[13]

Amor Eterno.

AU:Universo alterno no canónico.

Un pequeño sonido de campana resonó por el establecimiento en aquel día lluvioso, que clima tan espléndido para dormir, y él ahí atendiendo huéspedes.

- Yo soy Junko Enoshima y el es mi esposo, Makoto Enoshima, necesitamos una habitación por favor - la mujer con una expresión muy paciente y tranquila se acercó al que atendía la posada.

- Hay un cuarto arriba, tercera puerta a la izquierda -.

El sonido de la lluvia chocar fuertemente con la ventana hipnotiza ligeramente a la mujer rubia que se quita los zapatos y se apoya en la cama mirando a su esposo. El hombre se sienta tranquilamente al lado de ella y los dos se ven un poco intrigados.

- Esto... Estamos vivos - dice la esposa volteando la mira hacia aquellos orbes verdes.

- Si -.

- Es decir, ¿No tienes alguna teoría? - acuso ligeramente más divertida.

- ¿Porque piensas que tengo una teoría? - respondió con otra pregunta el peli-castaño mientras una suave sonrisa se escapa de sus labios y sus ojos se cierran dándole un aire a felicidad.

- Eres varón,los varones siempre tienen teorías -.

- Cariño, ¿Enserio esto es de lo que quieres hablar? - pregunto con una expresión ligeramente preocupada mientras tomaba la mano de su esposa.

- Yo morí... Y no estuviste ahí - dijo mientras él apretaba su agarre en señal de apoyó.

- Si -.

- Y tú moriste - dice mirando a su esposo ahora preocupado.

- Si -.

"Estoy matando a nuestro bebé Lisa"

- Lo primero que hiciste al llegar al infierno... Fue buscarme - dice la mujer mirándolo con ojos añorantes y conmovidos como si fueran iluminados por el mismo sol.

- ¿Que más sería sino eso? - respondió como si fuera una verdad absoluta, obvia con respuestas muy sencillas.

- Pensé que irías a reclamarle a lucifer tu lugar junto a él - dijo con una suave risa salir de sus labios.

Ambos se quedaron en silencio, sin decir ni una palabra simplemente callados y tranquilos disfrutando el único sonido que hacía la lluvia.

- ¿Y ahora que hacemos...? - pregunto ella mirando a su esposo esperando que el tuviera más opciones a la mano - No podemos volver a Wallachia... No regresa al castillo, nuestro pobre hijo merece cerrar ese capítulo de su vida -.

- Tal vez... En un tiempo más adelante - dijo mientras su mano se posaba sobre su corazón dónde aquel pedazo de madera perforó.

El hombre se dejó caer en la cama, seguido ella lo imitó.

- Tengo una idea... Deberíamos viajar - dice el peli-castaño mientras mira al techo con un brillo de un hombre que se ve feliz con su vida.

Por primera vez en mucho tiempo.

- ¿A dónde? - pregunto la rubia mirando a su amada, dispuesta a ir a los confines del cielo con él.

Después de todo ya fueron hasta los confines del infierno.

- Estaba pensando en Inglaterra, hay un pequeño pueblo donde el sol nunca sale, es un pueblo pesquero, poca gente - dice el con una mirada de ensueño, como si aquel fuera el lugar soñado.

- Remoto, aislado y pescado, ¿Cómo podría negarme? - pregunto mientras su mano delicada se entrelazaba con la mano robusta y de uñas afiladas del hombre joven. Con una sonrisa ella lo miro a los ojos.

- Después de morir, fue el primer momento que tuve de lucidez después de tu muerte, entonces fuí a buscarte... - confesó mientras sentía la respiración de su esposa, su pecho bajando y subiendo.

El apoyo su cabeza debajo de la de ella, con una expresión muy feliz en si mismo.

- No puedo vivir sin ti -

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