Capítulo 10

—¿Algo más jefe?

El sujeto que aguardaba discretamente para ser despedido por lo que restaba de día, algo que sabía muy bien siempre sucedía cuando ese visitante llegaba, mantuvo su mirada baja a la espera de que el rubio pronunciara palabra.

— Eso es todo, Yeonjun, puedes retirarte. — La voz de Jungkook fue tranquila, pero firme, sintiendo los largos dedos que se colaban por su camisa, por esos únicos dos botones abiertos. — Que nadie nos moleste, por favor.

— Sí, señor. — Realizando una sutil venia, aquel joven abandonó el salón, dejándolos solos.

— Sigo preguntándome a qué debo tu visita hoy. Te he estado llamando durante las últimas dos semanas y llegué a pensar que me estabas ignorando, Tae. — El Jungkook buscó con la mirada al pelirrojo sobre el que estaba sentado a horcajadas, ese que delineaba su cuello y pecho. — ¿Qué deseas?

— ¿Debo desear algo? ¿No puede ser que haya querido verte porque extrañaba nuestros encuentros deliciosos y clandestinos?

Sonrió ampliamente, dejando caer su cabeza hacia atrás en una invitación tácita, deseaba sentir los labios de Jungkook sobre su piel. El menor lo admiraba en silencio, contemplaba sus clavículas, mandíbula marcada pese a su relajado semblante. Entendió el mensaje, por eso se inclinó dejando un tenue beso antes de volverse a separar.

— No trates de ser astuto con el zorro. — Musitó el rubio apretando su cuello. — ¿Qué quieres?

— ¿Estás molesto porque no pudimos vernos en las últimas dos semanas? ¿Quién fue el que me dijo que tenía que comprender la posición en la que nos encontrábamos y que no contaba con tiempo para estarnos viendo cada día? Solamente me apegué a tus deseos, eso sin contar que yo también soy un hombre ocupado aunque no gobierne partes de este distrito y sea jefe de una organización como tú, Jeon.

— Dije todos los días, pero tampoco que nuestros encuentros se volvieran quincenales o mensuales. — Taehyung sonrió buscando ahora besar él el cuello del menor. — Al menos si quieres seguir teniendo la exclusividad que deseaste. — Su mano se extendió al cuello que besaba, sintiendo que el agarre en el suyo propio se intensificaba. — ¿Qué?

— ¿Me estás amenazando con follarte a alguien más?

— ¿Hubo algún tono en mi voz que te indicara que esto se trataba de una amenaza? Estoy exponiendo hechos, no somos pareja, no hay lazos entre nosotros porque no los quisiste. Entonces, si a eso le agregamos que nos veremos muy de cuando en vez de forma casual, entonces es natural que dado el momento, yo encuentre otro lugar que al menos me ofrezca liberación corporal. — Lo miró serio, tensando su mandíbula.

— No es que yo no quisiera, ser tu pareja incluye tomar decisiones que no podemos tomar. ¿Quieres decirle a Padre que estamos juntos?

— Él no tiene por qué saberlo.

— ¿Piensas que no se enterará solo si lo ocultamos? Incluso descubrió al Inocente de Min.

— Eso fue un descuido de Yoongi, todos sabíamos que tenía un Inocente bajo su cuidado que no se podía tocar o mirar, Padre simplemente confió en él, como siempre. Pero nosotros dos somos diferentes, estamos metidos en esto juntos. — Taehyung rodó los ojos y el contrario sonrió. — ¿Sabe tu jefe lo que está haciendo al mezclarse con un inocente? — Desvió la conversación un poco sobre ellos dos, en algún momento Taehyung aceptaría unirse a él. — Todos creímos que en algún momento el Inocente lo descubriría, dado que lo llevó al edificio Indigo, quiere decir que efectivamente lo descubrió porque Min estaba renuente a involucrarlo de alguna forma.

— No lo sé, todo lo que sabemos es de información general, que son amigos casi hermanos desde antes que Yoongi se uniera a la organización. Aunque yo también opine como tú, que las cosas con un Inocente siempre terminan mal, mi jefe sabe lo que hace y yo confío en él. — Espetó bajo, estirando sus labios hasta rozar la piel contraria, dejando salir su lengua para humedecerlo. — El jefe es inteligente, seguramente se aseguró junto con Namjoon antes de dar un paso.

— Sabes, antes creía que esa unión de Min con su mano derecha implicaba algo más.

— Por un momento lo pensé también, pero ahora puedo asegurar que entre ellos no hay nada y al jefe no le van los hombres. A veces lo molestamos un poco cuando lo vemos de buen humor, pero al menos hasta ahora, se ha mantenido navegando con bandera heterosexual. — Pronunció mordiendo su mentón. — Debiste haberlo visto, el Inocente era lindo, realmente lucía como un ángel inocente y asustadizo, no pude evitar molestarlo. ¡Ay! — Se quejó cuando la mano de Jungkook se ciñó más fuerte y lo apartó con brusquedad.

— ¿En qué quedamos? — Inquirió con evidente molestia dejando al mayor confundido por momentos, levantándose poco después para sentarse en otro sillón mientras era observado por Taehyung. — En mi presencia, no me gusta que alabes el visual de otro hombre.

— ¿Celoso? No estaba alabando a nadie, solo fue un comentario.

— Demasiado detallado para mi gusto. — Aseguró viendo como esta vez el pelirrojo se acercaba a él para sentarse en su regazo.

Disminuyó la distancia entre sus rostros hasta que la respiración del otro acarició sus labios, conteniendo sus ganas de sonreír porque todavía le parecía increíble que Jungkook gustara de él a ese nivel. Siempre creyó que sería un imposible, hasta que el propio Jeon lo mandó a buscar.

El susto de ese día le parecía ahora una divertida historia, en su mente iba a ser ejecutado, no se esperó que de forma tan poco sutil el rubio le preguntara si tenía pareja y si estaría interesado en entrar a su cama. Quiso gritar "dónde firmo", pero su orgullo no se lo permitió. Ahora ahí estaban, un año más tarde.

Terminó de atrapar los finos labios de Jungkook entre los suyos para fundirse en un profundo beso, alejándose en cuanto este intentó ir más allá. Se puso de pie seguido del menor que atrapó su mandíbula para otro beso, perdiéndose en él.

— Debo confesar que vine con dos intenciones. — Musitó sobre sus labios, sintiendo la forma en que el rubio se alejaba para mirarlo. — Una de ellas son los negocios y la otra, poder tener sexo hasta que nuestros cuerpos pidan clemencia. Te he extrañado demasiado...

Solo con esa última oración, la molestia inicial de que Taehyung fuera a él después de dos semanas por negocios, desapareció completamente. Sonrió ladino, aceptando el beso que le daban. Caminar sin ver en realidad el camino por el que se transitaba, chocando contra varias cosas en el proceso, fue algo que sucedió mientras ambos se dirigían sin querer soltarse hacia la habitación de Jeon.

Echándose hacia atrás, Taehyung tuvo que reír un poco mientras se desabrochaba la camisa lentamente. Jungkook parecía que iba a explotar por la forma en que sus ojos salían de su cabeza. Realmente esas dos semanas sin verse le estaban dejando ver a un menor necesitado que nunca antes había contemplado.

El pelirrojo no tenía prisa, incluso si Jungkook parecía querer apresurarse y devorarlo en segundos. Con lo duro que estaba, su erección presionando contra la parte delantera de sus pantalones de vestir, le dejaban saber que incluso podría correrse antes de que lo desvistiera en su totalidad. El mayor nunca había querido tomarse su tiempo con ninguno de sus compañeros anteriores, pero este era Jungkook, ese idiota tenía una forma diferente de orillarlo a cosas que hasta antes de su presencia en su vida jamás contempló.

Una vez que su camisa estuvo abierta, la deslizó por sus hombros, deleitándose mordiéndolos, tomando él el control que no le dejaría al rubio, aún no. La tiró a un lado antes de inclinarse para darle a Jungkook besos ligeros en sus labios, apretando ligeramente las caderas contra las de este mientras lo hacía, acumulando un poco de fricción solo para provocarlo. Los jadeos y gemidos de Jungkook, cómo sus caderas saltaban debajo de él ahora que ambos estaban en la cama lo hicieron sonreír un poco. A él le gustaba, le encantaba poder burlarse así aunque muchas veces eso terminaba en un menor vengativo, pero valía la pena.

No lo alargó demasiado tiempo, desabotonó los pantalones de Jungkook y se quitó los suyos junto la ropa interior de una sola vez. Se quitó la última ropa, encontrando a ciegas su botella de lubricante y un condón en su mesita de noche, donde mismo la había dejado, en la posición exacta. Al menos en su casa, Jungkook no había estado en verdad con nadie o por lo menos no tocó todo lo que dejó en su visita anterior metódicamente organizado. Volvió a sentarse a horcajadas sobre los gruesos muslos de Jungkook, sonriéndole con cierto agradecimiento en su interior.

Extendió la mano hacia atrás, deslizando su dedo medio hacia adentro y hacia afuera lentamente. Pronto tuvo dos dedos deslizándose dentro de él, mirándolo, dándole una suave sonrisa.

— Puedes tocarme. — Jungkook solo lo contempló, viendo como inclinaba la cabeza hacia atrás, simplemente disfrutando de lo que estaba recibiendo por él mismo.

Taehyung amaba perderse en Jungkook, follarlo hasta que todos sus músculos doliera y el gran Jefe Jeon quedara reducido a nada bajo él. Sin embargo, también le encantaba cuando era este quien lo hacía, en sus últimos dos encuentros fue él quien se perdió en su interior, ahora deseaba sentir al menor.

No esperó el momento en el que el rubio le retiró la mano impidiéndole seguir tocándose, justo cuando más lo estaba disfrutando.

— Bebé... — Escuchar esa palabra en la voz baja de Jungkook, en persona, afectaba al pelirrojo más de lo que quería admitir. — ¿Quieres algo?

Taehyung asintió, con los dedos retorciéndose nerviosamente entre las sábanas a ambos lados del cuerpo del menor.

— Tienes que pedirlo, hyung. — Jungkook jamás lo llamaba hyung al no ser que lo estuviera molestando en la cama, justo como en ese instante, pero no le importaba, le gustaba.

— Por favor. — Espetó arrojando su orgullo al viento. A la mierda, él sabía lo que quería. — Por favor, si no me permitirás tocarme al menos déjame chuparte.

— Joder, escúchate. — Gruñó Jungkook girando sus cuerpos para dejar el pelirrojo bajo él. Se arrastró hacia adelante, deteniéndose con ambas rodillas a los costados de su abdomen. — Tus labios, Tae, Dios, ¿siquiera sabes lo que me h... —  No logró terminar.

El mayor se había inclinado para hundir su boca dejándolo deleitarse, gimiendo por el peso en su lengua, el calor, el gusto. Taehyung sabía lo obscenos que debían verse sus labios estirados alrededor de su miembro. La sola idea lo invitaba a tomar a Jungkook lo más profundo que pudiese antes de que comenzar a ahogarse, sin que le importara cuánto babeara, los sonidos húmedos, la tensión de los dedos de Jungkook en su cabello.

Ese exquisito ambiente solamente era roto por el sonido del teléfono de Jungkook, la palabra "Padre" reflejándose en su pantalla. No le podían estar haciendo eso, era injusto. ¿No ocurriría nada por ignorar su llamada, cierto? Ambos sabían que si respondían, toda la fiesta acabaría.

— Joder, bebé, ignóralo, solo apresurémonos un poco. — Gimió Jungkook, cayendo de rodillas sobre el colchón, ahuecando el rostro desordenado del pelirrojo entre sus manos y besándolo profundamente.

Jungkook besaba bien, usando sus pulgares para quitar la saliva de la barbilla del mayor, lamiendo su boca como si no le importara el sabor de sí mismo. El calor solo inundaba el vientre de Taehyung, odiando que hubiese sonado ese maldito teléfono cuando tan impaciente y deseoso estaba. Quizás la próxima vez realmente podrían recuperar el tiempo perdido.

— Maldición, hyung, quiero hacerte todo en estos momentos. — Murmuraba, una mano cálida deslizándose, las yemas de los dedos buscando un pezón para acariciar y frotar.

Esta vez fue el teléfono de Taehyung el que sonó "Segundo" reflejándose. Eso significaba que era Namjoon quien le estaba marcando. Que no los llamaran más, que los dejaran terminar a gusto. El teléfono dejó de vibrar, solo para comenzar a sonar, solo una persona tenía timbre en su móvil, ese era su jefe, lo que significaba que el propio Min lo estaba llamando. Debía ser un asunto serio como para que lo llamase directamente y no mandara al segundo al mando. ¡Maldición! Su teléfono, el de Jungkook, ambos sonaban.

— ¡Tenemos un puto minuto para terminar! — Exclamó Jungkook. — ¡Vírate!

— No, quiero verte. — Rebatió, pero el menor no protestó, solo se inclinó para besarlo fogosamente. Cuando finalmente se hundió en el interior con un gemido amplio y tembloroso, las caderas al ras con el trasero de Taehyung, la frente cayendo hacia el pecho del mismo mientras se movía hacia adelante desesperada y rápidamente.

— ¡Oh mierda, Tae! — Eso fue todo lo que dijo antes de comenzar a correrse masturbando al contrario, sintiéndolo tensarse y seguirlo solo segundos más tarde.

Ese había sido el rápido de los rápidos. Nunca lo habían hecho tan rápido, mas no podían negar que toda esa adrenalina junto a lo mucho que se extrañaron simplemente hizo que todo fuera más intenso. Una vez liberados, se besaron fugazmente e incorporaron a gran velocidad, cada uno corriendo a un baño diferente mientras respondían sus teléfonos.

Ambos habían sido invitados a la misma reunión, pero no podían llegar juntos. Por ese motivo, cada uno tomó su vehículo tomando caminos diferentes.

+++

En ese mismo momento, Jimin estaba extremadamente agradecido de haber logrado disfrutar de una sesión de spa de tres horas de duración hacía dos días. De lo contrario, no sabía si podría soportar estar ahí sentado, tenso y listo para entrar en un paro cardíaco. La tensión en la habitación le estaba haciendo contener la respiración contra su voluntad y ni siquiera se atrevía a moverse, en caso de que el sonido de sus músculos en movimiento fueran demasiado fuertes para la situación.

Yoongi se movió en el asiento a su lado y el sonido de su traje contra el cuero del sofá que compartían parecía amplificarse mientras se movía. Se tensó tanto que los músculos de su trasero realmente temblaron. Maldito fuera Min Yoongi, ¿en qué lo había metido? Dios, ¿por qué siempre estaba de acuerdo con todo lo que decía Min? ¿Por qué nunca protestaba? Si lo hiciera, no estuviera ahí, sentado entre un grupo de mafiosos.

Alguien que ayudara al castaño, por favor. Alguien, que lo sacara de ahí. Ni siquiera se atrevía a dejar que sus ojos vagaran, eligiendo en cambio mirar el reposabrazos de uno de los sofás frente a ellos.

Saltó cuando una mano pesada cayó sobre su hombro, apretándola firmemente. Miró a su lado abruptamente para ver a Namjoon fruncir el ceño. Parecía preocupado mientras se acercaba a su oído con parsimonia.

— Respira, Jimin. Respira antes de que te desmayes. — Le aconsejó, masajeando el hombro unos segundos más antes de sentir que la tensión del menor se aliviaba.

Jimin tuvo que resistir el impulso de agarrar su mano y nunca soltarlo. Necesitaba algún tipo de seguridad, no solo seguridad verbal de que no iba a morir. Necesitaba saber que no le dispararían en la cabeza o el pecho por decir algo malo o mirar a alguien mal. Tal vez si incluso respiraba mal, podría recibir un disparo en el pie, todos lucían aterradores. ¿Por qué tuvo que hacer eso? Pensaba que esa gente no quería tener nada que ver con Inocentes, no comprendía para qué lo querían allí.

— Entonces... — El hombre que estaba sentado a la izquierda de Yoongi finalmente habló, Jimin se encontraba incapaz de levantar la cabeza para mirarlo.

Había un aire en él que le intimidaba a pesar de su atractivo, a pesar del hecho de que solo había estado mirando sus piernas largas cruzadas sin prisa frente a él. Con solo una mirada, se notaba que era el hombre más poderoso de esa habitación, la cabeza principal. La atención completa de todos estaba en él mientras hablaba.

— ¿Este es el hombre del que nos has estado hablando, quien guardabas? ¿Tu inocente?

Min se movió donde estaba sentado, enderezándose, siendo imitado por el menor que no quería parecer grosero.

— Sí, padre.

¿Padre? Jimin frunció el ceño. El padre biológico de Yoongi había fallecido hacía años, no recordaba que le dijera que había sido adoptado por alguien más o algo similar. ¿Era ese un tío que lo adoptó extraoficialmente? ¿Fue su familia parte del grupo también? Era absurdo, además ese hombre no lucía tan mayor. Pasado de los treinta sí, pero no podría llevarles más de diez años.

El castaño se atrevió a levantar un poco la vista para mirarlo, la curiosidad se apoderó de él. Ni siquiera le dio una segunda mirada completa antes de parpadear rápidamente y apresurarse a mirar hacia otro lado.

— Park Jimin. — El hombre habló de nuevo, esta vez dirigiéndose a él directamente. Podía sentir su estómago revolverse con inquietud, le preocupaba terminar vomitando frente a todos esos hombres y ponerse no solo en ridículo él, sino también a Yoongi. Por esto, tragó ese extraño buche y nudo en su garganta, haciendo una mueca por lo audible que parecía sonar. — Mírame cuando te estoy hablando, joven.

Ese hombre le estaba hablando y si no hacía lo que le decía podría dejarlo lleno de agujeros de bala. Aún no quería morir, tenía que hacer lo que le estaban diciendo, incluso si su cuerpo estaba congelado por el miedo.

Obligó a su cuerpo a moverse mientras levantaba la cabeza como un robot, jurando que podía escuchar su cuello crujir. Estaba tan rígido. La mirada de aquel sujeto era neutra, la forma en que sus labios permanecían juntos complementaban el aura aterradora que su cabello pulcramente peinado hacia atrás y sus ojos le daban.

— Dinos, ¿Yoongi alguna vez te ha hablado de nosotros? — Había una pregunta implícita dentro de su pregunta que descubrió el menor de inmediato.

Quería saber si Min alguna vez le había hablado de sus negocios, un Inocente, alguien que no formaba parte de su familia, alguien que nunca debería haber sabido nada de ellos. Aquello parecía más que una junta, un juicio por algún crimen cometido. El castaño estaba seguro de que las consecuencias serían terribles si decía algo mal y no quería poner a Yoongi en una posición en la que pudiera meterse en problemas.

— N-No, señor. — Respondió mansamente, tentado a bajar la cabeza mientras hablaba.

Pero mantuvo su cuello congelado, recordándose a sí mismo que ese hombre probablemente no apreciaría si tuviera que repetirse sobre mirarlo cuando le habla.

— Pero sabías que él era parte de mi familia. — Se aclaró simplemente, sus ojos fijados en él.

— No me dijo nada. No lo hizo. — Repitió apresuradamente. — Me enteré por accidente. Él no hizo nada. — Miró de soslayo la reacción tensada de Yoongi, sintiendo ahora cuán negligente y descuidado había sido, lo mucho que su curiosidad los puso en peligro.

— ¿Cómo lo supiste?

El capítulo diez tuve que dividirlo porque tenía más de 7k de palabras, siento que se vuelven un poco tediosos cuando llegan a 6k es por eso que cuando eso pasa los divido.

Quería pedirles disculpa por los errores que hasta ahora han encontrado en esta historia. Si bien ya estaba terminada desde hace mucho, fue una historia comenzada locamente junto a "Un amor musical y prohibido" y "Más allá de las cámaras". En aquel entonces todavía intentaba descubrir mi estilo de escritura, así que batallé mucha, cambié muchas cosas. La inicié como una historia original con otros nombres, tenía la costumbre de agregar muchos pensamientos en primera persona cuando escribía en tercera.

A veces me venían idead usándome como guía y agregaba POV a lo loco. Fue todo un desastre como UAMYP que comenzó en primera persona en los primeros capítulos y después cambió. Solo se me da bien la tercera persona. Sin embargo, estoy revisando para tratar de arreglarlo porque entre esos errores iniciales, el autocorrector, Wattpad que me elimina los guiones, el espacio entre párrafos y las letras cursivas agregados en mi procesador de texto, esto termina saliendo con algunos errores. Perdónenme por todos los que puedan encontrar, después de publicar las actualizaciones de hoy releeré, cambiaré cosas que se me fueron al copiar y pegar para que tengan una cómoda experiencia leyendo.

Creo que es primera vez que batallo tanto con esto... Lo siento...🥺😩

LORED

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