signos de despertarse, pero una extensión de calidez y satisfacción recorría todo su ser, por eso contuvo el aliento. No podía incomodarse en ese momento, parecía estar completamente sedado sin necesidad del alcohol al que frecuentemente recurría. ¿Qué diablos le estaba pasando?

— Dime tú. — Le respondió en un murmuro, pasando los dedos por el cabello de Jimin lentamente, ignorando su palpitante corazón.

¿Después de un día sensual envueltos en esas sábanas arrugadas y su mano derecha elegía esa pregunta para romper el silencio entre ellos? Pensó que había contratado a un hombre intuitivo, muy observador. Claramente, podría haberse equivocado porque en el último tiempo, Namjoon parecía haber perdido todo tacto.

— ¿Debería... irme? — Preguntó el peligris, moviéndose incómodo en su propia cama al otro lado de Jimin, mirando la puerta de la habitación, ignorando el modo en que Min frunció el ceño.

— ¿Por qué?— La idea de eso había irritado al pelinegro. Quiso matarlo, pero tenía que admitir que Namjoon era no solo su hombre más leal, sino el único capaz de aguantarle el ritmo cuando las cosas se ponían feas.

— Pensé que solo necesitabas saber cómo era el sexo entre dos hombres. — Se encogió de hombros. — Ahora que lo has resuelto, que has estado con él... — No quería pensarlo, porque si lo hacía, lo más probable era que hiciera algo que terminaría por enmasillar su orgullo, llorar por el menor, justo delante de su jefe.

La amargura en su voz fue captada por el pelinegro, solo porque había pasado suficiente tiempo con Namjoon como para saber qué tan bien él ocultaba sus verdaderos sentimientos frente a los demás.

— ¿Me lo vas a dejar a mí? — Alzó una ceja desafiante porque si era remotamente el hombre que conocía, este no hubiese arriesgado su propia vida por alguien que no significara casi la vida misma para él.

Namjoon tragó saliva molesto, porque por ley y respeto, el hombre o mujer que los jefes decidían tener, no se podían siquiera mirar sin la autorización de estos. Lo sentía tan injusto porque Min nunca le dio el verdadero valor que Jimin se merecía.

Se hizo el silencio entre ambos, el menor pudo ver la ira en sus ojos debido a sus palabras y posibles pensamientos, pero el mayor no dijo nada. Se rio entre dientes y asintió.

— Dime, Kim. ¿Cuánto te gusta Jimin? ¿Lo amas?

Curiosamente, Min se sentía mucho más tranquilo y receptivo a la situación de lo que esperaba. La ira, la tensión, la frustración y los celos que había estado sintiendo durante todo el mes parecían haberse disipado mágicamente. Se preguntaba si solo necesitaba hacer un buen entrenamiento sexual para volver a la normalidad. ¿Fue solo frustración sexual?

Probablemente no. Estaba dispuesto a apostar un brazo que tenía algo que ver con el hombre que yacía entre él y su mano derecha. Namjoon se encogió de hombros y el pelinegro volvió a fruncir el ceño, su irritación por él crecía, pero no estaba enojado, todavía no de todos modos.

— La verdad. Dime la verdad. — Lo miró fijamente. — Mientes y te meteré una bala en la cabeza. — Observó al castaño para asegurarse de que todavía estaba dormido. No creía que este apreciaría mucho si lo escuchaba volver a amenazar a Namjoon así. — Jimin se lo merece, ¿no crees? — Su voz se volvió un poco más suave cuando lo miró.

El propio Yoongi se sobresaltó un poco por sus palabras y el tono de esta, algo que Namjoon también notó. Tal vez tenía miedo de eso. Tuvo miedo de que cuando finalmente probara a Jimin, si lo tuviera como él lo quería, se volvería suave, débil. El menor lo hacía sentir vulnerable, quizás esa fue una de las razones por las que lo había estado alejando durante tanto tiempo. Tenía miedo de cambiar todo lo que era para tener a al menor.

— Prefiero recibir una bala en la cabeza entonces. — La respuesta fue firme y ahí, Min Yoongi entendió los sentimientos, la gran lealtad que a pesar de todo Namjoon mantenía. Estaba viendo su lealtad, pero también el amor que ese peligris que le sostenía la mirada guardaba por Jimin.

Estaba dispuesto a retirarse para que Jimin pudiera ser feliz con Yoongi, sin complicaciones. Si guardaba silencio sobre sus sentimientos, el menor nunca tendría que enfrentar los sentimientos de Kim. Nunca tendría que elegir entre Namjoon o el pelinegro. Namjoon preferiría mantenerse al margen y nunca tener al castaño, si con esto le permitía a Jimin vivir una vida más fácil. Seguramente por eso había accedido, salvaguardando los sentimientos y la vida de Jimin

La mano derecha de Yoongi era tan innecesariamente sacrificada a veces, que él podría jurar, que realmente quería dispararle a veces. Quizás era por eso que Jimin y Namjoon eran tan compatibles. Aunque amaran a alguien más que les podía ser arrebatados actuaban tan desinteresados que no los entendía. No tenían una pizca de egoísmo o autoconservación para ellos.

Tenía que depender del pelinegro protegerlos a ambos porque ellos solían dejar su bienestar de lado con tal de salvar la de otros, eran estúpidos. ¿Por qué siempre terminaba Yoongi en el extremo más jodido del palo?

Al final, siempre era él quien llevaba escrita las palabras "Hijo de Puta" en la frente. ¿Por qué siempre tenía que ser el firme? Era el que tomaba la decisión final y quien no podía complacer a todos porque de él, dependían muchas cosas. No podía darse el lujo de ser tan blando y desinteresado como esos dos. Por esto estaba un poco enojado, por eso gruñó en voz baja,

— No pareces muy molesto por haber follado con un hombre y con tu jefe. — Entrecerró los ojos mirando a Namjoon.

Su mirada captó el mordisco de amor en su cuello que Jimin muy amablemente le había dejado. El recuerdo de la escena pasó por la cabeza de Min. Sintió que su pecho se contraía al pensar que esa podría ser la única y última vez que pudiera ver a Kim de esa manera. El Namjoon que cada día estaba a su lado era uno tan implacable como él que no se permitía mostrar los sentimientos. No era una uno que se sonrojaba antes de lamerse los labios como ese que tenía delante.

— Así parece... — El peligris miró a su jefe a los ojos, descendiendo la mirada hasta su entrepierna antes de mirar a Jimin, el hombre que él amaba. Sin embargo, Min no apartó la vista un solo segundo, dándose cuenta de todo. Veía como Namjoon estaba sumido en pensamientos mientras sus dedos recorrían la muñeca expuesta de Jimin. Fue entonces que el pelinegro no pudo evitar la sonrisa en su rostro.

— ¿Te sientes atraído por mí de alguna manera, Kim? — Notó la manzana de Adam del nombrado sacudirse de arriba abajo, antes de encogerse de hombros.
— ¿Qué pasa si te dijera que yo quiero Jimin... — contempló al mayor que se tensó un poco — pero que tú también podrías tenerlo?

¿Namjoon acaba de escuchar bien? Sentía que incluso su corazón se había detenido al escuchar esas palabras de un hombre que no compartía ni el trago que se bebía. Sus ojos se clavaron en Yoongi tan repentinamente que ambos tuvieron que revisar dos veces para asegurarse de que Park no se hubiera despertado por la sacudida que la cama dio por sus movimientos.

— ¿Qué?

— Ambos podríamos tenerlo. — Aclaró sus palabras con calma mientras Namjoon guardaba silencio. — Estoy diciendo que podemos tenerlo juntos. — Podría ser la adrenalina después del sexo lo que me hace sentir más magnánimo en este momento, pero te digo que no tienes que renunciar a él si lo quieres. Pero solo si realmente lo quieres y lo amas o algo así. — Tragó saliva incómodo, encontrando realmente difícil decir la palabra que iniciaba con "A" a pesar de ser tan simple y corta.

— ¿Estás diciendo que quieres a Jimin y estás bien con compartirlo? — Las cejas de Namjoon estaban tan elevadas, sus gruesos labios tan entreabiertos que al pelinegro le pareció cómico, conteniendo la risa para asentir. —¿Por qué?

Sospechaba, Min Yoongi no cedía, él no compartía ni era tan tranquilo. Eso podría ser un arma de doble filo, una trampa en la que Kim no quería caer. Nadie lo culparía por pensar de ese modo. El propio Min estaría sospechando de haber estado en su lugar, por eso comprendía la mirada que Namjoon le daba. Eso fue una especie de prueba para Yoongi también. Aunque lo pareciera, no le estaba tendiendo una trampa al peligris, extrañamente, cada palabra dicha fue cierta.

— Sé cómo te sientes con respecto a Jimin. — Lo miró seriamente. — Sé lo que has hecho por él, que no lastimarías. Sé que tienes las mejores y que sus intereses son lo más importante que tu corazón, que morirías antes de verlo lastimarse. Estas cosas son suficientes para ponerte positivo en mi libro personal.

Esa última oración tocó una fibra en Namjoon porque si había algo importante en el mundo que se desenvolvían, eran los libros. Ya fueran los de contabilidad, los de aliados y enemigos o los negocios en general, los libros siempre estaban para mantener las cuentas claras. Por eso, que el líder de Indigo le dijera que lo tenía en su libro y del lado positivo después de todo lo ocurrido, lo sorprendió tanto. Ahí supo que hablaba en serio, que no era un juego porque esas palabras, él no las diría porque sí. Sin responderle, lo observó, viendo al pelinegro lamerse los labios.

— Además, acabamos de compartir un momento bastante caluroso juntos. ¿Creíste que te dejaría salir de aquí y fingir que no pasó nada entre los tres? — Las mandíbulas de Kim cayeron y el contrario soltó una carcajada tranquila. — Creo que me tomó el tiempo suficiente para darme cuenta de cuánto he estado lastimando a Jimin todo este tiempo. Tal vez quiero compensarlo. Quizás no quiero que tenga que elegir entre nosotros dos. Tal vez si pudiera incluso redimirme, le dejaría tener el lujo de tenernos a los dos. Podría ser que solo quiero complacer a Jimin y tal vez, quiero complacerme a mí mismo.

Namjoon se aclaró la garganta procesando todo lo que escuchaba, interiorizando cada palabra y dándoles todos los significados posibles mientras su cuello se ponía rojo bajo la atenta mirada de Min.

— Estoy atraído por ti, Namjoon. Me atraes. Todo este tiempo mientras trabajaba para mí, te encontré bastante bien parecido y capaz. Tienes muchas buenas cualidades. Quizás nunca te haya visto así, como lo haría un hombre y con otra intención, pero yo ahora sé con certeza cuán atractivo puedes ser y cuánto más quiero ver de ti. — Le guiñó un ojo.

Una vez más, la boca de Kim se abrió, más se obligó a cerrarla, mirando a su jefe, esperando que le dijera que todo eso era una broma. De él, pasó a mirar el ángel que dormía a su lado. Sabía que tenían que hablar entre ellos dos primero, llegar a un acuerdo antes de sentarse a hablar con Jimin, dejarlo decidir o escoger, mas se sentía raro para él hablar entre ellos como si el menor de todos no existiera. Él quería que Park siguiera independizándose, creciendo como persona, que soltara todas sus cadenas.

— Pero Jimin... — comenzó a hablar, — no sé cómo Jimin se va a tomar esto. — Admitió en voz baja. — Sabes cómo se siente con respecto a las relaciones. Es casi sagrado para él. Puede que no sea receptivo a la idea a pesar de que estoy tentado a aceptar tu oferta. — Ahí dejaba ir una confesión. Cuando su mirada se encontró con el pelinegro, este solo asintió.

— Déjamelo a mí.

— Simplemente lo vas a dejar sin opción, ¿verdad? — Odiaba eso, pero no pudo evitar sonreír un poco ante la maldad graciosa que se dibujaba en ese hombre que tenía por jefe, toda la cara de ambos se iluminó, no pudieron evitar sonreír juntos.

Que ellos dos rieran juntos, había sucedido, mas jamás en un ambiente tan relajado. Ellos dos no compartían fuera del trabajo y más del noventa por ciento de sus conversaciones iban ligadas a esto, tal cual las sonrisas. Se sintió bien solo reír así. Yoongi relamió sus labios con una sonrisa observando al mayor.

— Mira la diferencia entre tú y yo, Kim, es que lo persuadiste. Intentas guiarlo en la dirección que quieres que vaya y te desvías con él cuando no sigue la corriente. Es por eso que siempre trabajarás para alguien y nunca serás un líder. — Namjoon enarcó una ceja y Min frunció los labios con arrogancia. — Yo, por otro lado, hago las cosas de manera diferente. Voy a tallo el camino que la gente va a tomar y los arrastro por el cabello si es necesario, pero por las buenas o por las malas, hacen exactamente lo que quiero que hagan. Mientras sepa que mis intenciones son puras, no me importa si puedes aceptarlo o no, simplemente lo harás.

— Pero es Jimin de quien estás hablando. A mí no me importa obligar al mundo para que se arrodille ante nosotros o volarle la cabeza a todos los hijos de puta que se lo buscan. Sin embargo, Jimin es diferente. ¿No es difícil verlo batallar? — La sonrisa de Min se desvaneció un poco.

— No habrá excepciones. No debe haber excepciones y si él quiere volverse fuerte como supongo has estado intentando lograr, para que se crezca dentro y fuera de este negocio, no lo hará con manitas pasadas. Tú lo disculpas, le das tregua, pero el mundo no lo hace y cuando salga por la puerta hacia afuera, no durará ni siquiera un día y él lo entenderá. Tú lo viviste, yo lo viví, el mundo lo vive. Por lo tanto, no hay excepciones.

Yoongi habló extremadamente serio, ignorando la voz en su cabeza ya comenzaba a burlarse de él, recordándome que, en ese mismo momento, estaba haciendo varias excepciones para Jimin. Siempre decía una cosa, pero terminaba bajando la guardia con Jimin. Su estricta regla de "no relación" iba va a ser completamente destrozada, todo por Jimin... Quizás solo necesitaba tener un nuevo lema en la vida: "No habrá excepciones. Excepto Jimin". Porque el menor era su mayor excepción, quien lo hacía crear excepciones.

— Pero Jimin... — Namjoon iba a protestar, mas el contrario levantó una mano para interrumpirlo.

— Todavía lo dejaré decidir al final, Kim. No me hagas pasar por una especie de monstruo. Te lo dije, estoy tratando de dejarlo todo en sus manos, depende de él. Me contendré. — Arrugó la frente viendo que el mayor continuaba indeciso, batallando mentalmente. — A menos que me digas que vas a retirarte incluso antes de que le dé esta opción.

— Por supuesto que no. Lo quiero a él, lo amo. — Namjoon declaró clara y confiadamente, dejando salir sus emociones. — Iba a pelear por él, jefe, incluso contra ti. No sé cómo funciona una relación entre tres personas, pero tienes razón. No quiero obligarlo a elegir entre nosotros. Creo que ha pasado por lo suficiente emocionalmente como para ser presionado a tomar una decisión. Pero... — Calló pensando, dejando que la tristeza y preocupación bañara su rostro. — Si surge la situación en donde él no nos acepte juntos, ¿entonces qué? ¿Te retirarás? ¿Tendré que pelear contigo por él?

Yoongi soltó un bufido, congelándose un poco cuando Park refunfuñó en su sueño, cambiando su peso hasta que estuvo de lado, acurrucándose un poco más cerca de él. Su pecho se apretó dolorosamente y tragó saliva. Los abrazos de Jimin y su cercanía siempre fueron su debilidad y fortaleza.

— Bueno. No lo dejaré ir, eso es seguro. — Susurró, extendiendo la mano para rodear al menor. — Así que será mejor que estés de mi lado cuando lo intente convencer para que nos acepte a los dos.

Namjoon consideró sus palabras por un momento, todo sería más fácil con Min. Incluso con Padre. Ellos podrían tener más libertad, prefería tener a Jimin de cualquier modo, que no tenerlo en lo absoluto. Estuvo dispuesto a dar un paso atrás por su seguridad y felicidad, pero si podía tenerlo, si el propio Yoongi estaba de su lado, entonces él quería intentarlo.

— Te respaldo, jefe. — Susurrar por lo bajo, sus ojos pegados al cuerpo de Jimin. —Como siempre.

El silencio pasó entre ellos por un momento, antes de que Min se girase para mirar al peligris con una sonrisa curiosa.

— Ya que estamos en este tema... — Comenzó, lamiéndose los labios, viendo como los labios de Namjoon comenzaron a separarse. — Ven aquí. — Musitó.

— ¿J-Jefe? — Exhaló, retrocediendo un poco en lugar de acercarse a él como Min quería que lo hiciera. No habían hablado aún con Jimin, este podría mandar todo a la mierda si se enteraba de que se había besado con Yoongi, fue testigo de cómo se ponía cada vez que sabía que Min estaba con alguien más y no quería que se molestara con él.

— No voy a comerte, Kim. — Rodó los ojos. — Bueno, todavía no de todos modos. — Soltó una risita. — Solo quiero ver si tus labios son tan suaves como los de Jimin. Quería sutileza pero... Me molesta que los labios de Jimin sean tan jodidamente suaves, siento que pudo lastimarlo. — Se rascó la barbilla.

¿Realmente Min quería besarse con él? ¿Estaba Namjoon en verdad considerando besarlo? Es que tenía que estar demente. Miró esos dos cuerpos más pequeño que el suyo aunque solo por su carácter a veces Yoongi parecía mucho más grande y suspiró. Dejó escapar un suspiro de alivio, antes de sonreír mirando los abultados labios de Jimin.

— Él tiene labios muy suaves. — Comentó. — Pero es sumiso, realmente lo es. Nunca lucha por el dominio, ni siquiera en un beso. Entonces, tal vez es por eso que sientes que es particularmente suave. — Se movió para mirar a su jefe. — Yo no soy así o lo seré jamás, te gusta la entrega total sin pelea, pero conmigo la cosa funciona muy diferente. — Fue Min quien esta vez se giró para contemplarlo, mirando el cuerpo que parecía estar muerto entre ellos.

— Bueno, déjame comprobar.

Habló, antes de alcanzar la parte posterior de la cabeza de Namjoon para acercarla porque sabía que él no lo haría, la forma en que miraba a Jimin se lo dejaba saber. Sin embargo, la mano del peligris salió para sostener su brazo, deteniéndolo mientras levantaba las cejas.

— No soy sumiso, jefe. No voy a someterme a ti tan fácilmente. — Él desafió haciendo a Min sonreír.

— Uy, es solo un puto beso, Kim. ¿Tienes miedo? — El nombrado dejó escapar un suspiro exasperado.

— No esperes que sea como Jimin.

— Él es único, nunca te confundiría o esperaría que seas como él, Namjoon. Es realmente imposible. — Puso los ojos en blanco y acercó la cabeza ajena a la suya. Namjoon se resistió un poco. — ¿Hemos terminado de tratar de retrasar lo inevitable? — Le pregunté con un dejo de descaro en la voz. — ¿O simplemente vas a retirarte ahora y dejarme tener a Jimin? Porque si estamos haciendo esto con nosotros tres, tu trasero me pertenece también.

— ¿Qué te hace pensar que no me pertenecerás tú a mí? — Yoongi apretó con mayor fuerza su cabello mientras la mirada del peligris buscaba a Jimin, luego frunció el ceño de mala gana. — Bien, pero no hasta que no hablemos con él. — Se mordió el interior de ambas mejillas.

— Buen chico. — Gruñó Min con una sonrisa triunfante.

+++

Jimin se despertó sobresaltado, haciendo una mueca cuando un dolor agudo le atravesó la espalda. Protestó girándose de lado, quedándose sin aliento cuando vio un torso desnudo en su cara. Parpadeó dos, tres veces, tratando de averiguar qué estaba sucediendo en ese momento que estaba haciendo que su corazón se acelerara de manera errática.

Oh Dios.

Se alejó del torso que había estado mirando solo para golpear fuertemente a otro cuerpo. Giró la cabeza, encontrándose con un Namjoon que lo observaba con una sonrisa y sin ropa.

Oh, querido Dios.

Si Namjoon estaba de ese lado y había otro cuerpo... No fue un sueño. No soñó que hizo un trío. Tuvo sexo con su mejor amigo y su mano derecha al mismo tiempo. Oh Dios. Jimin necesitaba vomitar. Se aclaró la garganta, negándose a girar la cabeza para mirar a la única persona que podría hacer que su corazón se detuviera. Podría lidiar con Namjoon, podría lidiar con la desnudez de este solo porque ya lo había visto cientos de veces. Pero no a él, no a Min Yoongi. Oh Dios, no él. Especialmente no él y Namjoon, desnudos, en la misma cama, al mismo tiempo.

Ignorando su corazón palpitante, trató de concentrarse en buscar su ropa interior para poder vestirse y salir corriendo de ahí, con suerte, huir de Yoongi y Namjoon por el resto de su vida. Destellos de lo que sucedió comenzaban a resurgir en su cabeza, forzaba a su cuerpo a no reaccionar ante sus pensamientos. Apretando los dientes mientras se movía en la cama, trató de localizar su ropa interior, pero no tuvo tanta suerte. Una oleada de dolor golpeó su columna haciéndolo sisear. Mirando de soslayo pudo notar como los otros dos comenzaban a incorporarse y esto lo hizo entrar en pánico ligeramente.

¿Por qué nadie decía nada? ¿Cómo es que Namjoon todavía no estaba muerto?

— Ordené el desayuno. — Habló Yoongi divirtiéndose un poco con la actitud del menor que se quedó quieto, temblando cuando un escalofrío le recorrió la espalda al escucharlo.

A Park se le secó la boca, incluso se ahogó un poco provocando que una incesante tos lo golpeara. Seguía procesando que Min Yoongi había ordenado desayuno y que estuviera hablando tan tranquilo cuando en el último tiempo parecía un león enojado.
¿Yoongi ordenó el desayuno? Eso significaba que todavía era de día. Si su memoria no le fallaba, tuvieron sexo en la mañana, cuando recién se acababa de levantar. ¿Cómo es que todavía era de mañana? Cabía la posibilidad de que hubiese dormido todo un día y que ese fuera el día siguiente. ¿Estuvo demasiado intenso o solo duró cinco minutos antes de desmayarse?

Trató de enderezar la espalda e hizo una mueca, respirando hondo. Su cuerpo entero le dolía muchísimo. Nunca se sintió así cuando tuvo sexo con Namjoon, estaba buscando en su memoria qué exactamente le había hecho Min.

— Tómalo con calma. — Namjoon intentó calmarlo, pasándole sus manos por la espalda. — Tuvimos un largo día ayer.

¿Ayer?

Realmente había pasado un maldito día entero. ¿Cómo? ¿Cuándo? Jimin bajó la mirada cuando el mayor de todos se acercó a la cama lo tumbó. No luchó con él, solo porque estaba empezando a sentirse mareado y las palpitaciones de su corazón no ayudaban. Estaba empezando a sentir la fatiga golpearlo y se sentía increíblemente pesado mientras se hundía más profundamente en la cama.

Fue en ese momento que se dio cuenta en verdad de que acababa de pasar un día entero con dos mafiosos en una cama de tamaño Super Ultra King. ¿Por qué ninguno de los dos había intentado matar al otro todavía? Eso no tenía sentido para Park. No cuando se trataba de su mejor amigo, un bastardo extremadamente posesivo.

Su mente volvía a divagar, cubrió su rostro con las manos mientras se sonrojaba. No podía creer que hicieran eso juntos. Dios, recordó cómo pasó todo el día de ayer. Tomaron descansos, incluso tomó una siesta. Pero Yoongi y Namjoon parecieron contentos de probar todas las posiciones que se les ocurrían en un día. Era como si Min estuviera tratando de hacer una prueba del sexo en general en un solo día.

— Es un poco tarde para sentir timidez, Jimin. — Namjoon bromeó, pero el menor no pudo ver el chiste.

No cuando su cuerpo estaba pagando el precio por su falta de convicción para protestar contra los dos hombres en su vida que estaban decididos a detener su corazón por completo.

— Esto es tu culpa. — Se tapó la cabeza y su respiración se entrecortó cuando notó que ambos todavía estaban completamente desnudos.

Los músculos de su trasero temblaron percatándose de lo peligrosa que era esa situación para él. Podrían querer otra oportunidad si se sintieran capaces y su cuerpo todavía no estaba listo. Tenía la sensación de que su cuerpo no estaría listo por un tiempo.

— Pensé que se debía culpar al jefe por esto. — Los mayores compartieron una sonrisa mientras Namjoon reía. Los dos vieron cuando el menor le golpeó el muslo y esto solo les hizo reír más.

— ¿Cómo está tu cuerpo? — Min preguntó gentilmente mientras le quitaba las sábanas de la cara y besaba la parte superior de la cabeza castaña. — ¿Tienes mucho dolor?

— Creo que la mejor pregunta es... — Resopló apartándose de él. — ¿Cómo diablos estuvieron los dos de acuerdo con esto?

— ¿De acuerdo con qué? — Yoongi le preguntó, apretando su brazo para mantenerlo en el lugar.

— ¡Esto! ¡Esta cosa! ¡Tres personas en una cama! Tres personas haciendo... — tragó formulando sus palabras — cosas juntas. ¿Estás bien con esto? ¡Estamos desnudos! ¿Estás bien con Namjoon tocándome? — Le preguntó con voz desconcertada. — ¿Por qué? Quiero decir, estabas tan decidido a matarlo por tocarme antes... — Su mente empezaba a mandarle demasiada información de golpe. — Espera, espera, ¿no estás disgustado por mí? ¿Por los gays? ¿Qué está pasando?

— Eso era entonces, esto es ahora. — El pelinegro miró al mayor y este le guiñó un ojo a Jimin. — Creo que hemos llegado a un acuerdo, también he llegado a la conclusión de que no estoy asqueado por ti. Por el contrario...
— ¿Qué acuerdo? — Exigió saber. — No he escuchado hablar sobre ningún acuerdo.

— Estabas demasiado cansado para escuchar algo anoche, amor. — Namjoon sonrió.

— ¡Namjoon! — Gritó alejándose un poco de él mientras el mayor dejaba escapar una risa nerviosa rascándose el pecho desnudo.

— ¿Demasiado pronto para decir esa palabra? — De acuerdo, Kim maldijo mentalmente porque estaba tan relajado, que no midió sus palabras. — Es solo un nombre cariñoso, no es como si estuviera declarando mi a-

Calló de golpe cuando vio al menor tapándose las orejas, sintiendo que definitivamente la había cagado. Es que, él sabía que el menor amaba a otro hombre, pero no esperaba que le incomodase tanto escuchar eso.

Jimin se había tapado las orejas porque no estaba seguro de sentirse cómodo escuchando esa palabra cuando estaba desnudo, en una cama con otros dos hombres en igualdad de condiciones. Necesitaba algo de tiempo para entender eso.

— ¿Qué estamos haciendo, qué está pasando? — Se le quedó mirando a Namjoon. — ¿Nos hemos vuelto locos? — Estaba siendo dramático, pero el menor creía que está bastante justificado su comportamiento

— Cálmate. — Min extendió la mano para tocar su brazo, estremeciéndolo. El cuerpo de Jimin estaba reaccionando a su toque y ni siquiera estaba pensando en eso. Por supuesto que el pelinegro se dio cuenta de su reacción y sonrió. — ¿Debería distraerte de tu inminente ataque de pánico? — Preguntó, su voz baja y sugerente.

— ¿Qué? No. Quiero saber qué está pasando. ¡No me toques! — Golpeó su mano. — No puedo pensar con claridad cuando me tocas, carajo.

— ¿Es eso así? — Le gustó escuchar eso, por eso su mano desapareció bajo las mantas haciendo saltar al menor cuando agarró su trasero desnudo.

— ¡Min Yoongi! — Se apresuró hacia Namjoon. — No lo hagas. Repito, no me toquen.

— Estás cantando una melodía diferente esta mañana, ayer no decías eso. — Esta vez fue el mayor de todos quien bromeó mientras se sentaba más erguido. — Me rogabas que te tocara. — Los mayores rieron cuando el castaño se tapó las orejas de nuevo.

— ¡No! No más tocar o hablar sucio, hasta que alguien me explique qué es eso estamos haciendo. — Entrecerró los ojos hacia Namjoon, sintiendo su pecho apretarse dolorosamente. — ¿Es esto cosa de una vez? ¿Soy solo un juguete? ¿Algún juguete de mierda con el que ambos quisieran jugar al mismo tiempo? — Se volteó hacia Min. — ¿Fue solo por diversión? Dios, solo dejé que ambos se aprovecharan de mí como un títere sin sentido.

Podía sentir las lágrimas comenzando a llenar sus ojos. Namjoon boqueó un poco incrédulo por esa acusación también dirigida a él y el pelinegro también se incomodó, aunque él sabía que sí se tenía merecido que Jimin pensara esto de él. No obstante, no pudo detener el modo en que su cara se oscureció, cuando Park lo notó, tragó seco. Yoongi extendió su mano hacia él, pero el contrario lo evitó por instinto. Gruñendo, el pelinegro se acercó más a él y Jimin retrocedió otra vez hasta golpear el cuerpo de Kim.

— No hagas eso, Jimin. No hagas eso, en serio. — Su cara comenzaba a parecer peligrosa y el menor no pudo evitar buscar la mano del peligris en las sábanas.

— ¿Qué?

— No rehúyas mi toque. Lo odio.

— Bueno, dije que no habrá más toques hasta que esto se arregle o se organice porque yo necesito saber, Yoongi. ¿Qué diablos es esto? — El mencionado lo miró sin pestañear, antes de tomar una respiración profunda.

— No compro el desayuno para la gente que follo por diversión, Jimin. Tampoco suelen pasar la noche en la misma cama que yo. — Extendió su mano hacia Park con una ceja enarcada.— Todavía pareces confundido, así que voy a decir esto simplemente por ti. Park Jimin, tú no vas a escapar nunca de Kim o de mí. — Él movió su dedo entre los tres. Ven aquí... — Sostuvo sus mejillas para mirarlo fijamente. — No estamos follando por diversión.

¡Doble actualización!

Espero que les haya gustado el capítulo...

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