Capítulo 1
Nrr/ Rocío
Miré a Irina asustada tratado de que se le prendiera el foco, cualquier persona responsable entendería lo malo y problemático que es lo que estoy a punto de hacer, lamentablemente la palabra responsable e Irina no van de la mano si hablamos de mi amiga. Estar a un par de centímetros de la tienda de tatuajes sin la autorización de mis padres y que ella en vez de decirme algo para que me arrepienta comenté frases motivacionales baratas que no sé dónde saco es algo surrealista, ya que desde tiempos milenarios nunca he roto las reglas y mucho menos los patrones establecidos en mi vida.
—Si no quieres hacerlo solo dilo, nadie te está obligando.
—tengo que hacerlo, este tatuaje es muy importante para mí. Necesito tenerlo antes de la competencia del sábado.
—Entonces no se diga más, pasemos—me dedicó una sonrisa mientras me empujaba.
Irina es mi mejor amiga casi desde que tengo memoria, las dos nos conocimos en el polideportivo siendo tan solo unas niñas, ya que ella estaba en el equipo infantil de fútbol y mi papá era él entrenado en ese entonces. Me acuerdo perfectamente como una dulce niña de cabello azabache, ojos oscuros y piel muy morena se me acercó en las gradas con su característica forma de hablar y confianza, los niños de nuestro alrededor decían que su actitud no era para nada la de una señorita y a mí eso siempre me dio mucha gracia.
— ¡Buenas!—gritó mi amiga al ver que yo ni me movía— ¿hay alguien que nos pueda atender?
—Sí, Buenas — una joven rubia se afincó en el mostrador, sus tatuajes resaltaban al igual que sus rasgos poco comunes— ¿en que las puedo ayudar?
—mi amiga se quiere hacer un tatuaje, es muy especial para ella. Tanto que los nervios ni la dejan hablar.
— ¿Son mayores de edad?
Nos quedamos en silencio. Está de más decir que La rubia enarcó sus tupidas cejas con desaprobación.
—Eso pensé—se burló—lo siento, niñas. No puedo hacer nada si sus padres no les firman una autorización. Ahora si me disculpan tengo muchas cosas que hacer—agarró unas libretas y nos sonrió.
— ¡Espera!—por fin hablé —no te voy a mentir, no somos mayores de edad pero enserio necesito hacerme ese tatuaje, es muy importante para mí. Si quieres te pago más.
—si es tan importante pídele a tus padres que te firmen una autorización, no quiero problemas.
— no es tan fácil, ellos nunca me darán permiso.
—Que trágico, te tendrás que quedar sin el tatuaje. —Se encogió de hombros—por lo menos hubieran traído unas identificaciones falsas, estos adolescentes de ahora ni imaginación tienen—comentó, tocándose la nuca.
—Por favor—la miré suplicante—no estás para saberlo, pero mi hermana murió hace un tiempo y necesito un tatuaje que me recuerde que no debo rendirme, y que estoy ahí para ella y por ella.
—ya no le ruegues más, Rocío. Estoy segura que podemos encontrar otra persona que lo haga sin rollos.
— ¿Qué tatuaje quieres?—la voz de esa chica hizo que me volteara enseguida—no me mires así. No me iba prestar para esto, pero yo más que nadie sé lo difícil que es perder a las personas que amas, espero que por lo menos tengas 17 y no seas tan menor—se rio.
Eso logró aliviar un poco la tensión y que notara sus hermosos ojos verdes. Su mirada me causaba un poco de intriga, no solo es el color de los ojos hay algo más que no puedo descifrar. Tal vez es el simple hecho de que me va ayudar con esta locura sin ni siquiera conocerme pero hay otra cosa y no es agradable lo que percibo.
(...)
Observé los implementos que la chica usa y volví a repasar los diversos bocetos en busca de fallos, una sonora carcajada interrumpió mis divagaciones.
— ¿Qué es tan gracioso?—pregunté.
—nada, solo me acorde de un chiste ¿Dónde quieres el tatuaje?
— ¿Piensas que tengo cara de payaso o estas medio zafada? —comenté con incredulidad.
—Vamos, deja las niñerías y dime de una vez donde te vas a colocar el tatuaje— rodó los ojos.
—Aquí—señalé la parte de atrás de la muñeca.
Al acomodar las agujas y pincharme retorcí de dolor, y aún así ella continuo con el trabajo como si nada. Es una insensible de lo peor.
— ¿Cuál es tú nombre? —dije
—Estela—contestó— el tuyo es Rocío ¿no?
— ¿ah?
—Tu nombre...
Yo asentí avergonzada, estaba tan concentrada en el dolor que ni le presté atención en lo más mínimo.
Después de un largo silencio la volví a mirar fijamente, la tatuada carraspeó incomoda.
— ¿qué tanto me ves? ¿Te gusto?— se carcajeó, dejando mi orgullo en el subsuelo.
No dije ni una palabra hasta que mi incontinencia verbal pudo más que mi instinto de quedarme callada de una vez por todas.
― Es muy curioso que te llames Estela
— ¿por?
— ¿Te llamas Estela y no sabes que significa tú nombre?— la encaré.
—No realmente—contestó apática— ¿Qué significa?
—lo mismo que mi tatuaje: estrella del alba
— ¿y se puede saber qué significa eso? — enarcó las cejas.
—la estela es un astro que sale todas las mañanas antes del amanecer, en la mitología griega simboliza la fe y espereza. No importa que tan oscura sea la noche siempre llegara la luz imponiéndose sobre todas las cosas— Expliqué sumamente emocionada y con mucha alegría. — en realidad para ser más específicos. La estela es el planeta Venus, el objeto más luminoso del cielo después del sol y la luna.
—Qué bonito, nunca me imaginé que mi nombre tuviera un significado tan motivador. Es irónico si lo relacionas conmigo.
— ¿Por qué?
—porque yo soy todo lo contrario a esa tal estela. —se oyó casi como si fuera un mantra que insistía repetir una y otra vez.
— ¿A qué te refieres?
—no es nada, no me hagas caso.
—bueno, a mí me parece que es el destino. Él quería que fueras tú la que me hiciera este tatuaje.
—O solo es coincidencia —dijo, haciéndole los últimos trazos al dibujo.
— ¿Cómo saberlo?
—buen punto, no hay forma de saberlo pero tampoco de que es obra del destino.
—que se le va a hacer, no puedo convencer a todos los no creyentes que existen—murmuré.
— ¡listo! —exclamó al mismo tiempo que se quitaba los guantes.
— ¡Wow!—detallé cada línea interesada— me encanta, está muy hermoso— sonreí de forma genuina— gracias, no sabes lo que significa para mí.
—me imagino, no siempre te consigues con una persona que sonríe tan amplio hasta se nota como brillan tus ojos de felicidad. — acomodó sus cosas.
— ¡Rocío!— gritó al instante la pelinegra— quiero ver el tatuaje.
Le mostré lo que pedía un tanto apenada, mi amiga grita demasiado.
— ¡esta increíble!
—lo sé, es muy buena
— ¿Cuántos años tienes?— interrogó la morena, te ves muy joven para trabajar aquí.
—Ten por seguro que mínimo soy mayor de edad— le dijo con sorna.
—no es para que respondas así, antipática.
—cállate, Irina. Me hizo un gran favor —La codeé.
Lo cierto es que yo también tenía mis dudas con esta chica pero al ver los resultados no tengo nada malo que decir, le debo una bien grande.
—no es antipatía, solo no me gusta que la gente sepa mi edad. —dijo mientras escribía las indicaciones que hay que seguir para que el tatuaje no se infecte.
(...)
Caminamos hacia la parada de autobuses luego de salir de la tienda y no paso mucho tiempo para que mi amiga empezara a hablar como una guacharaca, era algo que compartíamos mutuamente, no se puede negar lo indefendible.
—Qué extraña es esa chica ¿no?— me miró
—Sí, bueno pero no me cayó mal— saqueé el dinero de mi bolso— parece una chica interesante.
—psss...interesante. Más interesante es Shingeki no Kyojin y no me desespera. — dijo con sarcasmo. —solo te cayó bien porque te hizo tu garabato, se te notó en el rostro que al primer momento de cruzar miradas no te dio muy buena espina.
—Ni siquiera tiene sentido la comparación.
—Para mí si— respondió
—No seas exagerada, es solo que su mirada es algo inquietante—confesé dudosa.
— Pa' qué tiene unos ojos preciosos y es muy linda, parece extranjera.
—no me refiero a eso, mensa. Sus ojos pueden ser muy lindos y embelesar a cualquiera pero hay algo que no me encaja, también trasmiten un sentimiento muy perturbador.
—que importa, no la vamos a volver a ver más en nuestras vidas. —ignoró mi opinión.
En ese instante nos subimos al transporte y prácticamente a los diez minutos de nuestra acción se paró de golpe, causando que Irina se diera de boca con el asiento delantero y que yo me muriera de risa como la propia foca retrasada.
—Esto es el karma defectivamente, el destino sabe que es inhumano obligar a tu amiga a ver monitos chinos, gracias universo— seguí con mis carcajadas.
—jajaja, que graciosa. —Se sobó la boca— No sé si llorar o reír por tu sentido del humor tan básico.
—Puedes hacer las dos, no juzgo.
—El autobús aun no avanza ¿será que se accidento?
—Voy a ver— me levanté de mi asiento con rapidez y le pregunté al conductor.
—No es nada serio, tranquila. Es que hay muchas patrullas con gente amontonada.
— ¿Y eso?
—Ni idea, creo que mataron a otra chica de 15 años— él señor opinó cuando se asomó por la ventana para vislumbrar más el panorama— esto ya se está volviendo el pan de cada día. — Suspiró agotado— voy hablar con la poli para ver si nos dan paso.
Me devolví a mi puesto, lo primero que hizo la morena fue lanzarme un interrogatorio lleno de curiosidad.
— ¿Entonces?
—Lo mismo de siempre— dije perpleja— hay un tráfico horrible porque mataron a una chica para robarle los órganos.
— ¿De nuevo? ¿Ya no llevan años en esa guachita? — Alzó la voz preocupada —ya ni siquiera se puede andar por el vecindario con normalidad.
—Ni me lo digas, cualquiera corre riesgo de topase con un degollador de órganos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top