—No eres la única víctima, ¿crees que a mí no me obligaron?

Cuestionó Jungkook sin quitarle su oscura mirada de encima.

—¿Entonces qué haces aquí?

—Solo...es interesante saber que aquel chico que vi en el bar la otra vez, ahogado en alcohol y sediento de sexo, sea mi prometido.

Dijo como si nada.

—Ay por favor, no estaba sediento de sexo.

Bufó el rubio indignado y Jungkook sólo soltó una risa antes de acercarse lentamente a su oído.

—¿No? Que extraño...estoy seguro de que el trasero que rozaba constantemente mi polla mientras bailábamos pedía a gritos que lo abriera y me hundiera en él...

Murmuró haciendo a Jimin estremecer.

—De que esas súplicas por que te follara en mi auto antes de llegar al motel, eran de una persona sedienta de sexo.

Lamió el suave lóbulo del rubio, quien se alejó de él al sentirlo.

Jungkook se enderezó y con una sonrisa en su rostro miró al rubio.

—¿O me equivoco?

Jimin lo miró confundido, él realmente no se acordaba de nada de eso, solo de algunas cosas. Suspiró, arrugó sus labios y simplemente se dió la vuelta y caminó hacia su cama, se acostó y empezó a ver su celular.

No tenía realmente nada que decir, así que intentaría simplemente evitarlo.

Cosa que sería muy difícil.

—Interesante.

Murmuró para sí mismo y sonrió. Se adentra a la habitación y cerró la puerta con lentitud, de reojo le puso seguro a aquella puerta y dando silenciosos pasos recorrió la habitación.

—¿No te ibas?

Dijo Jimin dirigiendo la mirada al pelinegro.

—Nunca dije que me iría.

Le respondió cruzando los brazos.

—Pero yo si, ahora, largo.

Jungkook negó mientras se acercaba a Jimin a paso lento.

—Esa no es la forma de tratar a tu futuro esposo.

El rubio rodó los ojos.

—Debería saber al menos algo de ti, ¿no te parece?

—Mi comida favorita es el pollo frito, ¿eso es suficiente? Largo.

Bufó antes de volver la mirada a su celular. Pasaron unos segundos antes de que Jimin se diera cuenta que Jungkook ni siquiera se había movido de donde estaba.

—¿Ahora qué quieres?¿Un beso de despedida?

Bufó mientras veía como Jungkook se acercaba sigilosamente hacia él.

—No suena mal, solo hay un problema...

Se detuvo cuando estuvo lo suficientemente cerca de Jimin. Dirigió su rostro al de Jimin deteniéndose a centímetros de este.

—No creo que eso sea suficiente.

Fue lo último que dijo antes de atacar sus labios con un feroz beso, tomando por sorpresa al más bajo.

Las manos de Jimin se posaron en los anchos hombros del pelinegro e intentó separarse de aquella unión, pero una pesada mano en su cintura lo acercó más a él.

—Mhn...no...

Empujó con ambas manos el rostro de Jungkook e intentó hablar con su respiración agitada.

—Mi madre, puede entrar.

Dijo mientras intentaba regular su respiración y Jungkook sonrió.

—Probablemente se haya ido con mi madre a ver los preparativos de nuestra boda, cariño.

Su mirada bajó a los esponjosos labios de Jimin.

—Y no te preocupes, la puerta tiene seguro.

Fue lo último que dijo antes de volver a unir sus labios con los del rubio, que aún estaba intentando resistirse.

Claro que ese caliente pelinegro fue y es una tentación andante para Jimin, pero quería tener un poco de dignidad.

—Vamos cariño, recordemos lo bien que lo pasamos en el motel.

[...]

—Ah...

Un jadeo hizo eco en la habitación. Jungkook estaba jugando con los pequeños pezones del rubio mientras apretaba levemente sus glúteos.

Ambos se encontraban sin ropa y simplemente estaban entregándose uno al otro, como aquella madrugada en el motel.

¿Cómo había dicho?¿Que su prometido no lo jodería así? Realmente se estaba retractando de sus pensamientos.

—Mmh.

Los dedos del tatuado empezaron a dilatar la entrada del rubio, el cual se encontraba retorciéndose al sentir como esos dos largos dedos invaden su zona.

Se sentía tan bien.

—Ya...

Murmuró Jimin.

—Hazlo...

Con la respiración entrecortada y su cuerpo ansioso, pidió.

—No te desesperes...

Susurró sin detener a sus dedos, quienes mantenían un vaivén rápido y firme.

—Hazlo ya...por favor.

Pidió en forma de súplica agonizando por su necesidad de tener la enorme polla de Jungkook en su interior de nuevo.

—Un poco más.

Murmuró el pelinegro y Jimin ya no aguantaba más.

La pálida mano del rubio agarró la nuca de Jungkook y lo atrajo hasta su rostro, posó su frente con la de él y con dificultad dijo.

—Solo hazlo...

En forma de súplica, habló.

Jungkook sonrió y sus manos alzaron la cadera de Jimin antes de alinear su miembro erecto. Relamió sus labios y miró fijamente a Jimin antes de meterlo de una sola estocada.

—Aahh...

El fuerte gemido de Jimin se hizo presente al instante de sentir el falo del pelinegro dentro de él.

Estaba sintiendo la puta gloria. No recordaba que fuera tan excitante tenerlo dentro suyo.

Un gemido salió de los labios de Jungkook al sentir como el culo de Jimin apretaba su polla con fuerza y el rubio solo se estremeció al escucharlo.

Fue tan melodioso.

Agarró firmemente las pálidas caderas de Jimin y empezó a penetrarlo una y otra vez, sacando fuertes gemidos del rubio.

—Estás tan...apretado.

Musitó con su respiración entrecortada sin parar sus estocadas.

—Oh, sigue...

Gimió Jimin descaradamente y Jungkook simplemente aceleró sus movimientos.

Líquido blanco salió disparado hacia el abdomen de Jungkook quien solo sonrió antes de liberarse por completo dentro de Jimin.

Salió del rubio intentando moderar su respiración. Líquidos salían de la entrada del rubio quien estaba con la respiración entrecortada teniendo pequeños espasmos.

Jungkook lo miró y sonrió, estaba hecho un completo desastre, y le encantaba saber que él lo había provocado.

Se acostó a su lado y le sonrió, a lo que el rubio quedó extrañado.

—¿Qué?

Preguntó moderando su respiración.

—¿Te imaginas hacer esto cuantas veces queramos después de casarnos? Dios...

Relamio sus labios y Jimin simplemente sonrió, le encantaba esa idea, pero yn matrimonio no era solo sexo.

¿O sí?

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