Ya de noche, Mario se encuentra lavando los platos cuando recibe una llamada de Rosalina. Sabiendo que no ha podido hablar con su pareja en un largo tiempo, decide contestar de inmediato, sosteniendo el teléfono con su hombro derecho.

Mario : ¡Hola Rosy! ¿Qué tal el viaje?

Rosalina (suspira) : Agotador. Y por primera vez ... algo solitario, la verdad. Me haces falta.

Mario : Y tu a mí (bosteza).

Rosalina : ¿Estás muy cansado? Yo ... a veces pierdo la cuenta de la hora en la Tierra cuando me voy muy lejos.

Mario : Bueno, ya es de noche, pero no te preocupes, puedo hablar un rato. Aún debo terminar con unos trabajos pendientes antes de poder irme a dormir.

Rosalina (de forma seductora) : Oh ... y ¿puedo agregarme a tu lista de cosas por hacer?

Mario (ríe) : No veo como podrías hacer eso. Aunque gracias por llamar, hablar contigo me entretiene un rato.

Rosalina (con el mismo tono de antes) : Yo quisiera que me entretuvieras toda la noche.

Mario (vuelve a reír) : ¿Qué no estabas cansada?

Rosalina (con su tono de siempre) : Bueno, el sueño se disfruta mejor cuando estás más cansado ¿no?

Mario : Supongo.

Ambos continuaron hablando un buen rato mientras el pequeño héroe terminaba con los platos. Una vez hecho eso, se despidió de ella y se dirigió a la cama a dormir.

Al día siguiente, él y Luigi estaban desayunando cuando de repente Mario se dio un golpe en la frente, sorprendiendo a su hermano.

Mario (murmurando) : Idiota ...