20 (Especial de San Valentín - #2)
[14 de febrero, 2025; 10:42 PM - Kyoto]
- Tomioka-San. - Llamó una dulce voz.
- No. - Una voz no tan dulce respondió.
- Tomioka-San~. - Llamó nuevamente.
- No. - Otra negativa tajante.
- Tomioka-Saaaan. - La deslumbrante jóven no se rendía.
- No. - Pero él era directo y frío.
- Tsun~ Tsun~. - De repente ella empezó a picar al más alto con su dedo.
- Qué haces?- Él parecía confundido.
- Shinobu dijo que haga esto para llamar tu atención. - Comentó la de ojos rosas muy alegre al haber logrado su objetivo.
-... Ella sólo lo hace para molestarme. - Mencionó irritado.
- Lo sé.
- Qué?
- Nada. - Fingió que no dijo ni una palabra sin perder su sonrisa.
El Tomioka no dijo nada, sólo la miró unos segundos para seguidamente continuar su andar, ella fue tras él.
- Entonces, adónde vamos, Tomioka-San?- Preguntó la sonriente Kanae Kochou caminando al lado de su compañero de misiones favorito.
- Patrullamos. - Respuestas cortas, certeras y precisas salían del estoico Giyuu Tomioka.
- Eso ya lo sé, tontito. Me refiero, adónde nos dirigimos justo ahora. - Replanteó su pregunta.
- No lo sé. - Genuinamente no se esperaba esa respuesta.
- Eh?
Siguieron su paso tranquilo, el Tomioka tomando unos pocos pasos la delantera por el leve shock de la Kochou. Sin embargo esta igualó su paso.
- Cómo que no lo sabes, Tomioka-San? Estamos patrullando sin rumbo fijo?- Trataba de no perder la compostura manteniendo su radiante sonrisa.
- Precisamente. - Pero su compañero no ayudaba mucho.
La jóven sólo suspiró haciendo lo que muchos considerarían un adorable puchero, siguiendo el andar de acompañante en su senda por esa fresca ciudad nocturna.
- Qué era lo que querías preguntarme?- Cuestionó el chico de mirada serena.
- Qué? Oh sí. Quería saber si podíamos detenernos a comer algo. Tengo hambre. - Confesó Kanae un tanto avergonzada.
- Está bien. También tengo hambre.
- Yei!~
Una vez dicho eso fueron en búsqueda de un generoso local en el que pudieran saciar su apetito. Pero como por lo visto la naturaleza de las Kochou es ser parlanchinas, la plática no se hizo esperar.
- Puedo tomar tu mano?- Soltó la jóven de ojos rosas.
- Por qué?- Cuestionó el ojiazul.
- Ara~ No sabía que eras filósofo~. - Bromeó como era habitual en ella, al menos sus bromas no eran venenosas como las de la Kochou menor. - Sólo quiero tomar la mano de mi novio... Puedo?
Preguntó nuevamente ahora haciendo gestos simulando que quería alcanzar la mano del contrario. Giyuu sólo suspiró.
- Bien. - Finalmente cedió el más alto, sujetando con su rasposa palma la suave y cálida mano de Kanae.
- Hoy no usaste la crema hidratante. - Lo dijo casi instantáneamente, se aproximaba un regaño.
- Se me olvidó. - Demasiada sinceridad va a matarlo algún día.
- Eso ayuda para que tus manos no se sientan tan duras y rasposas. Cómo lo olvidaste?- Sí, Kanae no servía para dar regaños severos, siempre terminaba preocupándose.
- Hoy es San Valentín.
- Y eso qué tiene que--?
- Y salí rápidamente a buscar tus regalos. Olvidé ponerme la crema.
El semblante preocupado de la jóven pelinegra ahora se pintaba de un difuminado color rojizo por el rubor que brotaba en su rostro. No estaba mentalmente preparada para esa respuesta.
Corrección, demasiada sinceridad va a matarla a ella algún día.
- T-Te juro que te lo compensaré. - Afirmó decidida.
- Bueno. - Dijo sin más el pelinegro, aceptando tranquilamente la propuesta de su pareja.
Disfrutando de un relajante silencio y el cálido tacto de ambas manos, ambos azabaches mantenían su paso en busca de algún local de comida para dar bocado, paso que fue detenido al Giyuu sentir un ligero tirón notando que Kanae se había detenido y fijado en algo.
- Kochou?
- Es una cabina de fotos. - Comentó embelesada.
- Y qué pasa con eso?
- Tomémonos fotos juntos. - Volteó a mirarlo.
- No lo sé...
- Anda. - Insistió ella.
- Es que... - Pero él era obstinado.
- Si lo haces te prepararé una cena deliciosa cuando volvamos a casa. - Sin embargo ella conocía el arte de los negocios.
- Hecho. - Y él era otro comprador satisfecho.
- Yei!~
Sin meditarlo más para evitar que el Tomioka cambie de opinión, ella tomó el brazo del contrario y lo jaló hasta que ambos entraron en el pequeño espacio.
Sacaron muchas fotos, tal vez demasiadas. Fueron más de diez tandas de cinco fotos cada una, dando una cifra de más de cincuenta fotos. Sobra decir que en la mayoría Giyuu mantenía su expresión neutra y era Kanae la que hacía más expresiones, hubo momentos en donde era ella quien con sus manos hacía muecas con el rostro del más alto.
- Bien, última tanda. Perdimos mucho tiempo y no hemos comido nada. - Avisó la jóven terminando de programar el temporizador para tomar las fotos, el Tomioka sólo sintió y miró al frente esperando el destello del flash.
Pero...
Kanae se sentía algo ansiosa.
Con lentitud aferró su mano a la de su acompañante, mirándolo con discreción, percatándose de que él seguía con la vista al frente.
Sólo quedaban cinco segundos en el temporizador, así que ni lenta ni perezosa sujetó con delicadeza la mejilla del contrario, hizo que éste la mirara, y al último segundo...
La última sesión de fotos de la nada se convirtió también en una sesión de besos en esa poco espaciosa cabina.
Giyuu Tomioka tenía suerte de que la naturaleza de Kanae Kochou también era ser muy amorosa, tal vez igual que la Pilar del Amor, sólo que la pelinegra era un poco más recatada. Aún con eso ella también podía dejarse llevar como ahora, besando tierna y apasionadamente a su pareja dentro de la dichosa cabina dueña de sus secretos.
Sería una pena que las fotos no se vieran bien.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top