Todos tienen secretos

Advertencias: Menciones leves al incesto (nada concretado), menciones al trauma. Se recomienda discreción.

~•~

Dazai se asomó por la puerta del estudio de Mori. Ya había estado ahí, cuando llamó a Chuuya "Chuchu"; El pelinaranja estaba sentado en su diván mientras el mayor le limpiaba la herida.

—Chuuya, ¿Cómo pasó?— preguntó Ōgai.

El de ojos azules dudó, pero le dió una respuesta—. Estaba jugando con un encendedor, cuando ví el fuego me asusté y me pegué con la encimera.

—Ya veo, ¿Fué un accidente?— sus afilados ojos violetas terminaron en Akutagawa—. ¿No crees que es extraño, Akutagawa-kun?.

—No lo sé, pero me alegra que no haya salido más herido.

Mori Ōgai no era un hombre tonto. Desde que Chuuya llegó sintió que algo no estaba bien, le daba vergüenza admitir que en realidad tenía miedo.

—De acuerdo. Descansa un rato mientras nosotros preparamos la cena— puso un rosario en sus manos y salió junto al de puntas blancas. Sonrió una última vez y cerró la puerta.

Chuuya suspiró profundamente. Toda la situación le parecía surrealista, tanto como el tener una especie de relación con Dazai, un incubo. Sintió el peso sobre su regazo y divisó a el ya mencionado sobre sus caderas.

—¿Te duele mucho?— acarició su pecho con delicadeza.

Nakahara le regaló media sonrisa—. No, solo me asustó. Esa cosa, tú dijiste un nombre…

—Olvida eso— se acomodó para juntar sus pechos y besar su barbilla—. Quiero que estés bien, babosa.

—Si, de lo contrario te quedarías sin alimento…

Dazai mordió su cuello con fuerza.

—¡Eso duele!— trató de apartarlo pero el más alto se aferró a sus hombros.

—No es por eso, chibi— era apenas audible.

"Que lindo"—. No me digas pequeño.

—Pero si eres pequeño de todos lados— soltó una carcajada esperando un golpe, pero no sucedió.

—Eres increíble. Bájate, pesas demasiado— mintió para tener un respiro de sus atenciones—. ¿Estás bien?.

—Soy un demonio y aunque no lo parezca soy medianamente fuerte…

—Temblaste cuando esa cosa apareció— lo interrumpió suavemente, pero para Dazai sus palabras fueron despiadadas.

—No te incumbe, son cosas demasiado complicadas para tu diminuto cerebro, es más, puedo ver qué ya se está quemando— se burló pero el agarre en sus caderas aumentó hasta el punto de hacerlo jadear.

—No se trata sobre mí— y Chuuya sabía perfectamente que al ser un demonio jamás se trataría de ellos, ni de nada romántico.

Dazai bajó de su regazo, y Nakahara pensó lo peor: que lo había hecho enojar. Para su sorpresa tomó asiento en el suelo para quedar a su altura.

—Es complicado…y difícil de recordar.

El de ojos azules acarició su cabello—. No soy idiota, puedo entender.

Osamu no sabía con exactitud lo que significaban las palabras de Chuuya, pues eran un canto celestial que apenas podía distinguir. Se negó a creer que por tener intimidad había desarrollado sentimientos por él y se lo probó mostrando vulnerabilidad porque aquello no era nada para sí mismo.

No recuerdo nada de lo que pasó antes así que no hagas preguntas. Fuí quemado, no logro hacer memoria de por qué, pero después todo se volvió oscuro y desperté cerca de un río; lo conocí tiempo después en la casa de mi primera víctima. Fyodor no es igual a mí, él está atrapado en el plano espiritual y no puede cruzar acá— finalizó su relato con un quejido—. No te preocupes por él, no te hará nada grave. Yo mismo me asegurare de eso.

—¿Cómo que quemado?— estaba más exaltado que Dazai—. ¿Qué edad tenías?.

—No lo sé, pero mi cuerpo era pequeño— sonrió esperando algún insulto pero Nakahara acarició su mejilla como un buen dios.

Debió ser doloroso…¡Por eso te dió miedo la cortina en llamas!— ante tal revelación se enfureció más—. Voy a matar a ese hijo de puta cuando vuelva a molestar…

El castaño sintió aquello que había perdido hace mucho tiempo, no, más bien que nunca tuvo; su corazón pesaba y los ojos le picaban amenazando llorar pronto. Soltó una carcajada por la inocencia de Chuuya—. Ni siquiera es algo vivo.

Nakahara frunció el ceño—. No era de forma literal, tonto.

—La pequeña babosa es demasiada agresiva para ser como un gatito herido— cantó alegre.

—Decídete, ¿soy una babosa, o un gato?— lo desafío con una sonrisa victoriosa.

—Un poco de ambas— unió sus labios en un cálido beso que era prueba de lo tontos que eran juntos. Nadie podía negar que había un olor a romance asfixiante por todo el estudio.

La cerradura se abrió y apareció Mori cargando un balde de agua que arrojó sobre Chuuya—. ¡Yo te libero!.

—¿Qué diablos te pasa?— gruñó en respuesta, pero su voz fue opacada por el quejido de Dazai a quien salpicó unas gotas.

—¡Hay una presencia extraña y que no es bienvenida!— el hombre corrió a su escritorio y tomó su biblia—. No dejaré que se lleven a mi sobrino.

—¡Mori-san!— Ryunosuke lo observaba desde la puerta con notable preocupación—. Chuuya se siente mal, está cansado y deberíamos irnos.

Mandao tibi peccatori tenebrarum, ut exeas de hoc mundo. Manus cruentae non committent fidem nostram— habló el mayor mostrando su biblia al joven de ojos azules.

El castaño apretó los dientes y fijó su mirada en los cristales de la ventana cercana; todos se quebraron causando más miedo en Akutagawa. Dos pequeños cuernos sobresalieron de su cabello y siguió tirando cosas desde su lugar junto a Chuuya.

—¡Abandona el cuerpo de este niño y vuelve a tu naturaleza!.

Las paredes comenzaron a crujir, Dazai sonrió y apretó la mano de Chuuya—. Nadie me lo quitará. Aquellos que quieran separarme de él, morirán. Habló con el propósito de ser escuchado por todos, y lo hizo.

—Tío, hay una explicación para todo esto…

—¡Blasfemias!.

—Maldito Dazai, no tenías que hacer algo así— exclamó el pelinaranja.

Osamu se molestó pues según él trataba de cuidarlo—. ¡Babosa estúpida! ¡Soy piadoso y te quejas!.

Mori ya era capaz de ver al incubo junto a su sobrino. Más que asustado parecía asqueado por la confianza de ambos—. ¿Fornicaste con un demonio?.

Si, y nadie me follo mejor que él— dijo orgulloso pero recibió un golpe por parte del más bajo.

—¡Cierra la boca!— lo estranguló cayendo sobre él —. ¡No pudiste quedarte quieto!.

En respuesta el más alto soltó un gemido desvergonzado—. Entonces querías audiencia…

—¡Hijo de perra!— sus orejas tomaron un tono rojizo—. Romperé esa bonita cara.

Ōgai no dijo nada más, cubrió los oídos de Ryunosuke hasta que los dos dejaron de gritar pues parecían más estrellas porno que enemigos.

—Este demonio fue el qué atacó a Chuuya, debe realizar un exorcismo— Akutagawa se liberó de su agarre y cerró las puertas—. La vida de Chuuya corre peligro…

—No fui yo, niño despistado— habló Dazai—. Fue otro ente, pero ustedes ni siquiera lo notan porque son estúpidos.

Mori no percibió hostilidad por las palabras del joven. Suspiró y le dió el beneficio de la duda a su sobrino—. Chuuya, por favor cuéntame lo que ha pasado.

—¡Claro!— cualquier cosa era mejor a fingir un exorcismo—. Tuve sueños con él después de bajar al sótano y romper la vasija.

—Dónde me sellaron— interrumpió el castaño pero el de ojos azules cubrió su boca con la palma.

—No hables— ordenó irritado—. Llegamos a un acuerdo mutuo dónde ninguno se iba a lastimar.

—¿Fornicaron?— arqueó las cejas curioso.

"Un poco", dudo en responder pero asintió avergonzado. Akutagawa parecía querer vomitar del asco que le producía imaginar aquello.

Estás maldito, no hay nada que hacer por tu alma— tocó su entrecejo.

Dazai mordió la mano que cubría su rostro y habló—. No toque su alma, míralo, está entero, prometí no hacerle daño. Eso me recuerda a la niña que invocaste, Elise-chan.

Mori sudó ante esa frase—. Palabras dichas por la víbora no tienen peso en nuestras almas.

—"Por favor, quiero una manera de olvidar a mi hermana" le rogaste...amar a tu propia hermana debió ser dolorosamente emocionante— susurró divertido—. Dijiste que ella te pidió ayuda porque no querías admitir que atormentaste su alma hasta que te ayudo a olvidar a Kōyō-chan, la niña que te daba margaritas.

Nakahara estaba perplejo, si algo sabía era que Dazai jamás había escuchado la historia de Elise y el como atormentó a su tío; también estaba seguro que el incubo no mentía deliberadamente. Tuvo el recuerdo de sus acciones condescendientes que Mori realizó cerca de su madre. "De niños éramos muy cercanos pero al crecer se alejó de mí".

Todos tienen secretos, sin importar lo sucios que sean— el castaño mostró su dentadura en una sonrisa cínica—. Algunos de nuestros secretos deben quedar ocultos, no hagamos un problema donde no lo hay.

Chuuya pellizco su brazo—. Si vuelvas a decir algo, dejaré que te saquen a patadas de aquí.

Para Dazai era más fácil lastimar a los contrarios y usurpar el amor del más bajo, pero se enojaría. Suspiró y asintió resignado a hacerlo del modo que quisiera.

—Mori-san, no escuche las palabras de un diablillo— pidió Akutagawa.

Chuuya negó—. Él no ha hecho nada muy malo…

—Hablemos como adultos, de todas formas parece que se impregnó a Chuuya— sugirió el cura.

—Tío yo-

Finjamos que no mencionó a tu madre, no le digas nada de lo que escuchaste— sonrió y lo ayudo a ponerse de pie—. Eres un buen chico, eso es lo único de lo que estoy seguro.

Notas de la autora:

Traducción del latín a español: "Te ordeno a ti el pecador de las tinieblas que abandones este mundo. Tus manos llenas de sangre no perpetraran nuestra fé".

Puse que Mori se enamoró de Kōyō nada más para darle más drama y dejar claro que NO importa lo mucho que creamos conocer a las personas, jamás lo hacemos y a veces los que más nos juzgan son los verdaderos pecadores. Debo dejar claro que jamás le hizo nada y de hecho por eso se alejó de ella durante su adolescencia.

En su servicio como médico jugó con una ouija y "habló" con Elise, a cambio de ayudarla le pidió olvidar esos sentimientos impuros por su hermana. Cuando se dió que no era nada sencillo llamó a un médium y lograron exorcizarla, pero el viejo sabroso nunca dijo la verdad.

Lo dejé en lo más interesante porque ya eran 1500 palabras y mucho texto.

Si tienen dudas, háganmelas saber y con gusto les respondo.

Gracias por leer. 

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