Capítulo 11

1 año de casados.

Todo iba relativamente bien, ambos seguían estudiando su carrera que no estaba muy lejana a acabarse y vivían en un lindo y lujoso departamento en el centro de la ciudad.

Si bien Jungkook sabía su lugar, es decir, sabía que su relación era más que falsa y que ellos ni siquiera se "amaban", el hombre no podía evitar tener pensamientos frustrantes hacia ciertas acciones de Jimin.

El rubio ni siquiera le decía cuando iba a salir, o si no iba a estar en casa, no le decía que saldría con amigos o si iba a irse el fin de semana, se sentía como si estuviera pintado y no existiera.

Le molestaba mucho, pero sabía su lugar, y no podía reprocharle nada.

Le molestaba que estuviera con otro hombre como si no estuvieran casados, que ni siquiera lo presente como su esposo, le molestaba, y mucho.

Le daban celos verlo tan cerca que otras personas, y sabía que estaba mal, así que no decía nada al respecto.

Se limitaba a intentar ignorar sus pensamientos y golpear el saco de box cada que tenía unos de aquellos estúpidos celos.

Cómo ahora.

Y ahí se encontraba Jungkook, en el gimnasio del edificio golpeando sin parar a un pobre saco.

Aquellos guantes se veían desgastados, pero seguían recibiendo grandes impactos contra aquel duro saco.

—¿Por qué me enoja?

Dió un fuerte golpe moviendo bruscamente aquel saco de box.

Soltó un suspiro y vió sus guantes mientras regulaba su respiración, estaban hechos un desastre.

—Necesito otros.

Murmuró antes de sacar uno de ellos para poder tomar un poco de agua.

—Jungkook ¿De nuevo por aquí?

Un alto hombre se acercó con una sonrisa, llevaba una toalla en el cuello y ropa deportiva.

—Oh, hola Namjoon.

Forzó una sonrisa antes de secarse el sudor con su toalla.

Namjoon era un residente de aquel edificio, se habían hecho amigos después de verse constantemente en el gimnasio.

Aunque Namjoon era más de pesas, ambos solían entrenar de vez en cuando un poco de boxeo.

—¿Sucede algo? Te ves estresado.

Jungkook asintió antes de soltar un suspiro.

—Solo...problemas, ya sabes.

Los pasos de un rubio se escucharon tras ellos, cosa que llamó la atención de ambos.

—¿Jimin?¿Qué haces aquí?

Preguntó Jungkook extrañado, pues Jimin jamás había ido al gimnasio a entrenar, mucho menos a verlo.

—Te estaba buscando.

Musitó antes de que su mirada se posara en Namjoon, haciendo que frunsa levemente el ceño.

—Oh, él es Namjoon, un amigo.

Jimin asintió sonriendo y dio una reverencia. Nunca lo había visto ni escuchado sobre él, pues Jungkook nunca le dijo nada.

—Namjoon, él es mi...

Hizo una pausa. No sabía cómo presentarlo, ya le había dicho a Namjoon que tenía esposo, pero no sabía si a Jimin le molestaría que lo presentara como tal, pues él nunca lo hacía.

—Soy su esposo.

Dijo con una sonrisa y Namjoon sonrió.

—Así que tú eres el afortunado.

Sonrió mostrando un par de hoyuelos. Namjoon era una persona amigable y agradable, pero Jimin en ese momento estaba con pensamientos extraños.

Era lo más cercano a estar celoso.

Estaba celoso de que un hombre tan guapo hable con su hombre, y peor aún, que Jungkook lo haya pensado antes de presentarlo como su esposo.

Si, estaba celoso.

[...]

—¿Ahora que sucede?

Preguntó Jungkook mientras secaba su cabello, pues se había dado una ducha y Jimin seguía en el sillón cruzado de brazos y con el ceño fruncido.

—Jungkook, ¿por qué lo pensaste antes de decirme esposo?

Dijo sin pelos en la lengua, se sentía realmente ofendido.

—¿Eh?

Musitó confundido dirigiéndole la mirada a Jimin.

—¿Acaso te avergüenza decir que soy tu esposo?

Preguntó Jimin y Jungkook no podía estar más confundido.

—¿Qué mierda estás diciendo?

Jungkook dijo frunciendo el entrecejo, ¿realmente Jimin le estaba reclamando por eso?

—Así que eso es, de seguro es porque te gusta.

Los ojos de Jungkook se abrieron al escuchar aquellas palabras, no podía estar hablando en serio, él era el menos indicado para hablar sobre eso.

—Jimin, deja de decir estupideces.

Bufó mientras se sentaba en el sillón, estaba confundido ante la actitud de Jimin, no tenía mucho sentido.

—¡Recuerda que no puedes tener amoríos!

Dijo Jimin en voz alta haciendo que Jungkook lo mirara confundido.

—Puede filtrarse y llegar a los oídos de los accionistas.

—Jimin, ¿de qué mierda estás hablando?¡No tengo ningún amorío!

Respondió Jungkook enojado, a lo que Jimin rodó los ojos.

—¡Claro que lo tienes!¡Por eso no le dijiste que soy tu esposo!

—Tu eres el menos indicado para decir eso.

Murmuró mientras se dirigía a su habitación, estaba cansado y no quería una estúpida pelea con Jimin.

—¿Qué insinúas?

Preguntó mientras seguía a Jungkook de brazos cruzados.

—Si de presentaciones hablamos, tú jamás me has presentado como esposo.

—¡Porqué todos ellos ya lo sabían!

Respondió y Jungkook rodó los ojos.

—Pues él también lo sabía.

Dijo mientras dejaba la toalla en algún lugar de la habitación.

—No mientas.

—No miento, tu eres el exagerado.

Jimin tensó la mandíbula.

—Además, ¿no habías dicho que no tenía derecho a decirte nada? Deberías aplicarlo.

Dijo dejando a Jimin sin palabras, si lo había dicho, pero fue para evitar enamorarse, le daba miedo hacerlo.

¿Y si no era correspondido?

—Eso...

—Mira Jimin, no quiero pelear más, mejor dejemoslo así.

Salió de la habitación dirigiéndose a la sala y Jimin soltó un suspiro.

Todo estaba mal, había hecho una escena de celos, los cuales se suponía que debía evitar.

—Jungkook.

Salió de la habitación dirigiéndose hacia Jungkook.

—Jimin, déjalo así.

Musitó mientras cambiaba de canal a la televisión.

—Jungkook lo siento, es que me sentí...extraño.

Murmuró antes de sentarse al lado de Jungkook.

—Jungkook yo...estaba celoso.




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