Siervo del mal
Advertencias: Dazai horny.
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Era raro, sus fosas nasales se llenaron de un olor peculiar, delicioso y embriagador. Chuuya se removió tratando de encontrar la fuente de ese olor, lo hizo, pero en el proceso chocó con la piel de alguien.
—Buenos días, hoy quisiera estar muerto— dijo el castaño acariciando su omóplato derecho.
—¿Qué mierda te pasa?— retrocedió hasta caer de la cama.
En su memoria el incubo desapareció horas después de hablar sobre él y su vida. Lo que en realidad paso es que Dazai sintió un poco de soledad y se terminó metiendo en su cama aún si el muchacho ya estaba dormido.
—No te preocupes, el cura ya se fue y se llevó al niño con él— dijo casi emocionado—. No es que quiera presionarte, pero me muero de hambre...
—Te daré algo para que comas, pero deja de joder— no dió tiempo más charla pues aún con la pijama puesta salió para comprobar que era verdad el hecho de que su tío no estaba.
"Estabas durmiendo tan agusto que no te desperté, fui con Akutagawa al pueblo a surtir la despensa, Hirotsu también va con nosotros para buscar una herramienta. No salgas solo y desayuna, tu plato está en la mesa".
Efectivamente, había tocino con un huevo hervido y una taza de té frío.
—Que bueno que estamos solo— susurró apretando su muñeca con intenciones de buscar su cara y plantar un beso.
—Come ésto, picaré fruta mí— puso la taza en sus manos y se deslizó hasta la cosina para lavarse las manos.
—Creo que tú linda cabeza no entiende lo que digo...tengo hambre, Chuuya— está vez estaba un tanto irritado.
—Y ya te dí de comer, ahora cierra la boca— antes de decir más ya sentía al castaño en su espalda—. Deja de usar tus putas habilidades de fantasma para hacer eso...
La creciente erección del castaño se frotaba contra sus glúteos, haciéndolo estremecer—. En realidad mi apetito es mucho, pero eres el bocadillo perfecto— su lengua se paseó descaradamente por la nuca de Chuuya.
—Oye, bastardo— sus orejas se pusieron rojas solo de escuchar un jadeo roncó por parte de Dazai—. Estamos en la maldita cocina...
—Y agradezco a los demonios que no hay nadie, aunque de todas formas no pueden verme, tendría que besarlos y creo que te gusta la exclusividad— sus manos bajaron hasta el resorte de su pijama para meter los dedos sutilmente hasta que encontraron algo peculiar.
Un jadeo salió de los labio de Chuuya, obligandolo a cerrar la boca casi de forma instintiva.
—Y se supone que yo soy el pecado retratado, podría jurar que es mentira— su mano se movía rítmicamente, produciendo la reacción que esperaba—. No estoy acostumbrado a rogar, pero te lo suplico, muero de hambre...
—Deja de tocarme, maldito bastardo— logró reclamar con su poca fuerza de voluntad.
El de ojos avellana detuvo sus movimientos casi como si fuera un perro obediente—. Pero quieres hacerlo...
—Me acabo de levantar y tengo hambre— ocultó su rubor entre sus manos—. Come lo que te dí, o vete a la mierda.
"Maldito enano, ¿No ve que me empiezo a debilitar por su culpa?" Pensó el de prendas diminutas—. ¿Cuánto te tomara eso, babosa?.
—Lo que sea necesario, así que aleja tu pene de mí hasta que te dé permiso...
—Entonces en realidad si te gusta— sonrió victorioso—. Si haremos un horario también podríamos definir dónde hacerlo, quiero algo arriesgado, como la capilla de a lado.
—Eres un enfermo, y aún no te doy permiso de hacer eso— dió un codazo que dejó sin aire al más alto—. Todavía creo que quieres llevarte mi alma.
—Querer follarte hasta el alma y arrastrarla al infierno son cosas distintas— soltó mientras sus pulmones se llenaban de aire.
—Sin vergüenza— buscó una manzana y la mordió antes de ver qué el incubo subió a la mesa mostrando sus piernas separadas—. No me convences.
—¡Babosa tonta!— las cerró con un rato bochorno—. Podría tomarte a la fuerza y hacerte rogar por más...
—Pero prometiste no hacerlo— regreso a la mesa para comer la comida, sin importar lo fría que estuviera.
—Bueno, al final soy un demonio sexual, no deberías tomar enserio mis palabras— lo siguió y con más ánimos de molestar se sentó en su regazo—. No puedo comer comida humana, ni siquiera tengo sentido del gusto por ella.
—¿De verdad?— parpadeó más por eso que por su acción.
—Solo me guío por olores, si algo huele dulce, deduzco que lo es— alzó lo hombros divertido.
—¿Entonces solo te alimentas de penes?— cuestionó divertido.
—No, al principio de mi vida como demonio seducía a mujeres y ninguna se negó, les dí la mejor de las diversiones. Después de eso me atraparon y terminé aquí.
—¿No eres fuerte?— arqueó las cejas más intrigado.
—Los malditos sacerdotes me encerraron apenas se dieron cuenta de mi presencia, solo tenía unos meses de esta vida y me privaron de la libertad— murmuró recargando la cabeza sobre la de Chuuya—. Después todo fue oscuro, no podía volver al infierno, no quedarme aquí, solo transitaba una oscuridad inmensa sin nadie a mi lado.
Sus palabras hicieron sentir mal a Nakahara, y cediendo un poco acarició su brazo—. Bueno, supongo que para meter cualquier miembro en tu boca no eres tan extraño.
—Solo ya sido el tuyo— rodó los ojos recuperando su viejo humor—. Come rápido, ojala pudiera morir de hambre pero como no es posible tienes que alimentarme.
—Cierra la boca, no eres mi madre para darme órdenes— gruñó aturdido por los lloriqueos de Osamu—. Si fueras más amable llegaríamos a un acuerdo.
—Que babosa tan tonta, creyendo que un demonio será amable contigo, pero acepto, dame energía y te respetaré en medida de lo posible.
El de ojos zafiros sonrió santurron—. ¿Qué habrías hecho si me negaba?.
—Matar a todos tus compañeros, porque debido a mi juramento de estar atado a quien me liberará no puedo deshacerme de tí— agitó los pies inclinándose para plantar un beso en los labios del contrario—. Agradezco que no seas tan viejo como el jardinero, aunque con su experiencia podría dejarme temblando.
—Desagradable.
—Enano.
—Zorra.
—Te follas a un demonio.
—Bueno, ganaste está vez, mal nacido.
Que lindo que discutan los novios.
Se supone que este fic terminaría muy triste, pero ya lo pensé mejor y haré algo bonito.
Mucho tiempo sin actualizar, pero cuéntenme, ¿Qué les pareció el capítulo?.
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