Amor más feliz...
Advertencias: Ninguna.
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Dazai abrió los ojos con pesadez, era la tercera vez que su alarma sonaba y apenas tenía ganas de moverse a quitarla.
—Soy un tonto— murmuró desanimado. Él mismo invitó a Chuuya para ir a la playa un mes antes, por si solo eso ya era un mal plan para alguien extremadamente flojo. Pero juntó todas sus ganas de follar en la playa para ponerse de pie.
Horas más tarde llamó a sus "padres" para despedirse y prometer mantenerse en contacto; salió del departamento encontrando a Oda.
—¿Dónde vive Chuuya-kun? —preguntó el pelirrojo.
—Déjame ponerlo en el GPS...listo —así los muchachos recogieron al más bajo y emprendieron su viaje, ellos dos en la parte trasera porque el mayor dijo que no quería distracciones ni quejas de Dazai para estar cerca de Chuuya.
Cuatro horas de viaje no ayudaron al humor de Chuuya pues creía que solo iría Sakunosuke -lo cual ya no les permitía tener intimidad al gusto- pero las malas bromas de Shuuji lo hacían pensar que quizá el joven no era su peor compañía.
—Y yo le dije que no podía tomar Clonazepam con vodka, pero el maldito me ignoró porque pensó que le mentí, yo se lo decía porque así fue que termine en terapia intensiva por tres días —se acomodó para abrazar al más bajo—. ¿Cuánto falta?.
—Dos horas —respondió el de ojos barbilla poco poblada.
—Es mucho tiempo —apretó aún más el cuerpo se su novio—. ¿Me despiertas cuando lleguemos?.
—Si no hay opción —asintió dejando que el muchacho se recargara en su hombro para dormír el resto del viaje. Sorprendentemente era el que menos energía tenía al llegar a la costa.
—Iré a dejar esto a la cabaña —dijo el mayor dándole el bloqueador solar a Dazai.
—Te ayudo —el más bajo quitó una de las maletas que cargaba para seguirlo hasta la cabaña al borde del muelle.
—Es bueno que vinieras, en general es bueno que salgas con Dazai —comentó deliberante el pelirrojo.
—Al menos alguien lo piensa —sonrió de lado botando las maletas en las camas individuales de su cuarto, Oda dormiría en la habitación de a lado.
—Le haces bien, casi nunca salía de casa, era más extraño que ahora —mencionó sin darle más importancia—. Lo haces muy feliz.
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—Esas lindas señoritas llevan rato viéndote, Odasaku, ¿No crees que deberías ir a saludarlas? —el tono de Dazai demostraba que necesitaba tiempo a solas con su novio, pues besarse frente a su mejor amigo era incómodo.
—Ven a Chuuya-kun, llevan rato buscando una excusa para hablarle —bebió nuevamente de su soda.
—No, la rubia si te está cazando a tí, ten cuidado, tiene unas curvas del demonio —se puso los lentes para por fin acostarse junto a su pareja.
—¡Oye! —Dazai formó un puchero observando que tenía razón, la mujer era bonita—. Debería castrarte por ser infiel.
—Tú dijiste primero que eran lindas, si alguien debe cortarte el pene, soy yo —ni se inmutó a las amenazas de su novio.
—Odasaku, ¿Es lo mismo ver el rostro a una persona que ver sus pechos y culo? —antes de seguir con su indagación sobre la infidelidad el mayor se puso de pie.
—Iré a saludarlas —prefería mil veces ser atacado por turistas en busca de una aventura que seguir oyendo a acompañantes hablar sobre castrarse.
—Al fin, pensé que debía iniciar una pelea para que se fuera a tener sexo con alguna de ellas —susurró el de lentes negros.
—¿Lo hiciste a propósito? —una sonrisa se asomó por los labios del más alto.
—Sé que odias cuando halago a otras personas, y no quería ser tan obvio como tú —estiró su mano para rozar el brazo de Dazai—. Para ser muy inteligente, no sabes nada de la discreción.
Así pasaron la tarde hasta que el cielo tomaba colores oscuros. Podían volver a su cabaña, pero cuando Odasaku guiaba a la rubia en esa dirección prefirieron quedarse un rato más.
—No es justo, yo la renté para eso —el se vendas ya usaba su sudadera pues el frío comenzó a ser una molestia.
—Nos hizo el favor de traernos, es justo que lo dejes tener diversión —se acomodó para abrazarlo y brindarle más calidez—. En cuanto acabe, lo sacamos una o dos horas.
—¿Solo una o dos horas? —se mofó de Chuuya un momento antes de ser más apretado por el más bajo.
—Si quieres quedarte sin caminar, lo arreglaré, en una o dos horas te vas a desmayar —dijo orgulloso. Los dos se quedaron en silencio hasta que sus propias risas quebraron la calma.
—Es lindo estar aquí contigo, aunque seas una babosa mal agradecida que le ve el trasero a otra persona.
—Eres el rey del drama —ante sus palabras el más joven lo empujó suavemente para subirse en su abdomen y sacarle en aire—. Bájate, has subido de peso...
—Es por qué me das de comer, crees que no sé que lo haces para que no tenga oportunidad de engañarte —su carcajada aturdió a Chuuya. Quizá subió cinco kilos desde que comenzaron a salir de verdad, eso significaba que sus hábitos mejoraron a raíz de su relación. Su corazón latía con rapidez ante ese hecho, él lo hacía un poco mejor ser humano.
—Dazai...
Aún un su regazo se inclinó para limpiar las lágrimas que se escurrían por sus sienes—. ¿Qué ocurre?, ¿Te aplaste tanto que te hice llorar?.
Antes de quitarse, Chuuya lo apretó con más fuerza—. No lo sé, solo sé que te quiero hacer feliz.
El de ojos avellana por fin salió de encima para dejarlo enderezarse y recargar su cabeza en su hombro—. Ya lo haces, una felicidad diminuta pero hermosa.
—Tienes una fijación con mi altura —gruñó apretando los dientes todavía con ganas de llorar.
—No es por eso, no necesitas hacer verdaderamente algo novedoso para hacerme sentir querido. Creo que con pequeños actos me haces muy feliz —admitió acariciando su barbilla—. Vaya, eso me puso sentimental.
—Debe ser la brisa —sentenció el de ojos azules dejando un beso en su hombro cubierto—. También creo que es lindo estar aquí contigo.
—Amor más feliz, más feliz, feliz amor, siempre cálido y aún por gozar, siempre anhelante y por siempre joven —pronunció el de brazos vendados—. Lo dijo Keats.
—Si conozco el poema —rodó los ojos con soberbia.
—Entonces tu cerebro si funciona como el resto —se puso de pie cuando percibió la furia asesina de su novio y comenzó a correr junto a la orilla—. Era broma, ¡Odasaku, me van a matar! ¡No bebé, no quieres dejar un cadáver en la playa!.
Notas de la autora:
Tengo un fetiche con que Dazai este arriba de otros personajes (no necesariamente durante el acto), como se me antoja.
Ya ahora sí queda concluida esta historia. Principalmente hice este especial porque en el final Chuuya le promete a Dazai llevarlo a la playa y de alguna manera lo hizo.
En general gracias a todos por leer mi historia de demonios homosexuales.
Si quieres leer esta historia sin tanta censura y con un capítulo extra (con más detalles NSFW) la estoy traduciendo al inglés en AO3 y mi perfil es Honeywhore, la historia está bajo el nombre de Incubus y dejaré un comentario con el enlace de la misma.
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