- [Capitulo 7] Era oscura
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[Regresar al hogar]
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Pov: Ais Wallenstein
Lefiya y yo regresamos a casa minutos antes del fin de la madrugada.
En estos pasillos tenuemente iluminados, esperaba que el sol pudiera ayudarme a camuflarme, pero este decidió alumbrar y, ALUMBRARME, en el momento preciso que pasaba Finn y Gareth.
Maldigo a las ventanas.
Y maldigo a Lefiya por ni siquiera haber hecho el intento por ocultarse, dejándome a mí como la única loquita que anda agachada en su propia casa.
Me dieron un breve regaño, con abrazo y beso incluido, y luego elogiaron a Lefiya por su gran trabajo.
¿Cual?
El de verse pequeña e insignificante, ¡supongo!
O el de mantenerme vigilada, ELIGE.
En dirección contraria a mí los vi marcharse.
Con sonrisas se susurraban y a mí su voz no llegaba.
Ella esta muy sucia.
Su voz, sin duda, no llegaba.
¿Todavía no sabe bañarse sola?
Pero sus bocas moviéndose enviaron señales de alerta a mi cebrebro.
En sus conversación debe estar mi nombre.
¡Están hablando de mí!
¡Todos sabrán que dormí fuera anoche!
Espera... No, no suena mal.
¿Qué excusa inventare? Mi falda esta rota y mi cuerpo exhausto. Tengo moretones y marcas de mordidas en mi cuello. Cualquiera notaria que tuve actividad física de alta intensidad.
En contraste, Lefiya esta perfectita. Diva. Rosadita...
Quizás si le robo su ropa..
—Tranquila Ais-san, ¡estoy segura de que nadie se enojara porque lleguemos tarde a desayunar!
—Eso no me interesa en lo absoluto
—...¡AH!
Lefiya me miró con cara de "ES LA COMIDA MAS IMPORTANTE DEL DIA"
Pero no podría importarme menos.
Ahora mi único miedo es.
—Es enfrentar a madre..
Riveria Alf Ljos.
Ella es alguien que practica sus palabras.
Sabe que decir, que quiero oír.
Me mantuvo así a su lado durante un año.
Escucharla lo suficiente podría hacerme quedarme otro año mas.
—¿Que debería hacer?
—Solo hazle un berrinche y ya
—. . . . . .
—¡A mi me funciona!
Le pedí a Lefiya que fuera ella quien abriera esas puertas.
A mi podrían fallarme los brazos y quizás no entraríamos nunca.
—Oigan, ¡es Ais con la nueva!
Recibimos mucha atención a medida que dejábamos atras la entraday nos adentrábamos a los comedores de la Twilight manor.
Lefiya pareció muy agusta con la atención.
Yo quería meterme debajo de su falda.
Ya sabes, para ocultarme.
Aunque correría el riesgo de perderme.
—Ais-san, ¡todos están contentos con nuestra relación!
—¿Nuestra que?
—¡Relación!
Lefiya enrollo su brazo alrededor del mío, y con una fuerza que no podía venir de sus músculos, se aferro a mi cual garrapata.
Me sentí extraña.
Aunque en el pasado yo también me he colgado del brazo de mama, algo en esta interacción..
Se siente peligroso.
—Ais-san, ¡ahora somos amiguis!
—. . . . . .
¿Qué es esa palabra y porque la odio tanto?
—No quiero
—¿Eh? ¡Ais-san! ¡Vas a rechazarme luego de todo lo que hicimos!
—¿De que hablas?
—¡Te salve con mi gran bastón!
—Hay algo malo en la forma en la que hablas.
—Saqué 100/100 en redacción de textos
—Olvídalo
Hablar con una cerebrito hace que todo me de sueño.
—Te conocí anoche, y en un par de horas, te volviste alguien indispensable para mí, Ais-san
—Aja, ¿pero que necesidad había de decirlo así?
—¡Estás hiriendo mis sentimientos!
—Silencio, ya conozco a las de tu clase, solo e quieres usarme para ganar excelia
—¿Eh? ¿Por que haría algo tan feo? Ni que fuera una niña ingrata que no sabe valorar lo que le dan
—..... Suéltame
—Espera, Ais, ¿¡por que te enojas!?
—Suéltame
—¡NO!
—Suel... ¿Qué paso con tu termo de te con naranja?
—¿Hum? — Lefiya abrió sus ojitos. Quizás a nadie le importe, pero ella tenía un termito. Un termito con te de naranja. —¡AH- — Lefiya quedó impactada.
—¿Se te quedo en Rivira?
—AH-
Lefiya, quien boquiabierta parecía un pez, se volvió débil y terminó soltándome.
—Y hablando de cosas desaparecidos, ¿que hay de tu bastón? No me digas que se quedo junto a los restos del infant dragon
—.... ¡AH- No, espera, ese esta aquí
Lefiya materializó su bastón de.. ¿De donde salió?
—Extrañaré mi termo, mi mami me lo hizo con sus propias manos
¿Tu madre es una elfa herrera?
—Algo me dice que estas muy acostumbrada a que te recojan tus cosas, Lefiya
—Jeje... ¿ME DIJISTE MIMADA?
—Eso o solo eres super despistada. Espera, ¿que haces con tus dedos? No te acerques a mi cara, no puedes dañarme
—Yo no lastimo, ¡yo doy cariño!
—Espera, no te me pegues tan- AH, MI OJO!!!!
OTRA VEZ!!!?
—YO LO CURE Y YO LO DESTRUIRÉ.
—¡Estas exagerando! Riveria también guarda mis cosas.. Bueno, en realidad las rompe y me dice que fue mi culpa por dejarlas tiradas
—.... TE PICARE EL OTRO OJO
—¿POR QUE?
—LO HARE!!!
—NOOOOO
—SIIIIIII!!!
—AHHHH!!!
—AHHHHH!!!
En un enfrentamiento ordinario yo debería aplastar a una maga que todavía usa listones.
Pero este no era un enfrentamiento ordinario.
Su fuerza es una locura.
Esos brazos de fideos no se tuercen y cada uno de sus dedos esta cargado con ira.
Parece que en momentos de paz, esta elfa es capaz de demostrar mas poder que cuando realmente se le necesita.
Pero sigue siendo insuficiente pa- Ah, estoy cediendo, se esta acercando!!! —ARIEL
—¿Que? WHA-
Todo a mi alrededor salió volando.
Mesas, sillas, aventureros, Riveria y también Lefiya.
—WHAAA!!!
¿¡Excepto Lefiya!?
Miré asombrada a Lefiya, quien se aferró a mis manos cual cucaracha a la pierna, y tiró de ellas con toda la intención de llevarme con ella.
—Sueltame
—Meeee dijisteee mimada. ¡RETIRALOOO!
—No
Fue una respuesta simple.
—¡AH! TÚ... ¡CARA DE MUÑECA... FEA!!!
— . . . .
Jamás me habían insultado tan feo.
Ahora mi odio es mayor.
Me vengare también de ella.
—¡AIS! — Una voz se abrió paso en mi viento y mis nervios.
Fue escucharla y perder completamente la voluntad de utilizar mi magia. Este es uno de los efectos de sus violentos castigos.
Pero puedo estar tranquila.
Riveria, quien estaba mas despeinada que yo luego de una noche agitada en el calabozo, no utilizó mi nombre completo, lo cual significa que solo estoy la mitad de castigada!!!
—Ais Wallenstein.. — Estoy muerta.
Y quiero dedicarle mi muerte a mi pequeña yo, que eligió el peor momento para regresar a mí.
Ahora nos morimos juntas.
Me gustaría poder dedicarle mi fin a alguien mas.
Pero todos los que amo ya están muertos.
—Hiciste una amiga.. — Las manitos de Riveria se agitaron de emoción y luego subieron hasta sus labios.
Quizás no se dio cuenta, pero estaba dando saltitos.
Y no eran saltos cualquiera, eran brinquitos de niña emocionada.
Fue la primera vez que vi a Riveria como lo que era, una elfa
Y toda esa emoción, que quizas lleva acumulando desde el día que llegué, dio un milagro.
Riveria esta llorando...
De repente, un ominoso sentimiento me embargo. Fue un dolor que sin sangre atravesó mi defensa.
Miré a Lefiya.
Miré a Finn.
Ignoré a Gareth
Y luego escuché la voz de mi consciencia.
—Si... amigas somos.. — No tuve corazón para decirle que detesto con mi alma a esta elfa.
De repente el gran comedor de volvió una fiesta y tanto desconocidos como conocidos, digase Raul y su gata,
Los gritos de jubilo fueron tantos y tan exagerados, que quise fugarme de casa mañana, NO, ¡AHORA MISMO!
Ba-dum.
Algo sucedió.
Mientras el bullicio de las personas llenaba mis oidos y ensordecía mis pensamientos, un recuerdo regresó a mí, pero no fue uno lejano.
Quizas hace un par de minutos como máximo, un hombre, una persona sin importancia ni relevancia alguna para mi vida, dijo algo.
"Es Ais con la nueva"
Busqué a esa persona con la mirada.
Intrigada.
Desconcertada.
Como si estuviera a punto de caer y no quisiera detenerme
Se trata de alguien normal. Aquel hombre asustadizo que siempre se empeñaba por estar detrás de mi.
Raul.
Entonces, bajé mis ojos hasta toparme con los de Lefiya.
Toqué su espalda, y mientras ella se sobresaltaba, yo sentí esa chispa.
Esa breve señal que tenemos todos, con la cual podemos identificarnos entre multitudes. El payaso estaba en su espalda.
Lefiya ya era parte de la familia Loki
—Tu camino ya estaba hecho
—A-Ais-san, no te lo dije antes porque no estabas en buenos terminos con tu familia jaja... NO FUE CON MALA INTENCIÓN!!!
Lefiya intentó excusarse sin que se lo pidiera.
Eso fue mas que suficiente para comprobar que esto no es solo un sentimiento.
Es real.
Y en el fondo creo que yo ya lo sabia. Riveria no podia estar tan desesperada como para enseñarle su magia a cualquiera.
Pero si fuera una futura promesa de la familia, entonces... Ella lo haría.
Ba-dum.
Este dolor esta justificado.
Pero ellas no me traicionaron.
Riveria solo tomo la mejor decisión que considero en el momento.
Lefiya solo recibio una gran oferta y no tuvo razones para negarse.
Lo mejor para su carrera como niña prodigio.
Mi consejo fue inutil.
—Esta bien — Sostuve sus manos, todavía manteniendo la fachada de amigas, y le sonreí.
Todo esta bien.
Al fin y al cabo.
No me quedare para ver como tu alma se pudre.
Pero si tuve que quedarme para ver la fiesta continuar.
Una celebración unilateral donde todos parecían felices de que yo fuera feliz.
Muchos se me acercaron para felicitarme.
Nadie se tomó la molestia de preguntarme.
Pero no puse mala cara. Riveria estaba demasiado contenta como para arruinarle este momento de triunfo.
Un año me tomo educarla, fue lo que escuché.
No quería oir mas.
Me la pasé yendo de un lado para otro con Lefiya como si fuéramos amigas.
Comimos como amigas.
Bailamos como amigas.
Fuimos al baño como amigas.
Nos agarramos las greñas como amigas
Nos agarramos las greñas como amigas.
Y finalmente.
—¡MADRE!
¿Que es eso?
Alguien ha interrumpido la fiesta buscando a su mamá.
Es una voz muy familiar.
A veces la escuchó por los pasillos y otras esta en mi cabeza.
Si, creo que se quien es.
Solo me gustaría saber, ¿por qué?
¿Por qué no pude hacer feliz a Riveria quedándome callada un poco mas?
—¡Quiero abandonar la familia!
Lo dije. Realmente lo dije.
Arruine todo. Soporté tantas horas y, justo cuando solo faltaba decir buenas noches y dejar una carta de despedida, tuve que abrir mi bocota.
¿Por qué? ¿Por qué tengo que ser así?
Me odio tanto
Soy egoísta, tan egoísta que, merezco hasta lo peor que me ha sucedido.
No soy ninguna princesa.
Soy tan sucia como la peor de las heridas.
Y aunque tuve el deseo de enmendarlo todo, ya era demasiado tarde.
Jamás podre olvidar esa noche.
Pero no por mi odio hacia mi misma o por el rostro de Riveria.
Si no por un destello.
Alcanzó los cielos en un instante y se replicó en cientos de lugares al instante.
El viento arrancó las ventanas y voló las cortinas.
Desde cualquier sitio del gran salón se pudo ver.
Pilares de luz se elevándose al cielo.
Los Dioses estaban muriendo.
Los que podíamos usar magia defensiva protegimos a los invitados de los pedazos de edificio volando hacia nuestro piso.
Los que no podían recitaron.
Quienes portaban armas se prepararon.
En un segundo los ejecutivos de mi familia rodearon a Loki.
CRACK CRACK CRACK
Salieron hasta por debajo de las tablas.
Hombres encapuchados y otros no tanto.
Sus hojas imbuidas con veneno eran, sin duda, las cómplices en este ataque a los Dioses.
Finn me ordenó llevarme Loki, y la sostuve fuerte entre mis brazos, mientras salía por la ventana y me impulsaba al cielo.
Lefiya estaba en mi espalda.
Y fue un milagro.
Porque mi hogar estalló en pedazos.
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[Era oscura]
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El gran salón, las torres de mujeres, los salones de entrenamiento e incluso mi habitación desapareció en una explosión blanca.
Parecía luz, pero eso no explicaría la destrucción, ni la vibración en mi canal auditivo que hizo mi cerebro.
Imposible — Deteniendo el sangrado de mis orejas con las manos, deduje que era, sin poder creerlo en lo absoluto.
Ruido.
Ruido blanco materializado en una absoluta destrucción.
Cada pedazo de mi piel se sintió agrietada, todas mis articulaciones se volvieron pesadas.
Pero no era daño, era algo que había ignorado desde que desperte.. Miedo
Desde los picos mas altos de las murallas vi un par de ojos bajar hasta mí.
Y a mi espalda, a pesar de estar a miles de kilómetros, sentí otra presencia similar.
No era un monstruo, eran dos.
No eran monstruos, eran humanos.
Reconocí a la mujer. Todas las personas que aspiramos a tener poder la conocemos.
Y al unísono del fin de mi hogar.
Folkvangr, el hogar de la Diosa Freya
Ardió en llamas.
—¿Quieres hacer historia? — La claridad de una voz vuelta melodía se distendió entre las llamas.
La figura que la portaba vestía con oscuridad, y su largo cabello, suelto al viento, resplandeció en un plateado que caía más allá de su cintura.
Parada sobre las cenizas de mi hogar.
Se irguió con orgullo y dijo.
—Derrótame y te otorgare el titulo de héroe
Ese fue el día que conocí a Alfia del silencio.
Y también, fue la primera vez que vi a mi familia ser derrotada sin la mas mínima posibilidad de contraatacar.
Loki sobrevivió solo porque Finn logro predecir los acontecimientos y me ordenó mantenerme en el aire.
El suelo ya no era seguro.
Así que, solo se me ocurrió un lugar al que ir.
—Freya..
—Ah, Loki
Recibiéndose sin insultos, cosa extraña en estas Diosas, pasamos un trecho de la noche en la habitación de Freya, en la cima de la torre Babel.
Sus niños no llegaron, incluso después de que el sol saliera.
Tal vez estoy pecando de desconfiada.
Pero, quizás, su destino fue el mismo que el de mi familia.
Todos fueron derrotados.
<●>
No puedo dormir.
La oscuridad me abruma, la desconfianza me ahorca y yo.. No sé si estaré aquí en los proximos tres minutos.
Cada ruido ha sido callado.
Mi mandíbula es incapaz de detener el chirrido de mis dientes.
¿Qué es esta presión?
Voy a morir.
Pero no es una pregunta.
Voy a morir.
Instantáneo, ahora mismo.
Quizás ya estoy muerta.
¿Cómo saberlo?
Jamás me importó morir en campo batalla, pero, quizás había sido así porque nunca creí que realmente fuera a morir.
Mi familia siempre estuvo ahí para protegerme, incluso cuando los apartaba con todas mis fuerzas.
Ahora es distinto.
Los ejecutivos de mi familia fueron incapaces de proteger a alguien, ¡ni siquiera a ellos mismos!
Masacrados.
Pisoteados.
Huir.
Desde que me uní a Loki los únicos momentos donde hui fueron en mis sueños.
He regresado a aquel día.
El enemigo esta ahí y solo puedo darle la espalda
Correr en un mundo que parece hundirse, cada vez, y cada vez mas lento.
No sé.
Yo no se.
Si seguiré viva mañana.
—¡Hora de comer! — Alguien a mi lado parecía muy segura de que iba a vivir.
Y con esas mismas ganas, se levantó del sillón circular de Freya y arrastró su largo cabello anaranjado hasta el refrigerador.
Me dio curiosidad, así que la observé en silencio.
Animada abrió la refri.
Depresiva regresó al no encontrar nada.
—Ais-san..
—Estoy dormida
Si aprendí algo de Lefiya en este tiempo.
Es que ella tiene un estricto horario de comer.
Esto se debe a que cuando ella era mas pequeña era gordi-
—NUESTRAS DIOSAS NO ESTAN!!!
Lefiya me corto los pensamientos y me saco del sillón tirandome de los brazos. En el proceso de hacer algo o no hacer nada, decidí dejarme llevar por la situación y no dije nada... Espera
—¿Dijiste nuestras Diosas?
—Ah, en realidad no me uní a la familia Loki, sino a la familia Freya
—... ¿Queeeee?
—¡Bromita!
Luego de la peor broma del día, Lefiya encontró a nuestras... Nuestra Diosa y a la otra en el balcón.
Desde aquella cornisa un frio viento templó mi piel. Sentí humedad. Vapor de agua distendido en el cielo y un gran calor llevándolo hasta nosotras.
—¿De quien crees que fue la idea del fuego, Loki?
—Zald es un glotón, pero no creo que se le antoje comernos.
—¿Y Alfia?
—Nah, ella preferiría destruir toda la ciudad antes de prendernos fuego. Sabes que tiene un oído sensible y las fogatas la asustan.
—Entonces hay un tercero.
—Penoso y predecible, es como dices, perra, hay un Dios que conoce bien el temor de la humanidad por el fuego. ¡Yo creo que es Hestia!
—Snif..
—Eh... Freya.. ¿Estas moqueando?
—Tus insultos.. snif.. me lastiman..
—¿¡Ewk!? ¡Que asco!
Observe la interacción de comienzo a fin y no entendí nada.
A veces los adultos son así.
Pero algo raro esta pasando aquí.
Siento como que no tengo nada que hacer aquí.
Me escabullire súbitamente a mi cam-
—¡Ais! Esa es mi niña peque, AQUI NADIE ESTA ABUSANDO DE NADIE, ven, ven!!!
Loki me llamo con su manito.
Y pescada infraganti, no tuve el descaro de dar media vuelta e irme.
Espera.
¿Por que solo me esta llamando a mí?
Gire a mi espalda y no vi nada mas que el movimiento de las cortinas.
Lefiya se fue...
¡SE ESCABULLO A LA COCINA!
—Ais, Ais, tenemos que hablar, presta atención.
Loki me tomo de las manos y me acerco a la cornisa.
La ciudad ardía en llamas bajó una nube negra de azufre.
Parecía abarcar la ciudad de extremo a extremo, con una precisión que no podía ser coincidencia.
—Ese desquiciado va a asesinarnos de la forma mas cobarde y humana posible
Asfixia. Esa fue la predicción de Loki -¡Ups! - Su copa se deslizó y cayó hacia la nube negra.
Dando vueltas se hundió en el humo negro, pero este no se vio afectado en lo más mínimo.
Pasaron segundos.
Estuve, quizás, demasiado atenta.
CRACK
La fina copa se quebró en algún punto de la gran ciudad. Era imposible saber donde ni con que se quebró, pues el humo cubría y escondía todo.
—¿Contaste los segundos? — Me preguntó Loki y yo asentí. Luego ella dio una vuelta, y satisfecha, pateó a Freya.
—¡YA DEJA DE SER TAN MIMADA!
—¿¡QUIEN TE CONTÓ!?
Loki quedó desconcertada al oír una voz completamente distinta a la de Freya, venir de una dirección completamente distinta a la de Freya.
Se trataba de Lefiya escondida tras la cortina.
—Que... Eres una miedosa, Lefi-tan
—¡N-No me gusta a donde va está misión!
Loki parecía risueña y Lefiya muy asustada.
¿Hay algo que no estoy viendo?
Siento como que es muy obvio, pero tal vez no lo es tanto.
—Ottar se fue, me siento tan solaaa
—Callate
Loki puso un dedo en los labios de Freya y luego me tocó el hombro.
Lefiya de acerco poco a poco sin dejar de mirar la cornisa.
Esto me dio una idea de que está sucediendo.
¡Lefiya le tiene miedo a las cornisas!
—Alguien tiene que bajar de la tierra
Ah, era eso.
Loki ordenó y con sus ojos de raya me miró.
Ya veo, creo que entiendo
Entrecerré mis ojos, hice cálculos, análisis y considere las habilidades de todas las involucradas para designar la responsabilidad a la más capacitada
—Tu momento ha llegado, Lefiya
—WAAAAH!!!
—¡Ella todavía es una niña, Ais-tan!
—Yo también — dije y me quedé bien a gusto.
Loki solo me miró, quizás disgustada de que fuera una respondona.
No tuve malas intenciones.
Incluso pensé en disculparme, y lo hubiera hecho, si la sonrisa de Loki no me hubiera detenido. Siempre escalofriante y misteriosa, como una mascara, no dejaba nada para interpretar mas que su sonrisa usual.
Esta vez cambió.
La sonrisa de Loki parecía debil.
Y sus ojos abiertos, reflejando en brevedad lo que era yo, divagaron un segundo y luego se posaron en el suelo.
—Lo se.. — ¿Que es lo que sabes?
Su cabeza agachada no me permitió verla. Sentí mucha curiosidad.
E incluso si era mucho más alta que yo, parecía tan frágil, que me pregunté, si lo que había dicho era realmente tan malo.
—Ais, ¿por que aprendiste a volar?
—... Para salvar a alguien
—Ese alguien ahora es tu familia
Loki apoyo su peso en mis hombros. Sentí la fuerza a través de sus manos.
—Puedes fallar, pero no morirte. ¿Entiendes?
Loki concluyó, retirándose de mi lado con su rostro tapado por su mano.
Me gustaría haber podido dar una mirada, pero eso sería impertinente.
No hay tiempo que perder.
Ya comprendo mi papel.
El mismo que mi padre.
Entonces, es un orgullo intentarlo.
—No es tan fácil subir a mi torre — Una metiche se metió, y con sus ojos que parecían tener sueño, me miró.
—Y no veo a esa diva y a ese gigante poniéndose a trepar como si fueran sapos en un acantilado, así que, van a estar ahí abajo.
—Si te los cruzas, huyes. Si te ven, huyes. Si parece que puedes atacarlos, huyes.
—No existe un mundo donde Ais Wallenstein derrote a Alfia del silencio o a Zald el glotón
—Pero, probablemente no quieran matarte. Loki y yo podemos saber cuándo nuestros niños han muerto, y ninguno lo ha hecho hasta ahora, aun con la absurda diferencia de poder
—Sea cual sea el plan de esos dos, ustedes, la nueva generación, parecen no ser el objetivo en sí mismo, si no sus Dioses.
—Tu misión es reunir a nuestras familias y levantar un lugar seguro donde podamos descender antes de que el humo nos alcancé. A partir de ahi, veremos que se puede hacer.
—La tierra es muerte y el cielo también.
—Buena suerte, Ais Wallenstein.
Con una breve inclinación, que rompió por completo el concepto que mis educadores me habían dado de ella, Freya me despidió y volvio a su asiento.
Por mi parte, creo que..... ¿Me repites desde el inicio, por favor?
—Aja aja, si, buena info Freya, ahora deprimente de nuevo
—Ahh, estoy tan solita, snif snif
Avance hasta la cornisa y me subí al murito con un pequeño salto.
Miré al abismo como tantas veces en mis sueños. Aquel humo negro se asemejaba a la bruma que conocía, y esto, me hizo sentir muy nostalgica.
Luego di un pequeño giro para despedirme y, mirando al rostro confundido de mi Diosa, me dejé caer al vacío.
FSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSDSSSSHHHHH!!!!
Con agudeza la resistencia del viento silbo contra la punta de mi espada.
El conteo ya estaba en mi cabeza. Cada segundo que la copa demoró.
1, 2, 3, 4... ¿5?
Algo no estaba bien.
Extendí mi hoja sin razón.
Y aún con el riesgo de no medir correctamente y romperme el brazo, no encontré una superficie donde caer.
Mi mente de confundió. Un frío recorrió mi columna vertebral.
¿Era ese tiempo?
Cuestioné
¿A partir de qué momento comencé a contar..?
Como siempre. Yo no habría prestado atención
—¡Ariel! — Conjure mi magia y mi viento se enfrentó a la densidad del humo negro.
No pude disiparlo.
No pude ver nada.
Y aunque mi resistencia anormal me protegía del azufre.
Nada me salvaría de la caída mortal.
No quiero!!!!
Tuve el impulso de lanzar mi magia.
Quería hacerlo, cada pedazo de mi ser me advertía que ya estábamos demasiado cerca.
Pero a medida que esa sensación se fortalecía, el camino parecía ser cada vez más lejano.
Sentí miedo.
De romperme todos los huesos y quedar a la merced del fuego.
De no ver nada en esta oscuridad y jamás salir de ella.
De no poder salvar a nadie.
Al igual que mi papá.
No quiero!!! —¡TEMPEST! — Grite su cántico y descargué en el toda mi mente.
No me quedaba de otra.
¡Utilizaré todo lo que tengo!
—¿¡Q-Que haces!? Todavía falta tiempo!!! —Lefiya me chilló en la oreja y su cola de caballo me volteo la cara.
—¿Lefiya...?
Colgada en mi espalda, encontré a la chica refri con sus mejillas super agitadas.
Verla me conmocionó mucho.
Me hace preguntar si uno de sus mecanismos de autodefensa es subirse en las espaldas ajenas.
—Lefiya, mi viento-
—TODAVIAAA ¡Confiaaaaa en mííííí!
Sin saber como llego, en que momento se me pegó o como su falda no ha salido volando, decidí confiar en ella.
No, quizás eso no sea exacto.
Mas que una decisión, fue un sentimiento.
No tenía de otra que confiar en ella.
—¡Un poco mas!
Y cuando ella me habló, todo en mi se calmó.
Cerré mis ojos para no pensar tanto.
Relaje mis conflictivos sentimientos
Apague mis confundidos sentidos.
Me sentí tan liviana como una hoja, y en el viento encontré, una gracia inusitada.
Mi falda tampoco se levanta.
—¡AHORA!
FSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSHHHHHHH!!!!!
Lance mi espada contra el suelo. Y la fuerza de la caída y el poder de mi magia explotando contra el suelo, se enfrentaron.
Vi la calle quebrantarse, el fuego se extinguirse y todo residuo de algún hogar perderse en el aire.
Frente a mí había un gran agujero, en el centro estaba mi espada y sosteniéndola me encontraba yo.
Con mis piernas recogidas y todavía en el aire.
Estábamos flotando.
Y con lentitud, mi viento nos dejó en tierra firme, sin daño alguno.
—.... Lo conseguim-
—¡HAHAHA! MIS CALCULOS NUNCA FALLLAAAAAN!!!!
Lefiya comenzó a bailar.
No tengo ni idea de que cálculos habrá hecho para tener una caída tan perfecta, pero me alegro de que ella si haya estudiado.
La proxima que me lance al vacio me asegurare de llevarla conmigo.
Por cierto, Lefiya me incluyó en su baile.
El baile consistía en dar vueltitas como una demente.
Pero su tonteria me cayo en gracia y me ayudó a calmar la ansiedad de haber dado el primer paso.
Enderece mi espalda.
Acaricie mi cabello.
Y observé a lo lejos, las ruinas de mi hogar.
Ya estamos aquí.
Le di la mano a Lefiya y comenzamos nuestra travesía.
Por cada paso que dimos.
Otro Dios regresó al cielo.
[Fin del capítulo]
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