~25~

Durante una reunión de amigos en el castillo de Peach, Mario finalmente tuvo el valor de confesarle sus sentimientos a Rosalina. Entre balbuceos y nerviosismo fue capaz de entregar su mensaje, pero para darle más fuerza, decidió besarla. Con cuidado se comenzó a acercar a ella, quien había estado en silencio todo el tiempo. Ella comenzó a inclinarse ligeramente hacia él hasta que sus labios se tocaron entre ellos, y luego de un primer y corto beso, Mario sintió que Rosalina se dejaba ir sobre él. Sin embargo, sus labios ya no se movían, y parecía que estaba dejando todo su peso sobre él.

Mario (toma a Rosalina de los hombros) : ¿Rosy ... qué estás haciendo?

Él abrió los ojos y la empujó ligeramemte hacia atrás. Al estar separada de él, su cabeza cayó hacia adelante y todo su cuerpo estaba relajado. Se había desmayado de la impresión.

Mario (preocupado) : ¿Rosy ... Rosy?

Mario comenzó a sacudir ligeramente a Rosalina, casi saltando del susto cuando todos sus amigos (y su hermano) salieron de detrás de sillones, plantas, cortinas, y por la puerta del salón en el que estaban.

Daisy : ¿¡Qué le hiciste a Rosa, Mario!?

Peach : ¿Qué le pasó, por qué no se mueve?

Mario : ¿¡Nos estaban espiando!?

Luigi (avergonzado) : Es que no ... queríamos quedarnos con ... la duda.

Daisy : ¿Se desmayó? ... ¿tan mal besas?

Mario (molesto) : ¡¡SALGAN DE AQUIIIIIII!?

Y mientras todo este ajetreo sucedía, Rosalina seguía inconsciente, pero con una enorme sonrisa pintada en sus labios.

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