Arco 2: [Prólogo] 1000 años
//==//==//==//==//==//==//==//==//==//==//
[Twilight Manor]
//==//==//==//==//==//==//==//==//==//==//
Noche de castigo.
Un látigo y nueve azotes.
Chillidos que escapan de los dientes y marcas en la piel que deben ser ocultadas al día siguiente.
Sin prueba.
Sin reclamos.
Aquí no hubo ningún delito.
Y mirando la pequeña lampara sobre mi mesita de noche, sintiendo todavia el ardor en mi espalda y piernas, no me cuestioné, ni dude que fuera algo malo.
Todavía era muy joven.
No es que hoy en día sea muy diferente.
Pero luego de todo este tiempo, ya me acostumbre.
Los moretones los cubrí con vestidos mas grandes.
Sequé mis lagrimas y sané mis heridas con sal.
Cada fin de semana, religiosamente, él volverá a verme.
Sus ojos dorados siempre logran encontrarme, aun cuando me meto debajo de mi cama.
Tengo miedo de hablar.
Porque la respuesta puede ser que lo merezco. . . Quizás lo merezco.
Por fortuna, hoy no es una de esas noches.
La persona que va a reprenderme ahora jamás me ha agredido como él.
Al menos no de forma física.
—Ais, ¿que te dije sobre ordenar tu cuarto?
Me encuentro en mi habitación, en la torre para mujeres de la Twilith Manor, hogar de la familia Loki.
La alta mujer con cara de amargada que esta frente a mí es Riveria Alf Ljos, mi cuidadora de los jueves.
Parece bastante enojada.
¿Menopausia?
Una vez leí sobre eso y le pregunté porque soy niña curiosa.
Ese día me arrojo a un rio con piedras en las piernas.
Desde entonces, a veces vomito cuando me baño.
No es nada lindo.
Como sea, hoy no he hecho nada malo.
Quizas me estoy sugestionando.
Su ceño fruncido solo tiene un angulo un poco mas pronunciado que de costumbre.
Todo esta bien.
Somos familia.
Siempre hay noches así.
Donde parece que todo se ira al diablo.
—Entonces, Ais, ¿qué es lo que vas a hacer ahora?
«Ariel»
Llamé a mi magia, previamente activada, y la hice recorrer los bordes de mi habitación.
Con un par de movimientos de dedo llegó a los marcadores de mi pizarrón, donde se ocultaban mis horarios con hora y minuto marcado.
Agudice mis ojitos y me incline para esquivar el gran cuerpo de Riveria.
—Siete y meeiaa.. ¡Bañarte!
—Bien, pero la próxima que quieras hacer trampa, por lo menos interpreta lo que lees, cualquiera entendería que vas a bañarme a mí
—Kaaaay... — Asentí decepcionada.
Riveria es muuuy dificil de engañar.
Incluso mas que a una polilla venenosa para que me pique.
No es que yo tenga un fetiche con ser picada.
Solo quería obtener rápidamente mi habilidad de resistencia anormal para poder ir a pisos profundos.
La obtuve.
Cai en coma.
PERO LA OBTUVE.
«¿Verdad?» — La pequeña Ais sentada sobre mi cama me dio su apoyo incondicional con una sonrisa.
En todas mis decisiones ella esta para apoyarme.
Jamás me da la contra.
Nunca me traiciona.
Al final, la única persona que puede conocerme tan bien, soy yo misma...
Aunque mas chiquita.
—¡Pones en peligro tu vida y la de... Ais, ¿¡me estás escuchando!? — Riveria, con un ceño confundido, intercalo miradas entre la cama vacía y yo, y luego me dio un coscorron.
¡Este nivel de violencia es muuuuy aceptable!
—AIS WALLENSTEIN — Riveria interrumpió mi somnolencia, y por el tono de su voz y el uso de mi nombre completo parece que hoy sera una mala noche para mis oidos.
—Escúchame bien, jovencita — Riveria tiró de mi brazo bruscamente para acercarme a ella —Me duele.. — Intenté apelar a su corazón, pero Riveria no tiene.
Al menos no luego de un año de conocernos.
—Eres una aventurera de clase alta, Ais. Entiendo que tienes un sueño y traumas con los que cargar, pero al ponerte en peligro por ellos, pones en peligro a tus compañeros.
Eso es porque me siguen a todos lados.
—Somos una familia, Ais, cada uno ha sufrido y sobrellevado sus penas como ha podido, por favor considera sus sentimientos antes de blandir tu espada
¿Yo debo considerar los suyos, pero ellos no necesitan considerar los mios?
Riveria me habló con un tono suave, pero no sentí que fuera a convencerme.
Todavia recuerdo las miles de veces que les rogue dejarme sola.
Y cada noche veo la sangre en sus cuerpos por no entender que... son debiles.
Demasiado debiles como para preocuparse por alguien mas que si mismo.
Demasiado idiotas como para entender que su orgullo y deseo de proteger a una niña, no se aplica en mí...
—Riveria
—Silencio, estoy hablando
Intenté hablar, pero su mirada fue dura y su agarré en mi antebrazo demasiado doloroso como para volver a intentarlo.
Era claro que estaba molesta, y aunque su acto de madre estaba muy bien ejecutado, sus emociones le terminaban fallando.
Aún así, no se porque esta tan irritada.
Conociéndola, quizás hoy el agua no estuvo a la temperatura adecuada o el viento desarreglo tres canas de su verde cabello o quizas... jajaja
Lo sé.. Lo sé.. Estoy mintiendo.
Porque hoy si pasaron cosas.
No fue un día cualquiera
Esta no es una simple noche de castigo.
Y yo... Yo de verdad no quiero. Yo en serio lo siento.. Yo.. —Ya entendí.. — Intenté aceptar las palabras de Riveria. Darle un fin a esta presión en mi pecho —No, ¡no haz entendido! — pero Riveria no me creyó.
No la culpo.
Yo tampoco lo haría.
Soy una terrible persona.
—Ya aprendí
—No lo haz hecho
—He aprendido
—¡Eso dijiste la semana pasada! — Gritando muy cerca de mi rostro, Riveria frunció el ceño y me empujo contra la pared.
Intenté frenar el zumbido en mis oídos agarrando mis orejas, pero ella no me permitio subir mis manos.
Quizás temía que me escapara.
Esa siempre ha sido su mayor preocupación.
Y también la razón, por la cual las agresiones fisicas se volvieron la unica salida.
Nunca entiendo.
Nunca aprendo.
Y jamás lo haré.
Siempre y siempre... Lastimo a las personas que me importan.
Porque no soy nada mas que esto.
Basura.
—Pensé que lo habías entendido.. Y Gareth perdió su brazo por protegerte de un bebe dragón que claramente no podías derrotar!!! — Riveria gritó y la madera bajo sus pies crujió de forma desagradable.
Sabía que era eso.
Su odio hacia mi esta justificado por mi torpeza.
Pero incluso si la culpa arde en mí.
Con la misma intensidad arde mi deseo de gritar y echarle la culpa a alguien mas.
—Nadie... Nadie le pidió que se interpusiera en-
—¡El dragón iba arrancarte los brazos!
—O yo pude haberle mutilado la boca..
—NO, NO LO CONSEGUIRÍAS. ¿Acaso no te enseñamos a medir los tiempos? ¿A calcular la fuerza necesaria para que la espada no se quede entre los huesos y la grasa? El tenía la ventaja de altura, NO IBAS A LOGRARLO
—Eso... ESO ES ALGO QUE NO SABES!!
—¡Le arrancó el brazo de Gareth de un solo mordisco, POR EL AMOR DE CELDIA! — Riveria se exaltó y su voz ahuyentó a las personas que se asomaban por las puertas.
Ehh!! Riveria dejó la puerta abierta!!! Que vergüenza, ¿qué pensarán todos de mí ahora?
O eso diría una niña a la que le importara... ¿Verdad?
Finn, Gareth y Riveria son especiales para mí... Jamas me he sentido en casa con ninguna de esas otras personas... Simplemente no puedo.
Sintiendo que debía ahorrarles una noche de gritos, intenté cerrar la puerta o por lo menos juntarla.
Pero Riveria forcejeó y me empujo contra mi mesita de noche.
El dolor repentino, la impotencia de no poder contraatacar y mis lagrimas sin sentimiento, me hizo hervir la sangre.
Perdí el control de mi habla.
—Si Gareth perdió el brazo... ¡¡La culpa es suya por no entrenar lo suficien-
¡PLAM!
Mirando al borde de mi cama, tuve un único pensamiento.
Ahhh, me arde la mejilla
Con mis ojos muy abiertos, escuché gotas caer al suelo, y elevando un poco la mirada, vi una mano blanca, temblando en el aire. Su dorsal estaba roja y sus nudillos tenían pequeñas gotas de sangre.
Sentí el sabor a meta en mi boca.
Duele.
—Ais, yo... yo... Lo limpiare... — Cambiando sus palabras al último momento, Riveria fue por un pañuelo, mientras yo me dejaba caer sobre la pared.
Toqué mi mejilla, y descubrí que en contraste con la calidez de mi sangre, mis dedos estaban congelados.
Entre temblores y malestares, logré controlar mis dientes tiritando, y vi a Riveria, abrir y rebuscar nerviosa en mi cajón.
Cada sonido estaba amplificado. Cada objeto cayendo al suelo, aviaba temblores a todo mi cuerpo.
Algo sucedió en mí.
Y no pude evitarlo.
—Y si hubiera muerto ahí, ¿que importa?
—.... ¿Cómo dices? —Riveria volteó confundida. —¡Es mi vida! — le grité, a ese rostro suyo que generó en mí el deseo de no parar y hacerla sentir mal.
Incluso si para ello debia denigrar mi propia vida.
—¿¡Qué importa si el infant dragon me hubiera arrancado las extremidades!? Si eso sucedía, sería porque yo no fui lo suficientemente fuerte!!!... LO HABRÍA MERECIDO... LO HABRIA ACEPTADO!!!
Estaba enojada.
Y estaba siendo sincera.
Moriría de la misma forma que mi padre.
Indefenso, ante una criatura mucho mas fuerte, sin poder proteger a nadie y dejándole solo dolor quienes mas amé.
Supongo que lo que nos diferencia es que yo no tengo lo último, pues ya los perdí.
Y dudo que alguna vez vuelva a amar así.
—Ais... — Riveria regresó con un pañuelo en la mano y lo usó para secar la sangre de mi labio partido y mi nariz rota.
Fueron movimientos suaves, que me recordaron a aquellos dias donde me enfermaba y Riveria me cuidaba.
A veces observo mi vida y me pregunto, ¿en que momento perdí tanto?
Donde quedó la nariz goteando y la madre preocupada por sonarla.
O las quejas de que habia estornado o desabrigado demasiado.
Todo lo que siento ahora es mi cartilago roto y la sangre filtrandose hasta mis labios.
Solo ha pasado un año desde que entré a esta familia, pero si pongo todo sobre una balanza.
Cada cosa mala que me ha pasado, incluso un par de traumas con el agua, fueron culpa de Riveria.
Esos momentos calidos.
En realidad, quizas no lo fueron tanto.
Pero, al final, siempre había una lección... ¿Una lección?
—Ais, tienes solo ocho años. Aún hay cosas que no ves y no entiendes. Tú potencial es grande, lo suficiente como para cumplir todo lo que te propongas... Pero debes ser paciente, perseverar y entrenar. Ya lo verás, algún día todo lo lograrás. ¡El dragón estará en tus manos! — Riveria me sonrió y yo hice lo mismo.
Sin embargo, no estábamos en sincronía.
De hecho, me atrevería a decir que, lo nuestro acababa de quebrarse.
Lo predije.
Mi corazón se aceleró.
El dolor se intensifico.
Porque cada una de sus palabras... Las predije.
En ese momento de innecesaria lucidez, tensé mi mirada, observé mis manos y las cerré.
Recordé.
Y recordé cada una de las lecciones que recibí a lo largo de este año.
Entonces, lo descubrí.
Riveria ha estado reciclando sus palabras.
Entenderlo erizó mi piel, analizarlo me hizo ver patrones en cada "Cariñoso" discurso que ella me dio, desde el día que llegué hasta el desenlace de hoy.
Comencé a dudar.
A dudar de todo.
Finn, Gareth... Él
Todos son iguales a ella.
—¿Ais?
Durante todo este año, Riveria ha estado midiendo mis reacciones para obtener un discurso perfecto.
Soy uno mas de sus estudios.
—Ais... Seré lo recta que deba ser contigo, porque quiero que vivas, ¿si me entiendes? — dijo Riveria, y yo asentí lentamente.
Mirándonos a los ojos, pero sin entendernos realmente, fingí que encajamos y con un abrazo nos callamos.
Rodeada por sus brazos, comencé a sentir un pequeño ardor en mis ojos.
Pero conseguí retenerlo, Riveria no debía verlo.
—Solo quiero que seas una buena chica, Ais. Dime que lo entiendes
—Lo entiendo
—Bien, ahora quiero que reflexiones mientras te cepillas los dientes
—Si...
—Y también quiero que hables con Gareth y le agradezcas como corresponde, ¿esta bien?
—Esta bien
Esta bien, y mientras tu sigas queriendo, siempre estará bien
Porque tú siempre quieres, Riveria, y yo... Yo también
En eso somos iguales. Me pregunto a donde nos llevara tanta codicia.
No importa... Al final, hoy he ganado mas excelia que cualquier otro día.
Descubrí que la única persona real de este hogar, en realidad escribía sus palabras y memorizaba sus lecciones.
No debí esperar otra cosa de la persona que le encargo a él marcar mi espalda.
Esa cara de preocupación que tiene, me pregunto cuantas veces la practico.
Para tocar mis fibras nerviosas, me gustaría saber, que tanto se esforzó.
Quizás fui una chica fácil. Puede que ella no haya tenido problemas en doblegarme.
Ya no puedo creerle nada.
Pero, si mi familia no es real, entonces, ¿quién lo es?
¿Todos en el mundo intentan ocultarse?
Y si es así, ¿yo también lo hago?
Ya veo, ciertamente, todos dicen que escondo mis emociones detrás de mi cara de muñeca.
No es que sea intencional, pero es parte del problema.
Conozco tan poco de este mundo mil años después, que simplemente no sé como conectar con él, incluso luego de un año entero.
Familia Loki
Ellos me encontraron y cuidaron. Con el sello de Loki ligaron mi destino al suyo eternamente.
Pero ¿acaso no hubo otra opción?
¿Qué hay mas allá?
No hablo de otra familia.
Sino, lejos de esta mansión, de estas reglas arbitrarias y mis vestidos blancos.
¿Acaso habra personas reales?
Y si las hay, ¿valdrá la pena arriesgarme para acercarme a ellas?
Alguna de todas.
Miles y millones.
¿Extenderá su mano a mi egoísmo y lo aceptara?
No lo sé.
Quiero saber.
—Ais, ¿me estás escuchando?
—... Lo siento, Riveria
—Esta bien, lo repetiré otra vez
—Gracias
Riveria Alf Ljos.
Madre.
Yo debí morir hace 1000 años, cuando mamá fue capturada y papá no pudo hacer nada.
Pero obtuve una segunda oportunidad gracias a ti.
Me sacaste del hielo.
Me diste una cama.
Comida caliente.
Por eso, mientras me regañas y no te escucho, hay algo que quiero confesarte, sabiendo que como siempre, no me escucharas.
«Quiero vivir 1000 años después..»
[Fin del prólogo]
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top