Jimin quiere reírse, reírse hasta que sus ojos se conviertan en finas líneas y el estómago le duela. Quiere reírse pero sabe qué lo mejor es no hacerlo, porque si lo hace será golpeado y seguramente, Jungkook buscará mil y una formas de vengarse. Así que solo ladea el rostro y contiene la risa con una mano sobre sus labios, sintiendo sus hombros temblar por el esfuerzo que le produce el aguantarse.

Quiere reírse del maknae.

De su cara de ratón molesto, sus labios frunciéndose mientras sus cejas se arquean producto de la –posiblemente- indignación. Quiere ir hasta él y palmearle la espalda en un gesto de apoyo silencioso pero no se mueve de su sitio en la mesa, sintiendo la risa reptarle garganta arriba mientras todos los demás están concentrados en la noticia que Taehyung acaba de darles, incluso Jungkook. Sobretodo Jungkook.

Por supuesto, Jimin está muy emocionado por su mejor amigo, casi tan emocionado como el mismo Taehyung o como Jin, que desde que Taehyung se los contó, ha estado pululando como una abeja alrededor del segundo menor mientras le da recomendaciones y consejos. Jimin se reservara el abrazo para cuando ambos estén solos y así no despertara las ansias asesinas de Jungkook. Sino que disfrutara viendo su estupefacción.

Porque Jimin sabe cosas que nadie más en BTS conoce.

Porque Jimin ha descubierto la forma en cómo los ojos de Jungkook brillan al ver a Taehyung entrar en su campo visual, porque ha sido testigo de cómo el más joven siempre termina corriendo a la ducha mientras oculta un bulto en sus pantalones tras prácticas extenuantes en las que Taehyung está más animado de lo normal. Porque ha visto su rostro de ilusión cada vez que el otro le abraza o le sonríe y porque también ha visto la tristeza cruzarle los ojos cuando Taehyung se aleja.

También sabe de los roces nada accidentales que Taehyung causa entre su cuerpo y el del menor. Sin embargo, su amigo siempre los niega con una sonrisa y Jimin teme por el corazón frágil del maknae, y se pregunta cómo los otros miembros del grupo no han notado ni siquiera un poco de lo que él ha visto entre los dos menores. ¿Cómo los hyungs han pasado por alto los silencios, las miradas ilusionadas o los gestos tristes? ¿Cómo ha sido únicamente él quien lo ha descubierto todo? Así por lo menos tendría a alguien con quien reírse de Jungkook en ese preciso momento.

.- ¿Y sí me piden que bese a alguien? - Taehyung salta en su asiento, revolviéndose el cabello mientras mira asustado a Jin.

Jimin, en cambio, se fija en Jungkook y como cada músculo de su cuerpo se tensa violentamente, su infantil rostro pasado de la frustración a la tristeza casi tan rápido como una inhalación.

.- No creo que te pidan que beses a alguien – termina intercediendo por primera vez, tratando de calmar un poco el vendaval que se ha desatado en el interior del maknae y del que parece ser el único testigo – Es tu primera vez en un drama, así que no creo que te exijan mucho.

Jungkook baja la mirada, sus dedos apretando los palillos con fuerza mientras los ojos de Taehyung se posan por unos segundos en él. En el único que no le ha felicitado ni ha saltado sobre él emocionado, como ya les es común en su relación tan física e íntima. Pero Jungkook no alza nunca la mirada y Taehyung termina mirándolo a él.

.- No sé~ - canturrea Taehyung, su rostro iluminándose con una sonrisa traviesa mientras se extiende cuan largo es sobre la mesa – Creo que sería interesante tener que besar a una linda actriz en pantalla... además, Minho sunbaenim dijo que me ayudaría a practicar.

Y sonríe. Taehyung sonríe como si quisiera competir con la sonrisa de Hoseok y Jimin sabe el reto que se oculta tras esa sonrisa, tras esos ojos iluminados y el gesto inocente pero insinuante de su mejor amigo. Jimin lo sabe tan bien porque lo conoce hace tanto, que ha tenido la oportunidad de ver ese gesto antes, y sabe que no significa nada bueno.

Porque Taehyung acaba de tener una idea.

Y, sabiendo lo que sabe, Jimin está seguro que alguien saldrá herido después de ello.